martes, 23 de enero de 2024

¡Abajo los ejércitos!

    Hace algo más de un siglo ya, y antes de la primera guerra mundial, la publicación semanal francesa Le libertaire sacó el 2 de octubre de 1910 un artículo "À bas les Casernes!" (¡Abajo los Cuarteles!) de Anna Mahé en forma de carta de una madre a su hijo que había cumplido la edad de incorporarse a filas, que le supuso a la autora un proceso judicial por injurias al ejército del que salió finalmente absuelta al ampararse en el derecho a la libertad de expresión. 

     El interés de esta carta, más de cien años después de publicada, hace que la traduzcamos y reproduzcamos en estos convulsos tiempos que corren en los que leemos, por ejemplo, que el gobierno más progresista de la historia de España ha duplicado con creces el gasto militar en muchos miles de millones de euros presupuestado para el año que concluyó, y en el que no solo  han aumentado las guerras y guerrillas a nuestro alrededor, sino la justificación moral que se hace de ellas como derecho de defensa. 

 Una madre a su hijo:

Ha llegado la hora tan temida de las madres: el Cuartel abre sus puertas de par en par a los jóvenes de veinte años.

Hace veinte años que soy madre.

Tú estabas ahí, tan frágil, con una vidita algo vacilante, subordinada a los deseos de los que te rodeaban y ya llegó un hombre, el médico del estado civil, y dijo:

-¡Es un futuro defensor de la Patria!

Tú, el pequeño inofensivo y desarmado, eras el futuro artesano de la obra de la muerte, eras, criaturita rosa salida de mí, carne de cañón para el futuro.

Hace veinte años de eso.

Hoy, apto para el Cuartel, apto para la servidumbre, apto para el crimen, apto para el matadero.

Las demás se limitan a llorar. Yo, yo no me resigno a eso.

He querido hacer de mi hijo un hombre íntegro, inteligente y bueno, orgulloso y libre.

Los que nos gobiernan quieren hacer de él un esclavo, un cobarde, un asesino, o, en caso de rebeldía, una víctima.

¿En nombre de qué?

Te han dicho: “Ha llegado la hora de pagar tu deuda a la Patria. Joven, debes ignorarte a ti mismo, doblegar tu voluntad a la voluntad de otros hombres. La única cualidad que se te exigirá será la obediencia, pero una obediencia pasiva. Serás el instrumento, el autómata que hacemos funcionar a capricho. Tu papel es hermoso. Eres un defensor de la Patria”.

¿La Patria?

Es decir, una porción de tierra delimitada por unos hombres y más allá de la cual comienza otra patria donde viven otros hombres semejantes, con necesidades iguales. Aquí Francia; veinte metros más allá Bélgica, Alemania, Suiza, Italia o España.

La madre Patria, la buena madre a la que el pobre debe pagar su ¿deuda? más aún que el rico, a la que los poetas han cantado. La patria es un engaño, tú lo sabes. Sabes que los alemanes, los rusos, los chinos, los negros y los pieles rojas son hombres, y que el único enemigo es el amo, el que sobre su semejante ejerce su autoridad.

Así que ¿qué irías a hacer tú en el cuartel?

Piénsalo bien: el cuartel es el inevitable colapso moral, es la camareta del dejarse llevar, la suciedad física e intelectual, los malos hábitos contraídos para siempre quizá...

El cuartel es la obediencia pasiva a todas las órdenes, por ineptas que sean. Es el envilecimiento, es la abdicación de la voluntad.

El Cuartel es la escuela del asesinato, donde se elabora la defensa del Capital por el Trabajo; donde se lleva a los trabajadores de ayer hacia los huelguistas diciendo: 'Disparen”.

 El cuartel, cuando uno no sabe plegarse, es la antesala de Biribí. (en argot militar, las antiguas compañías disciplinarias del norte de África a donde destinaban a los soldados condenados, n. del t.).

El cuartel es toda la podredumbre, todas las taras, todas las vergüenzas, todos los crímenes.

¿Has pensado solo por un momento que podrías abdicar de tu personalidad hasta el punto de someterte al yugo del militarismo,? ¿Has pensado en aprender el oficio de asesino sin rebelarte?

Mi orgullo de madre se niega a creerte capaz de ese compromiso.

Antes que verte degradado, envilecido por la disciplina, rebajado a las faenas inmundas de un asesino, prefiero no volver a verte nunca más, hijo mío querido.

¡El mundo es grande! Y la posible miseria es preferible a la miseria moral que te esperaría allí, en ese cuartel donde los hombres encierran a los hombres para entrenarlos en obras de muerte.

Una madre. Para copia certificada. A. Mahé.

lunes, 22 de enero de 2024

Flagelaciones

Entre tantísimo artefacto smart (ciudad, casa, teléfono, televisión, coche, reloj, la propia inteligencia artificial...) el tonto más tonto voy a resultar yo.

 
 Para los que no saben freírlo o no tienen tiempo, ya llega al supermercado el huevo frito envasado al vacío con toda su yema, su clara, su sabor y su textura. 
 
 Consideraba Cioran a los gitanos el pueblo auténticamente elegido, porque no eran responsables de ningún acontecimiento ni habían fundado ninguna institución.
Caravanas. Campamento gitano cerca de Arlès, Vincent van Gogh (1888).
El rey frisón Radbod, que iba a ser bautizado, renunció al bautismo cuando el obispo le dijo que sus antepasados no bautizados no estaban en el reino celestial.

 

Última hora: la inminente y preocupante enfermedad X, que aún no existe, puede erradicarse gracias a las vacunas que todavía se hallan en fase de experimento. 

 

Si la mayoría de la gente se vacunase de la enfermedad X que aún no existe (preventive vaccination), acabaríamos con ella antes aun de que comenzara a existir.

PREVENTIVE vaccine

Visto en X, antes Tuíter: The following media includes potentially sensitive content: La humanidad de mal en peor: Sin ojos, sin oídos, sin boca y sin cojones.

Canción: La espada de aquel tirano, una, dos y tres, mirad que la tengo yo, una, dos y tres, aquí, hasta la empuñadura, una, dos y tres, clavada en el corazón.

Los masoquistas, Roland Topor (1960)
 

Frente al sí, resí y requetesí, esgrimo el no, renó y requetenó. Por lo tanto no solo me declaramos negacionista, sino renegacionista y aun requetenegacionista.

 

domingo, 21 de enero de 2024

Crónicas pospandémicas (y III)

    Los teóricos del globalismo, vamos a llamarlo así, ya dicen que los Estados son incapaces de resolver crisis globales como el cambio climático si no ceden en parte su soberanía a organizaciones internacionales no gubernamentales, porque hasta ahora los Estados daban respuesta, es un decir, a problemas locales, nacionales, pero, por esencia, no pueden dar respuesta, es un decir, a problemas globales o mundiales sin abandonar sus pretensiones soberanas o locales, como se vio en el caso de una epidemia que ya no se circunscribía a un ámbito territorial concreto, sino a todo el planeta.

    Organizan cumbres masivas en las que firman acuerdos internacionales que vinculan a los estados nacionales a ciertas políticas, por el bien común del planeta y de la humanidad en general, por lo que, después de la pandemia, el cambio climático ha sido rebautizado como “crisis sanitaria” que puede provocar una “crisis alimentaria”, una “crisis económica” y, en definitiva, una “crisis política”. 

    El FMI, por ejemplo, nos dice que todos los países del mundo deberían gravar el carbono, y que la educación debería fomentar una cruzada contra el cambio climático. Por eso las élites no electas del planeta -si se me permite el juego de palabras etimológico entre élites y electos- no necesitan de un gobierno mundial efectivo y reconocido, sino un panel de expertos internacionales a sueldo que trabaje para salvar el mundo. 

    Ni siquiera tienen necesidad de dictar -verbo que nos trae a la memoria las oprobiosas dictaduras del siglo pasado- sino de recomendar, que es más suave y efectivo, porque interioriza la obligación haciéndola voluntaria- políticas gubernamentales en casi todos los ámbitos de la vida de todas las naciones del planeta.

    Oficialmente, no existe dicho gobierno mundial ni el Estado Profundo, por lo que no debe rendir cuentas al electorado planetario. Por eso mismo no vamos a tener una moneda global única, ni falta que hace, sino docenas y docenas de monedas digitales intercambiables sin ningún problema, que favorecerán un sistema de pago y cobro armonioso que nunca pondrá en peligro la esencia del capitalismo. 

    No habrá un gobierno global, habrá paneles internacionales de “expertos imparciales”, designados por la ONU que harán “recomendaciones políticas”. La mayoría o todos los países del mundo seguirán la mayoría o todas las recomendaciones.

    Los fact checkers o verificadores de datos, que son la versión moderna de los censores de antaño, nos dirán siempre que es mentira que “los paneles de expertos de la ONU no constituyen un gobierno global a la sombra porque no tienen poder legislativo ni ejecutivo ni judicial”. Dirán que es una teoría de la conspiración. 

    Su misión de lucha contra la desinformación es ocultar la verdad, como se ve, en la realidad. Mientras tanto, los estados nacionales podrán seguir alimentando la ilusión democrática de que se gobiernan a sí mismos, de que son soberanos y de que no hay ninguna supraestructura por encima de ellos, y sus ciudadanos la de que son sus votos los que eligen a sus gobernantes, promoviendo la alternancia en el poder de opciones políticas indiferentes que se pretenden contrapuestas. Algo, sin embargo, huele a podrido en el Estado Profundo, y no se puede ocultar la pestilencia de su hedor.

sábado, 20 de enero de 2024

¿Es verdad la realidad?

    Me sorprendió el otro día el hondo calado filosófico de la declaración de nuestro presidente del gobierno, que en una entrevista concedida al Periódico Global -El País, para los lerdos-, respondía a la pregunta de la entrevistadora: “Lo más relevante es saber que en la vida como en la política la verdad es la realidad”. 
 
    Algunos fans (abreviatura anglosajona probable de 'fanatic' -fanáticos- tomada del inglés americano para los hinchas entusiastas del béisbol y que aquí empleo yo con el sentido de devotos que le han entregado sus votos, nunca mejor dicho, y su devoción a Pedro) recurrieron enseguida a buscar la fuente arcana de tanta sabiduría de la que había bebido el presidente, y se remontaron al mismísimo Aristóteles. 
 
    Pero hay una cosa clara, por mucho que investiguemos en los textos del estagirita, Aristóteles nunca dijo que la verdad fuera la realidad, por la sencilla razón de que la realidad no estaba inventada todavía. 
 
    No es una broma lo que digo, dado que se trata de un término y un concepto neolatino moderno ajeno a la antigüedad clásica, que remonta a la palabra res 'cosa', a través del adjetivo  realis 'relativo a la cosa'de donde se obtuvo el sustantivo abstracto y, por lo tanto la idea, de realitas, que el diccionario de Blánquez Fraile define como “physica rei existentia”, para lo que ha tenido que recurrir a un helenismo como “physis” y al latín tardío 'ex(s)istentia', de modo que signifique algo así como “surgimiento natural o físico, si se prefiere mantener el helenismo, de una cosa: vamos que tiene existencia efectiva, para lo que tiene que tener un nombre y, secundariamente, un número. 
 
 
    Una formulación como “La verdad es la realidad” así, en abstracto, no deja de sembrarme muchas dudas, por lo que decido consultar al oráculo de la Inteligencia Artificial a través de la Sibila de Cumas que es el Chat GPT. Preguntado si la verdad es la realidad como dice Pedro, esto es lo que me contesta el susodicho Chat, ni sí ni no, sino todo lo contrario: 
 
    La verdad y la realidad son conceptos relacionados pero distintos. La realidad se refiere a lo que existe de manera objetiva, independientemente de nuestra percepción o interpretación. Es lo que es, independientemente de nuestras creencias o conocimientos sobre ello. 
 
    Por otro lado, la verdad se refiere a la correspondencia entre nuestras creencias o afirmaciones y la realidad. En otras palabras, algo es verdadero si se ajusta a la realidad. Sin embargo, a veces nuestras percepciones pueden estar equivocadas, y lo que creemos que es verdad puede no coincidir con la realidad objetiva. 
 
    En resumen, la verdad aspira a reflejar fielmente la realidad, pero no siempre coincide debido a nuestras limitaciones en la percepción y comprensión. La realidad es independiente de nuestras percepciones y creencias, mientras que la verdad es la representación precisa de esa realidad en nuestras mentes. 
 
 
    La respuesta no me saca de mis dudas ni me deja satisfecho. El primer párrafo me siembra muchas más dudas aún de las que yo albergo, porque si la realidad es lo que existe objetivamente pero depende de mi percepción subjetiva, está claro que mi percepción distorsiona la realidad, por lo que esta no puede ser verdad... y lo que creo que es verdad puede no coincidir con la realidad objetiva... 
 
    Ante mi perplejidad, pues no me ha sacado de la duda, decido formularle al oráculo la pregunta al revés, por aquello de que si A es igual a B, B es igual a A, y le pregunto: ¿La realidad es la verdad? Me responde lo mismo con otras palabras: 
 
    La realidad y la verdad son conceptos complejos que han sido objeto de reflexión y debate a lo largo de la historia filosófica y epistemológica. En términos generales, la realidad se refiere a la existencia objetiva de cosas y eventos, independientemente de si son percibidos o comprendidos por alguien. Por otro lado, la verdad se relaciona con la correspondencia entre nuestras creencias o afirmaciones y los hechos objetivos. 
 
    En muchos casos, se asume que la realidad y la verdad están estrechamente vinculadas, ya que se espera que nuestras percepciones y comprensiones se alineen con lo que realmente existe en el mundo. Sin embargo, existen perspectivas filosóficas que cuestionan la posibilidad de conocer una verdad absoluta o la realidad en sí misma, argumentando que nuestras percepciones están siempre mediadas por nuestras experiencias y limitaciones cognitivas. 
 
    En resumen, aunque la realidad y la verdad están relacionadas, no son necesariamente idénticas. La verdad se refiere a la correspondencia entre nuestras creencias y los hechos, mientras que la realidad es la existencia objetiva de cosas y eventos, independientemente de nuestras percepciones. La comprensión completa de estos conceptos puede variar según la perspectiva filosófica o epistemológica que se adopte. 
 
    Al final, lo que viene a decirme el oráculo con su farragosa palabrería, literatura barata, es que la comprensión de ambos conceptos depende de la perspectiva que se adopte. Para ese viaje no necesitábamos tantas alforjas filosóficas ni epistemológicas porque lo que sí está claro es que hace falta que alguien diga, como nuestro presidente, no Aristóteles, que la verdad es la realidad para que luego venga otro como yo, por ejemplo, que soy cualquiera, y lo desmienta diciendo que no, que eso es mentira, que la realidad es una cosa y la verdad es otra muy distinta.  

viernes, 19 de enero de 2024

Crónicas pospandémicas (II)

    Capitalismo, comunismo, socialismo, democracia, socialdemocracia, neoliberalismo, globalismo, dictadura, monarquía, república… son palabras que van diluyendo progresivamente su significado, pero que nunca van a ser abandonadas por el sistema, útiles que son todavía para ocultar el dominio sobre la gente y el hecho de que por debajo de ellas no hay nada sustancial que las haga diferentes. 

    Lo que el llamado globalismo nos trae es una colección nominal e histórica de Estados-nación, con sistemas de gobierno superficialmente diferentes, todos construidos sobre los mismos parámetros subyacentes y todos respondiendo al mismo patrón de una autoridad superior y supranacional no elegida ni declarada. Si esto nos resulta de algún modo familiar y no extraño es porque ya lo estamos padeciendo. 


    Ni siquiera hace falta que se apruebe el tratado de pandemias que quiere imponer la Organización Mundial de la Salud (en realidad Organización de la Mala Salud) porque en la práctica ya ha probado su vigencia desde que se declaró la pandemia universal del virus coronado el 30 de enero de 2020 hasta el fin de la emergencia (pero no del virus coronado) el 5 de mayo del 2023.

    ¿Qué pruebas tenemos de la existencia del así llamado Estado Profundo, que es el eje en torno al que gira el globalismo? Tenemos, por ejemplo, el hecho de que la mayoría de las naciones están introduciendo una nueva moneda digital emitida por su banco central habida cuenta de que el dinero totalmente digital permite un control absoluto de cada transacción. No existe una diferencia práctica entre 195 monedas digitales diferentes que son intercambiables y que revelan la existencia de una única moneda global que podíamos decir que es el Dinero que abandona la liquidez de su estado sólido y efectivo para convertirse en una entelequia numérica y crediticia (por no hablar de la desaparición efectiva que hemos padecido en la Unión Europea de las viejas monedas nacionales: el franco, la peseta, el marco alemán, la lira italiana..., en provecho del euro). 

    Podemos decir, en resumidas cuentas, que los viejos estados nacionales han perdido efectivamente el control de su moneda, pero el capital, que no conoce fronteras, sin embargo, no ha perdido el control de ningún estado nacional. 

        Pero ¿qué pasa con la política?¿Cómo se las arregla ese Estado Profundo para camuflar su existencia? ¿Cómo transmite ese gobierno global políticas y leyes? Dando un enfoque pedagógico a través de la educación y adoctrinamiento de los sistemas educativos y medios de formación de la opinión pública a fin de que los propios ciudadanos deseen esas políticas y leyes sin necesidad de coerción. Si alguien, haciendo uso de su libertad de expresión, se atreve a denunciar el globalismo es tachado enseguida como fuente de desinformación (disinformation) o de mala información (misinformation), y pronto será censurado efectivamente dado que, como han declarado en Davos justificando así la censura, la mayor amenaza mundial consiste en que alguien no informe de lo que tiene que informar, es decir, de lo que está sutilmente mandado. 

     Hay una línea que divide a los buenos y malos ciudadanos. Probos son los afirmacionistas, ímprobos los negacionistas (del virus, del cambio climático, de la descarbonización...), calificados además tanto por la derecha política -vamos a decir con más precisión 'por los neoliberales'- como por la izquierda -llamémoslos 'socialdemócratas'- de 'radicales de extrema derecha' o 'neonazis'. 

 

    En realidad ya no hay ni derecha ni izquierda desde hace tiempo entre los partidos parlamentarios de gobierno, pero todos ellos esgrimen el fantasma de la extrema derecha. 

     La estrategia del Estado Profundo es plantear un problema a escala mundial, como es en la actualidad el cambio climático presentándolo como crisis sanitaria que nos afecta personalmente porque puede derivar en crisis política y económica. La solución de este problema general no puede ser particular. Si es un problema global, la solución no puede ser local, tiene que ser a escala planetaria. De nada nos sirve purificar nuestro aire de emisiones de dióxido de carbono, es un decir, si los vecinos no lo hacen también, porque el aire que respiramos no tiene fronteras...

jueves, 18 de enero de 2024

Alocución de Damon Imani

    La alocución de Damon Imani en el Foro Económico de Davos es un montaje creado obviamente con inteligencia artificial y por lo tanto falso, pero si no es real, merecería serlo sin embargo.
 
    Las palabras del invitado, que comienza agradeciendo educadamente la oportunidad de participar en el evento del Foro Económico -ahora llaman economía a la política-  Mundial, y que aprovecha para mandar a que le den (lo que se merece) al presidente y a su Nuevo Orden Mundial, irritan al presidente que se levanta de su asiento y se va indignado, mientras el locutor razona que el pueblo es libre y quiere seguir siéndolo, y vuelve finalmente a desear a todos los presentes que les den (lo que merecen).
 
    He aquí sus palabras en la lengua del Imperio en que son pronunciadas, con el pitido correspondiente cuando se oye el término malsonante: "And I appreciate the World Economic Forum providing me the opportunity to be on this stage, and say ‘fuck you, Klaus Schwab, and fuck your New World Order’. We the people were born free and will stay free. And you and all of your globalists friends including everyone in this room can go fuck yourselves". 

 


    Y esta su traducción: "Y agradezco al Foro Económico Mundial que me brinde la oportunidad de estar en este escenario y decirle que le jodan, Klaus Schwab, a usted y a su Nuevo Orden Mundial. Nosotros, el pueblo, nacimos libres y seguiremos siendo libres. Y usted y todos sus amigos globalistas incluidos todos los presentes en esta sala pueden irse a la mierda".

   

      Durante esta semana políticos y empresarios -emprendedores todos, incluido nuestro presidente- de todo el mundo se reúnen en el Foro Económico Mundial que se celebra en la localidad helvética de Davos, un congreso organizado por el señor Klaus Schwab, autor de la frase que le retrató: "La pandemia representa una rara pero pequeña ventana de oportunidad de repensar, reimaginar y resetear nuestro mundo". El FEM reúne a las grandes élites globalistas que pretenden aplicar políticas mundiales con las mejores intenciones del mundo -ecología, feminismo, igualdad de oportunidades...- para engañar y dominar a la población, más aún de lo que ya está, a través de sus propios gobiernos democráticos. 
 
    Ha sido este gran rechazo lo que ha causado la polémica del brevísimo vídeo elaborado con IA por Damon Imani, un creador danés de contenidos críticos y satíricos, que se ha hecho viral en todas las redes sociales y que ha sido censurado y denunciado enseguida como “fake” por los verificadores, falso sí, pero que expresa lo que millones de personas en todo el mundo quisiéramos poder decir si tuviéramos la oportunidad de hacerlo en Davos.

    No sé si alguien habrá pensado en medir la huella de carbono de los plutócratas hipócritas del Foro Económico Mundial de Davos,  que van de ecologistas y acuden en sus jets privados desde todos los rincones del planeta, que toman lujosas limusinas para ir desde el aeropuerto a la localidad suiza y que tienen calefacción y suelos radiantes hasta en los balcones desde los que se asoman a la nieve, a parte de todo el equipo de seguridad motorizado. Algunos llevan hasta sus propios mayordomos, y se preocupan por la desigualdad económica existente en el mundo, que dicen querer remediar, responsables como son ellos y el sistema que defienden, que es el capitalismo neoliberal y socialdemócrata de dicha desigualdad. 

La Confederación Helvética moviliza más de 5000 militares para velar por la seguridad de esta 54 edición del Foro de Davos.
 

    Dicen también preocuparse por la brecha de género y los derechos de los homosexuales, y recurren a los servicios de lujosas putas y putos, por no hablar de su preocupación por el excesivo consumo de carne, que nada tiene que ver con el bienestar de los animales. Quieren que disminuya el consumo de carne en el mundo, pero que sea de más calidad -a ellos no les falta en sus selectos menús-, no de granjas donde se hacinan en condiciones deplorables por millares reses que no pastan libres en los campos, y promueven en cambio el consumo sin prejuicios de grillos, cucarachas y otros insectos para el resto... 

miércoles, 17 de enero de 2024

Crónicas pospandémicas (I)

    Si algo hemos aprendido durante la pandemia (2020-2023), poca cosa que no supiéramos o intuyéramos ya desde mucho antes a decir verdad, es que ha servido para evidenciar la existencia efectiva de un gobierno mundial en la sombra que controla a todos y cada uno de los gobiernos y habitantes del planeta un poco más y mejor de lo que estábamos sin que nos demos cuenta demasiado. Lo grave no fue la epidemia en sí, sino las consecuencias que se derivaron de ella. 

    Ya dijeron algunos que no había mal que para bien no viniera y que la crisis sanitaria, dentro de lo mala que era, no dejaba de ser una oportunidad pintiparada para resetear el sistema. Atención al anglicismo que pone en relación, por algo será, el virus informativo, es decir, la información que se viraliza, nunca mejor dicho, dando carta de naturaleza a la existencia de un peligroso patógeno, y el virus informático. 

     Claro está que los perpetradores del reseteo no van a reconocer abierta- y expresamente que han creado la crisis a propósito, pero lo que sí podemos ver es que, a río revuelto, aprovechan la ganancia. No van a ponerle un nombre a su coup d' État -¡qué bien suena en francés!- global, o sea, mundial, porque eso sería reconocer el fenómeno, lo que facilitaría su visibilidad y, por lo tanto, podría fomentar la oposición de los nacionalismos. 

    El éxito de la empresa radica, precisamente, en que es tan evidente que no se ve, y si alguien lo ve se dice que está viendo visiones, y si lo denuncia es porque es un hater -ojo a este otro anglicismo, que es lo contrario de lover. Téngase en cuenta, además, el hecho de que el odio está tipificado como delito, y el amor es una medalla condecorativa que se ponen en el pecho como broche de oro los filántropos.

    Quieren establecer una gobernanza planetaria -gobierno es término ya obsoleto y pasado de moda-,  pero para ello no pretenden abolir las nacionalidades ni sus respectivos gobiernos y sistemas democráticos ni las diversas lenguas nacionales, aunque la lengua del Imperio, el inglés, sea la lengua franca impuesta en todas las instituciones, incluida la Unión Europea, después incluso de la salida del Reino Unido de la Gran Bretaña, donde solo queda como anglófona la república de Irlanda. El inglés es la segunda lengua y por lo tanto la única internacional de todos los demás estados. 

La leyenda de los siglos, René Magritte (1950)
 

    Nunca van a salir Bill Gates o Klaus Schwab, no son tan bobalicones, a decirnos en versión original subtitulada por la tele que ya no existen los estados nacionales ni sus lenguas oficiales y cooficiales. Nada más lejos de sus intenciones. Sería una torpeza imperdonable por su parte y además algo contraproducente. El nacionalismo sigue siendo muy útil para crear y manipular la opinión pública, que en realidad, contra lo que dice su nombre siempre es una opinión privada, nunca del pueblo o del común.

    Nunca se nos dirá que estamos unidos bajo un nuevo modelo, que es el Nuevo Orden Mundial; en cambio, la ilusión de regionalidad y variación superficial camuflará una falta de opciones reales en todo el panorama político. 

    

    Ursula von der Leyen decía en inglés ayer mismo en el Foro Económico Mundial de Davos, a donde vuelan mil quinientos (1500) aviones privados para decirnos que nos estamos cargando el planeta con nuestros humos, donde se reúnen los prohombres y las promujeres de las élites,  que su principal preocupación no es el conflicto ni el clima -conflict or climate- sino la desinformación -disinformation and misinformation-, dicho en inglés con dos palabras para atropellar la información alternativa, la denuncia de la manipulación informativa a la que nos someten para que no veamos sus turbias intenciones.  ¡Cómo evitaba ella finamente la palabra 'guerra' -war en la lengua del Imperio que utiliza- que sugiere "sangre, sudor y lágrimas" y que patrocinan y subvencionan ella, el Tío Sam y sus aliados en Ucrania y Palestina, mencionando el "conflicto" -conflict, una palabra culta y latina y para la mayoría de la gente incomprensible, pero que suena mucho mejor y más pacífico- y equiparando sutilmente los cambios atmosféricos con los 'cambios geopolíticos' y las operaciones militares!  

    Los muchos y plurales estados superficiales -hay 195 países en el mundo según la ONU- no ocultan la existencia de un único estado profundo, sino que son sus diversos avatares, sus manifestaciones peculiares, como si fueran revestimientos o collares del mismo monstruo, Leviatán.

martes, 16 de enero de 2024

Contra los Estados Unidos de América

    Una bestia ciega y sorda, en expresión del historiador francés Christophe Lemardelé, intenta mantener con todas sus fuerzas una hegemonía sobre el mundo que ve peligrar: los Estados Unidos de América. 


     El Imperio del Tío Sam, gobernado a la sazón por un decrépito y senil presidente demócrata al que todo el mundo occidental saludó como la mejor alternativa al impresentable presidente republicano anterior, no menos senil y decrépito, impuso durante la crisis del virus coronado su dictadura sanitaria a las democracias occidentales impulsando una vacunación aventurera y precipitada, y la censura a los científicos disidentes. 


     No contento con eso, ha hecho, además, de la guerra de Ucrania una guerra indirecta internacional contra Rusia, avivando los peores fantasmas de la Guerra Fría, arrastrando a la Unión Europea a sancionar a Rusia y a defender a toda costa a Ucrania, destinando a tal fin dineros, soldados y armas, convirtiendo a Putin en el malvado enemigo de Occidente y a Zelensky en un héroe y beato, cuando las cosas no son tan sencillas como quieren hacernos ver.

    Y ha convertido finalmente la masacre perpetrada por el ejército israelí en Gaza en un acto de legítima defensa, porque, según el tío Sam, que se ha autoerigido en el gendarme universal defensor de la democracia, Israel tiene derecho a defenderse incluso si eso significa cometer los peores crímenes y tropelías que puedan imaginarse contra la humanidad bombardeando sin piedad a una población atrapada compuesta principalmente por jóvenes y niños...

 

lunes, 15 de enero de 2024

Mensajería política de urgencia

El mayor peligro entre otros de la llamada Inteligencia Artificial de las tecnologías digitales es hacernos autómatas más necios y tontos aún de lo que somos. 

El verbo “gestionar” se adueña de nosotros convirtiéndonos en gestores hasta de nuestras emociones, lo gestionamos todo a fin de no cuestionar nada en absoluto. 

 Transforman la estación invernal en una emergencia sanitaria, como ya hicieron antes con la estival, y justifican la imposición de la mascarilla hospitalaria. 

 

El ministerio de sanidad impone el bozal obligatorio en los inhóspitos hospitales y le pone puertas al campo tratando de demostrar así su eficiencia y eficacia. 

 La divulgación científica de la teoría de los virus, gérmenes o bacterias es lo mismo que la práctica propagación efectiva de dichos virus, gérmenes, bacterias. 

 España ha adiestrado, confiesa doña Margarita Robles, regenta del Departamento de Guerra, a cientos de militares y civiles ucranianos como perversa institutriz. 

 

Las naciones y pueblos (en plural) son una invención perversa de los gobiernos para poder gobernar a la gente con su consentimiento expresado democráticamente. 

 Los antifascistas enarbolan un fantasma inexistente declarándose en su contra, y aceptan de paso el sistema de dominación vigente del capitalismo democrático. 

El pedigrí antifascista de las clases dominantes en una época en que ya no hay fascismo hegemónico legitima la hegemonía del capitalismo liberal y democrático. 

 

 ¿Progresista? No: regresista. Mejor volver al paraíso del que hemos sido expulsados que avanzar sin sentido en la noche de los tiempos y el reloj cronometrado. 

Del calentamiento global hemos pasado al estado de ebullición, y de este a la estupidez general de las ranas que se cuecen en su propio caldo de inconsciencia. 

 El conflicto entre la estructura superficial y la profunda del Estado no es ningún secreto: los gobiernos nacionales no son los mandatarios, sino los títeres. 

 

La publicidad, so pretexto de querer vendernos bienes concretos y tangibles, nos vende en realidad valores, que son las ideas platónicas que así los fagocitan. 

  La prensa oficial, temerosa de verificar la validez de sus informaciones, se dedica a perseguir, como la caza de brujas de antaño, bulos con saña inquisitorial.

  Matan al mensajero que denuncia que hay una conspiración o conjura porque si no se habla de ello no tiene visos de realidad, y carece -parece- de existencia.

domingo, 14 de enero de 2024

Soy nadie

    Soy nadie es uno de los poemas breves más conocidos de la norteamericana Emily Dickinson (1830-1886), en el que exalta la gloria de ser un don Nadie, del que hay dos versiones, la manuscrita y la publicada inicialmente en 1891, que traduzco aproximadamente conservando ritmo yámbico y rimas:


¡Soy nadie yo! Y tú ¿quién?
¿Eres nadie también?
¡Entonces somos dos! Silencio.
Nos echarían, sabes.

 ¡Qué horror ser alguien! ¡Qué vulgar
croar como una rana
el propio nombre todo el día
a charca que se ufana!

 

     El manuscrito de la autora presenta algunas variantes, como puede comprobarse en el Emily Dickinson Archive, que no alteran sin embargo el sentido de un poema que viene a decirnos que el anonimato es preferible al renombre de la fama, y que invita al lector a sumergirse en  un nosotros común que se opone a un ellos, los que son alguien.

Emily Dickinson (1830-1886)
 
¡Soy nadie! ¿Quién eres tú?
¿Eres -Nadie- también?
¡Entonces somos dos! 
¡No lo digas! lo divulgarían, ¡ya sabes!
 
¡Qué deprimente ser Alguien!
¡Qué vulgar, como una rana,
pasar todo el verano repitiéndole tu nombre
a un charco admirado! 
 
(Traducción de María Negroni)