lunes, 15 de enero de 2024

Mensajería política de urgencia

El mayor peligro entre otros de la llamada Inteligencia Artificial de las tecnologías digitales es hacernos autómatas más necios y tontos aún de lo que somos. 

El verbo “gestionar” se adueña de nosotros convirtiéndonos en gestores hasta de nuestras emociones, lo gestionamos todo a fin de no cuestionar nada en absoluto. 

 Transforman la estación invernal en una emergencia sanitaria, como ya hicieron antes con la estival, y justifican la imposición de la mascarilla hospitalaria. 

 

El ministerio de sanidad impone el bozal obligatorio en los inhóspitos hospitales y le pone puertas al campo tratando de demostrar así su eficiencia y eficacia. 

 La divulgación científica de la teoría de los virus, gérmenes o bacterias es lo mismo que la práctica propagación efectiva de dichos virus, gérmenes, bacterias. 

 España ha adiestrado, confiesa doña Margarita Robles, regenta del Departamento de Guerra, a cientos de militares y civiles ucranianos como perversa institutriz. 

 

Las naciones y pueblos (en plural) son una invención perversa de los gobiernos para poder gobernar a la gente con su consentimiento expresado democráticamente. 

 Los antifascistas enarbolan un fantasma inexistente declarándose en su contra, y aceptan de paso el sistema de dominación vigente del capitalismo democrático. 

El pedigrí antifascista de las clases dominantes en una época en que ya no hay fascismo hegemónico legitima la hegemonía del capitalismo liberal y democrático. 

 

 ¿Progresista? No: regresista. Mejor volver al paraíso del que hemos sido expulsados que avanzar sin sentido en la noche de los tiempos y el reloj cronometrado. 

Del calentamiento global hemos pasado al estado de ebullición, y de este a la estupidez general de las ranas que se cuecen en su propio caldo de inconsciencia. 

 El conflicto entre la estructura superficial y la profunda del Estado no es ningún secreto: los gobiernos nacionales no son los mandatarios, sino los títeres. 

 

La publicidad, so pretexto de querer vendernos bienes concretos y tangibles, nos vende en realidad valores, que son las ideas platónicas que así los fagocitan. 

  La prensa oficial, temerosa de verificar la validez de sus informaciones, se dedica a perseguir, como la caza de brujas de antaño, bulos con saña inquisitorial.

  Matan al mensajero que denuncia que hay una conspiración o conjura porque si no se habla de ello no tiene visos de realidad, y carece -parece- de existencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario