lunes, 21 de septiembre de 2020

De cómo Leonard Cohen se apropió de un poema de Cavafis

Se trata del poema “El dios abandona a Antonio”, que escribió Constantino Cavafis en 1911, y que dice así en la traducción de Pedro Bádenas: “Cuando de pronto, a media noche, se oiga / pasar invisible un báquico cortejo / con músicas maravillosas, con vocerío- / tu fortuna flaqueante, tus obras / fallidas, los sueños de tu vida, / que salieron todos vanos, no los llores inútilmente. / Como dispuesto desde hace tiempo, como un valiente, / despide, despide a Alejandría que se aleja. / Sobre todo, no te engañes, no digas que fue / un sueño, que tu oído te engañó; / no te acojas a tan vanas esperanzas. / Como dispuesto desde hace tiempo, como un valiente, / como te cabe a ti, que de una ciudad tal mereciste el honor; / acércate resuelto a la ventana / y escucha conmovida, mas sin / súplicas ni lamentos de cobarde, / como goce postrero los sones, / los maravillosos instrumentos del místico, báquico cortejo / y despide, despide a la Alejandría que tú pierdes.” 
 

He aquí el texto original de Cavafis: Σαν έξαφνα, ώρα μεσάνυχτ’, ακουσθεί / αόρατος θίασος να περνά / με μουσικές εξαίσιες, με φωνές— / την τύχη σου που ενδίδει πια, τα έργα σου / που απέτυχαν, τα σχέδια της ζωής σου / που βγήκαν όλα πλάνες, μη ανωφέλετα θρηνήσεις. / Σαν έτοιμος από καιρό, σα θαρραλέος, / αποχαιρέτα την, την Aλεξάνδρεια που φεύγει. / Προ πάντων να μη γελασθείς, μην πεις πως ήταν / ένα όνειρο, πως απατήθηκεν η ακοή σου· / μάταιες ελπίδες τέτοιες μην καταδεχθείς. / Σαν έτοιμος από καιρό, σα θαρραλέος, / σαν που ταιριάζει σε που αξιώθηκες μια τέτοια πόλι, / πλησίασε σταθερά προς το παράθυρο, / κι άκουσε με συγκίνησιν, αλλ’ όχι / με των δειλών τα παρακάλια και παράπονα, / ως τελευταία απόλαυσι τους ήχους, / τα εξαίσια όργανα του μυστικού θιάσου, / κι αποχαιρέτα την, την Aλεξάνδρεια που χάνεις.

Comenta Pedro Bádenas en nota a su traducción del poema que Cavafis sigue a Plutarco, que narra la última noche de Marco Antonio en la ciudad que fundó Alejandro en el delta del Nilo. Tras la derrota de Accio, las tropas de Octavio desembarcaron en Alejandría. Antonio comprendió que todo estaba perdido. Dice el traductor: “El pasaje de Plutarco habla del silencio en que estaba sumida la ciudad por lo que se avecinaba, cuando se oyó un ruidoso cortejo dionisiaco que atravesaba la ciudad en dirección a la puerta en que estaba el enemigo. Este prodigio se interpretó como un signo inequívoco de que Dioniso (Baco) abandonaba a su suerte a Antonio, quien gustaba de compararse con Dioniso, lo mismo que Cleopatra con Afrodita”.

El verso de Cavafis μην πεις πως ήταν / ένα όνειρο (No digas que fue un sueño) le sirvió a Terenci Moix como título de una exitosa novela que obtuvo en 1986 el Premio Planeta, y que tuvo su continuación en “El sueño de Alejandría”.

¿Qué es lo que hace Leonard Cohen en Alexandra leaving, la séptima canción de su disco, Ten new songs (2001)? En primer lugar omite el título de Cavafis “El dios abandona a Antonio” y la referencia al personaje histórico que conlleva, y lo sustituye por “Alexandra leaving”, que es la traducción inglesa de Aλεξάνδρεια που φεύγει, si no fuera porque le ha quitado una letra al nombre de la ciudad Alexandria convirtiéndolo en Alexandra, con lo cual la canción de Cohen se convierte -esa es la principal apropiación que hace- en la despedida del cantante de una mujer. Ha personificado la ciudad convirtiendo a Alejandría en Alejandra, y le dice adiós a esa mujer que se va y que él ha perdido para siempre. 

He aquí la letra del homenaje que Leonard Cohen tributa al poeta griego Constantino Cavafis: Suddenly the night has grown colder. / The god of love preparing to depart. / Alexandra hoisted on his shoulder, / They slip between the sentries of the heart. / Upheld by the simplicities of pleasure, / They gain the light, they formlessly entwine; / And radiant beyond your widest measure / They fall among the voices and the wine. / It's not a trick, your senses all deceiving, / A fitful dream, the morning will exhaust- / Say goodbye to Alexandra leaving. / Then say goodbye to Alexandra lost. / Even though she sleeps upon your satin; / Even though she wakes you with a kiss. / Do not say the moment was imagined; / Do not stoop to strategies like this. / As someone long prepared for this to happen, / Go firmly to the window. Drink it in. / Exquisite music. Alexandra laughing / Your first commitments tangible again. / And you who had the honor of her evening, / And by the honor had your own restored- / Say goodbye to Alexandra leaving; / Alexandra leaving with her lord. / Even though she sleeps upon your satin; / Even though she wakes you with a kiss. / Do not say the moment was imagined; / Do not stoop to strategies like this. / As someone long prepared for the occasion; / In full command of every plan you wrecked- / Do not choose a coward's explanation / that hides behind the cause and the effect. / And you who were bewildered by a meaning; /Whose code was broken, crucifix uncrossed- / Say goodbye to Alexandra leaving. / Then say goodbye to Alexandra lost. (bis) 


Y una traducción al castellano para comparación con el poema de Cavafis: De pronto la noche se ha tornado más fría. / El dios del amor se prepara para partir. / Alexandra alzada sobre sus hombros  / Deslizándose entre los centinelas del corazón. / Mantenidos por las simplezas del placer, / Alcanzan la luz, se entrelazan informes / Y radiantes más allá de toda medida / Caen entre voces y vino. /  No es una trampa que engañe a todos tus sentidos, /un sueño interrumpido que la mañana apagará. / Dile adiós a Alexandra que se va. / Después dile adiós a Alexandra que se pierde. / Incluso aunque ella duerma sobre tu satén, / Incluso aunque te despierte con un beso, / No digas que el momento fue imaginado; / No te rebajes a estratagemas como esa. / Como alguien preparado mucho tiempo para que suceda esto, / dirígete firmemente a la ventana. Bébelo. / Música exquisita. Alexandra sonriendo. / Tus primeras promesas, tangibles de nuevo / Y tú que tuviste el honor de su velada / Y que por su honor tuviste tu sanación. / Dile adiós a Alexandra que se va, / Alexandra que se va con su señor. / Incluso aunque ella duerma sobre tu satén, / Incluso aunque te despierte con un beso, / No digas que el momento fue imaginado; / No te rebajes a estratagemas como esa. / Como alguien preparado  mucho tiempo para la ocasión / Con total mando sobre cada plan que hiciste naufragar -/ No elijas la explicación de un cobarde / Que se esconde detrás de la causa y el efecto. / Y tú que te desconcertaste por un significado, / Cuyo código estaba roto, crucifijo descruzado- / Dile adiós a Alexandra que se va/ Después dile adiós a Alexandra que se pierde.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Reescribiendo el mito de Narciso

Un texto manuscrito en prosa del insigne e ingenioso poeta en lengua inglesa Oscar Wilde (1854-1900), titulado "The disciple" (El discípulo) reformula el antiguo mito de Narciso, dandole una vuelta de tuerca: el auténtico Narciso no será Narciso sino la fuente cristalina, que se contempla a sí misma y admira su propia belleza en las pupilas del muchacho que se ahogará en ella. 

Oscar Wilde nos tiene acostumbrados a juegos de ingenio como este de El discípulo. En su única novela "El retrato de Dorian Gray", el personaje que ha sido retratado por el artista conserva la belleza de su juventud, mientras que es su retrato el que se desfigura y envejece.  Aquí, en The disciple asistimos a una trasposición: Narciso es el espejo del agua cristalina en que se refleja el joven, y el espejo son las niñas de sus ojos, en las que naufraga su belleza.

Manuscrito de "The disciple"


When Narcissus died the pool of his pleasure changed from a cup of sweet waters into a cup of salt tears, and the Oreads came weeping through the woodland that they might sing to the pool and give it comfort. 

Cuando Narciso murió, el remanso de agua de su complacencia se transformó de una copa de aguas dulces en una copa de lágrimas saladas, y las Oréades (1) vinieron llorando por los bosques a cantarle al remanso y a darle consuelo.

Las oréades, William-Adolphe Bouguereau (1902)
 

NOTA.- Las Oréades eran ninfas que se llamaban así porque custodiaban las grutas de los montes (ὄρος, oros, "monte" en griego). Una de las cuales fue Eco que, privada por la diosa Hera de la facultad de hablar, se limitaba sólo a repetir las últimas palabras que oía. La oréade se enamoró de Narciso, que la rechazó, como a todos sus pretendientes, dejándose ella morir petrificada de tristeza.

And when they saw that the pool had changed from a cup of sweet waters into a cup of salt tears, they loosened the green tresses of their hair and cried to the pool and said, `We do not wonder that you should mourn in this manner for Narcissus, so beautiful was he.'

Y cuando vieron que el lago se había convertido de una copa de agua dulce en una copa de lágrimas saladas, deshicieron los bucles verdes de su cabellera y le gritaron al lago y le dijeron: -No nos extraña que llores de ese modo por Narciso, tan hermoso como era.

`But was Narcissus beautiful?' said the pool. 

-¿Pero Narciso era hermoso?, dijo el remanso de agua.

`Who should know that better than you?' answered the Oreads. `Us did he ever pass by, but you he sought for, and would lie on your banks and look down at you, and in the mirror of your waters he would mirror his own beauty.' 

-¿Quién mejor que tú puede saberlo? -respondieron las Oréades. -A nosotras siempre nos desdeñó, pero a ti te cortejaba, y se tumbaba sobre tus orillas y bajaba su vista a ti, y en el espejo de tus aguas contemplaba su propia belleza.

And the pool answered, `But I loved Narcissus because, as he lay on my banks and looked down at me, in the mirror of his eyes I saw ever my own beauty mirrored.'

Y el lago contestó: -Pero yo amaba a Narciso porque, cuando se tumbaba sobre mis orillas y bajaba su vista a mí,  en el espejo de sus ojos veía siempre yo mi propia belleza reflejada.


sábado, 19 de septiembre de 2020

Narciso en Pompeya

Ya conocíamos el mito de Narciso presente en varios frescos de las lujosas villas pompeyanas, como el bellísimo Narciso de la casa de Marco Lucrecio Frontón, donde aparece el joven solo y prácticamente desnudo, con una corona de laurel y un largo palo para la caza que sirve para trazar su figura diagonalmente contemplándose en el agua. En la parte inferior derecha, en paralelismo con el rostro deljoven, aparece su imagen reflejada en el agua, de la que el joven se embelesa y enamora.

Narciso en la fuente (Villa de M. Lucrecio Frontón, Pompeya)

Un Narciso muy similar, aunque no tan estilizado, nos brinda la lujosa villa de Octavio Quarcio, también en Pompeya, que presenta a un joven de largos cabellos rizados sentado sobre una roca. También su imagen se refleja en el agua a sus pies, aunque, a diferencia del anterior, él no la está contemplando, sino que mira de frente al espectador.


El siguiente vídeo reconstruye virtualmente la erupción del Vesubio y la suntuosidad de la casa de Octavio Quarcio en muy pocos minutos. 

 

Otra imagen de Narciso esta vez con la ninfa Eco, que se enamoró del joven, y el dios Eros, niño travieso y alado, que hace que Narciso se enamore de su propia imagen, nos brinda este fresco pompeyano que ahora se conserva en el museo de Nápoles.

Recientemente Pompeya ha vuelto a sorprendernos con este nuevo fresco de Narciso,  descubierto el año pasado, que se halla en un muro del atrio de la casa de Leda y el cisne de la que hablábamos el otro día. Aparece aquí en primer plano el personaje semidesnudo y diagonalmente en un paisaje idílico. Tras él, en segundo plano, pero en el centro de la composición, un joven Eros, diosecillo alado del amor, con su arco y sus flechas que provocarán el enamoramiento del joven de la imagen propia reflejada en el agua a sus pies. Aparece en esta representación del mito un perro de caza, nuevo elemento iconográfico, que mira embelesado a su dueño, el cual, según Ovidio, interrumpió un día la cacería y se acercó, sediento, a beber agua...

Dice el poeta Luis Antonio de Villena en su "Diccionario de mitos clásicos para uso de modernos" (Gredos, 2011) que "el río o la fuente se han sustituido por la cámara y la revista o el periódico" en las versiones actuales del mito de Narciso.

Aquí tradujimos el mito, tal como lo inmortalizó Ovidio en sus Metamorfosis,  en versión rítmica de hexámetros castellanos con rima asonante. Y aquí podéis escuchar la preciosa canción de Christina Rosenvinge dedicada a los amores de Eco y Narciso.

viernes, 18 de septiembre de 2020

Siete SMS del Servicio de Menajería Breve

El terror es el arma disuasoria absoluta utilizada desde siempre por los tiranos contra el libre pensamiento que en nombre de la libertad se opone a su poder.

Un caso positivo no es un enfermo ni un muerto. La virulencia de un virus no se mide por el número de dichos casos, sino por los enfermos graves y los muertos.

Las noticias del mundo no sólo son todas ellas fake news, sino, además, toxic news, ponzoñosos tósigos que intoxican a la opinión pública haciéndola creyente.

Si la Organización Mundial de la Salud te recomendara ponerte una venda en los ojos cual gallinita ciega a fin de no contagiarte y ver mejor, ¿te la pondrías? 

No es que tengan razón por ser muchos los que están equivocados,  sino que perseveran en el error porque son numerosísimos, de hecho son la inmensa mayoría. 

La mascarilla, amuleto y artículo de fe y sumisión impuesto por el gobierno, propaga, además, el virus del pánico entre la gente bloqueando la libre reflexión.

Si no nos lleva al otro barrio la virulenta epidemia, ay, lo harán las medidas que el gobierno nos obliga a adoptar para, supuestamente, librarnos de la plaga.


jueves, 17 de septiembre de 2020

Leda y el cisne

La casa de Leda y el cisne en Pompeya ha resurgido el año pasado de las cenizas del volcán que la sepultaron, y nos ofrece después de dos mil años una pintura al fresco de indudable belleza que decoraba la pared de la alcoba de la lujosa villa señorial.


La domus nos ofrece este fresco de indudable belleza y gran colorido, donde  destaca sobre todo el rostro de Leda, cuyos ojos miran al espectador que entraba en la alcoba. El fresco representa la unión carnal entre Leda, que aparece sentada y semidesnuda, y Zeus, o Júpiter en su versión romana, transformado en cisne sobre su regazo. 

Según la leyenda, Zeus se enamoró de la bella Leda, reina de Esparta y esposa del rey Tindáreo, y un día de tantos, cuando la reina paseaba junto al río Eurotas, el dios, no adoptando forma humana por temor de ser rechazado, se convirtió en un cisne de una blancura resplandeciente y gran belleza, que voló hacia ella y se posó sobre las aguas del río. Ella no huyó despavorida, sino que  permitió que el cisne se le acercara. Acarició al animal, que, encaramándose sobre su regazo desnudo, acabó por poseerla. 


 Según quien cuente la historia, se trata de una violación o de un relación consentida. La escena del fresco, llena de sensualidad, como queda dicho, no refleja una violación, sino una unión tolerada sin violencia, a juzgar por la serenidad de Leda.

Leda esa misma noche mantuvo relaciones con su esposo Tindáreo. Como resultado de su doble unión, se cuenta que Leda puso dos huevos, de los que nacieron los dioscuros Cástor y Pólux, por una parte, y, por otra, Clitemnestra, que será la esposa del rey Agamenón de Micenas, y Hélena, que lo será del rey Menelao de Esparta,  de una belleza legendaria que motivará con el correr del tiempo el rapto de Paris y la posterior invasión y guerra de Troya para recuperarla. 

El fresco deja ver una ventana que se abre al azul del cielo sobre la cabeza de Leda, por donde habría entrado volando el cisne, es decir, Júpiter, cuyo animal representativo suele ser el águila real. 

El cisne, por su parte, estaba consagrado a Apolo como dios de la música, por lo que cuenta Cicerón en sus Conversaciones en la villa de Túsculo. Los cisnes, poseyendo el don de la profecía que les confiere el dios, entonan cuando presienten la cercanía de la muerte, un cántico muy dulce y hermoso, el canto del cisne,  como si quisieran darnos a entender con él la bondad de la muerte que presienten. 

Pero el cisne blanco tiene también un simbolismo erótico, como ave de Venus que también es. Según Gaston Bachelard, leo en el Diccionario de símbolos de Eduardo Cirlot, el cisne blanco representa en literatura y poesía la desnudez femenina permitida, la blancura inmaculada. Pero Bachelard reconoce también el elemento hermafrodita del cisne, su elemento masculino es el largo cuello, claro símbolo fálico, y el femenino su cuerpo redondeado y sedoso.

 

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Aumento, augurio y augusto.

Dos dísticos elegíacos de Ovidio, incluidos en el libro primero de los Fastos, versos 609-612, nos aportan una interesante relación etimológica entre los términos latinos augustus -a -um, augurium y el verbo augere, que es el origen de nuestro “aumentar”.

Así dicen los versos en versión original: sancta uocant augusta patres, augusta uocantur / templa sacerdotum rite dicata manu; / huius et augurium dependet origine uerbi, / et quodcumque sua Iuppiter auget ope.

Que podemos traducir rítmicamente más o menos así: Llama el patricio “augusto” a lo santo, y el templo que mano / sacerdotal consagró llámase augusto también; / tiene el “augurio” también su origen en esta palabra, / y lo que con su poder Júpiter hace aumentar.

La raíz indoeuropea *aug- la hallamos en el verbo augere que propiamente significa crecer y hacer crecer; con el sufijo de agente masculino -tor, se forma *aug-tor, que evoluciona a auc-tor, el que hace que algo crezca, de donde derivan nuestro autor, autoría, autoridad, autoritario, autoritarismo, etc. Sobre este auctor con el significado añadido de “garante” y “vendedor” se formaría en latín vulgar *auctoricare, que explica nuestro otorgar.

Al verbo augere en latín tardío se le añadió el sufijo -ment- y se convirtió en augmentare, de donde procede nuestro aumentar, y el francés augmenter.

Señala también Ovidio en sus versos el término augurium, que por la vía culta conservamos en castellano como augurio, y que por evolución oral desembocó en agüero y agorero. Es probable que el saludo vascuence agur derive también de este término. El augurio era la observación e interpretación de los presagios que hacía el augur, lo que en latín se decía augurare, de donde proceden nuestro vulgar agorar y el culto augurar y su compuesto inaugurar.

 

Finalmente llegamos al adjetivo augustus -a -um, que significaba consagrado por los augurios y emprendido con augurios favorables, por lo que acabó siendo sinónimo de santo, venerable, majestuoso... Y fue el título que el senado le dio a Octaviano, por lo que se convirtió en un nombre propio que escribimos con inicial mayúscula, Augusto, origen también de otro nombre, el de san Agustín,  y que fue el nombre que recibió un mes del año en honor del emperador: agosto.

martes, 15 de septiembre de 2020

auctoritas vs. potestas y viceversa

La "potestas" es un poder que te sitúa por encima de los demás, en las altas esferas jerárquicas de la sociedad. Es una etiqueta que figura en tu tarjeta de visita. Es un cargo. Puede ser otorgado desde arriba, por alguien que tiene otro cargo superior y que te subordina, o puede ser otorgado desde abajo por los demás que delegan en ti su poder tras la ceremonia de unas elecciones democráticas, por ejemplo, pero siempre supone un empoderamiento. Etimológicamente está relacionado con "potis", cuya raíz indoeuropea significa "poder", y que hallamos también en "potens, -entis" y en el primer miembro del verbo "possidere", y  en griego en el término δεσπóτης (despótes, señor, amo, dueño, soberano), que conservamos en castellano en "déspota" y sus derivados "despótico" o "despotismo".

La "auctoritas" es un reconocimiento que surge de abajo, o, por mejor decir, que no viene de arriba. Tiene que ver más con el saber, un saber socialmente reconocido, que con el poder, y genera respeto y cierto prestigio, y se manifiesta enseguida sin necesidad de la violencia que ejerce el poder establecido, porque es razonable, es fruto del común razonamiento. Procede el término del verbo latino augere, que significa aumentar (cf. fr. augmenter; la palabra "auge", sin embargo, es en español un arabismo que significa apogeo de un astro), auxiliar, robustecer, ampliar, completar, apoyar, dar plenitud a algo...


El término "potestas" podríamos traducirlo por "poder" sin más, mucho mejor que por "potestad", que es su evolución lingüística desde el latín. "Potestas" es el poder socialmente reconocido y aceptado, lo tienen los políticos cuando desempeñan un cargo porque han sido  nombrados o elegidos para ello, lo que traducimos por poder y por autoridad, una autoridad temporal que termina con el cargo. Es el caso, por ejemplo, de un ministro de educación o de sanidad o de cualquier otro ámbito. La potestas es "autoritaria" por esencia, y es temporal.

El término "auctoritas", sin embargo, que evoluciona a "autoridad", es más peligroso porque en nuestra lengua, además de conservar su significado primitivo, invade el campo semántico de la "potestas" latina, es decir, conlleva poder puro y duro.  La "auctoritas" es esencialmente antiautoritaria. Y es atemporal.

La moderna capacidad de liderazgo (leadership en la lengua del Imperio) consiste en la mezcla y confusión de potestas y de auctoritas: el moderno líder (o Führer en la lengua del Reich) no sólo debe tener el poder, sino también el reconocimiento del pueblo que le otorga dicho poder por su valía, por su "auctoritas".

Durante la república romana ambos términos estaban al parecer separados: auctoritas tenía el senado, mientras que los magistrados, es decir, los gobernantes, gozaban de potestas, es decir,  del poder administrativo. Sólo las magistraturas superiores de la carrera política honorífica o cursus honorum, los cónsules y pretores, gozaban además de imperium, que era el derecho de decidir sobre la vida y la muerte de los ciudadanos, es decir, un poder absoluto, del que excepcionalmente gozaban también el dictador y el maestre de la caballería.  

Durante el Principado Augusto acapara ambas nociones: quiere gobernar con auctoritas y potestas, como los modernos líderes, por lo que su autoridad acabó por convertirse en una potestad superior a la ordinaria: los gobernantes después de él acabaron pensando que ´como él estaban revestidos no sólo de potestas, sino también de auctoritas. 

Y es así como llegamos a nuestros tiempos, en los que la razón juega el importante papel de limitar la potestad, el poder, desautorizándolo, deslegitimándolo.

Hay quien ha querido ver en los "mass media" o modernos medios de creación y manipulación de la opinión pública, y en los intelectuales orgánicos, una autoridad limitadora de la potestad, pero esto no es más que una apariencia engañosa, porque en la práctica los intelectuales a sueldo de  los gobiernos y los medios de comunicación son más instrumentos del poder que fuentes de conocimiento crítico; de hecho han sido calificados como el cuarto poder de los Estados, un poder en el que se apoyan los demás poderes.      

lunes, 14 de septiembre de 2020

Donde hay capitán...

 ...no manda marinero; o, donde hay patrón no manda marinero. El refrán es válido no sólo para las viejas dictaduras, sino también para las modernas democracias representativas en las que el presidente del gobierno es elegido por sufragio universal mayoritario.

El refrán francés equivalente sería: "il n' y a qu' un seul maître à bord", o sea: no hay más que un maestro a bordo, que por eso se llama el maestro de abordo, que es el superior jerárquico que ejerce su autoridad sobre la tripulación.

El equivalente inglés sería: "where a captain rules a sailor has no sway": donde manda el capitán el marinero no tiene mando. 

Vienen a decir estos refranes que el subordinado no puede mandar si hay un jefe, que es su superior jerárquico y quien detenta la autoridad, aunque no esté capacitado para ejercer el mando. 

Ubi maior, minor cessat, se decía en la Edad Media en latín: donde hay superior, se aparta el inferior. En latín clásico se encuentra la sentencia del Pseudo-Catón Maiori concede, es decir, cede al superior.

Sobre la necesidad de la obediencia debida al superior jerárquico que predican estos refranes, me viene enseguida a la memoria este pecio de Rafael Sánchez Ferlosio que aconseja al gobernante que se limite a gobernar sin pretender tener razón: “El que quiera mandar guarde al menos el último respeto hacia el que ha de obedecer: absténgase de darle explicaciones”. 

Los que mandan, los gobernantes, no sólo esperan de sus súbditos que obedezcan, sino también que comprendan sus razones y que juzguen por lo tanto que sus órdenes son razonables, lo que a su vez justifica su autoridad. Lo que esperan las autoridades de la ciudadanía, como dicen ellos con lenguaje correcto políticamente, no es que obedezca o desobedezca, porque eso en el fondo les da un poco igual -si alguien desobedece y lo pillan in fraganti le aplican una sanción administrativa o una detención según la legislación vigente y punto-, sino que reconozca que lo que se mandan es razonable, y que por lo tanto es razonable que haya unas autoridades sanitarias o educativas o del tipo que sea que nos mandan cosas razonables, porque esa es la justificación de su gobierno: no sólo que los haya elegido la mayoría democrática, sino que además actúen razonablemente en defensa del pueblo. 

Recurramos a la etimología de las lenguas antiguas para entender un poco en qué consiste la obediencia: obedecer es una palabra castellana atestiguada desde el siglo XIII tomada del latín oboedire, que es derivada de audire "oír" con el preverbio ob-, que aquí indica una relación complementaria de consecuencia con lo que se dice, y tiene el significado de "prestar oído, escuchar con atención, seguir el consejo, hacer caso". En gallego originó obedescer, en portugués obedecer, en catalán obeir, en francés obéir, en italiano ubbidire y en inglés to obey. En griego obedecer se decía también con un verbo que significa "escuchar": ὑπακούειν, compuesto de ύπό, que es el prefijo equivalente al latino sub, y el verbo ἀκούειν (cf. acústico), que en principio significaba "escuchar con atención" y también "responder cuando se llama a la puerta". En griego moderno significa "obedecer" y "escuchar".

¿Qué nos revelan las lenguas antiguas sobre el significado de "obedecer"?  Muestran algo tan sencillo como que la obediencia es en principio la escucha de lo que se dice, una escucha atenta. Si queremos aprender algo que no sabemos como montar a caballo, por ejemplo, debemos escuchar al que sabe y puede enseñarnos, prestar atención a sus consejos y recomendaciones. El que sabe es el experto, el que tiene experiencia y la transmite porque tiene autoridad (auctoritas) en la materia. El médico puede aconsejarnos que nos abriguemos en invierno si no queremos coger catarro; nosotros le obedecemos, es decir, le hacemos caso, le escuchamos porque es razonable lo que nos dice. A veces es nuestra propia experiencia el mejor médico al que obedecemos.

Las autoridades sanitarias se desautorizan a sí mismas cuando lo que aconsejan, recomiendan o dicen no es razonable. Entonces se plantea el problema de que como se les ha conferido potestad (potestas), es decir, poder político, pueden obligar y de hecho obligan a la ciudadanía a hacer lo que le ordenan, aunque sea algo irracional. Frente a esto la mayor desobediencia que nos cabe no es hacer lo contrario de lo que nos mandan, sino cuestionar con la fuerza de la razón, es decir con una simple pregunta como ¿por qué?, la razón de la fuerza.

domingo, 13 de septiembre de 2020

"Que para no ser nada soy madrileño"

El artículo de Alex Grijelmo que publicó El País El “Himno de Madrid” se debatió por carta  ha sacado a la luz la correspondencia entre el entonces alcalde madrileño Enrique Tierno Galván y el autor de la letra del himno Agustín García Calvo, que le fue encargado por el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, por el que cobró el simbólico precio de una peseta. 

Según las cartas publicadas por la prensa, al alcalde no le convencían dos versos de la primera versión del himno donde se mencionaba la palabra “nada”: El primero definía a Madrid como “capital de la nada”, que Agustín se avino a sustituir por “capital de la esencia y potencia”. Y el otro verso, cuya sustitución fue más problemática, decía originalmente: “Que para no ser nada soy madrileño”, que fue finalmente cambiado por “Que sólo por ser algo soy madrileño”


Esto es lo que escribía el autor de la letra: En cuanto al verso ‘que, para no ser nada [soy madrileño]’, pienso que su reacción era bastante menos razonable y que alguna preocupación le hizo oír ‘que, para no ser nada soy madrileño’ como equivalente de que ‘ser madrileño = no ser nada’, cosa que la gente no habría de oír así, sino más bien como abreviación de ‘que para no ser ninguna de las cosas que se son, como castellano, vasco, catalán [soy madrileño]’: esto es al menos lo que el giro de esa coda, de sintaxis muy popular, más bien sugiere. Sin embargo, si sigue usted estimándolo ofensivo o duro, podría todavía sustituirse por ‘que, sólo por ser algo.


 

sábado, 12 de septiembre de 2020

Ο κορωνοϊός, el virus coronado

Es difícil saber en español si virus es singular o plural, si hay uno solo, como creen los monoteístas, o si hay varios e incluso muchos, como opinan los politeístas. El inglés ha recurrido a formar un plural viruses, que me temo que acabe por imponerse también entre nosotros, que, mientras tanto, debemos acudir a los artículos, para especificar si hablamos del virus, o de los virus, si hay uno, único y verdadero como Dios padre, o muchos, reales y falsos.

De una misma palabra indoeuropea surgen latín uirus, griego antiguo ἰός veneno y griego moderno ιός virus; de hecho al virus coronado se le llama actualmente κορωνοϊός en griego moderno. Un virus que no ha dejado de existir porque se sigue hablando constantemente de él, incluso ahora cuando parece que ya no lo hay, o lo hay tan leve y tan poco virulento que es como si no lo hubiera... Pero sigue existiendo, y siguen las autoridades sanitarias de nuestro estado terapéutico haciéndonos la vida imposible con las medidas profilácticas que impiden no sólo el contacto social, sino hasta el familiar...
 
La palabra está relacionada también con el antiguo indio viṣam veneno de una serpiente. Por ello los lingüistas postulan un origen común de los tres términos que sería *wis-, o más propiamente *weis-, raíz esta de la que podría derivar también el latín uena, procedente de *weis-na, origen de nuestra vena

Hay que tener en cuenta, para entender la discutida relación entre el virus y la vena, y el significado de la raíz originaria, que uirus no sólo es veneno en latín, sino también moco, jugo, savia, líquido que fluye, flujo espeso, viscosidad, fluido ponzoñoso y secreciones varias, generalmente con una nota semántica de 'capacidad de penetración en los tejidos'. Los romanos lo usan a veces para referirse al licor seminal.  
 
Muérdago (viscum album)

Esta raíz indoeuropea puede estar, a su vez, emparentada con *weiks-, de la que procede el griego antiguo ἰξός, muérdago, y el moderno ιξός con el mismo significado, y el latín uiscum, también muérdago, en botánica viscum album, de donde nos viene a nosotros el término visco, que es sinónimo de liga o materia pegajosa, y sus derivados, viscoso, que significa “pegajoso, glutinoso”, viscosidad, que es la cualidad de ese adjetivo,  y el verbo enviscar, que significa en primer lugar “untar con liga para que se peguen en ella los pájaros a fin de cazarlos” y connota, y es su uso más extendido, “azuzar” e “irritar, enconar los ánimos”. 

La palabra indoeuropea madre nunca tuvo propiamente plural ni singular. De hecho en latín no se usa nunca en plural. Ni tampoco tuvo nunca género gramatical, ya que en latín es neutro (malum uirus) pero en griego es masculina, por ejemplo. Téngase en cuenta que el género es una categoría gramatical inexistente en indoeuropeo, y una creación moderna de algunas lenguas derivadas.   

He aquí un ejemplo de su uso en latín. Nos lo ofrece Lucano en su Farsalia IX, 741-742, donde narra cómo muere un tal Aulo víctima de la mordedura de una dípsada que había pisado: ecce subit uirus tacitum, carpitque medullas / ignis edax, calidaque incendit uiscera tabe (Ah que le sube, callado, el veneno, y hambrienta desgarra / fiebre sus carnes, y quema sus tripas con tórrida podre).


¿Hay alguna relación etimológica entre el virus y su significado de "veneno"? No. El término veneno, del latín uenenum,  remonta a una raíz *wen, relacionada con “desear, esforzarse”. Si le añadimos el sufijo -es, tenemos el nombre del amor físico y de la diosa romana del amor: Venus, procedente de *wen-es, y sus derivados venéreo, venerar, y venera que es el nombre de la concha, palabra que en gallego ha desembocado en vieira y "concha" precisamente es sinónimo del sexo femenino, como en Argentina se denomina al coño. Recuérdese a este respecto el cuadro de Botticelli representando el nacimiento de Venus surgiendo de una concha marina. Esta misma raíz, con el sufijo añadido -no, *wen-es-no, origina el latín uenenum, con el significado primitivo de "poción amorosa o erótico filtro" (bebida o composición con que se pretende conciliar el amor de una persona, término este de "filtro" relacionado con el verbo φιλεῖν querer, amar). Resulta curioso que la etimología de veneno remonte nada más y nada menos que al amor, al propio Cupido, hijo de su madre Venus, y nos sugiera el veneno de sus flechazos, la metáfora del enamoramiento como envenenamiento y el adjetivo de "tóxico" aplicado al amor.

Igualmente la raíz *wen- con el sufijo -ia, wen-ia, dio origen en latín a uenia, que nosotros conservamos en venia “favor, gracia, perdón” y en el adjetivo venial, la calificación de los pecados perdonables o veniales frente a los mortales, que hacía la Iglesia. 
 
Pero en indoeuropeo eran dos raíces distintas, dos viejas palabras que no estaban emparentadas.

viernes, 11 de septiembre de 2020

Abducción en la playa

Me escribe un amigo y me dice que se avergüenza de lo que pasa en este país, y que se siente como Cernuda: “Si yo soy español, lo soy / A la manera de aquellos que no pueden / Ser otra cosa” (vv. 44-46). Y más adelante, en el mismo poema: “Soy español sin ganas”. Escribió en 1962, en el exilio, estos versos insertos en el poema Es lástima que fuera mi tierra, incluido en Desolación de la quimera

 

Me lo dice a propósito de unas imágenes que circulan por la Red, que parecen sacadas de una película de ciencia ficción, pero que están tomadas en una playa del país vasco, donde la policía detiene a una joven que se había saltado la cuarentena que al parecer debía observar porque había resultado positiva en una prueba de virus coronado que no especifica la carga viral que tiene y que no debía de ser muy alta a juzgar por lo que se encontraba haciendo, practicando surf en la playa, por lo que no debía de tener mucha fiebre ni toser ni estornudar mucho como para contagiar al resto de surfistas y bañistas, lo que recuerda un poco a esta viñeta de El Roto con el mismo tema, pero que sin duda había sido juzgada como apestada contagiosa.