sábado, 11 de febrero de 2023

Latrías

    Define la culta Academia el término latría como “reverencia, culto y adoración que sólo se debe a Dios”, y el sufijo -latría escuetamente como “adoración”. 
 
    La iconolatría, por ejemplo, sería la adoración de las imágenes, característica de nuestra época, en la que valoramos más que las cosas en sí, sus apariencias. En el siglo VIII floreció en el mundo la iconoclasia. Los iconoclastas negaban el culto a las imágenes y rechazaban la autoridad de normas, maestros y modelos.
 
    La idolatría, haplología de idololatría, es la adoración sensu stricto de los ídolos, que son imágenes de una divinidad que es objeto de culto y de veneración, pero hay una idolatría, en sentido más general, que consiste en el amor excesivo y vehemente por alguna cosa o hacia alguna persona, a las que se idolatra.
 
 
    Tenemos también la necrolatría que es la adoración y el culto que se tributa a los muertos para propiciarlos y que quizá radica en el temor que nos inspiran.
 
    Se pueden formar neologismos como estatolatría, por ejemplo, que sería el culto al Estado considerado un ente divino por algunos, como el estatólatra de Hegel.
 
 
    Otro neologismo: vacunolatría, la adoración a la que hemos asistido en todos los medios de (in)formación de masas de las vacunas sin sentido crítico ninguno, que “salvan millones de vidas” porque vienen a ser algo así como el Santo Grial, según la opinión carente de fundamento de los adictos a la Gran Farmacopea.
 
    Otro neologismo, formado sobre tecnología, es tecnolatría, que al parecer acuñó Ernesto Sabato en alguno de sus escritos, y que sería la veneración idealizada de la tecnología, caracterizada por la creencia irracional de que puede solucionar todos los problemas, hasta los que no son técnicos. Tecnolatría y tecnocracia son dos características de nuestra época: la primera justifica la segunda que es el gobierno o ejercicio del poder que llevan a cabo los técnicos o especialistas, en detrimento de los políticos.  De hecho, nuestras modernas democracias son tecnocracias.
 
    Pero si alguna -latría resulta especialmente deleznable es la egolatría, el culto o amor excesivo al ego propio de uno mismo y a su personalidad individual, que conduce a la sologamia de casarse uno consigo mismo, una boda de momento sin validez legal, pero matrimonio indisoluble, consistente y a prueba de divorcio.
 
 

2 comentarios:

  1. Tendrías que incluir también la 'tecnolatría' característica de nuestra época, basada en la adoración sin límite de la tecnología y en la creencia irracional de que puede solucionar todos los problemas, hasta los que no son tecnológicos. Un saludo.

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    1. Acabo de incluir 'tecnolatría', siguiendo tu sugerencia, Raúl. Gracias.

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