Mostrando entradas con la etiqueta Estados Unidos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Estados Unidos. Mostrar todas las entradas

martes, 16 de enero de 2024

Contra los Estados Unidos de América

    Una bestia ciega y sorda, en expresión del historiador francés Christophe Lemardelé, intenta mantener con todas sus fuerzas una hegemonía sobre el mundo que ve peligrar: los Estados Unidos de América. 


     El Imperio del Tío Sam, gobernado a la sazón por un decrépito y senil presidente demócrata al que todo el mundo occidental saludó como la mejor alternativa al impresentable presidente republicano anterior, no menos senil y decrépito, impuso durante la crisis del virus coronado su dictadura sanitaria a las democracias occidentales impulsando una vacunación aventurera y precipitada, y la censura a los científicos disidentes. 


     No contento con eso, ha hecho, además, de la guerra de Ucrania una guerra indirecta internacional contra Rusia, avivando los peores fantasmas de la Guerra Fría, arrastrando a la Unión Europea a sancionar a Rusia y a defender a toda costa a Ucrania, destinando a tal fin dineros, soldados y armas, convirtiendo a Putin en el malvado enemigo de Occidente y a Zelensky en un héroe y beato, cuando las cosas no son tan sencillas como quieren hacernos ver.

    Y ha convertido finalmente la masacre perpetrada por el ejército israelí en Gaza en un acto de legítima defensa, porque, según el tío Sam, que se ha autoerigido en el gendarme universal defensor de la democracia, Israel tiene derecho a defenderse incluso si eso significa cometer los peores crímenes y tropelías que puedan imaginarse contra la humanidad bombardeando sin piedad a una población atrapada compuesta principalmente por jóvenes y niños...

 

domingo, 25 de diciembre de 2022

En aras de la seguridad mundial y la democracia

    El presidente ucraniano (o ucranio, como prefiere decir El Periódico Global), el señor Zelenski, persona del año según la revista Time, en su primer viaje al extranjero desde la invasión rusa pronunció en el Capitolio de Guásinton un emotivo discurso en la lengua del Imperio, leído obviamente, frente a las dos cámaras del Parlamento en el que afirmó que la ayuda militar en forma de dinero que recibía (y esperaba seguir recibiendo) del tío Sam no era una obra piadosa de "caridad" sino “una inversión en seguridad global y democracia” que los ucranianos (o ucranios), como buenos vasallos, administran de manera responsable.
 
    Lo más significativo de ese discurso es la constatación de que el dinero no es un acto gratuito de caridad, un regalo, sino una inversión económica a cambio de seguridad mundial y democracia.
 
    La foto no tiene desperdicio, debajo del reloj que marca el tiempo, la leyenda: IN GOD WE TRUST: Creemos en Dios. Ese Dios en el que cree esa nación es obviamente míster Dólar. Debajo la bandera de las barras y las estrellas, y detrás del orador que lee el guión que han escrito para que lo interprete, dos mujeres empoderadas que son, la presidenta de la Cámara de Representantes saliente, la señora Nancy Pelosi, y la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, presidenta ex oficio del Senado de los Estados Unidos. Delante de ellas, constituyendo el centro de la imagen, el títere del tío Sam, que dice enfrentarse al Imperio del Mal, al Enemigo.
 

    Rusia en el imaginario colectivo norteamericano y por ende occidental y europeo -un concepto de Europa que excluye inexplicablemente a Rusia de sus fronteras e incluye a Ucrania- sigue siendo el Enemigo, tanto da que sea trate de la nueva Rusia, que de la vieja Unión Soviética como del Imperio de los Zares, es el Imperio del Mal que se nos presenta como una horrible maquinaria tiránica, despótica y agresiva a la que hay que dominar. 
 
    Los rusos son los antiguos bárbaros que amenazaban constantemente la definición de las fronteras del Imperio Romano, de los que debe protegerse la Civilización, lo cual se consigue en nuestros días, a Dios gracias, o sea gracias a míster Dólar, con la potencia militar de los Estados Unidos y de su OTAN feudovasallática. 
 
    Nada más falso. Como en el espléndido poema de Cavafis, “Esperando a los bárbaros”, los bárbaros, igual que ahora los “enemigos”, que eran la amenaza que se cernía sobre el Imperio y sobre la que aquel se levantaba, no existen: Porque se hizo la noche y los bárbaros no llegaron. / Algunos han venido de las fronteras / y contado que los bárbaros no existen. / ¿Y qué va a ser de nosotros ahora sin bárbaros? / Esta gente, al fin y al cabo, eran una solución. 
 
 
 
     Afirma el orador que su heroico país “nunca se rendirá”, al tiempo que recuerda que la guerra se acerca ya a cumplir los diez meses. Alaba a los bravos soldados norteamericanos que liberaron a Europa de Hitler y del nazismo, y compara a sus valientes tropas ucranianas (o ucranias) con ellos. No pide a los Estados Unidos que intervengan militarmente, sino que le sigan subvencionando la guerra porque ya se encarga él de hacer el trabajo sucio necesario. 
 
    El señor Zelensky entregó al Congreso una bandera ucraniana (o ucrania) azul y amarilla  con las firmas de puño y letra, según dijo, de algunos de "nuestros héroes  que defienden Ucrania, Europa y el mundo con sus vidas", y a cambio recibió la bandera de las barras y estrellas. Las dos cámaras de representantes del pueblo norteamericano, una vez acabado el emotivo discurso que pronunció el actor que se interpretó a sí mismo, se pusieron en pie y le obsequiaron con una cerradísima ovación. 
 
      Resulta interesante esta ilustración gráfica que recoge cómo ha cambiado la percepción de los medios de (in)formación de masas británico-estadounidenses, es decir, occidentales sobre Ucrania antes y después de febrero de 2022, la fecha en que comenzó la invasión rusa. Antes de esa fecha los titulares de los periódicos resaltaban la relación del país con los movimientos neonazis y de extremísima derecha, para ahora resaltar que esas mismas tropas están defendiendo la seguridad mundial y el sistema de gobierno democrático.

lunes, 29 de agosto de 2022

Guerras, guerras horribles (Bella, horrida bella)

    Desde su fundación en 1776 los Estados Unidos de América han estado permanentemente en guerra 222 años de los 239 de su existencia si contamos hasta el año 2015, por poner ahí un límite convencional, aunque en realidad, desgraciadamente, el cómputo suma y sigue. Ahora mismo sin ir más lejos, en 2022, el Imperio de los Estados Unidos le hace la guerra a Rusia -y llevamos ya seis meses-, una guerra tácita e indirecta manejando a su títere mediático Zelenski y utilizando la invasión rusa de Ucrania como coartada, una guerra políticamente correcta y espectacular, que se presenta como la lucha de la democracia contra el Imperio del Mal de Putin, responsable de todas las crisis habidas y por haber, una guerra  no declarada que subvenciona económicamente con millones de dólares y que jalea, manejando a todos sus vasallos occidentales a través de la OTAN incluido nuestro país...  Dicho de otra manera sólo durante 17 años de los dos siglos largos de su historia ha estado cerrado el templo de Jano bifronte, y ha habido una época de paz.

    Trazo adrede este paralelismo entre el Imperio de los EEUU y el Imperio Romano al mencionar el templo de Jano que había en Roma, equiparando la llamada “pax Americana” y la “pax Romana”: en ambos casos se llama paz no a la ausencia sin más de guerra, sino a la sumisión del mundo al Imperio, castigada la insurgencia con las armas.  Ya lo dijo Cornelio Tácito con la economía lingüística de cinco palabras latinas: miseram seruitutem falso pacem uocant: 'llaman paz falsamente -sin ningún fundamento- a una miserable servidumbre'

 Imagen tomada de Infowars

    El emperador Augusto escribió en sus Res gestae: Ianum Quirinum, quem clausum esse maiores nostri uoluerunt, (el templo de Jano Quirino, que nuestros antepasados quisieron que permaneciese cerrado,) cum per totum imperium populi Romani terra marique esset parta uictoriis pax, (al haberse en todo el dominio del pueblo romano por tierra y por mar logrado a fuerza de victorias la paz,) cum, priusquam nascerer, (ya que, antes de que yo naciera,) condita urbe bis omnino clausum fuisse prodatur memoriae, (desde fundada la Ciudad en dos ocasiones solamente se transmite a la posteridad que había permanecido cerrado), ter me principe senatus claudendum ese censuit (tres veces durante mi Principado consideró el Senado que debía cerrarse)."

    El templo de Jano, en efecto, permanecía abierto en Roma a causa de las continuas guerras. Se cerró bajo el principado de Augusto para significar que reinaba la paz en el Imperio, cuando en realidad proseguían las guerras y continuas luchas en las fronteras, en particular al este del Rin, en la Germania. Las puertas del templo estaban abiertas en tiempo de guerra, prácticamente siempre, como plegaria para que gracias a la mediación del dios pudiera lograrse efectivamente la paz. Huelga decir que estuvieron cerradas en muy pocas ocasiones.

    Jano Quirino es un dios pacífico contrapuesto a Marte, que es el dios de la guerra propiamente dicho y señor de los ejércitos. Su templo estaba dentro de la ciudad, a diferencia del de Marte, que se hallaba extramuros para que, al decir de Vitrubio, no hubiera guerra ni discordia civil en la Urbe, dentro de ella, sino fuera. El mes de enero, Ianuarius en latín, lleva su nombre, porque abre y cierra la puerta el año, igual que el oficio de portero en inglés janitor.


 
    Así como ningún rey, cónsul o emperador romano fue ajeno a la guerra, ningún presidente de los Estados Unidos puede considerarse tampoco un “hombre de paz”: todos, sin excepción, aunque alguno haya sido galardonado paradójicamente con el Premio Nobel de la Paz, han declarado y ejecutado alguna guerra, por lo que son responsables de las que en el mundo han sido. Los Estados Unidos nunca han permanecido una década completa sin un conflicto armado, desde las guerras contra los indígenas y la de la independencia, pasando por la guerra de secesión y la intervención en las dos guerras mundiales y la del Vietnam durante el siglo XX hasta las modernas invasiones, llamadas sarcásticamente en el mundo occidental "misiones de paz",  de Iraq y Afganistán, sin que el simbólico templo de Jano haya estado cerrado más de cinco años seguidos sin un conflicto bélico, y eso solo sucedió una vez durante el período aislacionista de la Gran Depresión (1935-1940).

Imagen del dios Jano con la llave del templo

    La historia de los Estados Unidos, igual que la de la Roma antigua es una sucesión de guerras execrables. No en vano la sibila de Cumas, consultada por Eneas sobre el futuro de la Roma que estaba a punto de fundar,  profetizó una vez una siniestra visión: Bella, horrida bella / et Thybrim multo spumantem sanguine cerno:  Guerras, guerras horribles /  veo y el Tíber que echa en sangre abundante espumarajos,  en el libro sexto de la  Eneida de Virgilio (vv. 86-87). 

Obtengo la información y la cronología completa, para los lectores a los que les interese la historia, de Info Wars, MediaPart.

lunes, 2 de mayo de 2022

Lealtad a la Bandera

    Se lamentaba Jordan Henderson en el artículo que publicaba en Off-Guardian de que la Iglesia y el Estado hubieran eclipsado, dice él, el verdadero valor del cristianismo.

    Relaciona el artista en su último trabajo, que se llama precisamente Eclipsado, el Juramento de Lealtad a la Bandera, que es un ritual de sumisión al Estado y una declaración ceremonial de creencia y fe en sus autoridades, extremadamente común en los Estados Unidos, especialmente en las escuelas y en reuniones gubernamentales y comunitarias, con la sumisión de las iglesias cristianas a las mismas autoridades sanitarias del gobierno en su lucha contra la supuesta pandemia de virus coronado, por lo que el personaje que hace el juramento con la mano en el pecho lleva una mascarilla con las barras y estrellas del pendón americano, que aparece por su parte en primer plano con una calavera y dos espadas entrecruzadas.

Eclipsado, Jordan Henderson (2022)
 

    El texto del juramento es el siguiente: I pledge allegiance to the Flag of the United States of America, and to the Republic for which it stands, one Nation under God, indivisible, with liberty and justice for all: Juro lealtad a la Bandera de los Estados Unidos de América y a la República que representa, una Nación bajo Dios, indivisible, con libertad y justicia para todos.

    Con este juramento los norteamericanos prometen lealtad a la bandera, que es el símbolo del Estado, un Estado que es gobernado por el Dios de su billete de dólar: in God we trust. El Juramento de Lealtad es un acto de fe, como la Jura de Bandera de los reclutas españoles tras el período de instrucción cuando cumplían el ominoso servicio militar. Ese dios que preside su nación no puede ser otro que el viejo Mammón, que es el de la principal religión monoteísta del mundo, cuyo templo más importante se halla hoy por hoy en la ciudad santa de Nueva York, y en las Bolsas, sus principales sucursales. Mammón es, al parecer, una palabra aramea que significa ‘dios de la avaricia’, representado como un demonio que personifica uno de los siete pecados capitales, la avaricia precisamente o el deseo insaciable de más dinero  (auaritia en latín, πλεονεξία, pleonexía en griego). 

El culto a Mammón, Evelyn de Mongan (1909)
 

    Pero este Mammón, o Don Dinero, que diría Quevedo, no es sólo un poderoso caballero, sino que es el más poderoso de todos los caballeros, el único dios verdadero: Herr Kapital.

    No es extraño ver la bandera del gobierno federal de los Estados Unidos ondeando en las iglesias evangélicas, por lo que no le sorprende al pintor que cuando el gobierno ordenó a los templos que cerraran sus puertas en cumplimiento de los preceptos sanitarios, la mayoría lo hiciera al fin sin rechistar.

    Los cristianos, como se sabe, fueron perseguidos en la antigüedad por negarse a participar en el culto del Imperio Romano a sus emperadores divinizados. Sin embargo, hoy en día muchos cristianos no ven ningún conflicto de intereses en ofrecer su lealtad a la bandera del Imperio de los Estados Unidos. Las iglesias se han plegado a los dictados sanitarios, tapando las pilas de agua bendita a la entrada de los templos, advirtiendo a los fieles de que no asistieran a misa, que la vieran televisada, como aconsejó Su Santidad el Papa en la celebración de la Misa de Pascua, poniéndose todos los sacerdotes mascarilla, cerrándose los templos a cal y canto y dejando de sonar las campanas que llamaban a los feligreses; y, cuando se abrieron, se rogaba que los que asistían no se sentaran juntos, no fueran a contagiarse, o, simplemente, que no se dieran la paz como hacían antes. 

    Los primeros cristianos se daban un beso, el beso de la paz (osculum pacis). Era una práctica común de las primitivas comunidades cristianas que llegó a convertirse en un rito litúrgico. El apóstol Pablo habla del "beso santo" en varias ocasiones: un beso casto en la mejilla entre varones o entre mujeres. Salutate fratres omnes in osculo sancto: Saludad a todos los hermanos con un beso santo.  Nada impedía, por otra parte, que el beso se diera en los labios. En la misa católica, los fieles se dan la mano y de ese modo se dan la paz. Sin embargo, a causa de la contingencia del virus coronado se desaconsejaron las interacciones personales físicas (sic) en la vida cotidiana por razones sanitarias: ni abrazos, ni besos ni apretones de manos. 

Nuevos y ridículos saludos contactless de los caballeros con la mano en el pecho.

    En el nombre de la Ciencia es ahora mejor pretexto que “En el nombre de Dios”, pero los cristianos siguen siendo importantes apologistas de los poderosos. La ciencia ha superado claramente al cristianismo por lo que las élites la utilizan para hacer 'razonable' su dominio. 

Su Santidad el Papa besando la bandera azul y amarilla de Ucrania. 
 

    La Iglesia, por boca del Papa, bendijo a la industria farmacéutica afirmando que la vacuna era un acto de amor, y, para colmo, ahora que ha desaparecido la misteriosa pandemia gripalizándose, o ha pasado a un segundo plano, vemos al mismo vicario de Cristo besando la bandera de Ucrania. ¿Bendecirá también Su Santidad las armas de destrucción masiva, las famosas weapons of mass destruction, que envía la Unión Europea a ese país para defender esa sacrosantísima bandera?