La vida de los otros. Estupenda película alemana. Das Leben der Anderen (2006). El largometraje revela magistralmente el control que ejercía la policía secreta sobre determinadas personas, algo que ya es historia, porque hoy los servicios secretos de inteligencia y la policía no necesitan extraer confidencias y obligar a las personas a revelar los detalles íntimos de sus vidas privadas a fin de confesar sus miserias personales. Ni siquiera necesitan pedirnos que nos identifiquemos: ya nos autoidentificamos nosotros mismos sin que nos lo exija ningún agente de policía malencarado. Ya divulgamos todas nuestras intimidades y secretos a diario a diestro y siniestro sin que nadie se haya interesado por ello ni nos lo haya previamente demandado.
domingo, 13 de octubre de 2024
La vida de los otros (y la nuestra propia)
El
Estado tecnodemocrático moderno que padecemos no necesita vigilar a los
ciudadanos -¡y
ciudadanas!, como dicen los políticos ¡y las políticas! que
utilizan un lenguaje inclusivo que pretendiendo incluir a las
excluidas acaba excluyéndolas porque ya estaban incluidas en
el masculino genérico, que es el término no marcado de la oposición
binaria-, puesto que los servicios de vigilancia son superfluos e
innecesarios.
Ya
nos vigilamos
nosotros mismos exponiendo públicamente nuestras intimidades y
vergüenzas a través de las redes sociales sin ningún pudor: quiénes
somos, cuál es nuestro rostro más amable, dónde comemos, a dónde
viajamos, quiénes son nuestros amigos y nuestros gustos, nuestros likes y dislikes, nuestras aficiones personales, y hasta a quién votamos, si nos descuidamos y votamos, si es que votamos.
¿Para
qué van a controlarnos si ya nos controlamos nosotros mismos? ¿Para qué
van a investigar nuestros datos si los estamos regalando a todo el
mundo, incluso a quienes no tienen ni la más mínima curiosidad por
ellos? ¿Para
qué van a localizarnos si ya nos geolocalizamos nosotros mismos a
través del GPS o al revés en castellano del SPG (Sistema de
Posicionamiento Global) de nuestros teléfonos (in)móviles? ¡Qué tontos
somos!
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Los sustitutos de la vida ya permiten la trazabilidad, gestión y control de calidad de los 'sujetos' a los dispositivos, entusiasmados con su propia autopublicidad e idolatrando su identidad para confluir sinergicamente en la excelsa e integral condición de mercancia, entre todas las demás mercancias producidas que en el Mercado totum revolutum compiten y se agitan.
ResponderEliminarGracias, amigo. Porque aunque no te conozca me has ayudado con tus escritos que la mayoría de gente que me rodea. Gracias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
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