jueves, 26 de enero de 2023

Pareceres (XIII)

61.- Odiseo, o sea Ulises, arriba náufrago y desnudo, después de haber perdido barco y tripulación, a la costa de la isla de Esqueria, donde viven los feacios, y donde la princesa Nausícaa, que se hallaba en la playa bañándose con sus esclavas, lo encuentra y lo lleva hasta el palacio de su padre, el rey Alcínoo. De camino le habla de cómo su pueblo ha levantado un hermoso templo al dios Posidón, el señor de los mares, que se alza en mitad del ágora pavimentada con lajas labradas hundidas en tierra. No es un pueblo guerrero, pues, como dice el poeta, no se preocupa de otras armas que no sean las del mar: Cuidan de los aparejos allí de sus negros navíos, / de las amarras y velas, y dan pulidez a los remos, / pues a feacios no preocupan ni arco ni flechas, / sino los mástiles, remos y naves bien equipadas / con los que cruzan ufanos el mar plateado de espumas. Gracias a los feacios y solo a ellos Ulises, o sea Odiseo, podrá surcar el mar  y regresar de la guerra a Ítaca, su reino. 
 
Nausícaa, William McGregor (1937)
 
62.- Mucho se habla de la violencia machista en nuestro país, que se ceba en los malos tratos y llega hasta el asesinato de las mujeres por parte de sus parejas masculinas. Cada vez que aparece un caso de estos en los medios de comunicación se publicita hasta la saciedad dando pábulo a los medios de (in)formación de masas. Se dice por ejemplo en la prensa que diciembre de 2022 ha sido el mes más trágico en los últimos veinte años en lo que respecta a violencia de género en España: 13 mujeres han sido asesinadas en 28 días. Y así como se da bombo y platillo a esta lacra, se pasa por alto otra mucho más clamorosa: el índice de suicidios en nuestro país: suele haber 11 cada día. En el caso del suicidio es muy difícil echar la culpa a alguien, pero, en el fondo, es la misma violencia la que se ejerce contra los demás que contra uno mismo. Eso explica que el cristianismo haya condenado la muerte voluntaria igual que el asesinato: No matarás es un mandamiento de la ley de Dios que se refiere tanto a las vidas ajenas, incluidos los animales, como también la propia de uno mismo, porque no somos dueños ni de las unas ni de la nuestra tampoco. Precisamente es una violencia posesiva la que se ejerce en uno y otro caso: La maté porque era mía. Yo también soy mío, por eso tengo derecho a matarme. Es la misma violencia, se mire como se mire. 
 
63.- No deberíamos ofendernos demasiado porque alguien nos llame en un arrebato de ira “¡hijo de puta!”, o más bien hijoputa, o joputa, o hijueputa, como en algunos países sudamericanos. No es tanto una invectiva contra la figura sacrosanta de nuestra madre, cuya sublimación es Nuestra Señora la Virgen María, como la constatación de que todos, incluida la madre que nos parió, somos, como la prostituta, a la vez vendedores y mercancías: nos vendemos a nosotros mismos bajo el pretexto de que hay que trabajar para vivir, por lo que acabamos viviendo, si a esto se puede llamar vida y no subsistencia, para trabajar.
 
Mujer contando monedas, alegoría de la avaricia, Mathias Stom (c. 1635)
 
 
64.- ¿A qué huelen los billetes nuevos cuando, recién salidos del horno bancario, empiezan a circular tan impolutos y flamantes, sin las muchas huellas de mugre, sangre, sudor y lágrimas todavía que el uso imprime al vil metal? No nos llamemos a engaño, no digamos que no huelen a nada todavía. Esos billetes van a servir para hacerse virales como los virus y sobornar a alguien que se creía insobornable, para mostrarnos todas las vilezas que somos capaces de cometer, y para demostrarnos también que todo en la vida tiene un precio. Como cantó el poeta romántico, una oda no vale nada si no está escrita al dorso de un billete de banco... Los billetes nuevos parecen asépticos. Parece que no tienen historia detrás. No han adquirido la pátina de roña que hace que parezca que son lo que son en realidad. Parece que no están envilecidos por el uso. Démosles tiempo, que eso es lo que piden: el dinero requiere tiempo para crecer y multiplicarse, sólo eso. Démosle tiempo al tiempo, démosle tiempo al dinero. Por muy blanqueado que esté, el dinero es siempre dinero negro. Por muy limpio que esté, el dinero es siempre dinero sucio. Por muy virtual y digital que sea, el dinero es siempre real y, por lo tanto, falso. 
 
 
 
65.- En el tercer milenio de la era cristiana los trabajadores de todo el mundo deberíamos unirnos y rebelarnos contra las cadenas que nos atan todavía a la vieja servidumbre del trabajo asalariado, supervivencia vergonzosa del sistema esclavista de producción, gritando al unísono: “¡Basta ya!”. Resulta irónico, si no fuera un sarcasmo sangrante, que en las calendas de mayo se festeje el día del trabajo en conmemoración de los mártires anarquistas de Chicago al grito decimonónico de “¡Viva la clase obrera!”, cuando debería oírse un sordo y desgarrado “¡Abajo el trabajo!”. Ahora que las dictaduras han desaparecido de la rugosa faz de la vieja Europa, nos han dejado sin embargo estos cadáveres putrefactos que hieden pero no mueren, inequívoco caldo de cultivo de explotación, frustración y subordinación a jefes y jefecillos, empresarios, que, a diferencia de los políticos democráticos no admiten elección ni revocación. Enroquémonos, desprestigiando el supuesto carisma liberador del trabajo, en las barricadas del dolce far niente, y entreguémonos a la holganza de la pereza, bendita sea la vagancia, saboteando todas las entidades tanto públicas como privadas, modernas maquinarias que nos devoran, forzándonos a obedecer ciegamente a una rutina cronometrada y jerárquica. La revolución todavía pendiente pasa por trabajar lo menos posible, por convertirnos en parásitos del sistema, acelerando así la vertiginosa caída del capitalismo –no lo verán tal vez estos ojos que comerá la tierra-, último acto heroico que nos queda acaso a los náufragos postreros de la Historia Universal. 
  

miércoles, 25 de enero de 2023

Arcangelical mis Ucrania

    Viktoria Apanasenko, Mis Ucrania, causó sensación en el certamen de Mis Universo celebrado en Nueva Orleans (Luisiana) el pasado 14 de enero, exhibiendo en la pasarela, un emperifollado traje inspirado en el mismísimo santo patrón de la ciudad de Kiev, que es el arcángel San Miguel. Ya sabemos, gracias a mis Ucrania, cuál es el sexo de los ángeles y arcángeles.
 
    Reivindicaba de esta guisa la ucraniana o ucrania, como prefiere decir el Periódico Global, empuñando una espada y vistiendo un traje alado despampanante hecho a mano, el papel de santo protector y guerrero del arcángel, guardián de los soldados y patrono de la capital del país, símbolo religioso por un lado y militar y político por otro.
 
 
    La intención de Viktoria y de los que han diseñado semejante atuendo era llamar, una vez más, la atención del mundo sobre la heroica guerra que sostiene Ucrania, representada por esta Guerrera de la Luz que propaga al mundo su mensaje de lucha por la libertad y contra el Mal, como el arcángel, que derrotó al mismísimo Lucifer o Satanás. 
 
    El traje, como puede verse en las imágenes y el vídeo adjunto, conlleva un par de complejas alas extensibles con los colores de la bandera ucraniana, y una corona de espigas de trigo, que es otro de los símbolos nacionales del país. Tardó cuatro meses en confeccionarse en condiciones deplorables dada la invasión rusa, con frecuentes cortes de electricidad y sirenas a todo volumen que alertaban de bombardeos aéreos, trabajando a veces a la luz de las velas y con suministros limitados para crear esta fantasmagoría, que es la bellísima Viktoria, de blondos cabellos de oro como las rubias espigas de su corona, cuyo nombre representa así a su heroico país, que quiere más la victoria que la paz. 
 
 
    Había la ucraniana, o ucrania, escrito en sus redes sociales: La guerra no puede quebrantar nuestra fuerza o marchitar nuestros corazones, resucitaremos como el ave Fénix incluso en el fuego.  
 
    También declaró a la prensa que la alegoría de su traje no sólo aludía a su sufrido pueblo ucraniano, o ucranio, sino “a todas las personas que luchan por sus derechos, que luchan por sus valores, que luchan por su vida", generalizando de este modo su mensaje.
 
 
    Antes de viajar a Nueva Orleans para competir en el certamen de Miss Universo, y representar a su país, la bellísima señorita colaboraba como voluntaria con las Fuerzas Armadas de Ucrania, preparando comida para el ejército y  las víctimas de guerra. Cuando le propusieron presentarse al certamen, se hallaba, cual humilde cenicienta, fregando el suelo del restaurante donde trabajaba. 
 
El arcángel san Miguel derrotando a Satanás, Guido Reni ( c. 1636)
 

    La elección de un santo guerrero que empuña una flamígera espada vengadora tiene un claro simbolismo religioso que quiere presentar esta guerra como una guerra santa o cruzada, ya que el arcángel derrota al dragón, que es el mal; aquí, el Imperio ruso y su sátrapa malvado. 
 
     Mis Ucrania, la más que angelical arcangelical Viktoria, representante de la belleza de ese país, muestra al mundo, en sus propias palabras propagandísticas,  "cómo los ucranianos luchan ahora mismo por el futuro, por su libertad, por su independencia, por cada centímetro de nuestra tierra y por nuestra historia".

martes, 24 de enero de 2023

Estado policial

    Resulta significativo cómo el Estado es capaz de asimilar cualquier protesta que se esgrima contra él, incluso un insulto contra el gremio policial(1), como es el acrónimo ACAB, que en la lengua del Imperio, que es la de Chéspir, corresponde originalmente a All Cops Are Bastards, lo que significa en la nuestra, Todos los Polis Son unos Bastardos, o, dicho de otra manera, unos hijos de madres conocidas, y aun muy conocidas, pero de padres desconocidos, lo que en castellano viejo se decía, como leemos por ejemplo en El Quijote, unos hideputas, y en más moderno castellano, escrito todo junto, unos hijoputas.

    Dicho acrónimo anglosajón tiene una versión numérica que es 1312, que encripta de alguna manera el mensaje, y que responde al orden alfabético que guardan las letras ACAB en el alfabeto latino que mayoritariamente utilizamos.

    Prueba de que hasta un improperio destemplado como ese contra la policía, que se ha hecho famoso en pintadas, en camisetas, en tatuajes, en pancartas de protesta contra la brutalidad policial y en las redes sociales, se puede utilizar a favor del propio cuerpo, es el hecho de que la policía federal alemana ha sacado un anuncio publicitario en el que reivindica el acrónimo ACAB pero le da otro significado sustituyendo “bastard” por “beautiful”, y queda así: All Cops Are Beautiful, que viene a ser Todos los Polis son Guapos, convirtiendo lo que era un insulto contra el estado policial en un piropo a su favor(2). El lema propagandístico, destinado a reclutar jóvenes de ambos sexos, se acompaña de una fotografía de varios agentes, tanto varones como mujeres bastante agraciados físicamente, de modo que cualquiera que vea la imagen reconocerá enseguida que efectivamente tanto ellas como ellos son hermosos y bien parecidos sin ningún género de duda. 


    Hay además en dicho anuncio propagandístico y publicitario una frase, en la lengua de Goethe esta vez, que es además la dirección de la página electrónica y que dice: Komm zur Bundespolizei.de, donde el -de final es la matrícula cibernética de Alemania (Deutchland), y que quiere decir “Ven a la policía federal (alemana)”, tuteando al lector, con lo que se ve que este eslogan trata de atraer a la juventud bisexual(3) a formar parte de los cuerpos de seguridad del Estado ofreciéndoles tanto a ellos como a ellas un trabajo, y por lo tanto un futuro, que, con el añadido del uniforme, les hace hermosos, atractivos.

    El sistema se ha apropiado, así, de estas siglas que en principio se oponen al sistema policial y que pueden constituir un delito, como informábamos en Verguenza me daría ser policía, donde dábamos cuenta del caso del cantante don Evaristo Páramos, del grupo Gatillazo, y antes de La Polla Records, que cerró su actuación en Jerez de la Frontera gritando “policías, sois unos hijos de puta”. El improperio no iba dirigido contra un agente en concreto, sino contra el cuerpo en general de policía, y fue sancionado por “falta de respeto o consideración” a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de acuerdo con la LOPSC, que popularmente se conoce como la Ley de la Mordaza. 

  1. La palabra policía deriva del griego πολιτεíα politeía, que significa 'constitución de un Estado, ciudadanía”, que a su vez deriva de πóλις pólis, que era el nombre de la ciudad-estado en la Grecia clásica, es decir de la forma que en aquel entonces adoptaba el Estado, por lo que la expresión “estado policial”, etimológicamente hablando, es una redundancia, ya que todo Estado es por esencia, mal que le pese, policial. 


     

  2. Ya a algún defensor del oficio policial se le había ocurrido transformar el significado del acrónimo ACAB, dándole un sentido meliorativo, en All Cops Are Brave: Todos los policías son valientes. Se subrayaba así la belleza moral más que la física -ambas inseparablemente unidas formaban el ideal griego clásico de la kalokagathía-, pero la policía federal alemana ha preferido subrayar la belleza física antes que la valentía y valor de sus agentes.

  3. Si visitamos la página electrónica de la policía federal alemana, nos encontramos con la fotografía amable de seis policías sonrientes, tres chicas y tres chicos, y este primer mensaje: Gib deiner Zukunft eine neue Richtung. Komm zur Bundespolizei. Bewirb dicht jetzt! Dale a tu futuro una nueva dirección o un nuevo sentido. Ven a la policía federal. ¡Apúntate ya!

      

lunes, 23 de enero de 2023

Y más eseemeeses todavía

¡Pronto en nuestro país estreno de la superproducción “Ortro”, hijo de Equidna y Tifón, hermano del Cancerbero, de los creadores de “El coronavirus de Wuhán”!

 
  Muchos son los llamados y pocos los elegidos, las élites, la nueva clase social que tiene el poder económico y político, la reecarnación de la vieja burguesía.
 
La vacuna antitanática es la terapia eficaz que previene la muerte, ya que lo más importante es “salva la vida humana”, esa abstracción descarnada y fetichesca.
 
La copa de Higía, diosa griega de la salud, con su serpiente enroscada, representa, símbolo internacional de la profesión farmacéutica, el veneno y el antídoto.
 
 
Los datos obtenidos de las estadísticas no pretenden reflejar la realidad, sino, por el contrario, hacer que la realidad se acomode a dichos datos estadísticos.
 
Ucrania se ha convertido en un arsenal sin fondo en el que Occidente, enloquecido, deposita para lograr la victoria, no la paz, miles de toneladas de armamento.
 
 
¿El oficio más viejo del mundo? La caza, la agricultura, la alfarería... pueden ser antiguos, pero la prostitución es la esencia del sistema social capitalista.
 
Igual que el bombero pirómano que provoca incendios para justificar su heroica labor de sofocarlos, los programas antivirus crean el virus a fin de combatirlo. 
 
El urbanita que quiere huir de la ciudad no lo logra porque la ciudad de la que huye es él mismo, y va siempre con él adonde vaya, como en el poema de Cavafis. 
 
 
 Los dioses, según Homero, tramaban la ruina de los hombres para dar pábulo a los poemas épicos, o a prosaicos servicios y medios, diríamos hoy, informativos.
 
Escribe Polibio en algún lugar de sus Historias que muchas personas están ausentes cuando están en presencia de algo y no lo ven pese a ser testigos oculares.
 
El nacionalismo es sin duda uno de los mitos más dañinos, contra él podemos esgrimir este apotegma: Los españoles no nacemos españoles, nos hacemos españoles.
 
“Me cago en Napoleón, / me cago en José Primero / y si es por poder cagar, / me cago en el mundo entero”, cantaba en octosílabos hagesicoreos la copla popular. 
 

sábado, 21 de enero de 2023

La Ciencia, nueva religión.

    La Ciencia, con la inicial mayúscula que corresponde a todo nombre propio y especialmente al nombre de Dios, que en su origen era un nombre común, por cierto,  es el nuevo opio del pueblo, la nueva Religión. 
 
    Desempeña en pleno siglo XXI el papel que la Iglesia desempeñó durante la Edad Media. Hay unas cuantas características significativas. 
 
    La más importante es que la Ciencia exige Fe. De hecho en esta época nuestra, en la que caben todas las demás épocas, casi nadie cree ya en Dios, esa rancia creencia veterotestamentaria. La mayoría, si no la totalidad de la gente, cree en la Ciencia. 
 
    El estamento médico ocupa el lugar del clero. Los médicos son los nuevos sacerdotes del culto sanitario: sus batas blancas, asépticos guantes y mascarillas quirúrgicas, son las nuevas sotanas. Las enfermeras son sus acólitos monaguillos. 
 
    La búsqueda de la salud de los cuerpos (“salvar vidas”) sustituye a la búsqueda de la salvación del alma (“salvar almas”), de las viejas religiones. 
 
La ficción de la Ciencia, Jordan Henderson (2023)
 
     La lucha contra la enfermedad ha sustituido a la lucha contra el pecado. Se considera que si uno está enfermo es porque ha pecado, por lo tanto es culpa suya. 
 
     La vacunación juega el mismo papel iniciático que el bautismo, acompañada de las mismas amenazas y temores; si no estás bautizado, vas al limbo. Y a la vez es la comunión con la carne y la sangre de Cristo.
 
    El consumo de fármacos y ansiolíticos ha reemplazado el sacramento de la comunión del pan y el vino; en la sagrada comunión de la vieja eucaristía el pan y el vino se convertían esencialmente en el cuerpo y la sangre de Jesucristo, ahora el pan y el vino son los medicamentos. 
 
     El Virus es el mal, el pecado, que debe ser erradicado de la faz de la tierra, es Satanás, Belcebú o Lucifer. La lucha contra él por todos los medios ocupa el lugar del viejo exorcismo contra el maligno demonio que nos posee. 
 
    Ser positivo es estar poseído. No en vano en la Edad Media los "demonios" a menudo se asociaban e identificaban como fuentes de enfermedades. 
 
    La promesa de vida eterna de la vieja religión ha sido sustituida por la esperanza de la inmortalidad física a través de la clonación, ingeniería genética y aun de la vacuna antitanática, que soñó el doctor Knock, que iba a librarnos de la muerte. Esa hipotética vacuna universal y mesiánica- podría redimir a la humanidad de todas sus enfermedades, como el Salvador ha salvado al mundo de todos sus pecados.
 
    Los no creyentes o agnósticos del dogma son excomulgados y tachados de “charlatanes” y perseguidos hoy como lo fueron ayer los “herejes” por la Santa Inquisición mediática, cuyo dogmatismo no admite el menor resquicio de duda.
 
    Todos los medios están al servicio de los gobiernos y de la curia vaticana que es la Organización Mundial de la Salud. 
 
    La Ciencia ha venido en auxilio del poder político del Estado como en otros tiempos solía hacer la Iglesia. El dogma científico sustituye al religioso, pero en ambos casos nos hallamos ante un dogma, es decir, ante una creencia consagrada como ortodoxa, frente a la que no cabe ninguna heterodoxia. 
 
    Las revistas científicas y los artículos revisados por pares se han convertido en las nuevas sagradas escrituras que brindan los artículos de fe. 
 
    Como comenta Jordan Henderson en el artículo que publica OffGuardian, el Estado ya no nos impone, al menos en esto que se llama Occidente, un culto religioso obligatorio, pero sí un sistema de creencias, que es la Ciencia, cuyos seguidores, la inmensa mayoría de la población, creen ciegamente en ella. Igualmente cristianos y musulmanes justificaron la imposición de su credo porque era, decían sin ningún fundamento, la Verdad. 
 
    Cierto es que los seguidores de la Ciencia se oponen a los viejos cultos religiosos, que consideran creencias trasnochadas sin ninguna evidencia científica, pero su fanatismo es el mismo que el de las viejas religiones, un fanatismo religioso.

viernes, 20 de enero de 2023

Más eseemeeses

“Dioles Dios un espíritu de aturdimiento, ojos para no ver y oídos para no oír, hasta el día de hoy”, recuerda el apóstol que dicen las sagradas escrituras.
 
Adivinanza: ¿Qué es lo que no ha sido y tiene que ser por definición pero, cuando llegue a ser y sea, dejará de ser lo que era? (El futuro, siempre porvenir).
 
Una vacuna no es un medicamento que cure una enfermedad, sino en el mejor de los casos una medida preventiva; en el peor (primum non nocere), un pésimo remedio.
 
  
A veces nacen en las almas gangrenas y podre tal que hacen que entre los seres vivos no haya ninguno más cruel que el hombre, escribía Polibio en sus Historias.
 
Cada vez más fuerte el control social, la represión y la guerra de los gobiernos para contener la rebelión de los esclavos, la antigua clase social trabajadora.
 
(1) La neolengua orgüeliana consiste en llamar a las cosas con su nombre contrario, un bombardeo es «una misión de paz»; la dictadura del mercado, «democracia»;
 
(2) usa también adjetivos antónimos: llama eficaz y seguro a lo peligroso, ético a lo que es inmoral, y útil y beneficioso a lo perjudicial y contraproducente.
 
Debatir, la vieja voz castellana derivada de batir, como abatir y combatir, es hacer uso de palabras para no llegar a los puños rebatiendo opiniones diferentes.
 
En la sociedad del espectáculo el mapa no representa el territorio, el mapa sustituye completamente al territorio, o sea la idea suplanta, platónica, a la cosa.
 
Joven leyendo a la luz de una vela, Mathias Stom (1600-1650)

 Imposible viajar. El viaje como tal ha desaparecido merced a la mercantilización de la hospitalidad, contribuyendo al surgimiento de los hoteles y el turismo.
 
¿Alguien en su sano juicio cree que la compra electrónica en línea sirve para evitar un contagio viral y no para finiquitar del pequeño comercio lo que quede?
 
El adjetivo humanitario, referido al bien del género humano, y sinónimo de benéfico, es, aplicado a guerras, catástrofes y tragedias, lo más inhumano que hay.
 
La pócima de la copa de Higía, según el principio homeopático de que la causa del daño puede curarlo, se vuelve fuente de salud del daño que ella misma provocó.
 
La Ciencia, con letra inicial mayúscula que corresponde a todo nombre propio y especialmente al nombre de Dios, es el nuevo opio del pueblo, la nueva Religión.
 
La cara es el espejo del alma que revela nuestra auténtica personalidad, falsa pero real como es, como cualquier máscara que nos pusiéramos durante el carnaval.
 
 
"Si usted está deprimido, no lo piense más. Ponga fin a todas sus cuitas. No sea la manzana podrida que echa a perder el cesto. Suicídese. Quítese de en medio."
 
 Los mercachifles de la felicidad enseñan a los empresarios a levantar la moral de sus empleados con el salario emocional y a estos a entusiasmarse con el curro.
 
La industria de la felicidad, basada en la psicología positiva, promueve el bienestar como lubricante del engranaje capitalista de acumulación de las ganancias.

jueves, 19 de enero de 2023

In memoriam Sacco y Vanzetti

    Meto hoy en el arcón a Ennio Morricone dirigiendo la orquesta en la Arena de Verona. Los músicos interpretan la melodía que el maestro italiano compuso para la banda sonora de la película Sacco y Vanzetti de Giuliano Montaldo (1971). Menos conocida que el Here's to you que también compuso Morricone para dicha película y que inmortalizó la voz de Joan Baez, la gran Dulce Pontes interpreta la Balada de Sacco y Vanzetti. En ella se cantan cosas como: La ley está contra nosotros. / La policía sabe cómo hacer de un hombre / un culpable o un inocente. / El poder de la policía está contra nosotros.

 

    La película retrata admirablemente la injusticia que sufrieron los anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, trabajadores inmigrantes italianos que fueron juzgados en Masachuses (Estados Unidos de América), sentenciados y condenados a morir en la silla eléctrica en el año de gracia de 1927 por robo a mano armada y el asesinato de dos personas, delitos que no habían cometido, acusados de “terroristas”. 

 

    El monólogo final de Bartolomeo Vanzetti en la película, en el que se declara inocente porque no sólo no ha cometido ningún delito (no ha robado nunca en su vida ni ha matado ni derramado sangre humana), sino que ha luchado, además, a lo largo de toda su vida para tratar de eliminar el mayor delito: la explotación en todas y cada una de sus formas del hombre por el hombre.

miércoles, 18 de enero de 2023

Los grises de entonces, los azules de ahora

    No hay hechos futuros, sólo pasados, y, la mayoría de las veces, es mejor olvidarlos. Abogo yo, políticamente incorregible que soy, por la des-memoria histórica, en contra de la memoria histórica que está ahora tan de moda en esta España en estado crítico y que consiste en desenterrar cadáveres.    
 
    Dicen los partidarios de la memoria histórica y de la Historia en general que hay que conocer a la sangrienta Clío para no tener que repetirla. Citan a menudo la frase de Churchill, creo que era: “Los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”. Es mentira. No hace falta demostrarlo mucho. Conocer la historia no significa librarse de ella: la única manera de librarse de la Historia es rebelarse contra ella. Y para rebelarse contra ella no hace falta ser Licenciado en Historia, sólo hace falta decir ¡No! a la realidad que convierte todo lo que toca, como el rey Midas, en historia, incluidas nuestras vidas, que se reducen a biografías: historias que se escriben. Y lo que está escrito está muerto. Así de fácil.      
 

 
    El caso es que he discutido esto con un licenciado, precisamente en Historia, un profesor de Ciencias Sociales de la ESO esa que se imparte –habría que decir mejor que se vomita- en los institutos españoles de educación secundaria, unos años mayor que yo, que presumía de haber corrido en su juventud delante de los grises –así se llamaban, por el color de su uniforme, las fuerzas de orden público franquistas. Y venía a decir que gracias a esas carreras llegó la democracia de que ahora disfrutamos. Yo le dije haciendo un poco de burla de sus palabras que era mentira, y le susurré al oído “Lo llaman democracia y no lo es”, razonándole que el poder del pueblo, que es lo que quiere decir el término griego -demos, pueblo y kratos, poder-, solo puede entenderse cabalmente en un sentido: en el de que nadie es más que nadie, y por lo tanto no hay poderosos -o mejor potentes, por usar el latinismo, o pudientes, según el término patrimonial-, pero tampoco podidos, porque no hay poder, no hay kratos que valga, que si en la vieja lengua de Homero era poder sin más, en griego moderno significa Estado.    
  
 
     
     -Cuando murió Franco –le dije- quitaron el aguilucho a la bandera y plantaron la corona real, y a los grises los vistieron de marrón primero y de azul después. Los grises de tu juventud son, después del marrón de la transición, los azules de ahora, por no hablar de los acorazados y negros antidisturbios. Estos reparten a los jóvenes las mismas hostias que repartían aquellos, con la diferencia de que ahora van mucho mejor pertrechados. Ya sabes las fuerzas del orden, contra lo que su nombre indica, siembran el desorden so pretexto de restaurar el orden O por decir lo mismo con palabras de hoy: los antidisturbios crean los disturbios contra los que dicen combatir. Igual que Don Quijote: crean para combatirlos y para justificarse a sí mismos los monstruos gigantescos, que sólo son frutos de su imaginación, es decir, de su distorsión de la realidad a partir de los molinos manchegos de viento, para combatirlos. 
 
    -Pero ahora hay libertad. 
 
    -¿Dónde, que yo no la veo? No me hagas sonreír. Seguimos viviendo en un estado policial. No ha cambiado nada sustancialmente, sólo el color del uniforme.

martes, 17 de enero de 2023

¿Cómo nos vendieron la moto?

    ¿Cómo nos vendieron la moto de la “vacunación”? Pues con el cuento de la ciencia y de un modo muy grosero, con una propaganda que apelaba más a las vísceras que a la razón. Nos decían con todo tipo de métodos pedagógicos -adoctrinadores- audiovisuales y mareándonos con datos estadísticos que si queríamos volver a la normalidad que previamente nos habían secuestrado en nombre del fetiche del Bien Común teníamos que prestar el músculo deltoides del brazo a un pinchacito de nada como el de un diminuto mosquito insignificante... Que no nos preocupáramos porque no íbamos a enterarnos. 
 
    Como consecuencia del mágico pinchazo que dura lo que un abrir y cerrar de ojos, se abría como por arte de magia, gracias al "ábrete, sésamo" todo lo que previamente había sido clausurado por razones sanitarias: una boutique de ropa cerrada durante el confinamiento decretado por la emergencia sanitaria, un restaurante también clausurado donde no se podía comer sin el certificado de inoculación, un cine, un teatro, una sala de conciertos, un viaje a París... La oficina, que había estado cerrada, se abría también como consecuencia de la inyección y los oficinistas, que habían estado trabajando en línea desde su casa, podían volver a tomar el café de la máquina y a relacionarse con sus compañeros como antes de la pandemia como si no hubiera pasado nada... 
 
 
 Mediojuego médico, Yulia Napolskaya (1973-...)
 
    Se abrían la noria de la feria, la bolera y el estadio de fútbol, que habían estado cerrados a cal y canto por razones supuestamente sanitarias para evitar los contagios que hubiera sido mejor no haber evitado, porque de esa manera, exponiéndonos al peligro, habríamos desarrollado nuestro sistema inmunitario... Pero se trataba de lo contrario: acabando con la inmunidad natural tendríamos que recurrir a la artificial farmacopeica.  
 
    A continuación nos recitaban el siguiente mantra: “Con cada 'vacuna', la vida se retoma”. Salta a la vista que la vida que se retoma es la que previamente se ha negado esgrimiendo la razón sanitaria del bien común, de lo que se deduce fácilmente que nos han negado la vida -la vieja normalidad- para vendernos la moto de la vacuna con el cuento de la ciencia y de los expertos de los platós televisivos... 
 
    Da la sensación de que la razón de tanto cerrojazo ha sido el sometimiento de la gente a las restricciones del Ministerio de Sanidad que como la madrastra de Blancanieves nos ofrece ahora una manzana envenenada que nos sumirá en un profundo sueño... 
 
    Ha logrado imponerse la iatrocracia o iatrarquía, que viene a ser lo mismo con distinto sufijo griego: el gobierno de la clase sanitaria, no de los médicos que curan a los pacientes, sino de las autoridades sanitarias, es decir, de los políticos profesionales que se ampara bajo el fetiche de la Sanidad, que no es lo mismo, y la ortodoxia de una supuesta Ciencia vendida a la copa de Higía y a la serpiente enrollada en ella, que es a la vez la causa y el remedio, el veneno y el antídoto de la enfermedad imaginaria, a la gloria mayor de la industria farmacopeica. 
 

 
   Hay quien piensa que la mascarilla persistente en los transportes públicos españoles nos hace parecer más atractivos de lo que somos, porque deja a la imaginación de los demás nuestras facciones que ocultan so pretexto de impedir la entrada y la salida de víruses patógenos, y la imaginación lo que hace es idealizar esas facciones, suponiendo la proporción y la simetría en unos rasgos que posiblemente no tengan esas cualidades. Y a los adolescentes les permite, además, ocultar el acné juvenil que a esa edad tanto suele acomplejarles. Quizá por eso, y por el miedo al recíproco contagio del síndrome, mejor que la enfermedad, del virus coronado, algunas personas adoctrinadas prefieren ocultarse detrás de ese parapeto, aun cuando como ahora no sea obligatoria fuera de los transportes públicos y recintos hospitalarios, que, además, nos permite pasar desapercibidos cuando no queremos saludar a alguien.
 
    (Entre paréntesis, he llegado a leer en un periódico supuestamente serio cuyo nombre no voy a mencionar porque me produce cierta vergüenza ajena un artículo donde una psicóloga clínica afirmaba que la mascarilla nos aporta un encanto especial que no tenemos, un atractivo sexual, diríase, semejante al de la lencería, como si fuera una prenda erótica íntima de fetichismo y fantasía). 
 
    La grosera propaganda acaba diciendo: “Estamos todos vacunados, todos protegidos.” Pero después de tan reconfortante mensaje aparece un letrero que nos advierte de que eso no significa que las cosas vuelvan a ser como eran antes de la declaración de alarma sanitaria, pese a la redención que iba a aportarnos la sacrosanta eucaristía vacunal. No nos hagamos ilusiones. Hay que convivir con el virus y habrá que vacunarse todos los años, como se hacía con la gripe, lo recuerdan. Por el momento, aunque vacunados, sigamos aplicando los gestos de barrera y llevando mascarilla en interiores concurridos, no vaya a ser que, como es más que probable, acabemos contagiándonos. Y la gente se pregunta como siempre desde que el mundo es mundo que por qué.

lunes, 16 de enero de 2023

¿"El pueblo tiene el Poder"o "El Poder tiene al pueblo"?

    Una de las peores canciones de Patti Smith que conozco, si no es la peor de todas, es, en cuanto a su letra, "People have the power" (El pueblo tiene el Poder) que sacó en 1988 en su álbum Dream of life, y que enseguida se convirtió en un éxito mundial que consagraba la vuelta a los escenarios de la poetisa roquera en olor de multitudes. Es un himno a la democracia, y, por lo tanto, un ditirambo al sistema de gobierno predominante en el mundo occidental. Es, además en los Estados Unidos, un himno del Partido Demócrata, obviamente, con el que la cantante no dudó en apoyar la campaña de Obama, el Mesías negro que iba a redimir el mundo del pecado original. 


      La confusión que celebra el título de la canción es la creencia de que el pueblo puede tener el Poder, cuando es, al revés, el Poder el que tiene siempre bien sujeto, es decir, el que puede al pueblo en el ejercicio del Poder. Sin embargo, la canción funciona a veces como un himno libertario cuando dice que el pueblo tiene el poder (con minúscula) de soñar, de cambiar el rumbo del mundo, de detener la revolución de la Tierra... de ser libre, en definitiva, y aun de gobernar, algo que solo puede entenderse en sentido negativo. Si, como canta la madrina del punk, el pueblo tiene el poder de gobernar (power to rule), eso quiere decir que tiene el poder de no ser objeto de gobierno, de no ser gobernado. De ese genérico "people" se pasa a la identificación con "we" (nosotros), y entonces el estribillo se convierte en "we have the power": nosotros tenemos el poder de vivir, de soñar, de ser libres en definitiva... Es aquí donde se confunde el poder de... y sus infinitas posibilidades, con el Poder, es decir, con el gobierno que anula todas las posibilidades, lo que explica el éxito del mensaje ambiguo de la canción: como un himno a la soberanía del pueblo se convierte en una apología del sistema de dominio del pueblo democrático vigente. 

 

    No se puede identificar al pueblo con ningún partido, pese a que muchos partidos se llamen Populares o Demócratas, palabra griega que funde en uno dos conceptos opuestos el pueblo -demos- y -cratos- el gobierno del Estado. 

    Recuerdo un eslogan ácrata de la transición española que viene al caso y decía con muchísima razón: "El pueblo unido funciona sin partidos". Contraponía las palabras "unido" y "partido", que como salta a la vista se contradicen: el pueblo es un conjunto que en cuanto se parte queda dividido, y que por lo tanto no puede ser representado -aunque sí gobernado, pero ese es otro cantar- por ningún partido político que sea.

    Hay en la letra que se presenta como un sueño que se hace realidad algunas imágenes poéticas sugerentes -los valles resplandecientes, el aire puro, la alusión bíblica del leopardo y el cordero yaciendo juntos, los ejércitos dejando de avanzar, fuentes que manan en los desiertos...- como en la mayoría de las canciones de esta mujer, pero el mensaje político es bastante conformista y nauseabundo, la verdad.