martes, 29 de diciembre de 2020

Telegramas antisistema (II)

Predijeron: Habrá un millón de muertos. Encierran a la población para evitarlo. Hay cien mil muertos. Dicen: Se han salvado novecientos mil gracias al  encierro.

Si no se cumple la profecía, en vez de reconocer honradamente su error de planteamiento, se ponen medallas por salvarnos de la anunciada catastrófica hecatombe.

Se predijo: Habrá un millón de muertos. Se decretó el encierro. Hubo cien mil. Se dice: Podían haberse evitado de habernos encerrado más y muchísimo mejor.

Poco importa que la profecía se revelara totalmente errónea, y el remedio del confinamiento provocase más muertes resultando peor que afrontar la enfermedad.

 ...Desvistieron a un santo para revestir a otro, dejando de atender a unos pacientes reales para atender a otros que resultaron virtualmente potenciales.

Fotografía de madre e hija enmascaradas que se abrazan mediante sábana de plástico en una residencia de ancianos; besos perdidos que se dan, plastificados.

 
Dice un adagio japonés: "Cuando la espada (o, más propiamente, la catana del samurai forjada con acero damasceno) se desenvaina, tiene a la fuerza que matar". 

La cimitarra, una vez desenfundada tras haber sido despertada de su letargo, no puede guardarse impunemente sin haberse cobrado al menos una víctima mortal.
 

El joven que mató a sangre fría a sus padres y hermana con un sable japonés declaró: “No fui yo. El arma y no yo blandió mi mano y cometió sola el parricidio". 

El objetivo de cualquier pistola no es otro más que el óbito, porque es el fin inmediato para el que Samuel Colt la inventó y el  diablo luciferino la cargó. 

La historia impartida en los centros educativos no es enseñanza sino mero adoctrinamiento que persigue la adhesión irracional al espurio concepto del Estado.

La dictadura más eficaz y difícil de denunciar es la democracia actual donde la mayoría de sus súbditos ni siquiera es consciente de la sumisión en la que vive. 

El avión no sirve para viajar sino para desplazarse. Viajar es recorrer la vía a pie, gastando la suela de los zapatos, o a caballo, como hacían los antiguos. 

Analfabetos funcionales: leemos y escribimos porque nos han enseñado a leer lo que nos mandan y a escribir lo que nos dictan: lecturas obligatorias y dictados. 
 
El verdadero viajero, el viajero de verdad, no sabe a dónde va, a diferencia del turista, que, de vuelta sin haber ido aún a ningún lugar, conoce su destino.

En el siglo II de nuestra era comenzó a sustituirse la mano de obra esclava por la "libre"; así que los esclavos pasaron a ser lo que somos hoy: asalariados.

En busca de las señas de una identidad propia que huye de nosotros inasequible dándose siempre a la fuga; esencialmente huidiza, no podrá ser nunca aprehendida.



Dijo Antístenes: Es peligroso dar a un loco una daga y a un malvado el poder. Corríjase: Es peligroso dar a cualquiera una daga o lo que es lo mismo el poder. 

El Foro Económico Mundial pretende dotarnos de identidad digital, como si no tuviéramos ya una identidad en el dígito asignado a nuestro Documento Nacional.

El filántropo multimillonario yanqui se ha convertido en el único profeta verdadero por arte de magia; formula una profecía y ordena después su cumplimiento.

Sócrates, viejo topo que nos enseñó a razonar sin restricción, no agachó la cabeza ante la Parca, desafiando el miedo a la muerte que nos alimenta y atenaza. 

Orgullosos de lo nuestro, dicen, pero ¿qué es lo nuestro? Y ¿por qué orgullosos de palabros aborrecibles como mío, tuyo, suyo etcétera que no deberían existir? 

No son las cosas las que se nos meten por los ojos cuando las miramos, sino las ideas previas que tenemos, que nos impiden cual tapujos ver las cosas como son.

La función de la Red, RIU (Red Informática Universal) o WWW (World Wide Web, que es lo mismo en la lengua del Imperio) es atraparnos en su malla y enredarnos.

La Red nos embrolla y enmaraña como enredadera que trepa caprichosa metiéndonos en el redil cual el pastor que encierra en el aprisco al ganado por la noche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario