miércoles, 20 de enero de 2021

Globalización y perversión del lenguaje

Perversión del lenguaje: El lenguaje se ha pervertido de tal forma que se le hace decir lo contrario que dice: se bombardea a un pueblo en nombre del Pueblo (“tuvimos que destruir la aldea para salvarla”, como declaró un veterano del Vietnam), se mata a los hombres en nombre de la Humanidad, se invade un país para llevarle la democracia, se le masacra para liberarlo de una dictadura brutal, se violan los derechos humanos para hacer que se respeten, se priva de libertad en defensa de la propia libertad, se nos quita la vida porque no es saludable y se salta por encima de cualquier vestigio de derecho para imponer el imperio de la ley. En suma, el fin justifica los medios. Maquiavelo, triunfal, sonríe desde lejos. Y, encima, quieren que comulguemos con ruedas de molino.



Globalización: Todo el mundo bebiendo el mismo jarabe burbujeante, no alcohólico, de color oscuro, embotellado en vidrio o en lata, cuya publicidad rezaba antaño que era la chispa de la vida, el aguachirle universal y mundializado. Las letras blancas de su marca comercial entrelazadas sobre fondo rojo, los colores del impresentable Papá Noel, su engendro más logrado y el mayor corruptor de la infancia que en el mundo ha sido, son el símbolo mundial del American Way of Life. Se une ahora su nombre a la guerra contra el presunto virus que han declarado los Amos del Mundo abogando por el distanciamiento social, y haciendo campaña contra las interacciones -¡qué palabro!- sociales y familiares. Su lema es esta curiosa paradoja: “Hoy, estar separados es la mejor manera de estar juntos”.   


No, señor, la mejor manera de estar juntos no es estar separados. ¿En qué cabeza caben una memez y una sinvergonzonería como esas?

 


 

martes, 19 de enero de 2021

De la crisis sanitaria

La crisis sanitaria ha reforzado el poder del Estado sin debilitar, como pretendían algunos, el del Capital, que a la postre ha salido también robustecido. Es decir, el presunto virus ha venido a beneficiar el binomio Estado/Capital en detrimento del bienestar de la gente. 



No sólo, pues, se ha incrementado el dominio del sistema político democrático que padecemos sino también el sistema económico, que avanza cada vez más hacia las formas de dinero virtual e ideal más abstractas. Es el sistema en general, lo que en los años sesenta se denominaba genéricamente el “establishment” y también el “status quo”, el que ha salido beneficiado.

Algunos intelectuales no poco ingenuos saludaban la llegada del virus que, aseguraban, iba a firmar el acta de defunción del capitalismo, y se alegraban en su fuero interno de que algo tan diminutamente minúsculo e invisible como un bichejo como ese ser pudiera cargarse la economía... A la vista está que no ha sido así, que en todo caso lo que se ha cargado no el bicho sino la gestión sanitaria de la crisis es la microeconomía, pero no la macroeconomía digital. 

No Global Tour, obra de Santiago Sierra.

No, la crisis sanitaria no ha reforzado el Estado en detrimento de la economía y del mercado, sino que ha reforzado ambas cosas porque iban en el mismo paquete: reforzar el Estado era reforzar el Mercado, y viceversa. No se puede desligar Estado y Mercado, porque son dos aspectos de lo mismo, dos caras de la misma real y falsa moneda.

El empobrecimiento innegable de las pequeñas y medianas empresas y negocios no era la única consecuencia lógica del refuerzo del Estado y de las políticas del quédate-en-casa-si-no-eres-ensencial, dado que ese empobrecimiento llevaba aparejado el enriquecimiento de las grandes empresas tecnológicas informáticas del entretenimiento y la distracción y los grandes negocios. No hace falta dar ejemplos que están en la mente de todos.

 

El futuro en llamas, obra de Santiago Sierra

Pero tampoco podemos quedarnos en ese análisis superficial. Cuando decimos que se ha reforzado el poder del Estado/Capital, que simplemente ha cambiado de manos concentrándose en unas pocas y bien digitalizadas, entendemos también que se ha reforzado la gestión, vamos a llamarla así, del tiempo que hacen uno y otro, que es la principal arma de dominio que tienen sobre nosotros, es decir, la imposición del ideal del futuro, que viene a decirnos sin cesar que pospongamos la vida, sea lo que sea, para otro día (si quieres celebrar muchas navidades futuras, no celebres la presente... y mensajes así por el estilo), entristeciéndonos, aguándonos la fiesta y amargándonos el día de hoy.

(Igual que hacía la Iglesia católica, por cierto, que nos prometía la vida verdadera, la vida eterna sin asomo ni amenaza de muerte ni de condenación en las calderas de Pedro Botero, la vida ideal pospuesta para después de la muerte si renunciábamos básicamente a los placeres de la vida, la única que teníamos, en aras de nuestra salvación o, como dicen ahora, de nuestra salud).

Dejar la vida para otro día supone postergarla para un momento que no pertenece al presente, sino que se proyecta indefinidamente en el futuro, dado que el futuro es por esencia procrastinación: mañana es siempre pasado mañana, lo que significa que mañana es nunca.

Ahora no es el momento de amar, de buscar la verdad, de crear, de experimentar la libertad y de vivir en definitiva porque hay algo que nos lo impide, llámese virus, cambio climático o como quiera llamarse: eso es lo esencial que dice el Estado que vela por nuestra salud con consejos paternalistas de las autoridades sanitarias, por las buenas, o por las malas con la "actuación" de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

El reforzamiento del Estado implica que el dominio del futuro sobre el presente se hace más sólido, pues siempre habrá alguna nueva crisis que el Estado tendrá que resolver antes de que la gente pueda, finalmente, vivir, pero esto implica también que luchamos contra el Estado/Capital cada vez que vivimos no voy a decir “el presente”, sino ahora, aquí y ahora, cada vez que conseguimos razonar, desear, crear, luchar, experimentar la libertad a pesar de todo sin confiar en ningún mesías salvador o salvífica vacuna.

lunes, 18 de enero de 2021

De lo que Séneca le dijo a Nerón

Circula por ahí una frase atribuida a Séneca que le habría dicho en algún momento a Nerón y que, por lo que a mí se me alcanza y he podido averiguar, no tiene mucho fundamento histórico. Se trata de una cita espuria, pero que está muy bien traída sin embargo porque se puede aplicar a cualquier relación humana de poder y de dominio. 

Nerón y Séneca,
Eduardo Barrón González (1904)

La frase vale para cualquiera del común si se entiende que “Séneca” no es ahí Lucio Anneo Séneca, nacido en Córdoba en torno al año 4 de nuestra era y muerto en el 65, filósofo estoico y preceptor del emperador Nerón, sino “séneca”, un nombre común y no propio dentro de la Historia de la Cultura, y como define nuestro Diccionario de la Real Academia “hombre de mucha sabiduría”, y si se entiende que Nerón, por su parte, no es el emperador romano de la dinastía julio-claudia nacido en el 37 y muerto en el 68, sino “nerón”, con minúscula, es decir un “hombre muy cruel”, según el citado Diccionario, definición a la que habría que añadir la nota imprescindible de “poderoso, el hombre más poderoso del mundo en su tiempo”. Como se sabe, Nerón acusó a su antiguo maestro de haber participado en la conspiración de Pisón contra el Imperio y le concedió la gracia de quitarse voluntariamente la vida.

Hay que tener en cuenta que la institución del Poder se basa en dos cosas: la mentira y el miedo. ¿En qué consiste la primera? ¿Sobre qué engaño se fundamenta? Entre nosotros, occidentales, hay que remontarse hasta, por lo menos los griegos, y en concreto hasta el maestro Aristóteles, que escribió en la Política lo siguiente: "Mandar y obedecer no sólo son cosas necesarias, sino también convenientes, y ya desde el nacimiento algunos están destinados a obedecer y otros a mandar". (Política. 1.1254a, τὸ γὰρ ἄρχειν καὶ ἄρχεσθαι οὐ μόνον τῶν ἀναγκαίων ἀλλὰ καὶ τῶν συμφερόντων ἐστί, καὶ εὐθὺς ἐκ γενετῆς ἔνια διέστηκε τὰ μὲν ἐπὶ τὸ ἄρχεσθαι τὰ δ᾽ ἐπὶ τὸ ἄρχειν). 

Aristóteles estableció la necesidad y conveniencia de que haya gobierno, unos hombres que manden y otros que obedezcan, y lo justificó diciendo que era natural que así fuera, es decir, que lo que había era así porque lo había querido la naturaleza y no se podía evitar. Justificaba así la existencia de la esclavitud y la supremacía del varón sobre la mujer. Si negamos que sea verdad lo que dijo Aristóteles, ¿qué les queda a los poderosos de este mundo para sustentar y sostener el Poder que encarnan, una vez denunciada la mentira? Sólo  les queda el miedo.

 ¿Qué le dice un hombre sabio, en el sentido popular de la palabra, es decir, un hombre del pueblo, que es consciente de su vasta ignorancia, pero que pone en duda, precisamente porque nada sabe, las palabras del maestro Aristóteles de que sea necesario y conveniente que haya gobierno, un hombre que ni siquiera tiene nombre propio, sino común, al poderoso? Le dice algo que le puede decir cualquiera al poderoso para, de ese modo, desempoderarlo: “Tu poder radica en mi miedo; yo ya no tengo miedo, tú ya no tienes poder”.

domingo, 17 de enero de 2021

2 + 2 = 5

Muy recomendable este cortometraje del director iraní Babak Anvari (2011). Se titula 2+2=5. Hablado en persa o farsi, está subtitulado en inglés y se entiende fácilmente. 
 
Un maestro da una lección que consiste en escribir en la pizarra la ecuación: "2 + 2 = 5". Cuando los niños protestan, inmediatamente los silencia, llamándolos al orden. Un estudiante levanta tímidamente la mano y sugiere cuidadosamente que dos más dos son, a su entender, cuatro, no cinco. Pero el maestro le dice que no tiene que pensar por su cuenta, que se limite a asimilar y a repetir oralmente y a copiar por escrito lo que él les está enseñando... 
 
 
Otro estudiante se levanta en protesta y grita que la respuesta correcta es cuatro. El profesor le pregunta enfadado, "¿Quién te dio permiso para hablar?" El alumno se mantiene firme, sosteniendo que dos más dos es igual a cuatro, como le dice a él y a cualquiera su sentido común.
 
Hacen su aparición entonces tres estudiantes mayores del último curso, con brazaletes rojos, a los que el profesor pregunta la solución de la suma elemental, y los tres responden al unísono que cinco. 
 
El estudiante sale a la pizarra y se le obliga a resolver la ecuación planteada: "2 + 2 = ?." El chico, después de alguna deliberación, escribe audazmente "4". 
 
 
Los tres alumnos mayores le disparan con sus rifles invisibles, la sangre salpica la pizarra y el cuerpo del chico se desploma, sin vida, por el suelo. El resto de la clase permanece en silencio, intentando procesar lo que acaba de ver mientras los alumnos de último curso retiran el cadáver del chico muerto y el maestro reanuda por su parte la lección como si no hubiera ocurrido nada.
 
Los alumnos han aprendido la lección y escriben en sus cuadernos escolares la ecuación aprendida: "2 + 2 = 5".
 
¿Todos? No, todos no. No todos los niños copian la fórmula irracional escrita en la pizarra por el maestro. Uno tachará el 5 y pondrá sobre él el 4. No lo hace públicamente, porque, como hemos visto, sufriría primero el reproche de la mayoría de sus compañeros y finalmente la violencia de los alumnos avanzados, que simbolizan el sistema, es decir, el Estado totalitario y policial que mata al que no se somete. 
 
Algunos han apuntado, lo que me parece muy plausible, que el vídeo está inspirado en la frase de la novela 1984 de Orwell, que aparece al final del capítulo VII de la primera parte, que escribe Winston en su diario y dice  en versión original "Freedom is the freedom to say that two plus two makes four. If that is granted, all else follows", (Libertad es la libertad de decir que dos y dos son cuatro. Si se concede esto, todo lo demás se sigue de suyo).
 
Se trata de una breve y hermosa parábola audiovisual sobre cómo el sistema educativo o, si se prefiere, la sociedad en general, representada aquí por la figura autoritaria del maestro, les inculca a los niños algo (que no es otra cosa más que la Realidad), que ellos sienten inmediata- e instintivamente que es mentira, porque algo -la razón común, que diría Heraclito de Éfeso- les dice en su fuero interno que eso no puede ser verdad, pese a su imposición, rebelándose algunos, muy pocos a la sazón, mientras que la mayoría otorga silenciosa.


El título no es más que una metáfora matemática que viene a sugerirnos también cómo desde pequeños se nos enseña que lo malo es bueno, y viceversa, que lo bueno es malo, contra lo que nosotros sentimos, y, lo que es lo mismo, que la mentira que se nos impone (2 + 2 = 5 en este caso) es la verdad que hay que asimilar por las buenas o por las malas repitiéndola a coro.

sábado, 16 de enero de 2021

Seis mensajes breves

Minister dixit: Es posible que tengamos que llevar mascarilla para siempre... Ya lo dijo la gente al declararse la pandemia: esto ha venido aquí para quedarse.
 
El material escolar de vuelta al colegio se incrementa tras la pausa navideña, abiertas de par en par las ventanas, con imprescindible par de mantas zamoranas.


Titular del periódico Noticias de Navarra: "Muere un joven en Teruel abatido por un guardia civil". Debería decir: Un guardia civil mata a un joven en Teruel.


El telepredicador, presentando datos del impacto de contagios y culpabilizando a la ciudadanía: "Lo hemos pasado mejor de lo que deberíamos estas navidades".


Muchos se preguntan cuándo volverán las cosas a la normalidad. La respuesta, en una palabra, es: nunca, una vez convertida la excepción en la regla normativa.


Pregunta ingenua: ¿A dónde van los votos depositados por la ciudadanía en las urnas después del recuento electoral? Respuesta: -¿A dónde van a ir? ¡A la basura!

viernes, 15 de enero de 2021

Mafalda aprende el significado de "democracia"


La palabra democracia une dos cosas contrapuestas: ‘pueblo’, demo, y ‘poder’, kratos en griego. ¿Cómo hay que entenderlo? Hay dos posibilidades: poder, fuerza o soberanía que se ejerce sobre el pueblo, tomando a este como objeto, como súbdito gobernado, o poder, fuerza o soberanía ejercida por el pueblo, tomándolo como sujeto, esto es, como gobernante. 
 
El problema de esta última interpretación, que es la políticamente correcta, es que si el pueblo está compuesto exclusivamente de gobernantes... ya no hay gobernados, lo que significaría que tampoco hay gobierno y viviríamos en la más perfecta edad de oro de la acracia y en la república de la anarquía, lo que salta a la vista enseguida que no es en modo alguno cierto porque no es el caso, y es lo que produce sin duda no ya la sonrisa irónica, sino la franca carcajada de Mafalda. 

Nada más lejos de la realidad, porque lo cierto es que en las democracias modernas hay gobierno, no puede faltar,  y no deja de haberlo, lo que quiere decir que hay gobernantes y gobernados. ¿Quiénes son los gobernantes? Al no poder serlo efectivamente todos los ciudadanos que entran en la definición de “pueblo”, estos eligen a sus representantes mediante el sufragio universal, no a los representantes de todos, porque eso es imposible, sino a los de la mayoría, una mayoría que hará valer su elección imponiéndosela a todos. 

¿Quiénes son los gobernados? El pueblo. “Pueblo”, en efecto, sólo puede definirse como ‘gobernado’ (súbditos, o, más insidiosamente, ciudadanos, contribuyentes o votantes, objetos, en definitiva, de la administración del gobierno y sus ministerios). 
 
El engaño que entraña la palabra democracia consiste en definir al pueblo como “gobernante” también, como si así pudiera anularse la contraposición gobernante/gobernado y disimularse el hecho de que hay gobierno, y no un gobierno Dei gratia, impuesto por la gracia soberana de Dios, sino, digamos, populi gratia, por la gracia aquiescente, resignada y sumisa, del pueblo. El pueblo sería el gobernante/gobernado, desdoblado esquizofrénicamente a la vez en sujeto y objeto del gobierno.

Y aquí es donde reside el éxito del engaño de la palabra: hay una tercera forma de entender el significado de "democracia", que en principio habíamos descartado por la contradicción lógica que entrañaba, pero es la que se ha impuesto y es la políticamente correcta: sería el poder o fuerza ejercida por el pueblo, tomado como sujeto, sobre el propio pueblo tomado al mismo tiempo  como objeto.
 
Es lo que reza la cacareada definición de Abraham Lincoln (democracy is "government of, by and for the people"), en su primera parte: "el gobierno del pueblo". Como gramáticos debemos preguntarnos si people's government o, lo que es lo mismo government of the people es un genitivo objetivo o subjetivo,  y llegaremos a la perplejidad de que pretende ser ambas cosas a la vez  estableciéndose una escandalosa anfibología o ambigüedad pretendida de doble sentido o disemia: gobierno por el pueblo (genitivo subjetivo, el pueblo gobierna) y gobierno para el pueblo (genitivo objetivo, el pueblo es objeto de gobierno y gobernado).

Lo que nos lleva al credo quia absurdum, a creerlo porque es ilógico y carece de sentido. La democracia se ha cargado al pueblo: ya no hay pueblo que valga: ya no hay gobernados: sólo gobernantes, sólo gobierno, sólo cracia. Estamos, pues, ante el régimen más dictatorial y totalitario, y en ese sentido el más "perfecto", que se ha podido inventar y que nos ha tocado padecer. 

Supongamos que  todos somos soberanos: todo hombre es un rey y toda mujer una reina: todos reyes y reinas. ¿Sobre quiénes gobernaríamos? ¿De qué reino seríamos monarcas? ¿Quién sería el pueblo sobre el que ejerceríamos nuestro reinado y monarquía? ¿Sobre nosotros mismos? Bien, pues hagámoslo, pero eso significaría que nadie más que yo mismo podría gobernar sobre mí mismo, por ponerme como ejemplo y por no pasar al plural, y por supuesto, yo no podría pretender gobernar a nadie más (“De nadie soy siervo, de nadie señor” como cantaba Zorrilla, a lo que añadiríamos: "ni de mí tampoco"). ¿Qué necesidad tengo de elegir entonces a un representante para que me gobierne a mí en mi nombre y a todos en nombre de una mayoría totalitaria introduciendo una papeleta en una urna electoral que acabará yendo tras el recuento a la papelera?

jueves, 14 de enero de 2021

Calidad de vida

 



Trabajamos por su calidad de vida, decía en la lengua de Molière en letras mayúsculas blancas sobre fondo azul el  panel informativo del ayuntamiento de Péribonka, en el Québec francófono canadiense. Más abajo se especificaba en qué consistía ese trabajo que iba a mejorar la calidad de vida de los habitantes de ese municipio: Amenagement du cimetière, o, lo que es lo mismo, acondicionamiento del cementerio.

Estamos muy acostumbrados, también por estos pagos y lares nuestros, a carteles de esta índole, que rozan el humor más negro, sarcástico y surrealista, así como el recochineo por parte de las autoridades que nos gobiernan: Estamos trabajando para mejora su futuro.  Disculpen las molestias actuales (El fin justifica los medios). 
 
En aras del futuro, el dios más cruento que puede haber,  sacrificamos nuestro presente, que es lo único que tenemos.  A la espera de que llegue la tierra prometida del ansiado porvenir,  nos piden que disculpemos las molestias que nos ocasionan.

 Aquí nos lo ponen hasta por triplicado para que nos enteremos.

miércoles, 13 de enero de 2021

Otro cuento de Navidad

Si quieres celebrar futuras y muchas navidades, no celebres la presente; hay que estar separados hoy para poder estar juntos mañana..., y mensajes así por el estilo nos han bombardeado a lo largo de estas entrañables y empalagosas fiestas navideñas. Los telepredicadores aguafiestas advertían de que la celebración de la fiesta podía ocasionar la muerte propia o la de los seres queridos, por lo que era mejor abstenerse de festejos y limitar al mínimo imprescindible el número de contactos. Ya vendrían tiempos mejores, cuando todos estuviéramos inmunizados gracias a la milagrosa y salvífica vacuna que se estaba ensayando en los laboratorios farmacéuticos... Hasta la burbujeante bebida norteamericana escribía su nombre separando las letras, y añadía debajo: "Hoy, estar separados es la mejor manera de estar juntos".


Enarbolaban así las autoridades sanitarias el Fantasma de las Navidades Futuras, ese personaje de ficción que creó Charles Dickens en Un cuento de Navidad, cuya aparición, después de haber recibido las visitas de los espíritus de las Navidades Pasadas y de las Presentes,  hará que el señor Scrooge, nuestro protagonista, cambie de opinión. Pero, al revés de lo que pretenden nuestras autoridades, que nos aconsejan que no festejemos el momento presente para poder celebrar, sanos y salvos, los muchos momentos que el futuro nos depara, Ebenezer Scrooge, que siempre había ahorrado para el incierto día de mañana, hará justamente lo contrario: tirará la casa por la ventana para disfrutar de este momento, que es el único que hay, convencido de que sólo tenemos lo que nos traemos entre manos.

El espectro que se le aparece al viejo gruñón cascarrabias de Scrooge no tiene cara. Si la tuviera, tendría que ser una calavera, el rostro de la  propia Muerte. Este espíritu llevará a Scrooge a ver el cadáver de un hombre que yacía en su lecho de muerte cubierto con una sábana a modo de mortaja. Y le llevará al cementerio donde le señalará la lápida que le ha sido destinada donde están inscritos el nombre propio y el apellido del difunto.  El fallecido, ahora puede ver su rostro, no era otro sino el mismo Ebenezer Scrooge en carne y hueso.

Scrooge y el Fantasma de las Navidades Futuras.  John Leech (1843).

Todo había sido un sueño. O, mejor dicho, una pesadilla, como comprobó nuestro protagonista cuando despertó envuelto en sudor frío y vio al arrancar la hoja del calendario que ese día era precisamente el de Navidad. Y, al contrario de lo que van a hacer muchos de nuestros compatriotas, decidió celebrar la fiesta como nunca en su vida la había celebrado: acude a cenar a casa de su sobrino y su familia, ávido de festejar con los demás,  saltándose el confinamiento y el toque de queda que se había impuesto a sí mismo hasta entonces a lo largo de toda su vida. 

Precisamente la aparición de ese tétrico fantasma es lo que hace que Ebenezer Scrooge decida celebrar la Navidad presente que tiene por delante, y no confiar en el futuro, que no le deparaba otra cosa más, como nos depara a todos y cada uno, que la propia muerte, la aniquilación de la única vida que tenemos, porque la "vida futura" no existe, desengañémonos: el futuro es la negación de lo que hay, sea lo que sea, aquí y ahora mismo.

martes, 12 de enero de 2021

Otros diez comprimidos en cápsulas

11.- Abracadabra patasdecabra. Muchas personas recitan en todo el mundo mantras para la liberación de los males del cuerpo y de la mente como por arte de magia: versos sánscritos que comprenden fórmulas sagradas para la mayoría incomprensibles, divinas palabras que diría don Ramón del Valle-Inclán, como el latín eclesiástico que el pueblo ya no comprende en este Occidente tan des-orientado. La fuerza de esas palabras mágicas radica en el efecto placebo, en la fe que depositamos en ellas, en el hermetismo y el atractivo del misterio que exhala el hecho de que no se comprenda muy bien su significado.

12.- La propia personalidad es una ficción que nos acabamos creyendo a fuerza de representar el papel de nosotros mismos una y otra vez sobre las tablas del teatro del mundo en nuestra puesta en escena cotidiana. La prueba de que no es verdad que tú seas quien eres es que has de llevar siempre en el bolsillo un documento que acredite tu identidad. Tú mismo te miras un día en el espejo y te preguntas: ¿Quién soy yo? Y, a falta de mejor respuesta, acabas respondiéndote: Soy Narciso, y te quedas tan ancho, identificándote contigo mismo, es decir, con tu propia sombra. Pero alguien o algo por lo bajo, como el demonio de Sócrates, te dice que no.

13.- Profecía: El fin del mundo entendido como aniquilamiento de toda forma de vida humana inteligente sobre la faz del planeta Tierra no tendrá lugar ni en un futuro más o menos inmediato ni tampoco en un futuro lejano por la sencilla razón de que ya se ha producido y sucedido. 

 


14.- ¿Reflejan la realidad los medios de comunicación? Eso, al menos, es lo que pretenden, creando un simulacro virtual de ella, que podemos llamar el Espectáculo, siguiendo el hallazgo terminológico del llorado Debord, una proyección que ya no responde a la realidad sino que la suplanta. En realidad lo que hacen es recrear la realidad. ¿Por qué la recrean? Tal vez porque no está creada de una vez por todas. Porque, si no lo hicieran, se tambalearía el edificio y se vendría abajo, como el castillo de naipes de todas nuestras certezas ante la sombra benéfica de una duda.

15.- Abogo por la proclamación de una nueva Ley Sálica. Una ley que no sólo impida reinar a las mujeres, lo que sería desde luego bastante sexista y discriminatorio, sino que prohíba reinar, aplicando el mismo rasero igualitario, también a los varones, para que no se sientan ellos discriminados en la exclusión del trono, que quedaría de este modo perpetuamente vacante. Hago esta propuesta -¿imposible?-, consciente de que así y solo así nadie será más que nadie. 

 

16.- Recordemos la vieja parábola budista: cuando una casa está en llamas no preguntemos de dónde viene el fuego, o quién fue el incendiario o cuál es el pronóstico meteorológico para las próximas horas en el exterior: hagamos algo para apagar el incendio o escapemos, si ya es demasiado tarde para evitar la propagación de las llamas.

17.- La vida se ha convertido en un producto más de consumo a la venta en las enormes superficies comerciales llenas de ascensores y escaleras mecánicas que suben y bajan por nosotros, cuando no de un catálogo virtual de venta y entrega rápida a domicilio para que el cliente no necesite salir del caparazón de su casa (¡quédate en casa!). Pero se han agotado las existencias de “vida” en las rebajas. Lo sabe el ama de casa. Sabe que ya no vive: sobrevive. Es decir: se limita a existir. Por eso se da a la bebida o comulga con las hostias consagradas en forma de píldoras tranquilizantes y ansiolíticas, tomadas con fe litúrgica, para escapar de la depresión, el pan nuestro cotidiano.

18.- Es gracia que espera alcanzar de Vuestra Merced, o algo así, se ponía antes en las instancias dirigidas a la autoridad competente, legitimando la competencia de la autoridad. Toda reivindicación dirigida a un interlocutor preciso lleva consigo su propio logro, que es su rotunda derrota, porque da por válida la legitimidad de la existencia del interlocutor y de la reclamación que se le hace, poniendo en funcionamiento un mecanismo de negociación que fortalece el sistema vigente de dominación. La autoridad, legitimada, se aviene así a escucharnos y a concedernos graciosamente o denegarnos lo que se supone que queremos, que es lo que queremos realmente, pero no lo que queremos de verdad, que es, huelga decirlo, pero por si acaso, que no haya autoridad. Tal vez sería bueno que hiciéramos nosotros como aquellos manifestantes que durante una huelga salvaje mostraban una pancarta en la que podía leerse: NO PEDIMOS NADA. Ellos habían comprendido que la derrota estaba de antemano en la propia reivindicación.

 

19.- El pueblo no tiene nombre propio, sino común, porque pueblo no es sólo una masa de individuos y cada individuo personal un voto, como pretenden los políticos profesionales reducirlo para que sea sólo eso y nada más que eso, sino algo vivo y palpitante que está, a poco que se le deje hablar y se le preste oídos, diciendo rotundamente siempre que no a las imposiciones que sobre él se quieren fundamentar.

20.- Leído en los periódicos del Régimen: una de las principales causas de muerte en el mundo es el suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud cerca de ochocientas mil personas se quitan la vida al año en el mundo, siendo muchísimas más las que lo intentan. Más allá del cáncer y del corazón, más que por las guerras, la gente se quita la vida porque, ante la imposibilidad de vivir, no quiere existir o sobrevivir, que viene a ser lo mismo que estar muerto. Se dan la muerte para huir de la muerte.

lunes, 11 de enero de 2021

Chitón en boca o El tren del silencio (seguidillas)

A ciencia cierta, poca / cosa sabemos; / poca o más bien ninguna; / ni más ni menos.   
 
En el bus, el tranvía, / el tren y el metro / se impone la callada / ley del silencio. 
 
No hablemos con la gente,  / no dialoguemos; / puede ser contagiosos / que razonemos.
 
 
Bien tapada la boca,  / enmudecemos, / callados, de repente / los pasajeros 
 
en vagones en donde  / reina el silencio, / igual que en los sepulcros / del cementerio.  
 
Para evitar contagios, / señor viajero,  / mascarilla forzosa, / distanciamiento

 
y a callarse la boca / como los muertos: / chitón en boca en cada / desplazamiento.

A este paso prohíben  / que respiremos / porque en el aire hay virus / muy virulentos.

domingo, 10 de enero de 2021

10 compimidos en cápsulas

 1.- Han desaparecido de nuestro mundo todas las imágenes sagradas, pero se han sacralizado, como contrapartida, todas las imágenes merced a su reproducción y divulgación masiva: ahora cualquier retrato profano, cualquier daguerrotipo adquiere enseguida el rango sacrosanto de un ícono venerable, al que se le rinde culto por el mero hecho de ser una imagen. Las imágenes, que han sido tradicionalmente un método de adoctrinamiento del vulgo, colocadas en las iglesias para inculcar la conciencia religiosa a las masas analfabetas incapaces de leer los libros sagrados, siguen teniendo igual función hoy en día, sólo que no aparecen en los templos tanto como en las pantallas: esos sagrarios laicos con los que comulgamos todos los días, en detrimento de nuestra propia imaginación que se atrofia a fuerza de imágenes. 

 

2.- El viajero de verdad, a diferencia del turista, no sabe a dónde va: no va a La Meca, ni a Santiago, como Dios manda, ni a Roma, aunque todos los caminos lleven a la Ciudad Eterna. El verdadero peregrino ignora su destino.

3.- Caminar, nadar, montar en bicicleta o correr son actividades lúdicas, que se hacen libremente, o sea con mente libre. Practicar la natación, el ciclismo o el atletismo es convertir esas mismas actividades en deporte: ideología, competitividad y sufrimiento. Llegamos así a las aberraciones de las cintas y las bicicletas estáticas. Esta última hubiera horrorizado al inventor de la Laufsmachine, el barón alemán Karl Christian Ludwig Drais von Sauerbronn. ¿No es lo mejor del velocípedo la sensación del aire fresco en la cara, la embriaguez de los aromas o el paisaje en movimiento, y lo peor el pedaleo, por muy deportivo, sano y gimnástico que sea?

4.- Cara o cruz. La imagen del rey o emperador en la cara de la moneda fomenta el culto a la personalidad del monarca. Pero no nos engañemos: la auténtica monarquía la encarna la propia moneda, el vil metal contante y sonante. No es, como intuyó nuestro Quevedo, que Don Dinero sea un poderoso caballero, es que es más: es el más poderoso de todos los caballeros, y aun más: el único y existente Dios verdadero.

Apolo y Dafne, atribuido a Piero del Pollaiolo (1441-1496)

 5.- El que la sigue, pese al refrán, no la consigue. Apolo no logra beneficiarse de la ninfa de carne y hueso que lo enamoraba, a la que acosó infatigablemente día y noche. Cuando la alcanzó, ella ya no era la que era a la sazón: La ninfa, Dafne, o sea, Laura, se había convertido en su nombre propio, o sea, en el laurel, que pasaría a ser el símbolo perenne de su paradójica victoria.

6.- La pareja, algo bueno tenía que tener, nos saca de las casillas egoístas de nosotros mismos y del narcisismo ególatra del amor propio, contra el que es el mejor antídoto.

7.- Una prueba de que la identidad no es más que un fetiche, esto es, un hechizo, o sea, algo ficticio, como revela la etimología del vocablo, es que el parlamento de una comunidad autónoma española va a destinar este año que entra una partida presupuestaria de muchos miles de euros a fomentar la suya propia. Si es preciso incentivar esa identidad, subvencionándola económicamente, es que no se sostiene en pie sin el crédito por sí sola. Esto nos hace pensar que tal vez el dominio no sea absoluto ni perfecto, que quizá Dios no sea todopoderoso, que quizá haya alguna esperanza de que se resquebraje la esencial homogeneidad del ser, que diría Mairena, aquel precursor de todo lo contrario, porque, si no fuera así, el corsé de la identidad se impondría per se sin más, sin necesidad de que nada ni nadie la fomentara económicamente.

8.- Este mundo todo, es decir, eso que se llama la realidad, ha sido puesto delante de nuestros propios ojos a guisa de venda para ocultarnos la verdad.

9.- Políticos y científicos de diverso pelaje se rasgan las vestiduras por el nacimiento de Eva, la primera niña clonada. Pero Eva no es, a pesar de las resonancias bíblicas de su nombre propio, el primer clon humano: Todos y cada uno de nosotros somos perfectos ejemplares equiparables como dos gotas de agua que tienen la pretensión de ser distintos y originales; todos somos clones.

10.- Dios no es más que un pretexto o una disculpa que tiene mucha gente, incluidos los que se consideran ateos, para creer en algo.