martes, 22 de febrero de 2022

¡Alegrémonos!

    El gaudeamus igitur (Alegrémonos, pues) es una vieja cantilena estudiantil europea anónima de la Edad Media que se ha convertido en la actualidad en un himno universitario y que suele interpretarse en casi todas las ceremonias de graduación y actos oficiales académicos del universo mundo que se precien. 

     La primera estrofa reza así en latín: Gaudeamus igitur, iuuenes dum sumus; post iucundam iuuentutem, post molestam senectutem nos habebit humus. Cuya traducción sería más o menos: Disfrutemos jóvenes hoy de nuestra suerte. Tras la juventud gozosa y vejera enojosa nos tendrá la muerte

    En la segunda estrofa aparece el tópico tema inevitable en la poesía medieval del ubi sunt: ¿Dónde están los que antes que nosotros vivieron en el mundo? Vete a los infiernos, dirígete al cielo si quieres verlos. Ubi sunt qui ante nos / in mundo fuere?/ Adeas ad inferos, / transeas ad superos / hos si uis uidere. 

    Y en la última estrofa se entona el inevitable panegírico del mundo académico: Viva la academia y vivan los profesores... Viuat Academia, / uiuant professores!/ Viuat membrum quodlibet, / uiuant membra quaelibet, / semper sint in flore. 

    He aquí una versión moderna del himno a cargo del grupo Kundala para la Universitat Oberta de Catalunya: 

 

    Agustín García Calvo compuso en latín una versión peculiar a la contra en una de las numerosas reclusiones que padeció en las celdas de la Dirección General de Seguridad, los célebres calabozos de la Puerta del Sol, por apoyar el pronunciamiento estudiantil madrileño desde su estallido en febrero de 1965, adelantándose al mayo del 68 francés hasta su reintegración al orden en 1969, lo que motivó su expulsión de la cátedra y su posterior exilio a París en plena dictadura franquista. 

    Escribió en Actualidades (Editorial Lucina, 1980), donde publicó su versión del clásico Gaudeamus, que "repetirse a sí mismo interminablemente ritmos y tonadas era uno de los modos más placenteros que podía tomar el Tiempo", y así compuso este antihimno, cuyo lenguaje es similar al de la versión tradicional estudiantil, que es el latín medieval de los clerici uagantes, siguiendo su esquema rítmico y métrico. 

    La letra arranca de una leve modificación de la primera estrofa, que en la versión original viene a decir que debemos alegrarnos mientras seamos jóvenes porque después de los gozos placenteros de la juventud y de los molestos achaques de la vejez nos tendrá la tierra, es decir, la huesa, o sea, la fosa del cementerio. 

 



    Gaudeamus igitur, / iuvenes dum sumus; / post iucundam iuventutem,/ post molestam senectutem, /nos habebit humus. La última palabra de la estrofa, humus, no tiene nada que ver con el humo (que se dice fumus en latín), ya que significa tierra, suelo, terruño, de donde nos vienen a nosotros las palabras cultas y con hache intercalada inhumar y exhumar, que valen por enterrar y desenterrar respectivamente, y también la tra(n)shumacia, que viene a ser el pastoreo itinerante, pero también el adjetivo humilis -e, origen de nuestro humilde, y el verbo humiliare, de donde nuestro humillar, proviene de ese árbol genealógico con el significado original de "a ras de tierra", y también tiene relación con esta palabra, qué le vamos a hacer, el género humano característico del animal rationale, toda una lección de humildad etimológica. 

 

 

    La versión de García Calvo de esta primera estrofa sólo modifica los adjetivos que se aplican a la juventud ("rebellem" en vez de "iucundam") y a la vejez, ("pacatam" en lugar de "molestam"). A continuación hace una parodia de las demás estrofas, con unas cuantas proclamaciones "críticas y ardorosas" de lo que representó aquel movimiento estudiantil para que queden como recuerdo vivo. 

     Ofrezco una traducción al castellano un tanto libre, si no libérrima, de su versión que permite sin embargo que pueda cantarse según se hace comúnmente. La letra es por cierto, muy apropiada, como se verá si se lee, para entonar a contracorriente en todas las graduaciones y ceremonias de aperturas y cierres de cursos académicos y escolares. 

I. Gaudeamus igitur, / iuvenes dum sumus. / Post rebellem iuventutem, / post pacatam senectutem, /nos habebit humus. 

 1. Disfrutemos jóvenes / hoy de nuestra suerte. / Tras la juventud guerrera / y resignada vejera, /nos tendrá la muerte. 

 II. Vbi sunt qui ante nos / in mundo fuerunt? / Ossa sub terra crepant, miseri nos increpant, / quod numquam vixerunt. 

2. ¿Dónde están los que anteayer / en el mundo fueron? / Bajo la tierra sus huesos / se revuelven cual posesos / porque no vivieron.

 III. Nos autem iam nolumus / obsequi isti legi, / neque argentum pro labore, / nec laborem pro amore, / neque regere nec regi. 

3. Pero no queremos ya / esa penitencia, / ni dinero por labores, / ni trabajo por amores, / mando ni obediencia. 

 

 IV. Si nescimus forsitan / quae fieri velimus, / at ea quae nos premunt, / at ea quae falsa sunt, / ea satis scimus. 

4. Si no sabemos quizá / qué es lo que queremos, / lo que no queremos que haya, / lo que es falso de esa laya / sí que lo sabemos.

 V. Cui prodest ista iam / negotiorum rota, / tot consortia fabricarum, / tot commercia catenarum? / Ipsamet sibi tota. 

 5. ¿Para qué nos sirve ya / que gire la rueda / del progreso y sus promesas, / del comercio y sus empresas, / sin parar que pueda? 

VI. Cui prosunt, quaesumus, / saecla gubernantum, / et imperia militaria / et officia statutaria? / Ipsamet sibi tantum. 

6. Preguntamos el porqué / de tantos gobiernos, / los imperios y su gloria, /y los siglos de la historia. / ¡Que ardan en los infiernos! 

 

Vivat Academia, Hans Crepaz (1938-...) 

 VII. Pereat ergo Dominus / nummorum et fascium, / et rex qui mortificat / et lex quae iustificat, / et qui colunt mendacium. 

7. Muera, por tanto, el Señor / Capital y Estado, / muera el rey que mortifica, / y la ley que justifica / y nos ha engañado. 

VIII. Pereat Accademia, / pereant professores, / et cathedrae quaelibet / et decani quilibet, / simul ac rectores. 

8. Muera la Universidad / y los profesores, / los exámenes, abajo, / los diplomas, al carajo, / rector y doctores. 

 IX. Sed et scholae pereant / ingeniariorum, / pereat technica fatalis, pereat scientia venalis, / opium populorum. 

9. No haya escuela nunca más / ni reloj que cuente, / muera la tecnología, / y la ciencia que la guía, / opio de la gente. 

X. Vivat liber amor et / fratrum et sororum, / vivat et inmunitas, / libertas, communitas / omnium conservorum. 

 10. Viva libre el libre amor / de hermanas y hermanos. / Viva la comunidad, / y la amable libertad / en libertas manos. 

XI. Vivat ars dialectica, / mors religionis; / nam quae ratio construit, / ratio ipsa destruit. / Vivat ius negationis! 

11. Viva la dialéctica / negación tozuda; / lo que la razón construye, / ella misma lo destruye / al sembrar la duda. 

XII. Vivat vita hominum, / si quid erit tale; / sin minus, vel pereat / et ad umbras transeat / animal rationale. 

12. Viva la vida si la hay / y se da tal cosa; / pero si no, que perezca, / y el ser racional fallezca / en sombría fosa. 

 

    En la segunda estrofa, donde aparece el tema del "ubi sunt?", se pregunta la cantilena dónde están los que vivieron, y se responde que unos han ido a los infiernos y al cielo. García Calvo, por su parte, la modifica prescindiendo del cielo y del infierno metafísicos: sus huesos yacen bajo tierra, donde los muertos se revuelven porque constatan que nunca han vivido, porque han muerto sin haber vivido, recordándonos el contrahimno del maestro zamorano el dicho atribuido a Marcello Marchesi "L' importante è che la morte ci trovi vivi" (Lo importante es que la muerte nos encuentre vivos). 

    A propósito de la cuarta estrofa, escribía García Calvo en su quinceava entrega de "Para internet destinado a alumnos de istituto y a sus profesores" que lo que dice allí más o menos de si tal vez no sabemos qué queremos que suceda, en cambio, lo que nos oprime, en cambio, lo que es falso, eso lo sabemos bastante bien, es lo que poco después escribió algún estudiante en alguno de los muros de París: "Nous ne savons pas ce que nous voulons, mais nous savons bien ce que nous ne voulons pas", o sea: no sabemos lo que queremos, pero sabemos muy bien lo que no queremos

    Encuentro, por otra, parte, un paralelo entre el comienzo de la octava estrofa de García Calvo con lo que escribió el escritor y filósofo ruso Alexander Herzen (1812-1870), recién graduado por la Universidad de Moscú en 1833: Pereat Academia! Pereant Professores! (¡Muera la Academia! ¡Mueran los profesores!) parodiando y contradiciendo los canturreados versos del Gaudeamus donde se lanzan vivas pelotilleros al infame al mundo académico. 

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