jueves, 24 de octubre de 2024

La banalidad de la gripe

    El Servicio Cántabro de Salud ha desplegado una indecente campaña vacunatoria bajo el desafortunado lema “La gripe no es banal”, infundiendo miedo y asustando a los cántabros con la enfermedad, que este año, a juzgar por lo que ha sucedido en el hemisferio sur del planeta donde ya ha pasado el invierno, no ha sido nada grave, haciendo el juego a los laboratorios farmacéuticos que venden las vacunas a los gobiernos; una campaña enfocada básicamente a los sanitarios, a los mayores y a los más pequeños. De seis meses a dos años la inoculación es intramuscular y a partir de los dos años intranasal, es decir, esnifada. Se pretende además que se lleve a cabo en los centros escolares, lo que no deja de ser una aberración, porque si los progenitores quisieran vacunar a sus hijos lo propio sería que los llevaran al centro de salud, pero si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma. 
 
    Se presenta la gripe como una amenaza terrible de la que hay que protegerse a toda costa y proteger a los demás, como si fuera un castigo, un crimen o un pecado del que uno tiene que arrepentirse y avergonzarse. Y claro la protección que nos venden es el caramelo de la vacuna, lo que es radicalmente falso, dado que dicho "remedio" no impide ni la enfermedad ni el contagio, y, por lo tanto, no hace que disminuyan las hospitalizaciones ni la mortalidad ni produce inmunidad de grupo tampoco, además de poder causar efectos adversos como cualquier medicamento.
 
 
    A los mayores se les dice que se vacunen cada año frente a la gripe y el COVID, especificando que no se trata de una dosis más, sino de actualizar la protección. Y la anciana, como denotan sus canas, gafas y arrugas, contacta enseguida sonriente con su centro de salud y pide cita para vacunarse.
 
    A los profesionales sanitarios les dicen que se vacunen para proteger a los más vulnerables y para reducir complicaciones, lo que puede resultar bastante contraproducente, dado que si la vacuna no impide la transmisión de la enfermedad (y aun más: hace que contagien más los vacunados que los no vacunados) los propios profesionales sanitarios podrían estar contribuyendo a su difusión. 
 
    Y lo más insólito hasta la fecha, a los niños no se les dice nada, pero sí a sus progenitores: “Dales superpoderes y protege a los más vulnerables”, anunciando que la vacunación se realizará en los centros escolares, lo que no parece muy ético ni muy adecuado desde el punto de vista sanitario, aunque se presente como un caramelo que se aspira por la nariz como si fuera una raya de coca.
 
     La citada campaña incluye este vídeo: en el que se dice que los niños no paran, corren y corren y la gripe corre con ellos, y el mensaje: A partir de los seis meses protégelos con la vacuna de la gripe y entre todos estaremos evitando contagios en casa y en el cole. Vacunarse contra la gripe previene la enfermedad y evita complicaciones y hospitalizaciones.
 
 
 

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