miércoles, 13 de abril de 2022

¿Bailarinas rusas o ucranianas?

      La National Gallery de Londres, muy políticamente corregida y correcta ella, ha cambiado en el colmo de la corrección política el título del cuadro "Bailarinas rusas" de Edgar Degas (1834-1917) por el de "Bailarinas ucranianas", porque, al parecer, los colores nacionales de Ucrania que están ahora tan de moda por doquier (el amarillo que recuerda el color dorado de los campos de trigo y el azul cristalino del cielo despejado) adornan el pelo da las bailarinas en forma de cintas. 

 

    No es extraño que alguien se haya fijado en ese detalle, habida cuenta de que los colores de esa bandera nos bombardean por todas partes en la actualidad, siendo los más publicitados por todos los poderes públicos.

 

Tres bailarinas rusas, Edgar Degas (1899)
 

    Al parecer, la actuación de un grupo de ballet ruso en el Folies Bergère de París en 1895 inspiró a Degas a la hora de pintar esta escena, en la que podemos contemplar a tres bailarinas del este de Europa -no vamos a discutir sobre su nacionalidad- en un paisaje imaginario. La obsesión del pintor, solterón impenitente, era captar el movimiento femenino y plasmarlo congelado en un lienzo como si fuera una fotografía. 

    Varios grupos de danzas de Europa del Este visitaron París a finales de la década de 1890, actuando en los cabarés de la ciudad de la luz, en el Moulin Rouge, en el Folies-Bergère, en el Casino de París y hasta en un tugurio de Montmartre, cerca de la casa del pintor. Este pastel que ha renombrado la National Gallery en particular, puede haber sido uno de los tres que muestran ‘bailarinas con trajes rusos’ que Degas mostró a un visitante de su estudio en 1899. 

    Discusión bizantina como ella sola, la de la nacionalidad o bandera de estas bailarinas, sobre todo en una época en que las naciones no estaban tan delimitadas como pretenden estar ahora, ya que nos estamos remontando a una época en que Rusia tenía un significado mucho más amplio que en la actualidad: era la Madre Rusia, la Rusia del Imperio de los zares, anterior a la Rusia Soviética y a la URSS, ese otro Imperio que acabó derrumbándose también, una Rusia que no coincide con la actual. En todo caso esta polémica -palabra que procede del griego πόλεμος (pólemos), que significa 'guerra'- recuerda a aquella disputa trivial de los dos conejos sobre si sus perseguidores eran galgos o podencos. No resultan, además, estos tiempos revueltos en los que vivimos buenos para escudriñar en las esencias nacionales y patrióticas de otros tiempos.

    

    En todo caso, estas bailarinas rusas o ucranianas, si no era lo mismo entonces lo uno que lo otro en las postrimerías del siglo XIX,  mientras siguen levantando las piernas bajo sus faldones y bailando y dejando que pensemos lo que nos venga en gana, parecen reírse un poco de nosotros y de nuestra controversia.

 

martes, 12 de abril de 2022

Teletipos (4)

 

 (Pseudo)Pégaso alado.

 Frente a la seriedad maniquea de los defensores del orden establecido, hay que contraponer la irreverencia del humor popular que no respeta ninguna jerarquía.

  El 'struggle-for-life' darwiniano se convierte en un 'life-for-struggle': La lucha por la vida se convierte en una vida para la lucha, es decir, para la guerra.

Hago mía la sentencia del autor inglés del siglo XVIII Samuel Johnson de que el patriotismo (incluyendo aquí yo el humanista) es el último refugio del canalla.

Sí, estamos en guerra, pero es una guerra librada en nuestro propio campo de batalla, entre arriba y abajo: nosotros somos el objetivo verdadero de la guerra.

  Acostumbrados a actuar en contra del sentido común, obedecemos a medidas irracionales en nombre de la “responsabilidad social”, esa hipócrita idea moralista.

Algunas socialdemocracias neoliberales se han quitado la careta que las enmascaraba y han mostrado su verdadera cara dura subyacente de regímenes autoritarios.

 

Fuga no hay de prisión que no se vea.  
 
El viejo mundo de las naciones-estado es sustituido por un conglomerado de multinacionales que toman las decisiones de economía política o política económica.
 
Hay una guerra contra el terrorismo doméstico que se escuda en la lucha contra la extrema derecha, el nazismo y el fascismo, y crea así el monstruo que combate.
 
Todo el que se opone al régimen tecnocrático de esta cuarta revolución industrial es tachado de fascista, como antes podía ser tachado de rojo o de maricón.
 
La deserción es la actitud ética más radical y subversiva ante el ardor guerrero que, en nombre del Bien Común, nos despoja de libertad individual y colectiva.
 
 Imponen cada vez más la ética sacrificial de la propia vida en aras del absolutismo del Bien Común y el cultivo egoísta y feroz de la resiliencia y la empatía.
 
 La Semana Santa, se mire por donde se mire, no deja de ser una consagración de la semana laboral que, como Jesucristo, muere y resucita, muere a fin de renacer.
 
 
    

lunes, 11 de abril de 2022

La locura de Changái

    La gente grita desesperada desde las ventanas de los rascacielos de Changái, la capital económica china, que cuenta con la friolera escandalosa de 25 millones de habitantes, tantos como los de toda Australia, y que afronta su peor crisis sanitaria de Covid-19 desde hace dos años, de lo que dábamos cuenta aquí el otro día, descargando su agresividad después de siete días y sus siete noches de confinamiento sin ningún alivio prolongado indefinidamente, ya que nadie puede abandonar su domicilio bajo ningún concepto. 
 
    Los habitantes de Changái protestan así, asomándose a sus ventanas y gritando, por la falta de suministros. Algo muy distinto, como puede comprobarse, de aquellos "aplausos de las ocho" no dóciles sino imbéciles del confinamiento español, que, alentados desde la televisión por los poderes públicos, hacían que muchos ciudadanos salieran a los balcones y se asomaran a las ventanas a aplaudir a los sanitarios que atendían a los enfermos, como era su deber, a las fuerzas de orden público que vigilaban el cumplimiento de la encerrona, y a las autoridades que habían ordenado por el bien común el arresto domiciliario.
 
    "Es Changái -dice en chino la voz en off que grabó este vídeo y que lo ha difundido por las redes sociales-. Todo el mundo está gritando. Empezó con una pareja. Ahora todo el mundo grita después de una semana de encierro. Algo va a pasar. Nadie sabe cuándo va a terminar esto".
 

     Un dron que sobrevuela la ciudad por la noche les dice con amable voz femenina a los habitantes de Changái encerrados en sus pisos a modo de abejas en las celdas de sus colmenas: Por favor, cumplan con las restricciones del COVID. Controlen el deseo de libertad de su alma. No abran la ventana ni canten.
 

         Mientras tanto, el presidente de la República Popular de China brinda satisfecho alzando una copa de vino. El gobierno chino que él representa es la envidia de todos los ejecutivos occidentales por el control cuasi absoluto que ejerce sobre sus ciudadanos. 

Xi Jinping, presidente de la República Popular china, alza satisfecho su copa.
 
    Resulta ridícula la pretensión del gobierno chino de cero cóvid. Es harto improbable que la existencia del bicho pueda ser erradicada de la faz de la Tierra una vez adquirida su carta de naturaleza. Como tantos otros víruses, y al margen de su origen natural o artificial que aquí y ahora no viene a cuento, hay que acostumbrarse a convivir con él, porque “llegó para quedarse”, o, mejor, siempre estuvo aquí, como el dinosaurio de Monterroso.
 
 
     Lo sacarán a relucir cuando a ellos les convenga, sobre todo en la próxima temporada otoño-invierno. El prestigioso virólogo alemán,  responsable de todas las peceerres que se hacen en el mundo y que engordan las estadísticas de casos, de cuyo nombre no quiero acordarme, además de recomendar las asfixiantes mascarillas FPP2 en todos los interiores, ya ha dicho que esto no es más que una tregua veraniega, que en el otoño e invierno que viene habremos perdido la inmunidad adquirida con la vacuna y con el hecho de haber pasado la enfermedad, pese a estar la mayoría vacunados. ¿Habrá que volver a vacunarse? Ahora mismo, aquí en Europa, el asunto está soterrado como el Guadiana con el parte diario de la guerra de Ucrania, pero la locura de Changái no está tan lejos, aunque ya no esté como está Ucrania todos los días y a todas horas en sus pantallas. ¡Atentos permanezcan!
 
 

domingo, 10 de abril de 2022

Dos prisiones

 Le debemos al poeta Garci Sánchez de Badajoz (1460?-1526?), que nació probablemente en la localidad sevillana de Écija, pero vivió en Badajoz y al parecer murió loco en un manicomio, según informa José María Valverde en su Antología de la poesía española e hispanoamericana, publicada por editorial Anthropos (Barcelona, 1986), esta preciosa copla que habla de las dos prisiones: una que me tiene a mí y otra que me tengo yo.




En dos prisiones estoy
 que me atormentan aquí
 la una me tiene a mí
 y la otra tengo yo. 

Y aunque de la una pueda
 que me tiene libertarme, 
 de la otra que me queda
 jamás espero soltarme. 

Ya no espero, triste, no, 
verme libre cual nací, 
 que, aunque me suelten a mí, 
 no puedo soltarme yo.


El llorado Chicho Sánchez Ferlosio retoma este viejo tema de las dos prisiones, la exterior y la interior,  en la coda que compuso para cantar al final del Romance del prisionero:  

 
"Cárcel tengo por fuera,
cárcel por dentro,
voy vagando y vagando,
puerta no encuentro:
tener no me importara
cárcel por fuera,
si de la de aquí adentro,
salir pudiera.
Veo el campo a lo lejos
por la ventana,
tristeza y esperanza,
noche y mañana.
Allí crece la yerba
de primavera,
esperanza y tristeza,
luz y quimera."

sábado, 9 de abril de 2022

Europa remasterizada y digitalizada

    En Europa la identidad digital avanza a pasos agigantados desde hace algunos años. ¿Qué es la digitalización? Un dígito en nuestra lengua madre es un dedo, y habida cuenta de que se contaba con los dedos de la mano -la calculadora de la vieja- un dígito es también un número. Digitalización es, por lo tanto, cuantificación numérica, conversión en número de algo que no lo es. Digitalizar es cuantificar lo incuantificable, numerarlo. Y numerarlo es cosificarlo. 
 
    Recordemos aquel sabio dicho de nuestra lengua que reza: Caballo y caballero no son dos, sino uno y uno (o uno y otro, según otra versión, y podríamos decir, uno solo, como el mítico centauro) pero nunca dos. Si digitalizamos el caballo y el caballero, obtenemos un número, el número dos. Estamos sumando. Todos sumamos. Sumamos todos, y si sumamos estamos convirtiendo lo que no se puede sumar en números, es decir en cosas, o mejor dicho, en ideas, incluidos nosotros que somos los que contamos, las personas. 

     ¿Cómo comenzó este proceso de digitalización de la vieja Europa? Pues habría que remontarse ni más ni menos que a Pitágoras, quien creía que el número (arithmós) era el principio (arché) de todas las cosas, como si dijéramos su materia prima, su ser y su sustancia. 
 
    Pero, si no queremos remontarnos tan lejos y venimos a lo más cercano, vemos que el origen de nuestra conversión en un número está relacionado con el control que sobre nosotros pretende ejercer el Estado, que nos otorga, por ejemplo en España, un número: el de nuestro Documento Nacional de Identidad (o en su defecto el de nuestro pasaporte). Las entidades privadas o no estatales, por otra parte, también nos otorgan un número en función del peso específico de nuestro capital: el de nuestra cuenta corriente o tarjetas de crédito y débito. 
 
    El control que pretende ejercer el Estado sobre nosotros necesita constantemente de una coartada que lo justifique, dado que atenta contra nuestra libertad. Esa justificación habría que buscarla en principio en el riesgo terrorista, que pone en peligro nuestra seguridad. Últimamente este argumento, que se basaba en la existencia de un terrorista enemigo que ponía en peligro la seguridad de todos, no se sostenía, se veía como algo muy lejano e improbable, quedaba ya obsoleto, por lo que se recurrió a otro más sofisticado: la existencia de un virus de una letalidad peligrosísima del que podríamos ser portadores sin saberlo. Era una manera de decirnos que los terroristas y el virus éramos nosotros. Se entronizaba así la Sanidad, mejor que la salud, que sigue siendo una palabra patrimonial popular, para justificar nuestra inmolación o sacrificio en aras del ideal. 
¿La tecnología al servicio de las personas o las personas al servicio de la tecnología?
 
    El pasaporte vacunal, en efecto, es lo que mejor materializaba este progreso con el que avanzaba la digitalización de la sociedad a manos del caballo de Troya que es nuestro esmarfon o teléfono inteligente o, sencillamente, móvil, un aparato que lleva adosada nuestra identidad, nuestra alma, que es nuestro dinero, nuestros datos personales con un número que nos identifica como si fuera nuestra sombra. No hace falta ya ningún Documento Nacional de Identidad, nuestro DNI es nuestro móvil, que encarna nuestra identidad virtual, al que hablamos y que nos escucha: es nuestra agenda telefónica, nuestro geolocalizador, nuestro pasaporte, nuestro todo. Me he visto obligado a aprenderme su número, que no es sólo mi número de teléfono, sino mi DNI, mi pasaporte, mi tarjeta sanitaria, mi banco, mi todo. Resulta muy cómodo llevar todos estos datos en un solo soporte, pero resulta muy ingenuo no ver que ese soporte nos lleva a nosotros mismos que hemos vendido el alma al diablo. Resulta muy ingenuo no ver que el haber cedido todos estos datos no iba a causarnos ningún perjuicio en detrimento de nuestra libertad.
 
 
 
    Cuando se habla del incremento del control social y de la vigilancia en la vieja Europa, siempre sale alguien rebuznando «es peor en China», lo que seguramente es verdad pero el mal de los chinos, que son muchos como se sabe, no puede consolarnos a los europeos, que somos a la sazón muchísimos menos, muy muy pocos: mal de muchos, dice el refrán, consuelo de tontos. Esto recuerda la enseñanza moral del cuento aquel de El Conde Lucanor del infante don Juan Manuel:  “Por pobreza nunca desmayedes, pues otros más pobres que vos veredes”; argumento que retomó Calderón de la Barca en La vida es sueño y versificó así: Cuentan de un sabio que un día / tan pobre y mísero estaba, / que sólo se sustentaba / de unas hierbas que cogía. / ¿Habrá otro, entre sí decía, / más pobre y triste que yo?; / y cuando el rostro volvió / halló la respuesta, viendo / que otro sabio iba cogiendo / las hierbas que él arrojó. Lo que viene a decir que no podemos quejarnos, que hay otros que están mucho peor que nosotros y no se quejan, aunque tienen más razones para hacerlo.
 
    Lo que está meridianamente claro es que a fecha de hoy, España, Europa y en sentido general, Occidente, se exponen a la digitaliación de nuestra sociedad, tomando como punto de partida la salud para llegar hasta la identidad personal. Es verdad que hace años ya que somos dependientes de nuestros móviles pero, desaparecidos prácticamente los móviles prepago, no se había visto nunca hasta la pandemia que tuviéramos que sacar los esmárfones para justificar nuestra identidad en lo concerniente a nuestro estado de salud, o, mejor dicho, de vacunación, que no es lo mismo. Había que exhibirlo hasta para entrar a comer a un restorán, y hasta para consultar su menú a través del código digital. 
 

 
    Nadie puede salir ya de su casa sin su adminículo móvil. Y ahora que el secreto médico se ha vuetlo cada vez más evanescente, pese a la cacareada protección de datos, el resto de nuestros datos sigue siendo aspirado por los codiciosos bancos de datos, compañías de seguros, navegadores de la Red, etc. El esmarfon es la moderna epifanía del Estado y el Capital asociados a un número: nuestra identidad personal que es también la económica, sobra que se diga. 
 
    La Unión Europea no se queda a la zaga, ya que ha regulado su «agenda digital para 2030» desde marzo de 2021. Se trataría con todo ello de dotar a cada uno de un pasaporte digital europeo en el que estaría incluido el carné de vacunación.  En esta generalización de la identidad digital que mezcla lo público y lo privado, el Estado y el Capital en términos políticos clásicos, el Foro Económio Mundial, con sede en Suiza, trabaja en ello desde hace años y no lo oculta. 
 
 La casa de los locos o El manicomio, Louis Raemaekers (1915)
 

viernes, 8 de abril de 2022

Z, una letra polémica

    La última letra de nuestro abecedario, la 'Z', se ha convertido un tanto inexplicablemente de la noche a la mañana en una letra polémica y maldita: un símbolo pro-ruso en la guerra de moda entre Rusia y Ucrania. Inexplicablemente, digo, porque esta letra, que procede de la griega dseta (Ζ), a través de la latina del mismo nombre -el latín la adaptó para trascribir palabras griegas como por ejemplo Amazona o Zeus (pronunciados 'amadsona' o 'dseus')- no aparece en el alfabeto cirílico con el que se escribe la lengua rusa.

    El alfabeto griego, de origen fenicio, fue, adoptado y ligeramente modificado por los romanos, dando lugar al abecedario latino, que es el más utilizado en la actualidad en el mundo, y también al llamado alfabeto cirílico, en el que se escribe el ruso y otras lenguas eslavas, enseñado como fue por el monje Cirilo a los eslavos.

    En el diagrama de Venn siguiente podemos ver cuáles son las letras comunes a los tres alfabetos. Sólo aparecen las letras mayúsculas porque originalmente no había minúsculas, que son un hallazgo medieval de la escritura cursiva: 11 letras comparten el alfabeto griego (incluido en el círculo izquierdo), el latino (en el derecho) y el cirílico (en el central inferior).  La letra Z, como puede comprobarse, no aparece como tal en el alfabeto cirílico. Sin embargo, su sonido coincide con el de la letra cirílica З, ausente en los otros alfabetos. 

     Cuando se trascribe el ruso a nuestro alfabeto latino, es decir, cuando se romaniza, se utiliza nuestra Z para la letra cirílica З de igual sonido, cuya pronunciación es como la de la mayoría de las lenguas que emplean el abecedario latino (distinta de la zeta española), como la inglesa o la italiana por ejemplo.

    El caso es que la letra “Z” que comenzó a verse de repente escrita en tanques rusos como logo identificativo para evitar el fuego amigo, en campañas de propaganda de la guerra u 'operación militar especial' rusa, en la camiseta de un gimnasta, en los coches y en las redes sociales, se ha convertido en un símbolo de apoyo a la invasión de Ucrania y de apoyo a la identidad rusa que así se constituye. ¿Cómo se explica?

    Han surgido algunas hipótesis. La que parece más convincente es que la expresión rusa За победу (trascrita 'za pobedu') quiere decir “por la victoria”; За мир (trascrita 'za mir') quiere decir “por la paz”, За правду (trascrita 'za pravdu') quiere decir "por la verdad" y За Россию (trascrita 'za Rossiyu') significa “por Rusia”. За es, pues, una preposición que trascrita ZA y abreviada Z significaría “a favor de, por, para”.


     Alemania se había planteado la prohibición de esta polémica letra, lo que originaba serias dudas, ya que a diferencia de otros símbolos más reconocibles como la cruz gammada, por ejemplo, la Z como apoyo a la sangrienta invasión de Ucrania es una simple letra del alfabeto grecolatino, originalmente griega, por lo que no es fácil demostrar cuándo se usa como símbolo bélico y cuando no, por lo que se deja esta interpretación en manos de los tribunales de justicia a los que lleguen las denuncias, aunque el portavoz gubernamental del país germano ha tenido que reconocer que la letra zeta, como tal, por supuesto no está prohibida, aunque, matizó, en algunos casos concretos, “su uso puede representar la aprobación de la guerra rusa” y podría ser delictiva.

 


        La rusofobia, motivada por la equiparación torticera del pueblo ruso con el Estado ruso, puede llega a extremos increíbles, hasta el punto demencial de declarar contenidos política- y culturalmente poco correctos las vanguardias pictóricas, la literatura (Tolstoi o Dostoyesqui, por citar solo dos nombres)  o la música clásica de un Estravinsqui, por ejemplo, por no hablar del séptimo arte  que nos ha venido de la Madre Rusia. Hasta estos delirantes extremos puede llegar esta rusofobia que nos invade cuyo contrapunto es la subida a los altares de santa Ucrania martirizada por el demonio satánico de Putin, que ha lanzado una guerra que él denomina torticeramente "operación militar especial". Todo ello coincide con la beatificación del señor Zelinsky, presidente del gobierno ucraniano, y nuevo modelo de líder o Führer político de masas que va suplicando para su país por el mundo ayuda humanitaria (es decir, armas de destrucción masiva y endurecimiento de sanciones).  

jueves, 7 de abril de 2022

Teletipos (3)

La pandemia con denominación de origen y nombre registrado 'COVID-19' fue inscrita por la Organización Mundial de la Salud en el registro de marcas comerciales.

La primera palabra del lenguaje humano y la más humana fue “no”. El demonio se la suelta a la autoridad de Dios, Nuestro Señor, y a la realidad que nos impone.

  La estrategia del actual gobierno español consiste en darse lustre a bombo y platillo autodenominándose el más “progresista, diverso, inclusivo” de la Historia.

¿Por qué empeñarse en ser uno mismo? No hay que tratar de ser uno mismo, cosa que ya se es sin mucho esfuerzo, sino tratar de librarse, mejor, de imposiciones.

 "No somos de izquierdas ni de derechas, somos los de abajo y vamos a por los de arriba" afirman los manifestantes en huelga acusados por el gobierno del país.
 
  Del partido que nos metió en la OTAN no podemos esperar en relación con la guerra de Ucrania que deje de ser lo que siempre fue: lacayo del tío Sam americano.
 
No hay plano(
β), ni recta(r) ni punto(A). 
 

Mientras el pueblo llano sufre cada día más pobreza, sueldos miserables y precios inaccesibles, los Señores del Mundo anuncian incrementos en el gasto militar.

  El instrumento que tiene a su disposición la oligarquía dominante para imponerle al pueblo su dominio son los gobiernos democráticos de izquierdas y/o derechas. 

Para salir de la caverna de Platón hay que desenchufar televisión y radio y tirar todos los periódicos en los que uno abrevaba para estar informado a la basura.

Una falsa etimología pero etimología popular griega dice más verdad, sin embargo, de la que parece relacionando iatrikḗ (medicina) con iós (virus o veneno).

 La retransmisión televisiva de la guerra de Ucrania oculta el mayor escándalo sanitario de todos los tiempos y la mayor manipulación y deformación informativa.
 
 Los medios mainstream subvencionados (cadenas de televisión, periódicos, emisoras de radio) son los creadores de simulacros de la caverna mediática y platónica.
 

El poder de la naturaleza contra la naturaleza del poder.
 

miércoles, 6 de abril de 2022

Cambio de decorado

    Asistimos a un significativo y trascendental cambio de escenario en el teatro del mundo: se retira, al menos momentáneamente, el decorado de la pandemia y es sustituido enseguida por el de la guerra, bajo la atenta batuta del director de orquesta. El foco comienza a iluminar la Guerra, centrando en ella nuestra atención. Todo perfectamente orquestado dentro de la Sociedad del Espectáculo, como sugiere la viñeta. Se retira (Pan)demic y hace su aparición estelar War.

    El Ayuntamiento de Villaescusa, por su parte, como tantísimos otros, se hace eco de este cambio de escenario, y exhibe esta pancarta, a modo de declaración institucional bien intencionada,  con los colores azul y amarillo de la bandera nacional de Ucrania y el siguiente texto, que es toda una declaración de principios: No a la guerra, paz para Ucrania.

    Pareciera que uno no puede más que estar de acuerdo con una proclamación como esta si no hubiera no una sola Guerra en exclusiva sino muchas más guerras en el mundo. Sin embargo sólo se habla de una, porque es la única que interesa en el sentido económico del término, que es el único que importa. Y sin embargo, hay algo que, por debajo de los buenos deseos de paz para Ucrania, le hace a uno sublevarse no sólo contra la guerra sino también contra la paz complementaria. Paz para Ucrania, de acuerdo, pero también paz para Palestina, paz para Yemen también, paz para Siria, paz para Etiopía, paz para Afganistán... 

    Uno, en efecto, se rebela contra este dirigismo de nuestra atención a un único y exclusivo foco, centrando nuestra mirada en un solo punto, cuando hay muchos otros puntos conflictivos, por decirlo suavemente, como denominan algunos a las guerras con eufemismo sangrante.

    ¿Qué pretenden dirigiendo y centrando de este modo nuestra atención? Modificar nuestra conducta provocando una respuesta emotiva y caritativa: que acojamos a refugiados ucranianos, que donemos ropa y comida, que justifiquemos la enésima crisis económica del sistema que se nos viene encima, que nos apretemos el cinturón. El foco que ilumina un punto oscurece todo lo demás, su exclusividad resulta excluyente y oculta sobre todo la principal paradoja: En paz creéis vivir, pero la guerra domina toda la Tierra, como decía el poeta griego Calino de Éfeso hace más de dos mil quinientos años. Y eso que cantaba el poeta sigue siendo válido ahora mismo: hoy es siempre todavía. Nuestro No a la guerra no es una simple y honesta negación de la guerra en general y de todas las guerras o conflictos armados en particular, sino que se traduce enseguida en un deseo de paz verdadera, de paz que no sea un trasunto de la guerra y una coartada para aumentar el gasto militar.   


     Patética, en este sentido, ha resultado ayer mismo la comparecencia telemática del presidente de Ucrania, el señor Zelensky, ante el parlamento español, reclamando más ayuda humanitaria, es decir, más armas y más sanciones para Rusia, cuyo discurso traducido simultáneamente acabó con el inevitable: Gloria a Ucrania, que es lo mismo que decir Gloria a la Patria, ya que Ucrania, no es más que el nombre propio de una patria como otra cualquiera. Y en ese emotivo momento todos los diputados y senadores,  enmascarillados, se ponen en pie y aplauden el discurso del actor con estruendosa y unánime ovación. Patético en verdad. Viva la teatrocracia.
 

martes, 5 de abril de 2022

Loas de la amiga

    Las Loas de la amiga o Laudes amicae son un poema en latín incluido en el cancionero amoroso anónimo de Ripoll, escrito entre los siglos XI y XIII en el monasterio gerundense por un clérigo, si no fueron varios, que se ha dado en llamar el Anónimo Enamorado. El poema consta de catorce estrofas compuestas por seis versos de arte menor cada una con rima aabccb: comienza con dos tetrasílabos llanos cuyo origen puede explicarse por división del octosílabo, que ya de por sí solía partirse con una diéresis medial como un verso compuesto de dos hemistiquios de 4 + 4, en los que la rima interna vendría además a subrayar dicha partición, más un heptasílabo esdrújulo; otros dos tetrasílabos llanos rimados entre sí más otro heptasílabo esdrújulo rimado con el anterior. Esta métrica procede con toda seguridad de la música sacra, si bien la temática es profana. Aparece en estos poemas un fenómeno que era ajeno a la poesía latina clásica: la rima. En la mayoría de los casos es consonante o total, aunque hay alguna asonancia esporádicamente.  Y en cuanto al ritmo hay que decir que ya es acentual y generalmente trocaico.

    En las coplas medievales de la lírica ya en castellano y no en latín el tetrasílabo alternará con los octosílabos formando los llamados versos de pie quebrado, muy utlizados por los poetas del siglo XV, donde el tetrasílabo trocaico hace función de “pie quebrado” del octosílabo: Recuerde el alma dormida, / avive el seso y despierte / contemplando / cómo se pasa la vida, / cómo se viene la muerte / tan callando. 

El concierto en el huevo, Jerónimo Bosch (1561)

    En la fábula de La ardilla y el caballo de Iriarte, se combinan varias veces los tetrasílabos rimados con un heptasílabo agudo (octosílabo en el cómputo castellano), lo que recuerda rítmicamente, como vamos a ver, a esta estrofa medieval: tantas idas / y venidas, / tantas vueltas / y revueltas, / (quiero, amiga, / que me diga) / ¿son de alguna utilidad?

    Las Loas de la amiga se abren con una estrofa de elogio de la amada, seguida por cuatro donde el poeta expresa la pasión que experimenta ante ella. A partir de la sexta estrofa y hasta el final, se hace una descripción pormenorizada y no exenta de tópicos de la belleza de la amiga donde se pasa revista a su cabello, envidia del de la diosa Venus, su frente y su cuello sin arrugas, su rostro angelical, sus dientes, sus labios que dan besos de miel, sus pechos, manos, vientre, su estatura y sus piernas... cesando la enumeración de las gracias de la amiga que superan a las mismísimas diosas. En la anteúltima estrofa vuelve a ponderar el Anónimo Enamorado el propio amor, y en la última le ruega a la doncella ser condescendiente. 


    He aquí el poema latino del clérigo enamorado de su amiga, que sufre porque la belleza de ella lo aparta de la regla monástica, con su versión rítmica y rimada.

Sidus clarum, / puellarum / flos et decus omnium; / rosa ueris, / quae uideris / clarior quam lilium.
Clara estrella / tú doncella / de entre todas prez y flor; / tal que rosa / más hermosa / que azucena en su primor;

Tui forma / me de norma / regulari proicit; / tuus uisus / atque risus / Veneri me subicit.
Tu hermosura / me depura / de la norma regular; / el mirarte / y alegrarte / me hace a Venus adorar.

Pro te deae / Cithareae / libens porto uincula, / et alati / sui nati / corde fero spicula.
De la diosa / amorosa / por ti llevo el yugo a bien, / malherido / de Cupido / tengo el corazón también.

Vt in lignis / ardet ignis / siccis cum subducitur, / sic mens mea / pro te, dea, / feruet et comburitur.
Como el fuego / arde luego / que la leña va a quemar, / tal mi mente, / por ti ardiente, / diosa, se me va a abrasar.

Dic quis durus, / quis tam purus, / carens omni crimine, / esse potest, / quem non dotes / tuae possint flectere?
¿Quién tan duro, / quién tan puro / puede haber sin rechistar / al que tantos / tus encantos / no lo puedan doblegar?

Vivat Cato, / Dei dato / qui sic fuit rigidus; / in amore / tuo flore / captus erit feruidus.
Si viviera / el que fuera / rígido Catón de Dios, / fuera preso / de embeleso / abrasado por tu amor.

Fore suum / crinem tuum / Venus ipsa cuperet, / si uideret; / et doloret / suum quod exuperet.
Suyo fuese / si lo viese / tu cabello Venus bien / que quisiera, / y sufriera / por mejor que el suyo ser. 

 

Frons et gula / sine ruga / et uisus angelicus / te caelestem, / non terrestrem, / denotant hominibus.
Cuello y frente / sin un pliegue / y tu rostro angelical / te hacen a ojos / vista, a todos, / celestial, no terrenal.

Tibi dentes / sunt candentes, / pulcre sedent labia, / quae si quando / ore tango / mellea dant suauia.
Son tus dientes / relucientes, / labios bellos se te ven, / si mi boca / te los toca / dulces besos dan de miel.


Et tuarum / papillarum / forma satis paruula / non tumescit, / sed albescit, / niue magis candida.
La figura / tan menuda  / de los pechos que tú has  / no se afea, / que blanquea / más que nieve al relumbrar.

Quid quod manus, / uenter planus / et statura gracilis / te sic formant / et cohornant / quod nimis es habilis?
De tus manos, / vientre plano, / grácil talle, ¿qué decir / si te forman / y te adornan / y hacen tan gozosa así?

Nitent crura, / sed quid plura? / Deas pulchritudine / et caelestes / et terrestres / superas et genere.
Y tus piernas / ¿qué más de ellas?. / A las diosas en beldad / celestiales, / terrenales / ganas en tu puridad.

Et idcirco, / pia uirgo, / nulli sit mirabile, / si mens mea / pro te, dea, / laesa sit a Venere.
Nadie haya / que se vaya, / dulce virgen, a admirar, / diosa, si hizo / por tu hechizo, / Venus mi alma zozobrar.

Quare precor, / mundi decor, / te satis summopere, / ut amoris, / non doloris, / causa sis hoc pectore.
Por lo tanto, / flor de encanto, / yo te ruego con tesón, / que tú amores, / no dolores, / causes a mi corazón.


lunes, 4 de abril de 2022

Analectas*

De Charles Péguy:

 Homero es nuevo esta mañana, y nada es quizá tan viejo como el periódico de hoy.

El maestro que abrió una primera vez la gramática latina por la declinación de rosa, rosae no supo nunca en qué floridos jardines abría el alma del chaval. 

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 De Antonio Machado 

Escribe Antonio Machado, en carta a Juan Ramón Jiménez, a primeros de 1913: “Yo mismo me pregunto algunas veces ¿quién escribe muchas cosas que salen de mi pluma? Me declaro irresponsable de las tres cuartas partes de todo cuanto he hecho, y de cuanto haga en lo sucesivo”.

Desde el mirador de la guerra: “Colocados en este mirador -el que nos proporciona la guerra- claramente vemos que lo terriblemente monstruoso es lo que llamamos paz”. 


De arte y moral: “Para el artista, los imperativos de la moral tendrán siempre algo de camisas de fuerza; la autonomía que el artista reclama hará siempre frunciar el ceño al moralista”.

 


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 De Fernando Pessoa

 Una estrofa de Pessoa: Deixa passar o vento / sem lhe perguntar nada. / Seu sentido é apenas / ser o vento que passa... Y mi adaptación particular cambiando el viento por el tiempo: Deja pasar el tiempo / sin preguntarle nada. / No tiene más sentido / que ser tiempo que pasa...

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De Jean Paul Ritcher: 

Discurso de Cristo muerto en lo alto del edificio del mundo:

No hay Dios”.

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*(Del latín analecta, -ōrum, y este del griego ἀνάλεκτα análekta 'cosas recogidas') Florilegio, antología, colección de trozos selectos de materias literarias.