domingo, 29 de diciembre de 2024

No al año que viene (I)

"¡No al 2007!" era el grito de guerra de unos pocos centenares de manifestantes que se congregaron la noche del 31 de diciembre de 2006 en la ciudad francesa de Nantes, para protestar por la entrada en vigor del Año Nuevo, a la sazón 2007, cuya imposición iba a afectarnos de rebote a todos los habitantes del planeta. No invento la noticia. Hasta la BBC, que miente más que informa, dio cuenta de ella.
 
Los asistentes exhibieron en aquella ocasión pancartas en las que se podía leer: "¡No al 2007!" o "¡2007 no pasará!" o "Ahora es mejor" o "No a la huida hacia delante. No al calendario 2027" y "¿Por qué cambiar? 2006 no estaba mal ¿no?" Los manifestantes pidieron a los gobiernos y a la ONU que detuvieran la "loca carrera" del tiempo y declararan una moratoria sobre el futuro. La tensión aumentó a medida que trascurrían los minutos hacia la medianoche, pero la llegada ¿inevitable? de 2007 no hizo que disminuyera para disminuir su entusiasmo, porque los manifestantes comenzaron a corear entonces: "¡No a 2008!" 
 
Ha llovido bastante desde entonces. ¿Qué eran, además, esos pocos cientos de manifestantes en comparación con las innumerables arenas del desierto? Poca cosa, la verdad, pero lo importante no es que fueran o sean muchos o pocos, sino que haya personas sensibles que, salgan o no salgan a la calle, no celebren adocenados como borregos la llegada del nuevo año que nos venden con la estúpida alegría de los petardos, cohetes, claxonazos de coches, matasuegras y borracheras indecentes, sino que manifiesten de alguna manera su desacuerdo ante la imposición crónica de la dictadura del año nuevo. 
 
 
A lo largo de aquella memorable noche no sólo fue rechazado el entonces nuevo y escandaloso año 2007 que se imponía, sino también 2008 o 2030 -y su correspondiente agenda- o 2043 o el que nos quieran imponer ahora, que es el 2025, o el que toque según el calendario que apliquemos, sin que nos demos cuenta de que está fuera de servicio. Y es que los manifestantes no renunciaban a vivir el momento presente (“carpe diem”), sino todo lo contrario. Lo que no querían, lo que no queremos, es vivir en el standby o compás de espera de ser felices en algún momento del futuro, quizá el mes que viene, o quizá el próximo año, o cuando nos jubilemos, o incluso cuando nos muramos y vayamos al cielo a disfrutar allí y sólo allí de la vida eterna y verdadera. 
 
Lo que no queremos es vivir esperando el porvenir, porque como dice la copla, y nos hacemos eco de ella, “el porvenir nunca llega.” Los manifestantes leyeron en aquel entonces un comunicado en el que hicieron un llamamiento a todos los gobiernos y a las Naciones Unidas para que dejaran de someter nuestras vidas al tiempo cronometrado. Se envió al Parlamento una carta de protesta por el cambio de calendario que iría directamente, suponemos, a la papelera sin leer. 
 
Lo que podemos hacer nosotros, en recuerdo de aquellos activistas pioneros que desafiaron la lluvia que caía sobre Nantes, es renovar su grito de guerra y proclamar bien alto: "¡No al año que viene", aunque ya haya empezado, aunque estemos hoy a la fecha que digan que estamos -mentira- y protestar contra el cambio de hora, la semana laboral, que es la institución más aberrante que pesa sobre la humanidad con toda su gravedad porque no responde a ningún ciclo de la naturaleza, y el uso personal del reloj, el almanaque y la agenda, que no nos hace ninguna falta para vivir, que es eso y no otra cosa lo único que importa.

sábado, 28 de diciembre de 2024

Tonto el que lo lea

¡Inocente! ¡Inocente! Corrijo el título de esta entrada: Tonto el que NO lo lea, porque los tontos son los que no leen, la inmensa mayoría democrática de la gente, no los que leen, que suelen ser más avezados aunque cada vez son menos.
 
Tonto, pues, el que no lea que todos somos inocentes. Santos inocentes. Pobres inocentes. Tontos de abril, del 28 de diciembre y de todo el año. Niños muertos, asesinados por orden del rey Herodes, es decir, por imperativo legal de la sociedad adulta que quiere que entremos por el aro, adulterados, convertidos en fierecillas domadas. 
 

 
Según la tradición se cuelga un monigote de la espalda de aquel al que queremos señalar públicamente como “inocente”, o sea, como tonto o incapaz de hacer daño a nadie, del que con esta broma nos burlarnos. 
 
¿Por qué un monigote? ¿Qué es un monigote? La palabra deriva del latín monachus, que significa “monje”, que a su vez procede del griego μοναχός (monachós) “que vive solo, solitario”, “único” (relaciónese con palabras de la misma familia como monacal, monaguillo, monacato y monasterio y compárese con el conocido valor del prefijo mono-: monólogo, monarquía, monopatín…), más un sufijo despectivo. 
 
 
Un monigote era un monaguillo, generalmente un mocito del pueblo de rollizas y apetecibles carnes, un sacristanejo fácil de engañar cuando ayudaba a vestirse o desvestirse al bujarrón del cura, que solía ser por lo general un hombre culto y estudiado, además de pederasta, que había huido del sexo de las mujeres al amor de los seminaristas. 
 
Era el monigote un lego de convento, es decir, una persona ignorante, ruda y despreciable. En Chile, sin embargo, se llama "monigote" al seminarista o aprendiz de teólogo con sotana. En definitiva, el monigote o monagote era alguien muy único como él solo, muy suyo, y, por lo tanto, muy idiota en el sentido etimológico de la palabra, esto es, muy poco dotado de sentido común, de donde viene la connotación familiar y figurada que tiene la palabra de pelele, muñeco, dibujo torpe o mal hecho, como los garabatos que hacen los niños, lo más indicado para colgar en la espalda del inocente al que se le engaña fácilmente sin que se percate de la broma.
 

viernes, 27 de diciembre de 2024

Más sacrificios

El secretario general de la OTAN, y exprimer ministro neerlandés, el señor Mark Rutte, ha instado a los treinta y dos vasallos de la Alianza Atlántica a aumentar su gasto militar. 
 
Ha dicho en un discurso en Bruselas: "Hoy les pido su apoyo, es urgente actuar. Para proteger nuestra libertad, nuestra prosperidad y nuestro modo de vida, sus políticos deben escuchar sus voces. Díganles que aceptan hacer sacrificios hoy para que podamos estar seguros mañana.  
 
 
¿En qué consisten estos sacrificios? En aumentar el gasto en defensa, en detrimento de otros gastos y prioridades sanitarias, educativas, sociales adoptando una "mentalidad de guerra" y acelerando el gasto militar, con el objetivo de prevenir un conflicto en territorio de la OTAN similar al que vive Ucrania.
 
Destinar hasta un 2% del PIB a defensa como hacen los gobiernos es poco, según él: "Díganles que tienen que gastar más en defensa para que podamos seguir viviendo en paz, díganles que la seguridad importa más que nada".
 
Quizá lo más interesante y lo que más debería hacernos reflexionar son estas otras palabras suyas, que se contradicen con las anteriores: No estamos en guerra, pero desde luego tampoco en paz. Antes nos ha dicho que hay que gastar más en defensa para poder "seguir viviendo en paz", y ahora nos dice que no estamos en guerra pero tampoco en paz. 
 
Gastos militares camuflados

Ocho de los 32 miembros actuales de la OTAN aún no han alcanzado el listón del 2%, entre ellos el reyno de las Españas, pero, como ya hemos comentado en otras ocasiones, los gastos militares superan con creces en nuestro país los del Ministerio de Defensa, ya que están camuflados, como los uniformes de los soldados modernos, y repartidos entre otros ministerios.

jueves, 26 de diciembre de 2024

Cabaré de variedades (V)

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Acierta dando en el clavo identitario Félix de Azúa cuando escribe: Cuanto más iguales somos, más queremos diferenciarnos con esa quimera llamada «identidad».

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RENFE te controla:

Quieren controlarnos a todos más de lo que ya estamos. Por eso instalan cámaras por doquier. "La red de cercanías de RENFE, dice el locutor televisivo, tiene ya un innovador sistema de cámaras de videovigilancia ¿inteligentes? para controlar estaciones por toda España. Procesan miles de datos por segundo para detectar cualquier incidencia y mejorar así la seguridad". Quieren, en realidad, que vivamos en entornos ciudadanos controlados, por lo que a lo mejor no queda más alternativa que huir al campo. ¿Van a instalar estos sofisticados sistemas en medio del campo? Yo creo que no les sale rentable, así que habrá que plantearse la huida de las grandes ciudades y urbanizaciones y la vuelta a la naturaleza.

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La epidemia de gripe estacional ya está aquí. 
 Tal y como preveían las autoridades sanitarias, las semanas navideñas van a coincidir con la explosión de contagios, que hasta ahora han estado más concentrados en los niños pese a o gracias a la vacunación. Ahora sí. Cantabria ya está en nivel de epidemia de gripe, dice la prensa local de campanario. Si la semana pasada, el parte de Salud Pública apuntaba que el virus por excelencia del invierno aún estaba a las puertas de estallar, ahora no hay duda de que ha empezado la escalada... 
 
El periódico terrorista británico The Guardian, nos advierte, por su parte, de que la gripe aviar es una amenaza real de pandemia. Y se pregunta si estamos preparados para lo peor, porque, aunque la cepa que ahora circula en las vacas lecheras parece conllevar poco riesgo para los humanos de momento, pero necesitamos desarrollar una estrategia efectiva antes de que mute.
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¿Quién ataca a quién? 
 
-Nosotros solo estamos defendiéndonos, no atacamos: nos defendemos.
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Cambio Climático
El año pasado había alarma por la ausencia de nieve provocada por el Cambio Climático.
Este año hay alarma por la abundancia de nieve provocada por el Cambio Climático.
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Fumarse un porro, según la ONU y La Voz de Galicia... acelera el cambio climático. 
 
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(Préstamos de Stanislaw Jerzy Lec)
 
El hecho de que alguien haya muerto no demuestra per se que haya vivido, lo que revela es que ha dejado de existir, que no es lo mismo, ni por asomo, que vivir.
 
 Declararse uno progresista o partidario del avance no es decir gran cosa si no se define previa- y cabalmente qué es lo que se quiere que avance y que progrese.

Intuimos, saber no lo sabemos a ciencia cierta, que nos estamos acercando tentativamente a la verdad cuanto más nos alejamos de la realidad, ese trampantojo.

“¡Ábrete, sésamo!” Palabras mágicas que pronuncio en voz alta para poder salir de la cueva, vencer la claustrofobia y hallar el presunto tesoro en el exterior.

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miércoles, 25 de diciembre de 2024

Pareceres LXIV

311.- ¡Infeliz navidad! "Infeliz navidad" no es la expresión de algo que yo le desee a nadie, nada más lejos de mi intención, sino la constatación de una realidad. Sólo quería dejar constancia de que la cosa suele ser así, que la navidad, mal que nos pese, suele ser la época del año que más frustraciones y depresiones acarrea a mucha gente; que las felicitaciones navideñas y los buenos deseos que prodigamos a los demás de cara al próximo año son meras formulaciones hipócritas y hueras de significado, mera cortesía. No estamos festejando más que unas fechas del calendario sacralizadas por la tradición religiosa y por el consumo laico, que se dispara y multiplica en estas sacrosantas fechas señaladas. Incapaces de querernos de verdad, nos regalamos cosas que se compran y se venden. En el fondo todos admiramos secretamente, de alguna manera, al entrañable personaje del cuento navideño de Charles Dickens, el avaro cascarrabias del señor Scrooge, que le descerrajó a su sobrino cuando acudió ingenuo a felicitarle las pascuas: Si pudiese hacer mi voluntad, a cada imbécil que me viniera con el “Feliz Navidad” en los labios, lo cocería en su propio jugo y lo enterraría con una estaca de acebo clavada en el corazón. No albergamos instintos criminales ni terroristas, aunque cuando vemos un papá Noel no podemos evitar que nos entre un deseo irresistible de ponerlo frente a un pelotón de fusilamiento contra la pared de un parque temático y disparar a bocajarro. 
 
 
 
312.- El niño en el pesebre. ¿Y la historia aquella de un niño humilde que nacía en un pesebre porque era un sin techo? Aquello no tiene nada que ver con esto que celebran los grandes almacenes, las superficies comerciales, las pequeñas, medianas y grandes empresas y las emisoras televisivas. Aquello era la natividad, sí: el nacimiento del niño, que renace todos los años por estas fechas, como el sol pagano, cuando, como dice el refrán “por Santa Lucía se acortan las noches y alargan los días”. ¿Sólo una rima? Santa Lucía se celebra el 13 de diciembre según el santoral cristiano. Quiere decir el refrán que a partir de esa fecha comienza a haber más luz solar, más horas de día y menos de noche, aunque en realidad el proceso no culmina hasta la entrada del invierno con el solsticio que en el hemisferio norte ya se ha producido. Por eso el refranero concluye: “Y por Navidad hasta un ciego (o hasta un tonto, según otra versión) lo verá”. Pero ese niño debería renacer no una vez al año más o menos por estas fechas sino todos y cada uno de los días del año, en cada instante, aquí y ahora mismo: ese niño no debería morir nunca, no deberíamos matarlo condenándonos a nosotros mismos a crecer y a entrar en la sociedad adulta, es decir, a morir en la cruz del aburrimiento como tristes cristos sacrificados y autoinmolados en nombre del progreso. Deberíamos resucitarlo todos los días del año y vivir en un perpetuo renacimiento, haciendo todo lo posible para olvidarnos del año y del día y la hora en que vivimos también. Esa y no esto que nos venden y que compramos nosotros a falta de amor para querer algo mejor sería la verdadera felicidad que yo, por mi parte, no faltaría más, nos deseo de corazón de verdad a todos y cada uno de nosotros. 
313.- Ejercicios espirituales. Ignacio de Loyola inventó, si bien se mira, la realidad virtual antes de tiempo en su devocionario o tutorial intitulado Ejercicios espirituales, publicado en 1548. Allí el santo varón exhortaba al lector u oyente a hacer un ejercicio imaginativo, recreando el vivo retrato del infierno, el paraíso y otros lugares cualesquiera a fuerza de imaginación, visualizándolos, diríamos con una palabra actual contrapuesta a “viéndolos”, denominado a esa técnica “composición de lugar”. La tecnología de realidad virtual, igualmente, crea entornos digitales tridimensionales, compone lugares a su modo que permiten a los usuarios interactuar y "vivir" experiencias intensamente inmersivas, suspendiendo momentáneamente la percepción del mundo físico y real.  El retiro espiritual invita al participante a aislarse del mundo cotidiano, centrándose completamente en la experiencia interior gracias a la imaginación. La Realidad Virtual, por su parte, hace que gracias al visor u orejeras que nos ponemos por delante de nuestros ojos suspendamos momentáneamente la percepción del entorno físico, enfocándonos únicamente en el virtual.
 
 
314.- Fuente de energía sin explotar. Al parecer, las emisiones de metano están acelerando el cambio climático, un cambio climático que es tan responsable del calentamiento global como del enfriamiento. El metano es el principal contribuyente a la formación de ozono a nivel del suelo, un contaminante atmosférico peligroso, cuya exposición causa un millón de muertes prematuras cada año. El metano también es un poderoso gas de efecto invernadero. no solo las ventosidades de las vacas lecheras, sino también las flatulencias humanas son una fuente de metano. John Vaillant, periodista canadiense-estadounidense en su libro de 2023 Fire weather: on the front lines of a burning world, afirma que los pedos que nos tiramos los seres humanos a lo largo de un día generan alrededor de tres cuartos de billón de litros de metano por día, o lo que viene a ser lo mismo 30 millones de pies cúbicos, suficiente para satisfacer las necesidades diarias de cocina y calefacción de 140.000 habitantes de las ciudades del norte. Así que no son solo las flatulencias y los eructos de las vacas lecheras los generadores de metano. Algunos países pioneros como Dinamarca han anunciado que cobrarán un impuesto sobre las flatulencias de las vacas y los cerdos a partir de 2030, cosas de la dichosa agenda fiscal de los políticos. Harían mejor aprovechándolos como fuente de calor.
 
 
315.- La palabra del año. Tiene buen ojo la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) a la hora de elegir la palabra del año, que este año 2024 ha sido DANA, sustantivo que queda incorporado al Diccionario de la docta Academia de la lengua española en su última actualización hecha pública el pasado martes 10 de diciembre. El criterio que se ha seguido para la elección de esta voz responde básicamente a su abrumadora presencia en los medios de (in)comunicación y formación de masas de contribuyentes y votantes a través de la manipulación de la Opinión Pública, a raíz de las graves inundaciones de finales de octubre en el levante español. Este palabro es una lexicalización del acrónimo DANA, que corresponde a Depresión Aislada en Niveles Altos, y que se puede escribir también en minúsculas como si fuera un nombre común y corriente. El buen ojo de la susodicha Fundación se ve cuando repasamos las palabras del año del último lustro, desde 2020 en que comenzó a publicarse El arcón hasta la actualidad. Veremos que esas palabras responden todas a imposiciones que se nos hacen desde las Altas Instancias del Poder: en 2020 la palabra del año fue “confinamiento”, ¿recuerdan?, con que se rebautizaba el arresto domiciliario y el encierro de las personas sanas; en 2021 fue “vacuna”, que servía para denominar a los experimentos génicos contra el virus coronado; en 2022 nos endilgaron la “inteligencia artificial”, que viene a llamarnos tontos a la punta cara; en 2023 fue “polarización”, o división hecha desde arriba de los de abajo entre izquierda y derecha para que no vean que sus enemigos no están al lado, sino encima; a lo que viene a sumarse ahora la vieja gota fría, renombrada técnicamente como dana, la palabra que resume el año, y a traernos la prueba viviente e irrefutable de la existencia del cambio climático, cuya negación, según un conocido y arrogante actor, es propia, dice él, de mequetrefes.
 

martes, 24 de diciembre de 2024

Gloria in excelsis Deo...

La frase latina "Gloria in excelsis Deo" suele traducirse por Gloria a Dios en las alturas,  y se acompaña de la coletilla "et in Terra pax hominibus bonae uoluntatis", que quiere decir:  y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. (Así reza, nunca mejor dicho, la traducción de Nácar-Colunga de la Biblia,  que manejo, trigésima edición, Madrid, 1975: "Al instante se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios en las alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad").

La frase está sacada del evangelio de Lucas, capítulo II, versículo 14, que narra el nacimiento de Jesús y la anunciación del ángel a los pastores, que les da la "buena noticia" -en griego eu-angelion, el evangelio.  

Lo que dice, sin embargo, el texto original en la lengua de Homero en la que fue escrito el evangelio es lo siguiente: Δόξα ἐν ὑψίστοις Θεῷ καὶ ἐπὶ γῆς εἰρήνη, ἐν ἀνθρώποις εὐδοκία. Gloria en las alturas a Dios y sobre la Tierra paz; entre los hombres, buena voluntad.

San Jerónimo tradujo a comienzos del siglo V la Biblia al latín. Esta traducción se conoce con el nombre de la Vulgata, es decir, la divulgada, la popularizada. La versión del santo es la siguiente: "Gloria in altissimis Deo et in terra pax hominibus bonae voluntatis". El himno latino que se utiliza en la liturgia sustituye la palabra "altissimis" que empleó el santo por "excelsis",  pero eso no cambia mucho el significado, la verdad sea dicha. ¿Es una buena traducción la jeronimiana del original griego? En absoluto. 
Hay un craso error en las últimas palabras:  "a los hombres de buena voluntad" (hominibus bonae uoluntatis, en caso Genitivo, en latín, como complemento de los hombres). Debería san Jerónimo haberlas traducido en Nominativo, como está en griego, y como tradujo acertadamente Erasmo de Rotterdam en 1516 en su edición corregida, cotejada y respetuosa con el original griego:  "Gloria in excelsis Deo et super terram pax, in hominibus bona uoluntas".  Y entonces quedaría la cosa como Gloria a Dios en las alturas y sobre la tierra paz; y entre los hombres, buena voluntad (bondad, beneplácito o entendimiento).

El piadoso Jerónimo pasó de un clarísimo "entre los hombres" del texto griego original a un más que dudoso "a/para los hombres" al quitar la preposición "en", y al no considerar la pausa. Es verdad que en los textos antiguos no había signos de puntuación, y que son los editores modernos quienes los ponen o los quitan según su más o menos acertado criterio, pero debería haber puesto una coma porque ahí hay una  ruptura sintáctica. Según la traducción jeronimiana,  el deseo de que reine la paz en la Tierra y haya buen entendimiento entre (todos) los hombres se restringe sólo a los creyentes,  excluyendo así, a los infieles, que carecerían de buena voluntad.


El texto usado en la liturgia española desde 1969 insiste y profundiza en el error jeronimiano: "Gloria a Dios en el Cielo, / y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor".  Los ángeles sólo desean con sus divinas palabras la paz a los hombres amados por el Señor, pero se nos oculta si el Señor ama por igual a todos los hombres, o ama más a unos que a otros.  

¡Cuánto más bello es el texto original de los ángeles, que desean (o simplemente proclaman anunciándoselo a los pastores de Belén) la gloria de Dios en los cielos, la paz sobre la Tierra, cuando lo que vemos a nuestro alrededor es guerra, y la benevolencia entre todos los hombres!

Os dejo un fragmento del espléndido Gloria in excelsis Deo de Vivaldi, del concierto "Voces para la paz" celebrado en Madrid en 2013 y dirigido por Antonio Fauró, cuya letra se reduce a la repetición a modo de mantra tibetano del "Gloria in excelsis Deo".
 

lunes, 23 de diciembre de 2024

Un reino que no es de este mundo

Hay un texto precioso de Giorgio Agamben, Sulle cose che ci-non-sono, publicado el 3 de junio de 2024, que resulta muy sugerente. Puede leerse traducido al castellano en Ficción de la razón. La traducción no es muy buena, no por nada en particular, sino porque es muy difícil dado que Agamben utiliza un juego de palabras que no es exportable al castellano distinguiendo entre : cosas que (en este mundo) "non ci sono", y "ci-non-sono" ("ci sono" es la forma de decir "hay" en plural en italiano (literalmente "aquí están", como en inglés "there are"), y "non ci sono", de negarlo, como "there are not"), pero Agamben retuerce el lenguaje y propone "ci-non-sono", literalmente "aquí-no-están", un retruécano difícil de traducir. En él se pregunta el filósofo italiano si hay en este mundo algo que no es de este mundo. Y la respuesta que da es que sí, y que esas cosas son precisamente las de más valer. 
 
Una de sus formulaciones más atinadas es que qualcosa possa esse vero senza esistere nel mondo 'algo pueda ser verdad sin existir en el mundo'.  Remite obviamente a la frase de Jesús ante el prefecto romano Poncio  Pilato perplejo de “mi reino no es de este mundo”, un reino del que él es rey. 
 
De los cuatro evangelistas, es el cuarto evangelio, el de Juan el que presenta a un Jesús que dialoga con Poncio Pilato. Es probable, señala Antonio Piñero, que en el interrogatorio Pilato le preguntara a Jesús si se consideraba el mesías o rey de los judíos, pero la famosa frase de “Mi reino no es de este mundo” (Juan, 18, 36) quizá no la pronunció nunca Jesús realmente, dado que se trata de una espiritualización del reino de Dios propia de la teología posterior al nazareno. 
 
Tampoco parece muy histórica la continuación del diálogo: “Le preguntó entonces Pilato: “Luego, ¿tú eres rey?”. Contestó Jesús “Tú lo estás diciendo, yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio en favor de la verdad. Todo el que pertenece a la verdad escucha mi voz”. Le dice Pilato: “¿Qué es la verdad?” (Juan 18, 37-38).
 

 Cristo y Pilatos, Nikolai Ge (1890)
 
Parece, concluye Piñero, que el lenguaje y las ideas son más propias  del evangelista que del personaje histórico.  También parece poco verosímil que Pilato declarara inocente a un Jesús que había actuado de modo peligroso para el Imperio, por lo que los episodios del lavado de manos y el sueño de su mujer declarando a Jesús inocente parecen dramatizaciones narrativas por parte del evangelista.  
 
Pero al margen de la historicidad de esa frase, habría, según esta formulación, un conjunto de cosas que no son de este mundo, que remiten a otro inexistente, un reino donde no hay súbditos, donde cada uno es rey, pero que a su vez nos exige que demos testimonio de su verdad en este mundo. 
 
Recoge Agamben una formulación a otro propósito de Furio Jesi extraída de su libro "Il tempo della festa" (2013) que dice que hay cosas en este mundo que no son de este mundo: «no hay fe más exacta hacia "otro mundo" que-no-es (ci-non-è) que la declaración de que tal "otro mundo" no es (non è)».
 
Es entonces cuando surge la pregunta de Pilato que sigue resonando todavía dos mil años después sin respuesta ninguna: ¿Qué es la verdad? Jesús permaneció callado. En latín la pregunta era: Quid est ueritas? A alguien cuyo nombre desconocemos se le ocurrió hace mucho tiempo que la respuesta estaba en la misma pregunta, alterando el orden de los fonemas como si se tratara de un anagrama: La respuesta sería est uir qui adest ('es el hombre que está presente ante ti').
Ese reino, aunque no lo parece, está aquí y ahora, irrevocablemente, en el presente. Se plantea la dicotomía entre lo que existe (la realidad, lo que es lo que es, que no es todo lo que hay) y lo que hay pero que está fuera de la realidad, entre el reino de este mundo, que no puede ser porque precisamente ya es, y el que no es de este mundo y por lo tanto no pertenece a la historia, pero por eso mismo puede ser.
 
¿Cómo interpretar esto? Amador Fernández-Savater lo relaciona con el “concepto de "bidimensionalidad" de Marcuse. Y escribe: “está lo que hay, está lo que podría haber. Están los hechos, los objetos, los productos, los signos; están también las potencias, las potencialidades, los procesos, las intensidades. Se trata de aprender a vivir en dos dimensiones a la vez, lo que hay y lo que podría haber, en cualquier situación que habitemos, sin dejarnos encerrar en una “unidimensionalidad" cualquiera, en el juicio de Pilato”.
 
 
Cristo ante Pilato, Duccio (1308-1311)
 
Giorgio Agamben deduce de esta constatación la idea de cambio social, y propone la revuelta frente a la revolución, una revuelta que no se basa en la fe en un final feliz, en que todo va a ir bien, sino en el rechazo de toda idea de un solo mundo, el rechazo de que la realidad, como diría Agustín García Calvo, es todo lo que hay y que no hay más cáscaras. Frente a eso propone el italiano la revuelta como apertura y disponibilidad a otro mundo, lo que me recuerda a mí a aquella proclamación de Buenaventura Durruti de que "llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones".

domingo, 22 de diciembre de 2024

Y cuarto domingo de Adviento

El cuarto domingo de Adviento es el domingo previo a la Navidad, en el que se anuncia en todas las iglesias católicas, apostólicas y romanas la inminente llegada del Hijo de Dios. Se subraya que este niño que se llamará Jesús de Nazaret nacerá en Belén, para que se cumpla la profecía de Miqueas y lo prometido por las Escrituras, y que constituye la plena realización de la Alianza entre Dios y los hombres. Los fieles se preparan para recibir al Salvador en torno a la corona que simboliza su reinado y encienden la cuarta y última vela que traerá la luz al mundo. 

 

Se conmemora así un hecho histórico con muchas imprecisiones, como señalamos en su momento: El niño no nació en el año 1 de nuestra era, sino en el 5 ó 6, tampoco nació en Belén, sino en Nazaret, y no nació el 25 de diciembre sino probablemente en primavera o en verano, dado que los pastores tenían sus rebaños al aire libre. 
 
El niño se llamó Jesús, y su nacimiento no fue virginal. Los evangelistas Marcos y Juan no hablan del tema, siendo Mateo y Lucas los que defienden que nació de una virgen. Ahora bien, tanto Juan como Lucas se refieren a él como 'Jesús, hijo de José, de Nazaret'. El mismo Lucas narra el episodio de la purificación de María tras el parto. ¿Qué necesidad habría tenido María de purificarse si el nacimiento de Jesús hubiera sido virginal fruto de una concepción "inmaculada"? 
 
Pero quizá el hecho más notable, como escribe Antonio Piñero, es que las epístolas de Pablo, que son cronológicamente anteriores a la redacción de los evangelios, hablan de la encarnación, pero nunca mencionan una concepción milagrosa ni un nacimiento virginal.
 
La Inmaculada Concepción de El Escorial, Murillo (1660-1665)
 
 Mateo, defensor de la virginidad de María antes del parto, sugiere que la madre de Jesús tuvo una vida marital normal después del nacimiento de su primogénito, por lo que cita a los hermanos de Jesús con sus nombres propios: Santiago, José, Simón y Judas, y al menos dos hermanas. En los evangelios, escritos en griego, se usa el término adelphós, que significa siempre “hermano carnal, nacido de la misma matriz” para referirse a los hermanos de Jesús. Si hubieran querido decir que eran simplemente primos o parientes más o menos lejanos hubieran utilizado otro término más preciso. 
 
¿Por qué se defendía que su madre era virgen y que había sido concebida por obra y gracia del Espíritu Santo? Muy sencillo, porque nacer de una madre virgen que hubiera sostenido relaciones sexuales con un dios, era algo muy estimado dentro, sobre todo, del mundo politeísta grecorromano, como demuestra el caso de tantos héroes y semidioses como Heraclés/Hércules, hijo de Zeus/Júpiter y de la mortal Alcmena. 
 
 
En el libelo de Celso, escrito en el 178 de nuestra era, contra los cristianos titulado “El discurso verdadero” se recoge la tradición muy consolidada en su época de que José, el carpintero, había echado de casa a María, su esposa, y repudiado porque había cometido adulterio con un legionario romano apodado Pantera. Era una acusación corriente contra Jesús entre paganos y judíos del siglo II de nuestra era.
 
Hay un texto del evangelio de Marcos (6:3) donde preguntan los vecinos de Nazaret: "¿No es este el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros? Y se escandalizaban a causa de él". En este texto la denominación 'hijo de María' aludiría a que era ilegítimo, dado que se omite la mención de su padre. 
 
La estrella de Belén es legendaria y poco verosímil. Solo aparece en uno de los cuatro evangelios. Pondría de manifiesto un hecho sobrenatural que ignorarían la madre, los hermanos y los paisanos del niño. 
 Y, sobre los reyes magos, lo primero que hay que decir es que no eran reyes sino “magos”, es decir, sacerdotes de una religión oriental, concretamente persa, muy respetada. Parece que es una leyenda inspirada en el Antiguo Testamento para dar viso de verosimilitud a la idea de que Jesús era el mesías, el hijo de Dios, lo que les había sido anunciado a unos paganos que respondieron positivamente a la llamada de la luz divina.

sábado, 21 de diciembre de 2024

Lotería navideña

Antes de que se celebre el sorteo de la lotería de Navidad que se celebra todos los años cuando se acercan las navidades,  proclamo y dejo aquí escrito quién va a ser el ganador. 
 
Antes de que se sepa el número agraciado con el premio Gordo, yo sé quién va a llevarse, como se suele decir, el gato al agua. ¿Quién será el gran beneficiado en el sorteo de Navidad del año en curso? El mismo que todos los años desde que se creó este engañabobos de la lotería nacional. 
 
Tú, si lo piensas un poco, también lo sabes. No es ningún secreto. Desde luego, no somos ni tú ni yo los afortunados. Este año la Lotería de Navidad distribuirá varios cientos de millones de euros. De esta cifra, algo más de la mitad se repartirá entre los números premiados, un pequeño porcentaje irá destinado a sufragar la comisión que reciben los vendedores o loteros, y el resto se lo queda directamente el Tesoro Público, o sea, Hacienda, es decir, el Estado, que es la madre que lo parió: he ahí el ganador seguro. 
 
No es nada nuevo. Cuando se creó la lotería de Navidad en 1812, se definió este sorteo como una forma de recaudación de ingresos por parte del Estado.   
 
Otro pellizco que recibirá Hacienda, que, digan lo que digan, no somos todos, será el de los boletos que no  son vendidos en las administraciones de lotería. Todos los décimos no vendidos antes del sorteo de diciembre serán devueltos a la Dirección General del Tesoro y Política Financiera del ministerio de Economía y Hacienda y patatín y patatán, o como quiera llamarse. Es decir, que si alguno de ellos resulta premiado o, como suelen decir, 'agraciado', también será el Estado el beneficiario de tal premio. 
 
Siempre le digo a mi madre, eterna jugadora y, por lo tanto, perdedora de la lotería, lo mismo: yo siempre gano porque no juego y, por lo tanto, no pierdo, mientras que tú siempre pierdes, año tras año, porque juegas y nunca ganas. 
 
Yo, de esta forma, no contribuyo a engrosar los ingresos del Estado y las arcas de los individuos agraciados -infelices, como si el dinero proporcionara la felicidad, la más cochina de las mentiras sobre las que se fundamenta el Régimen del Estado y el Capital que padecemos- que pueden ser cualesquiera menos nosotros mismos. Estadísticamente es imposible que nos toque a nosotros.  Pero es que, además, hay que decirlo: el dinero no proporciona la felicidad sino todo lo contrario, nos quita la poca que podríamos tener. Desengañémonos de una vez:  La mejor lotería que nos puede tocar es, paradójicamente, que no nos toque la lotería.  
 
Los agraciados con el premio gordo son unos infelices desgraciados, que sólo tienen lo que puede comprarse con dinero: nada que merezca la pena.  
 
¿Qué hacemos, mamá? ¿Seguir jugando? La mejor lotería que nos puede tocar es un poco de salucita, que no nos falte la salucita, la salud, que es lo único que nos hace falta para poder seguir tirando. ¡Y lo demás es cuento!

viernes, 20 de diciembre de 2024

Marionetas

Todo el mundo sabe que las marionetas son esos muñecos articulados de madera y trapo generalmente que representan a personas. Poca gente se percata sin embargo de que también hay marionetas de otros materiales como carne y hueso, o cuerpo y alma, que, al igual que las primeras, ignoran que son marionetas y que son manejadas hábilmente mediante hilos casi invisibles por otras marionetas o fuerzas ocultas que les hacer representar las sencillas obras dramáticas que son sus propias vidas convertidas en las biografías que protagonizan en el teatro del mundo.
 
 
 
La palabra es préstamo del francés 'marionnette', diminutivo de Marie que era el nombre de la Virgen y  significaba "estatuilla de madera o de yeso de la Nuestra Señlora" y solía colocarse en los nichos de las casas. De ahí pasó a significar en la lengua de Molière, figura que representa a un ser humano o a un animal, movida con la mano por una persona oculta que le hace desempeñar un papel, de donde deriva el sentido en que la utilizamos hoy para referirnos a persona fácilmente manipulable.  
 
Se valen de hilos muy sutiles, tan finos que no se ven a simple vista, pero están ahí, capaces de mover los engranajes de nuestras más bajas pasiones, nuestros más oscuros intereses.
 
 
Los que manejan los hilos saben que las marionetas podrían llegar a rebelarse y romper los hilos que las manejan,  por lo que ellos, que sólo aspiran a ser sus dueños durante una temporada, ceden el puesto de vez en cuando a un nuevo títere y amo. Logran así que el tinglado del teatro del mundo permanezca como está, que el sistema se perpetúe, que siga la alternancia: derecha hoy, izquierda mañana, o viceversa. Siempre con el mismo objetivo de mantener a las marionetas de carne y hueso que ignoran que son marionetas y que, en el colmo de la estupidez, llegan a creer que son libres, uncidas al carro que lleva a sus manipuladores en triunfo.
 
Pero estos faraones democráticos ni siquiera llevan un esclavo detrás recordándoles que son mortales, quieren ser inmortales, construyen pirámides de arena y ya no contentos con mandar durante una generación fundan dinastías destinadas a perpetuarse. Son dueños de nuestros cuerpos, por eso velan por nuestra salud, pero quieren ser también dueños de nuestras mentes y de nuestras almas.
 
Ni siquiera revoluciones tan gloriosas como la francesa y la rusa que se produjeron contra el sistema pudieron hacer nada contra él, que acabó asimilándolas enseguida, convirtiéndolas en parte también del sistema contra el que se rebelaban.
 
Yo, personalmente, un triste títere o marioneta como otra cualquiera, no puedo hacer nada tampoco contra el sistema porque, como el Rey Sol, puedo decir que el sistema o el estado, tanto monta, soy yo también.
 
¿Hay algo, sin embargo, en esta triste marioneta que soy yo que pueda hacer algo contra el sistema? Puede. A lo mejor ya lo he hecho, denunciando cómo son y están las cosas y cómo necesitan de nuestra fe para sostenerse: es posible que sin nuestra fe se desmoronen. Nada nos lo asegura, por supuesto, pero tampoco nada nos dice lo contrario. Es cuestión de probar, de ir tanteando. Puede que sea así, que sin nuestra fe, que mueve y sostiene montañas, todo se venga abajo como por arte de magia. Ojalá sea así. Así sea y que yo lo vea.