domingo, 10 de noviembre de 2024

Quan la gota freda cau...

    En el libro “Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia” del ilustre geógrafo y botánico don Antonio Josef Cavanilles, publicado en Madrid en 1795 leemos cómo estos “extremos fenómenos climáticos -en vez de meteorológicos, ya que el clima ha venido a sustituir a la meteorología-” de los que hablan periodistas, científicos y políticos a propósito de la DANA no son ninguna novedad en las costas del Levante español, y en concreto en el antiguo Reyno de Valencia. Si son producto del mortífero Cambio Climático, como muchos piensan, dicho cambio no es desde luego nada nuevo o tan nuevo como quieren hacernos creer, dado que se trata de un fenómeno recurrente. Otra cosa es que, según estos agoreros, cada vez vayan a ser más frecuentes y violentos todavía.
 

    Las inundaciones en el antiguo Reyno de Valencia están en la memoria de muchas generaciones. Las riadas, crecidas o avenidas están presentes en el refranero local, y han dado origen a canciones, cuadros, películas o novelas que han acabado por crear un imaginario colectivo sobre la relación histórica entre la ciudad, la huerta y el agua. 
 
     Uno de esos refranes es "Quan la gota freda cau, més val que no ixques del cau". Este dicho hace referencia a la famosa gota fría, rebautizada ridículamente por la AEMET* como DANA (acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos), un fenómeno meteorológico común en la Comunidad Valenciana que trae lluvias torrenciales y sus consiguientes riadas e inundaciones. El refrán significa: "cuando la gota fría cae, no salir de casa más vale". La palabra cau en valenciano significa "madriguera" o "guarida", pero se usa coloquialmente para referirse al hogar o a un lugar seguro donde refugiarse. Cualquier valenciano al que le hubieran anunciado una Gota Fría y no una DANA, que hasta ayer mismo nadie sabía muy bin lo que era, se hubiera quedado tranquilamente, sin que nadie se lo mandara, en su casita.

    El novelista Vicente Blasco Ibáñez menciona inundaciones y riadas en Valencia en algunas de sus novelas, como por ejemplo en “La barraca” (1898), donde fenómenos naturales recurrentes y extremos, con el adjetivo tan de moda, como riadas e inundaciones son constantes amenazas para los campesinos, en un medio que condiciona fuertemente su existencia. Igualmente en “Cañas y barro” (1902), Blasco Ibáñez describe de forma detallada las condiciones climáticas y geográficas de la región valenciana, incluyendo episodios de inundaciones en la Albufera, que afectan a los personajes y a su vida cotidiana.

     Algunos nombres propios de topónimos citados en las Observaciones... de Cavanilles nos sonarán a rabiosa actualidad porque las recientes inundaciones vienen sucediéndose periódica- e históricamente en prácticamente los mismos lugares, las mismas fechas y por las mismas razones.

     En el primer texto que reproduzco se habla de la terrible riada que en 1775 sorprendió a media noche a los vecinos de Chiva asolando edificios y esparciendo despojos y cadáveres a su paso.  En la pág. 159, capítulo 81, puede leerse: “Siguiendo hacia el sur desde Alaquás como a un cuarto de legua se atraviesa el barranco, que empieza en las montañas de Buñol con dirección a Chiva, entra en esta villa y continúa por el término de Cheste, donde recibe otro considerable; engrosado con este aumento y con las vertientes de aquellos montes, cruza el llano de Quart junto a la venta de Poyo, pasa después por las cercanías de Torrent, que deja a su derecha, como igualmente Catarroja, y desagua en la Albufera de Valencia. Su profundo y ancho cauce siempre está seco, salvo en las avenidas cuando recibe tantas aguas y corre tan furiosamente que destruye cuanto encuentra. En 1775 causó muchísimas desgracias en Chiva, sorprendiendo a media noche a sus vecinos, asoló un número considerable de edificios, esparciendo por más de dos leguas los tristes despojos y los cadáveres de los pobres que no pudieron evitar la muerte. A la derecha del barranco y a muy corta distancia, bien que en un sitio elevado, está Torrent, la mayor población del reino después de las ciudades y villas principales. De 400 vecinos que tenía antes de la expulsión de los moriscos, verificada en 1609, se han ido aumentando hasta 1200. Su término podrá tener como legua y media de oriente a poniente entre los de Picaña y Chiva, y una de norte a sur entre los de Alaquás y Picasént”.
 
Vista del Puente del Mar de Valencia arruinado por el río Turia el 5 de noviembre de 1776
 
     Más adelante, en la página 168 leemos en el capítulo 95 a propósito de las  cercanías de Valencia y pueblos hasta Catarroja, que estos fenómenos se han venido repitiendo, y frente a ellos se han ingeniado soluciones para evitar las riadas, como el grueso murallón  “magnífico por su extensión, solidez y hermosura” que defiende la ciudad de inundaciones y hace que sus habitantes no vivan, como otros, “con los sustos y recelos” por las avenidas del Turia en ese caso:  Hemos visto las cercanías orientales y septentrionales de Valencia, recorramos ahora las que se extienden hacia poniente y mediodía. En la puerta de Quart que mira hacia poniente empieza el arrabal, que se prolonga como un cuarto de hora por el camino de Castilla. Sus vecinos y habitaciones se multiplican continuamente: hasta una calle entera se acaba de construir desde San Sebastián al río. Cultivan aquellos labradores muchas huertas cercadas, y otras sin cerca, incomparablemente más extensas, que desde la derecha del río se prolongan hacia el mediodía. No viven con los sustos y recelos que los de Campanar respecto a las avenidas del Turia; saben que no se derramará hacia la derecha por impedirlo el grueso murallón que desde la ciudad corre hasta la azud o presa de Rovella; murallón magnífico por su extensión, solidez y hermosura, el cual forma un dilatado y vistoso paseo, y defiende la ciudad de inundaciones”. 
 
 
*Hay un documento de la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) que dice literalmente: "Sin embargo debemos olvidarnos de este concepto de gota fría como sinónimo de situación de catástrofe o de lluvias intensas en la zona mediterránea ya que este término causa cierto impacto social y es inadecuado". Parece que el concepto de gota fría no es politically correct porque se entiende muy bien, por lo que más adelante se dice que (cito literalmente otra vez): "Creemos que el concepto de DANA, que asociamos al término anglosajón de 'cut-off low', es más acertado y realista que el de gota fría. Al ser el concepto de gota fría poco preciso e incompleto, se entiende que debe ser sustituido por otro más moderno, "elegante" y efectivo  que explique la formación y evolución de estas perturbaciones de altura de forma simple y que se ajusten a la realidad observacional. Por todo ello se propone que el nombre de estas perturbaciones sea el de  DANA, en vez de gota fría, al menos, a nivel técnico". (Documento disponible en la Red, titulado "Las gotas frías DANAS, ideas y conceptos básicos", de Francisco Martín León, en la página de AEMET).

sábado, 9 de noviembre de 2024

¿Quién salva a quién de qué?

    'Solo el pueblo salva al pueblo' es un lema que algún avispado enseguida se lo ha atribuido a don Antonio Machado, refiriéndolo a una carta a su amigo ruso David Vigodsky fechada en 1937 en la que escribía literalmente: "En España lo mejor es el pueblo. Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid, que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos -nuestros 'barinas'*- invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva.  En España, no hay modo de ser persona bien nacida sin amar al pueblo. La demofilia** es entre nosotros un deber elementalísimo de gratitud". La relación con el lema que nos ocupa se ensombrece un poco con la mención de la bicha de la patria, que el pueblo "compra con su sangre y la salva", frente a los señoritos que la tienen siempre en boca y que la venden. 

    *barina  (барыня) era el título que se daba en Rusia en la época de los zares a los señores, propietarios y grandes terratenientes, por lo que equivale a nuestros 'señoritos' andaluces y extremeños.
    **demófilo (amante del pueblo) fue el pseudónimo que utilizó el escritor y folclorista Antonio Machado Álvarez,  padre de los poetas Antonio y Manuel.
 
 
 Quizá mejor: Només el poble salva el poble.
 
    El origen del lema parece remontarse temporalmente, no tanto al poeta de los campos de Castilla, como, más cerca de nosotros,  a los años setenta del siglo pasado, y a movimientos de izquierda latinoamericanos. Procede quizá de Lucio Cabañas Barrientos -eso es lo que me dice al menos el inefable ChatGPT-, el cual era maestro rural, líder guerrillero mexicano y fundador del Partido de los Pobres, fomentó la autodefensa popular y resistencia campesina frente a la opresión del Estado y la desigualdad extrema en varias regiones de México, defendiendo la insurrección popular que no renunciaba a la lucha armada, bajo la consigna de "ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo". 
 
 
    Con el tiempo el eslogan fue adoptado por otros movimientos populares y revolucionarios en América Latina como Chile, Argentina, y más modernamente Venezuela. En España, a raíz de las recientes inundaciones valencianas, ha sido adoptado por las víctimas y los voluntarios que acuden en su ayuda. 
 
    Según los medios de masas progres, la extrema derecha o derecha extrema, que en este caso viene a ser lo mismo, se ha apoderado de él para zarandear al pueblo contra el gobierno progresista que padecemos, lo que motivó el enfangamiento e insultos que recibieron las autoridades, incluidas sus regias majestades, al visitar los efectos desastrosos de la catástrofe. Los asesores del Gobierno critican el lema asegurando que, al revés, sólo el Estado salva al pueblo a través de los servicios públicos sufragados por los impuestos de los ciudadanos en función de su poder adquisitivo, cotizando cada cual según su renta, y si el Estado, como parece que ha sucedido en este caso, no socorre al pueblo y este se ve obligado a ayudarse a sí mismo se debe a que es un Estado fallido, que ha fallado y fracasado en su cometido de preservar la seguridad del pueblo convertido en ciudadanía de contribuyentes y votantes. 
 

     Ya lo decían los antiguos romanos: salus populi suprema lex esto. La frase, inspirada quizá en la Ley de las XII Tablas, suele citarse omitiéndose al principio el dativo plural arcaico ollis en vez de illis con valor anafórico, que quiere decir “para ellos”, y se refiere a los mandamases, por lo que su significado sería: sea para los que gobiernan la ley suprema procurar la salvación -mejor que salud- o seguridad, como se prefiere ahora, del pueblo o ciudadanía. Porque, claro está, ¿qué va a ser del Estado si no hay pueblo que lo sustente y en el que sustentarse?
 
    Intelectuales varios, afines al Gobierno, critican este lema de “solo el pueblo salva el pueblo” por ser “populista”, “desorganizado” o “reaccionario”, lo que revela su falta de conexión con la realidad de la calle que tienen, así como la desconfianza y temor a la capacidad de la gente de autogestionarse y organizarse espontáneamente, sobre la marcha, sin un programa o plan preestablecido, y sacudir así los cimientos, hasta hundirlos, del sistema que dice protegerlos.
 
    Hay quien dice que el lema tiene un componente fascista, aunque se use en otro sentido, porque son los servicios públicos, incluido el ejército, y no los voluntarios los que salvan al pueblo, para lo que hay que pagar impuestos, porque, como dice la Agencia Tributaria, "lo que das cuando pagas impuestos vuelve a ti, vuelve a todos".
 
 
    Se me ocurre a mí, contra unos y otros, contra izquierdas y derechas, recurrir al hexámetro virgiliano: una salus uictis nullam sperare salutem: 'la única salvación de los vencidos es no esperar ninguna salvación', en el que no se habla expresamente del pueblo, sino de los "vencidos", que viene a ser como lo mismo.  
 
    Habría que esgrimir que la gente, mejor que el pueblo, no necesita que venga nada ni nadie, ningún mesías, a salvarla ni redimirla. Esa lectura negativa es la mejor que se puede hacer del lema populista que nos ocupa. El pueblo no necesita salvadores. Y lo mejor de "el pueblo salva al pueblo", que es un lema, en efecto, populista del que pueden aprovecharse todos los políticos del signo que sean a fin de gobernarlo, es la lectura negativa que puede hacerse de él: ninguna suprema ley, nada ni nadie hace falta que salve al pueblo, que ya sabe arreglárselas por sí mismo sin que venga nadie a joderle la marrana.

viernes, 8 de noviembre de 2024

¿Quién ha ganado? y La máquina de fango (Dos viñetas)

¿Quién ha ganado?
 

 
    La primera viñeta, de Allen Forrest, publicada el 6 de noviembre de 2024 en la página de Dissident Voice, lleva por título Who won? ¿Quién ganó? Está cuarteada y en el primer cuarto presenta a un tipo que consulta su móvil y nos pregunta si hemos visto los resultados de las elecciones (obviamente, se sobreentiende norteamericanas), en el segundo y el tercer cuarto se pregunta si ganó el estado profundo o ganó el pueblo, y en el último surge la duda de si el estado profundo no habrá hecho creer al pueblo que es el pueblo el que ha ganado. 
 
    El concepto de Estado Profundo (Deep State en la lengua del Imperio) es un tanto impreciso. Remonta quizá a la distinción chomskyana aplicada en la gramática transformativa y generativa de deep structure/surface structure o sea estructura profunda frente a estructura superficial, que a su vez puede relacionarse con la distinción entre lengua y habla de Ferdinand de Saussure, ya que la lengua es el código subyacente, mientras que el habla es su realización en el uso cotidiano. Para Chomsky, la 'estructura profunda' representa el nivel subyacente de significado o de relaciones sintácticas abstractas de un discurso. Es una representación mental que subyace a las estructuras superficiales, que son las formas que la frase puede adoptar. Por su parte, la 'estructura superficial es su realización final y concreta, ya organizada según las reglas fonéticas y sintácticas que hacen que sea pronunciable o visible en un idioma específico. 

    En la teoría política, el 'estado profundo' se refiere a una supuesta red de individuos, instituciones y poderes fácticos que operan entre bambalinas en el aparato estatal y que tienen la capacidad de influir en las decisiones del gobierno y la política sin estar a la vista ni responder directamente a la estructura democrática y oficial del Estado. Esta "estructura subterránea" se presenta como un nivel oculto que influye o controla lo que ocurre en la esfera pública y visible.

 
    Dos categorías que vienen a resucitar y replantear de algún modo la vieja cuestión del fondo y de la forma. Formalmente ha ganado el pueblo, o eso cree el electorado del sistema democrático que se identifica con él, pero siempre quien gana es el Estado, que serían los poderes fácticos.  El caso es que quien gana siempre, dejémonos de adjetivos como esos de superficial y profundo, es el Estado, y el Estado, como acierta a decirnos la viñeta de Allen Forrest, nos hace creer que ha ganado el pueblo. 
 
La máquina de fango o La caverna mediática
 

    La segunda viñeta es la de El Roto, publicada en el diario fétido del gobierno o Periódico Global, el día 7 de los corrientes, donde el protagonista, sentado frente a una pantalla, asevera que es difícil distinguir la “basura informativa del lodo real”, que se desprende de la pantalla con su color merdoso  -única concesión al color que hace dentro de su habitual blanco y negro- y está a punto de derramarse sobre el plato y el vaso de la mesa del espectador que nos da la espalda, sentado frente a su pantalla, como los esclavos de la caverna platónica condenados a ver las sombras proyectadas en la pared, la caverna mediática, según la metáfora que acuñó Vázquez Montalbán, para referirse a todos los medios de masas, de los que dejó escrito, con un guiño al Callejón del Gato valleinclanesco: Los medios de comunicación se han convertido en espejos trucados que devuelven falseadas imágenes del ciudadano
 
    Unos medios de comunicación que, paradójicamente, sirven para mantenernos incomunicados, contra su pretensión de poner en común las cosas, que eso es etimológicamente comunicar, ofreciéndonos información, una información que nos conforma a nosotros, que nos ahorma como hace la horma con el zapato hasta que dé de sí, y que deforma  por lo tanto la realidad.
 
    Ese lodo es como el virus que nos metieron en nuestros hogares a través de las pantallas. Es el barro que los valencianos arrojaron a la cara de su majestad la Reina, cuando se trasladó desde el palacio de la villa y la corte a consolar a las víctimas de la riada. 
 
      La televisión, la radio y la prensa escrita, a más de las redes sociales que conforman la Red Informática Universal en la que cabe virtualmente todo lo que existe, de modo que lo que no está en ella no existe, es la máquina que nos enfanga. En lugar de quitar el barro, lo propaga a los cuatro vientos. La información es el fango.
 

jueves, 7 de noviembre de 2024

El Cambio Climático mata

En anteriores ocasiones he llegado a decir -y se ha criticado por parte de algunos- que el Cambio Climático mata... y lo estamos viendo... por desgracia... Y tenemos que adaptarnos a esta realidad.

¿Tenemos que adaptarnos, señor presidente, a que el cambio climático nos mate? ¿Tenemos que adaptarnos a esa realidad? 

No es menor (?) el que los negacionistas... del Cambio Climático... a quien hayan presentado primero una querella sea a la Ciencia... a la Agencia Española de Meteorología, que alertó sobre la gravedad de los extremos climáticos que se estaban viviendo como consecuencia de la DANA en parte de la península y particularmente de la comunitat valenciana.

¿Se puede establecer alegremente la ecuación matemática de que la Agencia Española de Meteorología es la Ciencia cuando la presidenta de la AEMET desde el año 2023, nombrada por el Gobierno que usted regenta, es un cargo político que carece de estudios correspondientes de meteorología?

¿Es legítimo alertar de una DANA, es decir, de una Depresión Aislada en Niveles Altos, que la mayor parte de la gente no sabe ni lo que es, y no de algo que entiende todo el mundo como es una Gota Fría como siempre se ha denominado? ¿Por qué ese cambio terminológico? Aventuro una respuesta: porque históricamente Gota Fría se asocia a desastre natural que ha sucedido múltiples veces y ocasionado numerosas pérdidas humanas y económicas, mientras que el novedoso acrónimo DANA parece que se refiere a otra cosa, quizá a un fenómeno nuevo y desconocido, que puede imputarse al dogma religioso del Clima Cambiático.

Creo que esta es una gran lección de cómo el debate político va por un lado y la realidad de la vida de la gente va por otro. Y nosotros queremos hacer del debate político la realidad de la vida de la gente.

¿Qué relación tiene esta declaración de intenciones con la argumentación anterior? ¿Qué significa? ¿Qué pretende? ¿Intoxicar más aún a la gente con eso que llama el debate político?

 Y yo siempre tendré, como hice durante la Covid y he hecho siempre, cuando hemos tenido emergencias climáticas, desgraciadamente esta es la más terrible, un agradecimiento expreso a los científicos y a las científicas.

¿Es que la Covid era una emergencia climática? ¿No era una emergencia sanitaria? ¿Acaso es lo mismo, una emergencia a fin de cuentas? ¿Cómo puede expresar su agradecimiento a la Ciencia cuando su política favorable a la vacunación a ultranza era lo más  contracientífico que podía haber, fomentando la inoculación de una sustancia experimental que ha causado tantas desgracias y, entre las primeras pero no las últimas, aumentó la propagación y contagio del virus que pretendía combatir?

Y si algo voy a hacer en los años que sea presidente del gobierno es apoyar, respaldar y financiar a la Ciencia en nuestro país porque nos da elementos para comprender el planeta en el que vivimos, al que vamos (?), y, por tanto, anticipar el diseño de políticas públicas que hagan aumentar la seguridad de nuestros ciudadanos. 

¿Cómo ha podido olvidársele, señor presidente, qué terrible desliz machista por su parte, tan atildado como se presenta, la seguridad de 'nuestras ciudadanas'? ¿Es que no le importa la seguridad de las ciudadanas? Antes expresó su agradecimiento a los científicos y a las científicas. Le faltó el agradecimiento a la Ciencia que tanto favorece la gobernabilidad.

Y me gustaría que el resto de administraciones territoriales y locales hicieran lo propio, y no se abonaran, como estamos viendo por parte de algunos responsables políticos, a discursos irresponsables por negacionistas... de la emergencia climática.

Brillante juego de palabras, se lo reconozco: responsables políticos abonados a discursos irresponsables por negacionistas... de la emergencia climática. ¿Quién niega la emergencia climática? Nadie, en su sano juicio, puede negar un desastre natural, lo que puede negarse es que la causa sea el dogma del Cambio Climático, como defiende usted.

Notas de la Ministra de Igualdad: "Este es nuestro momento" (?)

Más lejos han ido otros miembros -o quizá miembras de su gobierno-, como la Ministra de Igualdad, que escribe en su folio de notas con una impecable caligrafía que el negacionismo del Cambio Climático mata, no el Cambio Climático, como dice usted, sino el negacionismo, es decir, llamemos a las cosas por su nombre, la negación de esas creencia, porque entonces a lo otro habría que llamarlo afirmacionismo del Cambio Climático como causa de la muerte de la gente, que es además culpable por no hacer caso de la Ciencia, por no seguirla ciegamente.

miércoles, 6 de noviembre de 2024

Pareceres LXI

296.- El excesivo prestigio de la revolución. Dijo en alguna parte Cioran que la rebelión gozaba entre nosotros de un privilegio indebido. Tal vez sea, digo yo, porque le inyecta nueva savia a la vieja maquinaria del sistema de forma que el cambio provocado por la rebelión hace que las cosas sigan exactamente igual que si no hubieran cambiado, mientras que nosotros las percibimos de otra manera como si lo hubieran hecho: lo que cambia es nuestra percepción de la realidad, no la realidad misma, que sigue siendo igual: los mismos perros con collares diferentes: lo que sucedió en España en la llamada "transición". La revolución es cosa de los revolucionarios, de los que quieren que todo cambie para que siga todo igual; revolucionarios como Fidel Castro o Ernesto Ché Guevara, tantos que en el mundo han sido, que se rebelaron contra lo establecido, y eso les honra, pero fundaron su propio establecimiento. ¿Quién se rebelará ahora contra el establishment que ellos establecieron? 
 
297. - Lo que vale el oro. En el corazón de la ciudad se han abierto muchos establecimientos, generalmente pequeños y cutres, en los que se tasa y se compra oro al mejor precio.  Así dice un anuncio bastante significativo de uno de ellos: "Todos sabemos el dolor que produce desprenderse de objetos personales como son las joyas que hemos heredado o que hemos ido atesorando a lo largo de nuestra vida, al igual que SOMOS CONSCIENTES DEL DIFÍCIL MOMENTO QUE VIVEN MUCHAS FAMILIAS EN ESPAÑA, YA QUE ESTA CRISIS NO ENTIENDE DE CLASES SOCIALES (¡!sic, literalmente). Por eso queremos que Vd. reciba el mejor de los tratos posibles, valorando sus joyas con la tasación más alta." Uno sólo se desprende de sus joyas cuando está arruinado, cuando no tiene dinero o, como ahora, cuando el dinero que tiene no vale lo que tenía que valer, es decir, su valor en oro, porque está devaluado, porque los billetes de papel del banco casi no tienen más valor que el papel higiénico. Hay que decir sin cansarse de repetirlo, que, aunque no lo parezcan, todos los billetes son falsos, que no hay uno solo verdadero en curso. Hay que decir que el oro, que es el más maleable y precioso de todos los metales, es lo que oro vale, como dice un refrán, lo que quiere decir que el valor de las cosas no lo representa exclusivamente el dinero. Ya lo dijo don Antonio Machado: Todo necio, confunde valor y precio. El oro vale lo que vale el oro. O lo que es lo mismo. el metro mide lo que mide un metro. Pero ¿cuánto mide un metro de verdad? ¿Cuánto exactamente? ¿Cuánto vale un lingote de oro de verdad? ¿Lo sabe alguien? 
 
 
298- Tres síntomas. A poco que pasee uno por las barriadas que rodean a las grandes ciudades, esos suburbios que se extienden como tumores cancerígenos alrededor de los centros históricos gentrificados para pasto del turismo, hay tres cosas que saltan a la vista enseguida: la abundancia de farmacias, que revelan el alto grado de medicalización de la población hasta el punto de que toda la existencia humana desde la cuna hasta la sepultura está supeditada a la gran farmacopea, lo que demuestra el obsesivo auge de la medicina preventiva -en detrimento de la curativa y de los centros hospitalarios que se dedican a curar los males presentes-, así como el recurso constante a la automedicación de fármacos ante cualquier mínimo problema o inconveniente que se presente; la abundancia de clínicas veterinarias y de tiendas de mascotas y de complementos para ellas -comida, atrezzo, juguetes, golosinas...-, así como de perros paseados por sus dueños, lo que revela la necesidad de animales de compañía que tiene la mayoría de las personas, habida cuenta de la inconfesable epidemia de soledad no deseada; y, last but not least, la escasez de niños en las calles y en los parques, lo que pone de relieve el actual declive demográfico, y la tristeza de que los pocos niños que vienen al mundo estén encerrados en sus domicilios o en centros escolares o ludotecas, ausentes de las calles, con pocos espacios libres y disponibles para ellos, alejados del juego en libertad en una sociedad cada vez más aséptica, controladora y controlada, que prefiere enviarlos a lugares confinados para que realicen actividades limitadas en lugar de dejarlos experimentar la vida al aire libre. 
 
299.- ¿Libertad de expresión contra censura? En nuestros días, la sacrosanta libertad de expresión es la nueva y más peligrosa máscara de la Inquisición: no consiste en que se nos prohíba decir algo, pues se ha hecho realidad la aspiración sesentayochesca del prohibido prohibir, sino en todo lo contrario: Torquemada, el Gran Inquisidor, permite ahora decir cualquier cosa, tantas tonterías como a uno le vengan en gana, hasta tal punto que resulte trivial cualquier cosa que se diga, reducida por el mero hecho de que la diga alguien a simple opinión personal o idiotez consabida y respetable de ese alguien,  como todas las opiniones, con las que se puede estar de acuerdo o no, por supuesto, pero ajena por lo tanto al sometimiento crítico al análisis del sentido y la razón comunes, dado su carácter privado de ocurrencia personal y blindada respetabilidad: no es más que un voto particular, un grano que, ya se sabe, no hace granero. Si alguien acierta a expresar algo razonable, corre el peligro de que no se lo reconozcan, porque es peligroso darle la razón al pensamiento, y le digan que esa es su opinión personal, respetable como todas las opiniones e ideologías pero que no hay por qué compartir, porque al fin y al cabo cada uno tiene la suya.  A fin de cuentas, como dicen los gringos, todos tenemos una opinión, la nuestra, lo mismo que un asshole u ojete del culo. Ha desaparecido la censura externa, lo que quiere decir, ni más ni menos, que la hemos interiorizado.  Ahora nadie dice nada que no sea Politically Correct: la censura más eficaz es la autocensura interiorizada, el tribunal inquisitorial de la propia y santísima conciencia. Cuando los censores comprobaron que prohibir era contraproducente, porque conseguían atraer la atención del público levantando la liebre del deseo sobre lo que prohibían, decidieron cambiar de estratagema permitiéndolo todo. Pero ¿de qué le sirve la libertad de expresión a un pensamiento prisionero?
 
300.- En busca del voto decisivo. ¿Cuál será el voto que decida la inclinación de la balanza? ¿Cuál será el grano que haga que un montón pese más que el otro? Porque no nos engañemos, no todos los votos son iguales, como se revela en el cómputo: hay un voto que vale más que los demás, es el último que se cuenta, el que decide el empate o desempate: es el voto decisivo que buscan los candidatos a los que acompaña la incertidumbre hasta el final de la campaña, una de las más reñidas e igualadas que se recuerdan, en la que los electores deben elegir entre la peste y el cólera. ¿Y qué sucede si hay empate? ¿hay algún voto de calidad? Los candidatos llegan igualados a la recta final de una campaña electoral marcada por un clima de altísima tensión. Cuando la contienda está extremadamente reñida, resulta que hay un voto decisivo que los candidatos buscan con afán. ¿Será el suyo propio? ¿Puede producirse un empate técnico? Teóricamente es posible.  ¿Qué sucedería en un caso hipotético de empate? ¿Quién dirime el lado hacia el que se inclina la balanza? Se habla de la existencia de un voto de calidad, cuya importancia no es cuantitativa, sino cualitativa, que es el voto del presidente, director o mandamás, lo cual da a entender enseguida que no todos los votos son iguales, que no todos tienen el mismo peso específico, que hay al menos un voto que es el de “calidad”, el que más vale, el que decide el desempate. 
 
La elección del pueblo, Jordan Henderson (2024) 

martes, 5 de noviembre de 2024

El Hombre en la Luna

    Dicen que hace cincuenta y cinco años, el 20 de julio de 1969, el Hombre puso el pie sobre la superficie nunca antes hollada de la Luna, la mítica Selene de los griegos. Y Neil Amstrong pronunció la frase de que era un pequeño paso para un hombre y un gran salto para la humanidad.
 
    Aquello fue la apoteosis del espectáculo televisivo: el triunfo de la televisión, que se le imponía así a toda la población del planeta Tierra inculcándole la nueva fe audiovisual. El “yo sólo creo en lo que veo”, que decían los más escépticos, se convirtió en “yo sólo creo lo que veo en la televisión”; la caja tonta de la tele, el arma de distracción masiva más poderosa y de manipulación de masas de individuos que se haya inventado nunca. 
 

    Recuerdo que sólo había un televisor en casa, que había que esperar cinco minutos a que el transformador o alternador, ya no recuerdo cómo se llamaba, se calentara para oír el sonido primero y ver al fin las imágenes en blanco y negro después de la única cadena de televisión que había en España. 
 
    Recuerdo que mi padre, consciente de que era un momento histórico que yo nunca olvidaría, me despertó a las tantas de la mañana para que viera en directo con legañas en los ojos -a las 4 horas 56 minutos exactamente, según me dice ChatGPT-, el espectáculo retransmitido a todo el globo terráqueo. 
 
    Algo dentro de mí me decía, sin embargo, que aquella fe que nos querían inculcar a fuerza de imágenes era falsa: Es mentira, como todos hemos sospechado alguna vez. El Hombre como tal no ha pisado nunca la Luna, pese a la fotografía de la huella de Aldrin.
 
 
    La Luna, aquella luna llena de julio que resplandecía luminosa en medio de la bóveda celeste, no ha sido conquistada todavía. Nox erat et caelo fulgebat Luna sereno, que cantó Horacio: "Era de noche y la luna brillaba en el cielo sereno". Sigue como estaba, virgen inmaculada, reina del universo y de la noche, inalcanzable, sola y lejana como una utopía. La Luna, musa de poetas y de lunáticos, no ha sido conquistada por la sencilla razón de que si lo hubiera sido ya no sería la luna.

lunes, 4 de noviembre de 2024

Nimiedades

El moderno rapto de Europa lo ejecuta el tío Sam, nuevo Zeus metamorfoseado en la taurina OTAN, la hermanita de la caridad del Sagrado Corazón de Jesucristo.

La visita del jefe del Estado, el rey, la reina y los presidentes central y autonómico reciben del pueblo a la cara el barro, insultos y abucheos que merecen.


 La catana o catán del samurái no se desenvaina a la ligera y se guarda acto seguido de nuevo; desenfundada, ha de servir a su propósito a la fuerza: desgarrar.
 
Al demócrata que dice “quien no vota no puede quejarse”, hay que replicarle que quien no puede es, precisamente, el que legitima votando el sistema de dominio.
 
No es nada extraño que los primeros relojes públicos fueran colocados en las catedrales europeas, habida cuenta del carácter religioso del cómputo del tiempo.
 
 Cuando César, según cuenta Lucano, visitó el solar de la arrasada ciudad de Troya comprobó que no perduraban ni sus ruinas: solo quedaba un nomen memorabile.
 
El objetivo del alfanje desenvainado no puede ser otro más que la muerte del enemigo, porque es el destino que lleva grabado en su legendario acero damasceno.
 
Antes de la Hégira, la migración de Mahoma en el año 622 de la era cristiana, la Arabia preislámica no contaba los años, no había comenzado la historia todavía. 
 
A los cuatro jinetes del apocalipsis se une el quinto y más apocalíptico, sin el que la peste, la guerra, el hambre y la muerte no son nada: es la información. 
 
 (Divinas palabras) Dios inspira al profeta contra los enemigos de Israel con palabras terribles: “Espada, sal de la vaina para degollar; afílate para dar la muerte, y relumbrar”.
 
En otras épocas hablaban de otra vida, la verdadera, situada en el más allá; ahora ponen ese futuro glorioso en el más acá, la misma falacia cambiada de lugar.
 
Inoculan en la juventud el virus del emprendedor que hace realidad sus sueños, cuando realizarlos es lo peor que se puede hacer con ellos, es echarlos a perder.
 
(Bobdylanesca) Una pregunta sin respuesta que valga flota en el aire, y no hace falta ser meteorólogo para saber en qué dirección sopla el viento o si ya ha dejado de soplar.
 
 (Mi voto no se lo doy a cualquiera) El régimen democrático vigente está sometido a la mercadotecnia desde el momento en que el voto es un preciado objeto de consumo que se vende y que se compra.
 
(Correo en el buzón electrónico) "Ten en cuenta", mensaje de la entidad bancaria. Asunto: "Los ciberdelincuentes pueden hacerse pasar por tu banco". Excusatio non petita, accusatio manifesta.
 
Los trogloditas de la mediática caverna platónica matarían, si pudieran, a quien pretendiera desatarles y conducirlos, liberándolos de las sombras, a la luz.
El futuro es un vacío que hay que rellenar con proyectos como hacen los políticos con la agenda 2030, como si fuéramos a encontrarlo a la vuelta de la esquina.

domingo, 3 de noviembre de 2024

Raquerucos de Santander

Eran niños pobres que, sin falso pudor y con toda la naturalidad del mundo, se lanzaban al agua desnudos en la machina a recoger las monedas que les arrojaban los señoritos y que ellos sacaban del fondo de la bahía en la boca para ir luego a  gastarlas  comprando alguna chuchería o yendo al cine, si llegaba para tanto, a ver alguna película, viviendo un poco así de la picaresca del puerto. 

Raqueros de Santander, José Cobo Calderón (1999)

Ya el novelista costumbrista cántabro José María de Pereda retrataba a estos chavales en su novela “Sotileza”. Hay, además, una foto de 1890 en la que se ha inspirado el moderno grupo escultórico de José Cobo Calderón,  que ahora se puede ver en el paseo marítimo de Santander, obra que los inmortaliza.



Según el Diccionario de la Real, raquero significa, aplicado a un buque o embarcación pequeña, “que va pirateando o robando por las costas”; referido a persona es aquella que anda al raque, y, en sentido general, “ratero que hurta en puertos y costas”.

El raque se define como el acto de recoger los objetos perdidos en las costas por algún naufragio o echazón. En cuanto a la etimología, aunque es dudosa según Corominas, se propone el germánico *rakan “recoger con rastrillo”, conservado en inglés to rake “rastrillar”. Otros relacionan la palabra con el alemán das Wrack, "barco o buque naufragado", de donde el compuesto Wrackteil aplicado a los pecios (o pecíos), que son los restos del naufragio.  De raque deriva “raquear” con el significado de “hurtar” y “raquero” como “merodeador de playa”, palabras ambas atestiguadas en 1884.

¡Qué pena que ya no haya raqueros, o raquerucos, como se dice cariñosamente con este diminutivo tan querido en Cantabria, que se bañen con el traje de baño decente que la naturaleza les ha dado, que es la desnudez de los vivos cueros! ¡Qué pena que las aguas de la bahía estén cada vez más contaminadas y sucias! ¡Qué pena que los únicos nadadores que se lancen al agua en el paseo marítimo para envidia y gozo de los paseantes y transeúntes sean estas esculturas!


 
Raquero que en el muelle del puerto de Santander mira en la noche a la luna llena como si fuera una moneda de plata antes de zambullirse en el fondo del mar a rescatarla.

sábado, 2 de noviembre de 2024

Money, money, money (y II)

    Mammón confiere al hombre una riqueza de la que nunca goza porque el gozo es una gracia, es decir, algo gratuito, que solo puede otorgar la gracia de Dios. Pero en el mundo reina la compraventa, la no-gracia o des-gracia de Dios. 
 
    No se puede ser fiel a ambos señores: ser fiel a uno implica ser infiel al otro. Se puede ser fiel a Mammón gestionando las riquezas y bienes del mundo, haciéndolas fructificar según la ley del dinero, haciendo el juego político y económico; y se puede hacer incluso con cierta moralidad. Se puede fomentar, por ejemplo, el comercio justo, pero el comercio, digan lo que digan, es esencialmente injusto. 

    "Esta subordinación no está necesariamente restringida a la venta de esclavos o a la fuerza de trabajo. Ocurre en toda transacción de venta, la cual inevitablemente comienza una relación competitiva, destructiva aunque la venta sea de un objeto ordinario. En todo caso, una persona trata de establecer superioridad sobre otra. La idea de que la venta puede ser un servicio es falsa; en verdad, lo único que se expresa en la transacción es un deseo de poder, un deseo de subordinar la vida al dinero. La relación de venta, además, tiene otra característica, que deriva de lo que ya hemos dicho: profana lo que es sagrado." (Jacques Ellul)

La adoración de Mamón, Evelyn de Morgan (1909)

    La reacción de Jesús, sigue diciendo Ellul, contra los vendedores del Templo no es una reacción moralista contra un comercio poco honesto o poco justo, es la execración de los profanadores del Templo, los que han introducido el comercio o des-gracia de Dios en un lugar donde debería manifestarse la gracia de Dios, y representaban lo que se iba a cumplir pronto a manos de Judas: el sacrificio en el sentido de venta de una vida humana por treinta monedas. 
 
Jesús expulsa a los mercaderes del templo, Alexander Bida (1885)
 
     El dinero es una fuerza destructiva de la vida, y Dios representaba la resistencia contra esta fuerza agresiva y destructora. Hay una convención tácita y un consenso de todos extraño, una confianza ciega, que conduce a los hombres a atribuir al dinero un valor que de por sí no tiene, porque carece per se de valor de uso y de valor de cambio. El dinero no tiene fuerza material si no se la atribuyen los hombres. En la medida en que los hombres se la conceden, el dinero se convierte en dueño y señor de los Estados, de los ejércitos, de las masas, de la inteligencia. No es una cuestión moral de buen o mal uso, sino espiritual. Crea el fenómeno de compraventa: todo lo que se hace se paga, todo se compra, incluido el hombre. 
 
Mammón, G. F. Watts (1885)
 
     Durante la Edad Media se puede hablar de un combate de la Iglesia contra el Dinero: prohibición del interés, exaltación de la pobreza a través del correspondiente voto, regulación del comercio, teoría del precio justo y salario justo, limosna franca... pero en la actualidad podemos afirmar que la Iglesia ha sido vencida por el Dinero. 
 
    Así que hoy día, habida cuenta del proceso histórico, debemos reconocer, como señala Agustín García Calvo en "De Dios" (pág. 107), que el Dinero ha venido a ser la Suma Realidad o Realidad de las realidades porque en Él se anulan todas las diferencias entre las cosas, y por lo tanto "Dios y Mamona son el mismo", y que es "Dios" el que va a convertirse en Nombre Propio de la Realidad de las realidades y del Objeto de la Fe, pues Mamona o Mammón, el dinero, no ha dado el paso a convertirse del todo, como 'Dios' en Nombre Propio entre nosotros para nombrar al Objeto Último de la Fe.   

viernes, 1 de noviembre de 2024

La historia se repite

    La AEMET, Agencia Española de Meteorología, había pronosticado un otoño más cálido y seco de lo habitual, pero de pronto hizo su aparición la DANA, acrónimo formado con las siglas de 'Depresión Aislada en Niveles Altos', que es el aislamiento de una gota fría en las alturas, que ha sido según los medios (in)formativos: la peor y más destructora DANA de la historia de España, lo que no es exacto, como veremos.
 
    Incluso emplean metáforas como la japonesa 'un tsunami imparable' o la bíblica 'apocalipsis en Valencia', para la gota fría que deja, sin que esté cerrado el cómputo, más de un centenar de muertos, un centenar de vidas humanas, y provoca daños materiales incalculables, cientos de millones en pérdidas en las provincias de Albacete y Murcia. 
 
"Caridad -hoy diríamos solidaridad- para las provincias inundadas"
 
     Otros medios más prudentes, dicen que es la DANA más mortífera en décadas, y otros acotan del siglo XXI, del que llevamos apenas una cuarta parte. Sin embargo, la historia, cuya musa Clío suele representarse tomando registro escrito, nos dice que si nos remontamos a la riada de Santa Teresa el 15 de octubre de 1879, resulta que hubo más de mil muertes en las provincias de Murcia, Almería y Alicante... Y que más cerca de nosotros en el tiempo hubo episodios igualmente devastadores en la provincia de Valencia en 1982 y 1987, lo que atestigua que estos fenómenos no son tan recientes como nos parecen ahora que volvemos a sufrirlos.
 
Portada de El Pueblo, 13 de noviembre de 1897
 
 
    Puede resultar interesante remontarse a la gran riuá de Valencia en 1957, una inundación 'histórica', como la actual, en la que los muertos oficiales, según las fuentes franquistas de la época, fueron 85, pero los reales se estima que muchos más. De ella se informa en esta página de La Vanguardia cumplidamente. El video adjunto de RTVE muestra la visita del Dictador a la ciudad de Valencia.
 

     Ante la conmoción que supone la DANA actual, muchos se apresuran a atribuir su causa, su culpa, al cambio climático, o a la crisis climática y aun al caos climático producidos por el calentamiento global del planeta. Sin embargo, no es tan sencillo porque no estamos ante “fenómenos nuevos” creados por el calentamiento global, aunque eso es lo que piensa gran parte de la población adoctrinada por los medios (in)formativos, sino ante fenómenos meteorológicos que han existido siempre y mecanismos atmosféricos que pueden verse agravados, pero no causados, por el actual calentamiento global. 
 
La inundación de Murcia, el Rey Alfonso XII "lleva el consuelo a los desgraciados habitantes del pueblo de Alcantarilla" 20 de octubre de 1879.  

    También hay que señalar que los suelos de las costas mediterráneas suelen estar urbanizados y hormigonados, y muchas veces se construye, para aprovechar el terreno, en los bordes de las ramblas, que son los torrentes o caudales ocasionales debido a las lluvias estacionales que cuando se producen arramblan, como su nombre indica, con todo lo que encuentran, son un factor agravante porque el agua que cae en cantidad no puede ser absorbida por esos suelos, lo que debería tenerse en cuenta a la hora de reducir el impacto de estos fenómenos. 
 
     Inundaciones como la de Valencia son recurrentes y solo pueden paliarse con acciones preventivas. Una de las cuales sería, según el diario El Confidencial el pantano del Plan Sur, que la habría evitado, pero en vez de construirlo se destruyen las presas que podrían detener el flujo de las aguas caídas,  incrementando el riesgo.
 
 
    Los datos de precipitación diaria de Valencia desde 1937 no presentan tendencia al alza, sino recurrencia. Tras la gran riada de 1957 (que es el mayor pico de la gráfica) se desvió el curso del río, para proteger el centro de la capital del Turia. 
 
    Los Llibres del Consell indican graves riadas en Valencia en 25 ocasiones, en 1321, 1328, 1340, 1358, 1406, 1427, 1475, 1517, 1540, 1581, 1589, 1590, 1610, 1651, 1672, 1731, 1776, 1783, 1845, 1860, 1864, 1870, 1897, 1949 y 1957. Esto no tendría mucho que ver en principio con el cambio climático que se está produciendo en la actualidad, lo que no impide que este argumento vaya a utilizarse para hacernos creer que la eliminación de emisiones de dióxido de carbono o CO2 sería la solución de este problema, dado que en el siglo XIV, desde que tenemos registros, no había las emisiones que hay en la actualidad, y sin embargo ya se producían estos fenómenos recurrentes