Antes de que se celebre el sorteo de la lotería de Navidad que se celebra todos los años cuando se acercan las navidades, proclamo y dejo aquí escrito quién va a ser el ganador.
Antes de que se sepa el número agraciado con el premio Gordo, yo sé quién va a llevarse, como se suele decir, el gato al agua. ¿Quién será el gran beneficiado en el sorteo de Navidad del año en curso? El mismo que todos los años desde que se creó este engañabobos de la lotería nacional.
Tú, si lo piensas un poco, también lo sabes. No es ningún secreto. Desde luego, no somos ni tú ni yo los afortunados.
Este año la Lotería de Navidad distribuirá varios cientos de millones de euros. De esta cifra, algo más de la mitad se repartirá entre los números premiados, un pequeño porcentaje irá destinado a sufragar la comisión que reciben los vendedores o loteros, y el resto se lo queda directamente el Tesoro Público, o sea, Hacienda, es decir, el Estado, que es la madre que lo parió: he ahí el ganador seguro.
No es nada nuevo. Cuando se creó la lotería de Navidad en 1812, se definió este sorteo como una forma de recaudación de ingresos por parte del Estado.
Otro pellizco que recibirá Hacienda, que, digan lo que digan, no somos todos, será el de los boletos que no son vendidos en las administraciones de lotería. Todos los décimos no vendidos antes del sorteo de diciembre serán devueltos a la Dirección General del Tesoro y Política Financiera del ministerio de Economía y Hacienda y patatín y patatán, o como quiera llamarse. Es decir, que si alguno de ellos resulta premiado o, como suelen decir, 'agraciado', también será el Estado el beneficiario de tal premio.
Siempre le digo a mi madre, eterna jugadora y, por lo tanto, perdedora de la lotería, lo mismo: yo siempre gano porque no juego y, por lo tanto, no pierdo, mientras que tú siempre pierdes, año tras año, porque juegas y nunca ganas.
Yo, de esta forma, no contribuyo a engrosar los ingresos del Estado y las arcas de los individuos agraciados -infelices, como si el dinero proporcionara la felicidad, la más cochina de las mentiras sobre las que se fundamenta el Régimen del Estado y el Capital que padecemos- que pueden ser cualesquiera menos nosotros mismos. Estadísticamente es imposible que nos toque a nosotros.
Pero es que, además, hay que decirlo: el dinero no proporciona la felicidad sino todo lo contrario, nos quita la poca que podríamos tener. Desengañémonos de una vez: La mejor lotería que nos puede tocar es, paradójicamente, que no nos toque la lotería.
Los agraciados con el premio gordo son unos infelices desgraciados, que sólo tienen lo que puede comprarse con dinero: nada que merezca la pena.
¿Qué hacemos, mamá? ¿Seguir jugando? La mejor lotería que nos puede tocar es un poco de salucita, que no nos falte la salucita, la salud, que es lo único que nos hace falta para poder seguir tirando. ¡Y lo demás es cuento!
Precisamente ayer en La Voz de Asturias...
ResponderEliminarhttps://www.lavozdeasturias.es/noticia/opinion/2024/12/21/trampa-loteria/00031734782043906784412.htm
Muy interesante y muy oportuna reflexión y alusión al ¿todopoderoso? San Pancracio, don Dinero, el sostenedor de todo el tinglado.
EliminarFeliz Navidad para ti y para las personas que quieres. Y estoy en esto con tu madre, porque aun sabiendo lo de porcentajes, inversiones... En la vida hay que tener alguna ilusión, y te lo dice alguien que ha vivido toda su vida de ilusiones y, claro, así me va.
ResponderEliminarFeliz vanidad, perdón, navidad, quería decir, para ti y para las personas que quieres y un fuerte abrazo.
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