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sábado, 21 de diciembre de 2024

Lotería navideña

Antes de que se celebre el sorteo de la lotería de Navidad que se celebra todos los años cuando se acercan las navidades,  proclamo y dejo aquí escrito quién va a ser el ganador. 
 
Antes de que se sepa el número agraciado con el premio Gordo, yo sé quién va a llevarse, como se suele decir, el gato al agua. ¿Quién será el gran beneficiado en el sorteo de Navidad del año en curso? El mismo que todos los años desde que se creó este engañabobos de la lotería nacional. 
 
Tú, si lo piensas un poco, también lo sabes. No es ningún secreto. Desde luego, no somos ni tú ni yo los afortunados. Este año la Lotería de Navidad distribuirá varios cientos de millones de euros. De esta cifra, algo más de la mitad se repartirá entre los números premiados, un pequeño porcentaje irá destinado a sufragar la comisión que reciben los vendedores o loteros, y el resto se lo queda directamente el Tesoro Público, o sea, Hacienda, es decir, el Estado, que es la madre que lo parió: he ahí el ganador seguro. 
 
No es nada nuevo. Cuando se creó la lotería de Navidad en 1812, se definió este sorteo como una forma de recaudación de ingresos por parte del Estado.   
 
Otro pellizco que recibirá Hacienda, que, digan lo que digan, no somos todos, será el de los boletos que no  son vendidos en las administraciones de lotería. Todos los décimos no vendidos antes del sorteo de diciembre serán devueltos a la Dirección General del Tesoro y Política Financiera del ministerio de Economía y Hacienda y patatín y patatán, o como quiera llamarse. Es decir, que si alguno de ellos resulta premiado o, como suelen decir, 'agraciado', también será el Estado el beneficiario de tal premio. 
 
Siempre le digo a mi madre, eterna jugadora y, por lo tanto, perdedora de la lotería, lo mismo: yo siempre gano porque no juego y, por lo tanto, no pierdo, mientras que tú siempre pierdes, año tras año, porque juegas y nunca ganas. 
 
Yo, de esta forma, no contribuyo a engrosar los ingresos del Estado y las arcas de los individuos agraciados -infelices, como si el dinero proporcionara la felicidad, la más cochina de las mentiras sobre las que se fundamenta el Régimen del Estado y el Capital que padecemos- que pueden ser cualesquiera menos nosotros mismos. Estadísticamente es imposible que nos toque a nosotros.  Pero es que, además, hay que decirlo: el dinero no proporciona la felicidad sino todo lo contrario, nos quita la poca que podríamos tener. Desengañémonos de una vez:  La mejor lotería que nos puede tocar es, paradójicamente, que no nos toque la lotería.  
 
Los agraciados con el premio gordo son unos infelices desgraciados, que sólo tienen lo que puede comprarse con dinero: nada que merezca la pena.  
 
¿Qué hacemos, mamá? ¿Seguir jugando? La mejor lotería que nos puede tocar es un poco de salucita, que no nos falte la salucita, la salud, que es lo único que nos hace falta para poder seguir tirando. ¡Y lo demás es cuento!

viernes, 22 de diciembre de 2023

¡Ha salido el Gordo!

     ¿Cómo nos presenta el Ente Público de RTVE nuestro estado actual a través del anuncio, que este año se supera a sí mismo, del Sorteo de Navidad? De una forma muy gráfica, todos y cada uno de nosotros somos ese hámster que corre interminablemente moviendo la rueda que da vueltas sin fin sobre su propio eje. Es la imagen de Sísifo haciendo una tarea baldía con un ímprobo trabajo. 

    El Ente Público no se está riendo de nosotros: nos está retratando reflejando lo puteados, nunca mejor dicho en el sentido de 'prostituidos', que estamos. Y nos promete algo que no va a suceder: si nos toca el Gordo de la Lotería hoy 22 de diciembre de 2023 caerá sobre nosotros una lluvia dorada de millones y nuestra vida va a dar el GRAN GIRO hasta tal punto de que vamos a dejar de hacer girar la rueda maldita de nuestro infortunio, saliéndonos de ella, liberándonos y rompiendo la cadena.


    Se oye de fondo la voz angelical de los niños y niñas de San Ildefonso cantando: "Cuatro millones... de euros." (Hasta el año 1999 los  millones que cantaban estos angelitos de Dios eran millones de pesetas, pero a partir de esa fecha el dinero que nos caía del cielo como el maná e iba a resolver nuestra vida haciendo que no la perdiéramos intentando ganárnosla se medía en euros, la nueva moneda europea que hacía su aparición estelar haciendo que todo cambiara para seguir igual, es decir, para seguir peor por el engaño).

    Si nos toca hoy el Gordo que no nos va a tocar, vamos a dejar de ser el hámster enjaulado que somos corriendo en la cinta estática de correr sin ir a ninguna parte, y vamos por fin a ser libres... gracias al Capital y al Estado generoso que es precisamente quien nos encadena y de este modo por fin nos manumite...

    ...algo que nunca sucederá, aunque nos toque efectivamente el Gordo de la Lotería que, por otra parte, no nos va a tocar.

    Lo dicho: El Ente Público se ha superado a sí mismo, rehuyendo los anuncios empalagosos de otros años. Este año el anuncio de la lotería ha acertado plenamente.