Leído este
alegato treinta y ocho años después -ignoro si el presidente del gabinete socialista leyó la carta, lo que sí es cierto es que si la leyó,
hizo caso omiso, o sea ningún caso de la recomendación de Chicho-,
resulta que me entero ahora de que el Ministerio del Interior sustituye las
porras de goma por porras extensibles metálicas: más
de veinte mil de dichas porras de acero cuyo precio
asciende a los dos millones de euros (unos ochenta euros cada una),
llamadas eufemísticamente 'bastones policiales extensibles', y
“bastones policiales defensivos', van a ser empleadas
principalmente principalmente por los policías destinados en
Seguridad Ciudadana y las Unidades de Intervención Policial, más
conocidos como antidisturbios. Obsérvese cómo ha desaparecido la palabra "porra" sustituída por el eufemismo "bastón", en apariencia, aunque sólo en apariencia, menos agresivo, porque el bastón tiene un uso primordial que es apoyarse en él al caminar, y secundariamente puede servir para golpear, pero en el caso de la porra su uso único es como arma de aporreo.
Estos bastones, hechos con acero o aleación de máxima calidad, pasan de los 26 centímetros cuando está plegados a un poco más del doble en toda su extensión y pesan poco más de medio quilo. Se trata, siempre según el Ministerio, de un elemento de fácil portabilidad que va siempre con el policía, discreto, dado su reducido tamaño" y poseedor además de "un efecto psicológico disuasorio por su efecto ruidoso al desplegarse".
La Dirección General de la Policía también ha elaborado un protocolo específico sobre su uso en el que se detalla que, en caso de golpear con el bastón extensible a una persona, el agente deberá evitar hacerlo en vertical “de arriba hacia abajo”, además de no hacerlo “bajo ningún concepto” en “la cabeza, cuello, clavícula o columna vertebral”, prohibiéndoles a los agentes que lo usen como “técnica de estrangulación”. Dicho protocolo añade que estas defensas solo se utilizarán para “reducir, inmovilizar o detener” a personas que muestren “una resistencia activa que ponga en riesgo a los agentes o terceras personas”, que pueden actuar de manera violenta o lo hayan hecho, que amenacen con un arma blanca u otro objeto peligroso o estén a punto de poner en riesgo su vida. Y siempre después de “haber agotado las vías de diálogo, negociación y mediación previas”. El protocolo prohíbe usarlas “con mujeres embarazadas o con menores de edad penal [hasta los 18 años] siempre que esta condición sea perceptible”, así como “con personas de edad avanzada o personas débiles de salud”.
Estas armas, además, poseen una mayor resistencia y dureza que las tradicionales defensas semirrígidas, así denominan a las tradicionales porras de goma, portando además en su extremo final una punta de polímero endurecido, se supone que para mayor contundencia, lo que no corresponde -esto no se le escapa a nadie un poco espabilado- al principio que debe guiar la actuación de los cuerpos policiales de procurar la menor lesividad posible.
Tal parece que esta Administración Progresista, al dotar de mas efectivos y aparataje a Los Cuerpos Represivos mientras reduce esos efectivos y medios en la Enseñanza y la Sanidad por las posibilidades que brindan la enseñanza virtual y la asistencia telefónica, que permiten librarse de los cuerpos y establecer la interacción con objetos (virtuales), asegurando el anhelado distanciamiento social y la idiocia televirtual con sus algoritmos inteligentes y centralitas telefónicas idiotas; y no encontrando otra forma de desarrollar esa tendencia en las Fuerzas Represivas se haya visto en la necesidad de dotar a sus bastiones de bastones contundentes para quitarse de encima a las gentes que osen agruparse y hablar sin la telemediación y representación establecida. Al fin y al cabo ellos saben que para estar a bien con sus amos solo tienen una función administrativa: liberar y asegurar ámbitos para la "iniciativa privada" acabando contundentemente con todo aquello que estorbe el progreso de esa iniciativa, como diría el gran timonel del gato negro, gato blanco... y que todavía se deja ver, algo que de entrada no puede permitir ningún gobierno socialista-progresista.
ResponderEliminarDotan, en efecto, de material represivo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad (antes Fuerzas de Orden Público), por no hablar de la venta de armamento y el envío de tropas a misiones 'humanitarias' (eufemismo con el que tapan 'bélicas'), al mismo tiempo que desmantelan la Enseñanza, reducida a cómica caricatura de sí misma -no se aprende nada porque no enseñan nada, ni lo pretenden, porque lo que quieren es “educar”, léase: adoctrinar-, y la Sanidad, degradada cuando te atienden a atención telefónica (Pulse 1 si desea solicitar baja médica, pulse 2...). A todos nos resuena en los tímpanos todavía el “Quédate en casa, no vayas a contagiarte si estás sano, o a contagiar a los demás si estás enfermo”. Lo que pretendían y en parte han conseguido es que la gente desconfíe de la gente y no se atreva a agruparse y a hablar si no es telefónicamente o por videoconferencia con los demás. A todos nos suena el “¡Silencio! Hablar y cantar (villancicos, como cacareaba la impresentable viróloga oficial del reino, o lo que sea) también contagia”.
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