Este año se celebra en Francia que hace cuatrocientos
venía al mundo Jean Baptiste Poquelin, alias, Molière (1622-1673). Una
de sus comedias más conocidas y de rabiosa actualidad es El médico a
palos, como tradujo libremente Moratín Le médecin malgré lui, más
literalmente El médico a su pesar.
En un momento de su representación se produce este
diálogo entre Sganarelle y Léandre, donde se formula el tópico literario
de que la medicina en lugar de dejarnos vivir y morir en paz, nos mata.
El médico se presenta como matasanos, creador de enfermos, al igual que
dentro de la especialidad de la psiquiatría los curanderos del alma son
popularmente los loqueros. Se pone de manifiesto en el diálogo la
discreción de los muertos, que nunca se quejan del médico que los mató y
firmó su certificado de defunción.
Sganarelle - Soy de la opinión de que debo apegarme,
toda mi vida, a la medicina. Creo que es el mejor oficio que hay: porque
se haga bien o se haga mal, siempre te pagan igual. El trabajo
desagradable nunca recae sobre nuestras espaldas; [...] Las pifias no
son para nosotros: y siempre es culpa del que muere. Finalmente, lo
bueno de esta profesión es que entre los muertos hay la mayor honestidad
y discreción del mundo: y nunca se los ve quejarse del médico que los
mató.
Léandre - Es verdad que los muertos son gente muy honesta en este
asunto.
oOo
Molière en esta comedia y otras del mismo tema como El
enfermo imaginario se hace eco de la sátira de la medicina que escribió
Montaigne en sus Ensayos, II 37: “Por lo que yo conozco, en efecto, no
veo otra clase de gente que enferme tan pronto y sane tan tarde como la
que está sometida a la jurisdicción de la medicina. Su salud misma está
alterada y corrompida por la violencia de las dietas. Los médicos no se
contentan con tener la enfermedad a su cargo; hacen que la salud enferme
para evitar que uno pueda escapar en algún momento a su autoridad.
¿Acaso no infieren, de una salud firme y completa, el argumento de una
gran dolencia futura? (…) No me preocupo por estar sin médico, sin
boticario y sin ayuda; veo a la mayoría de los que la tienen más
afligidos por ella que por la dolencia.”
El músico Charles Gounod (1818-1893), por su
parte, convirtió Le médecin malgré lui de Molière en una ópera cómica,
cuyo acto tercero se abre con esta aria satírica “Vive la médicine!”,
que empieza así: Vive la médecine! / Qui fait voeu d'être sien / s'en
trouve bien / Et ceux qu'elle assasine, / enterrés comme il faut, / n'en
souffrent mot. (¡Viva la medicina! / El que es devoto suyo / se encuentra a
gusto, / y aquellos que asesina, / sepultos cual Dios manda, / no sufren
nada).
¿Cómo se puede proteger algo que no es? ¿Qué
hay detrás de ese afán proteccionista de salvaguardar a ultranza la tierra de promisión del
porvenir? Preocuparse por el futuro es, por lo pronto, desentenderse
de lo de aquí y de ahora y, por lo tanto, dejarlo desprotegido en
las hipotéticas aras de un futuro del que no hay certeza ni tenemos
ninguna certidumbre. Preocuparse es ocuparse de algo antes de
tiempo.
¡Qué imagen más sugerente, sin embargo, la de
una niña encantadora o el niño que juega con un avión de juguete -todos los niños son un encanto porque nos recuerdan
(etimológicamente nos devuelven al corazón) nuestra propia
infancia, el niño que todos llevamos dentro enterrado vivo- que
saltan y juegan despreocupados y que despiertan en nosotros un instinto
protector y se diría paternalista de ternura, sabedores como somos
de que el futuro de
esos niños y de todos nosotros es la muerte tan temida como en el
fondo deseada!
Pero lo que deberíamos proteger, en todo caso, es
su infancia, no su futuro, que es la entrada en la sociedad adulta
después de haber pasado por el aro como fierecillas domadas. ¡Ahí
está la clave de todo este asunto! Proteger el futuro es proteger
nuestra propia muerte. De eso y no otra cosa se ocupa la cumbre del
engendro terrorista ese de la NATO/OTAN que se celebra en Madrid, la capital
de la infamia y las Españas, a bombo y platillo
militar.
Doce naciones firmaron el Tratado del Atlántico
Norte el 4 de abril de 1949 en Guásinton, cuyo cuartel general se halla en Bruselas, en el corazón de la vieja Europa: Bélgica, Canadá,
Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Islandia, Italia, Luxemburgo,
Países Bajos, Noruega, Portugal y Estados Unidos. Los países miembros acordaron mantener una
fuerza militar unificada para defenderse de la invasión soviética (que ha sido sustituida en nuestros días, una vez desaparecida la Unión Soviética, por la "invasión rusa de Putin", que acapara todas las pantallas tras la gripalización del virus coronado),
y se comprometieron a considerar un ataque a uno como un ataque a los
demás -todos para uno y uno para todos, como los tres mosqueteros de Alejandro Dumas-, tal y como dispone el artículo 5 del Tratado de Guásinton,
“las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra
varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se
considerará como un ataque dirigido contra todas ellas (…)”.
Vídeo propagandístico de la OTAN del actual gobierno español.
España se incorporó, después de un referéndum torticero como él solo, orquestado por el Partido Socialista(?) Obrero(?) Español entonces
en el poder, que había defendido la no permanencia en la Alianza
Atlántica (OTAN, de entrada NO, decía su eslogan), y que pasó a pedir el sí bajo
determinadas condiciones que, por otra parte, no se han cumplido nunca, como contábamos
aquí.
Me ha llamado la atención a propósito de la OTAN, por cierto, este sello estadounidense de 1952 de tres centavos de dólar
que conmemoraba el tercer aniversario de la fundación de la
NATO/OTAN. En el centro del sello aparece una antorcha que
representa, dicen, la libertad y la paz, mientras que las manos que
la sostienen simbolizan la fuerza y la unidad de los miembros de ese
tratado.
Curiosametne, las tres palabras mágicas que
aparecen al pie de la ilustración son PEACE, STRENGTH, y FREEDOM
(paz, fuerza y libertad, en la lengua del Imperio), que
inmediatamente me recuerdan el lema del Partido Socialista de Oceanía
de la novela 1984 de Órgüel: War is Peace, Freedom is
Slavery, Ignorance is Strength ('guerra es paz, libertad es
esclavitud, ignorancia es fuerza'). Tanto la firma del tratado de la
Organización del Atlántico Norte como la publicación de la novela
de Orwell se llevaron a cabo en el mismo año de 1949, una vez
terminada la Segunda Guerra Mundial. La novela viene a advertirnos que la fuerza del tratado que firmó esa organización cuyo símbolo no es una estrella, sino una brújula que sólo señala al Norte, lo que está mandado, es la ignorancia, efectivamente, de que la paz y la libertad que defienden en un futuro siempre inalcanzable son la guerra y la esclavitud en el presente.
-No. Yo soy de la vieja escuela de la iglesia racionalista.
Creo en la Ciencia.
-Entonces eres creyente. Da igual que creas en una cosa que en otra mientras creas en algo. Es lo mismo. Tanto Dios como la Ciencia o el Calentamiento Global son artículos de fe, verdades irrebatibles porque creemos en ellas y en ellas hemos depositado nuestra fe.
oOo
Dicen que hace falta creer en algo, tener fe o confiar fidedignamente siempre en algo: en Dios, en el Hombre, en uno mismo, en la Ciencia... Sólo así se puede evitar, creyendo, dicen, la barbarie. Yo no lo creo. Me parece a mí que la fe es la verdadera barbarie.
oOo
¿Qué es una mujer? ¿En qué consiste ser mujer? Parece una pregunta sencilla y no lo es. Cualquiera, hasta un varón puede ser una mujer, y sin embargo nadie sabe definir qué es eso: Varium et mutabile semper femina.
El aseo de Venus, Bouguereau (1873)
Una jueza norteamericana respondió a esa pregunta diciendo que no podía definir qué es ser mujer porque no era bióloga. Es como si alguien dijera que no sabe qué es un gato porque no es zoólogo. Lo paradójico del asunto es que los mismos que no saben qué es una mujer tienen clarísimo que cualquier varón que declare serlo lo es, como reconoce la ley de algunos países, entre ellos el nuestro.
El aseo, Toulouse Lautrec (1896)
La realidad objetiva es sólo una molestia de la que se puede prescindir si uno lo desea. Basta con quererlo. Basta con querer ser mujer para serlo. Lástima que no baste con querer ser rico, dijo el pobre, pobrecito, para serlo.
El
verbo pagar
deriva etimológicamente del latín pacare,
que significaba «apaciguar, pacificar tras haber vencido, someter»,
relacionado como está con el sustantivo pax
pacispaz,
y
también «domar, vencer, someter...» como en el clásico
ejemplo de César: cum
(…) Caesar pacatam Galliam existimaret
cuando César consideraba la Galia pacificada,
es decir, sometida a la paxromana,
y por lo tanto vencida y derrotada.
En
las lenguas romances pacare
ha evolucionado fonéticamente a pagare
en italiano, pagar
en castellano, gallego-portugués y catalán, payer
en francés, y del francés ha pasado al inglés (to)
pay.
Sin
embargo apenas quedan restos de su significado clásico en estas
lenguas, en las que se ha operado un
desplazamiento semántico, ya que presentan desde el principio el
sentido de «contentar», de donde se pasa a «satisfacer
al acreedor», usos ambos entre nosotros ya documentados en el
poema de Mío Cid, desembocando finalmente en el actual de «pagar
una cantidad de dinero».
Un
compuesto castellano de pagar
y derivado por lo tanto indirectamente de pacare
es apagar,
que recoge el sentido antiguo de
«satisfacer, apaciguar», y que modernamente significa
«aplacar, extinguir», y que puede aplicarse por lo
tanto a la sed, el hambre o el rencor, pero también al fuego y a la
luz.
En
latín 'pagar' con el significado que le damos actualmente de
'satisfacer una deuda económica o moral' no se decía pacare,
sino soluere,
de donde derivam nuestro resolver
y nuestro solvente,
'libre de deudas o capaz de satisfacer las que tiene, y por lo tanto
persona digna de crédito'. Pagar una deuda, por ejemplo, se decía
aes
alienum soluere
o argentum
creditum soluere.
También podía emplearse el verbo numerare,
aludiendo al fenómeno de conversión de las cosas en números o
ideas de sí mismas gracias al dinero, por ejemplo en la expresión
stipendium
militibus numerare,pagar
el sueldo o soldada a los militares.
En
las lenguas romances el sentido original latino de pacare
sufrió un desplazamiento semántico hasta dar en ‘satisfacer al
acreedor’, ‘pagar’ y a partir de ahí desarrolló las
acepciones de ‘cumplir una pena o castigo’ y ‘sufrir las
consecuencias de una equivocación’ y, por comparación de la
transacción comercial a la esfera personal y moral, la expresión:
«Me las pagarás», «El que la hace la paga» o «Vas a pagármelas todas juntas» refiriéndose a las
deudas personales u ofensas morales.
Cuando
se dice, asimismo, «pagar justos por pecadores», se da
a entender que son los pecadores los que deben pagar por sus pecados,
aunque en realidad, es decir, en el mundo al revés, sean los justos,
es decir, los que no han cometido pecado alguno, los que acaban
pagando por los pecadores.
En
este punto se nos plantea una cuestión: ¿Son antes las deudas morales o las
económicas? O ¿es la deuda económica la primaria, una vez que
existe el dinero y no sólo existe sino que hace que existan las
cosas y las personas, que también somos a nuestro modo cosas para el
dinero, que así nos desprecia y cosifica, y hace que para que podamos
disponer de ellas tengamos que pagar por ellas?
El
dicho que reza «Amor con amor se paga, y lo demás con
dinero» es un refrán popular que da a entender que el amor es la única cosa que no se
paga con dinero, a diferencia del sexo, por ejemplo, que se
comercializa en la prostitución. Establece este dicho el principio
de reciprocidad en el amor como única “moneda” de cambio digna.
Pero ¿por qué para hablar de amor correspondido recurrimos a la
metáfora dineraria de la moneda?
La intervención quirúrgica ha sido todo un éxito etimológicamente hablando: el paciente ha fallecido. A eso y no a otra cosa se lo denomina “exitus (letalis)”.
El
dilema de si el virus es natural o es artificial no afecta a la
creencia de que existe un nuevo virus que hay que combatir con
máscaras, encierros y vacunas.
oOo
La moneda de plata de 20 euros que ha sacado la Città del Vaticano no tiene desperdicio: En la
moneda, diseñada por Chiara Principe, aparecen una médico, una
enfermera y un joven, convenientemente enmascarados los tres, recibiendo el pinchazo. Y un pequeño detalle
que no debería pasar desapercibido: el crucifijo sobre la cabeza del
joven que sugiere simbólicamente la equiparación de la vacunación con la crucifixión.
El Santo Padre, Jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, declaró
que vacunarse contra el virus coronado era un acto de amor. El Pontífice ha
insistido en varias ocasiones en la importancia de "continuar
los esfuerzos para inmunizar incluso a los pueblos más pobres", pobrecitos.
oOo
Es
el miedo / mala plaga / de alta contagiosidad. / Con denuedo, / se
propaga / más atroz que enfermedad.
El
filántropo milmillonario / donará su peculio bancario, / antes que
venga la Parca / con Caronte en su barca, / para así fallecer
en precario.
oOo
El HSBC (Hongkong and Shanghai Banking Corporation) Banco Corporativo de Joncón y Changái, Sociedad Anónima, dice más de lo que parece cuando afirma que en el futuro la naturaleza y la tecnología trabajarán a la par, y nos muestra una abeja metálica, o que en el futuro nuestro ADN será nuestros datos con la foto de una huella digital con un código QR inserto en ella.
En otro anuncio publicitario nos invitan a ser parte de ese futuro que nos están vendiendo. No, gracias.
oOo
"Notificados 50.235 casos, 122 muertes y la incidencia sube a 653 en mayores de 60".
oOo
“No es un síntoma de buena salud adaptarse bien a una sociedad
profundamente enferma”, dijo Crisnamurti, cobrando más relevancia
que nunca. Conviene recordarlo.
Antonin Artaud en su Van Gogh, el suicidado por la sociedad responsabiliza al doctor Gachet del suicidio de Vincent: “Fue por la presión, dos días antes de su muerte, de ese espíritu maléfico que se llamaba doctor Gachet, improvisado psiquiatra, causa directa, eficaz y suficiente de esa muerte”.
El doctor Gachet era médico rural, no psiquiatra, además de pintor aficionado. En una de las cartas de Vincent a su hermano Theo le escribe: “Pienso que no se puede contar para nada con el doctor Gachet. Creo que está más enfermo que yo”.
Trigal con cuervos, Van Gogh (1890)
Para Artaud el doctor Gachet es un "improvisado" psiquiatra. Lo convierte así en la encarnación simbólica de la psiquiatría. No trata tanto de incriminar a un individuo como a una profesión entera, que persigue consciente o inconscientemente al alienado.
Hace el poeta maldito la siguiente consideración sobre la medicina en general y la psiquiatría en particular: «La medicina nació del mal, si no nació de la enfermedad, y si, por el contrario, provocó y creó la enfermedad de la nada para darse una razón de ser; pero la psiquiatría nació de la turba populachera de seres que han querido conservar el mal en el origen de la enfermedad y que así extirparon de su propia nada una especie de guardia suiza para socavar en su base el impulso de rebelión reivindicativa que está en el origen del genio».
Detalle central de Trigal con cuervos
Escribe Artaud a propósito del Trigal con cuervos, el último cuadro que pintó Van Gogh antes de su muerte:
"(...) todo el cuadro es rico.
Cuadro rico, suntuoso y sereno.
Digno acompañamiento para la muerte de aquel que, en vida, hizo girar tantos soles ebrios sobre tantas ruedas de molino fuera de servicio y que, desesperado, con un balazo en el vientre, no pudo dejar de inundar con sangre y vino un paisaje, empapando la tierra con la última emulsión, radiante a la vez y tenebrosa, con sabor a vino agrio y a vinagre picado."
A propósito de la muerte voluntaria, dejó escrito Antonin Artaud:
"Además, nadie se suicida solo.
Nunca nadie estuvo solo al nacer.
Tampoco nadie está solo al morir.
Pero en el caso del suicidio, se precisa un ejército de seres maléficos para empujar al cuerpo al gesto contra natura de privarse de la propia vida".
El grupo de música medieval alemán Corvus Corax musicó brevísimos extractos del poema In terra summus y lo tituló Nummus, que es la palabra que más se repite a lo largo del poema, hasta 46 veces, destacando la música con que los acompaña. He aquí la letra en latín y su traducción. El vídeo está tomado en directo de su actuación en Munich en 2009, y pertenece a su disco Cantus Buranus, donde musicalizan con gran acierto algunos de los cánticos buranos.
Nummus mentitur (Don Dinero miente, es mentiroso) (v. 12) Nummus agit lites (Don Dinero provoca pleitos) (v. 8) Nummus adoratur (Don dinero es adorado) (v. 37) Nummus, spes avidi (Don dinero, esperanza del avaro) Nummus periurat (Don Dinero jura en falso, comete perjurio) Nummus bella gerit (Don Dinero hace las guerras) (v.7) Nummus, spes cupidi (Don dinero, esperanza del codicioso) (v. 14) Nummus seducit (Don dinero seduce)
El grupo de música antigua vienés Clemencic Consort, por su parte, que fundara René Clemencic en 1969, grabó numerosas versiones de los Carmina Burana, entre las que destaca esta del poema In terra summus, donde se recitan la mayoría de los hexámetros que comprende el poema (los 18 primeros íntegramente, el 24, del 29 al 33, ambos incluidos, y finaliza con el 46 y el 47), subrayando machaconamente la palabra Nummus cada vez que se repite, que suele ser una al menos por verso.
In terra summus rex est hoc tempore Nummus. Nummum mirantur reges et ei famulantur. Nummo venalis favet ordo pontificalis. Nummus in abbatum cameris retinet dominatum. Nummum nigrorum veneratur turba priorum. Nummus magnorum fit iudex conciliorum. Nummus bella gerit, nec si vult, pax sibi deerit. Nummus agit lites, quia vult deponere dites. Erigit ad plenum de stercore Nummus egenum. Omnia Nummus emit venditque, dat et data demit. Nummus adulatur, Nummus post blanda minatur. Nummus mentitur, Nummus verax reperitur. Nummms periuros miseros facit et perituros. Nummus avarorum deus est et spes cupidorum. Nummus in errorem mulierum ducit amorem. Nummus venales dominas facit imperiales. Nummus raptores facit ipsos nobiliores. Nummus habet plures quam celum sidera fures.
(...)
Si Nummus loquitur, pauper tacet; hoc bene scitur.
(...)
In Nummi mensa sunt splendida fercula densa. Nummus laudatos pisces comedit piperatos. Francorum vinum Nummus bibit atque marinum. Nummus famosas vestes gerit et pretiosas. Nummo splendorem dant vestes exteriorem.
(...)
Nullus honoratur sine Nummo, nullus amatur. Quem genus infamat, Nummus: «Probus est homo!» clamat.
oOo
Es en el mundo entero el gran rey hoy don Dinero. Los soberanos al oro lo admiran y sirven a coro. Al capital beneficia la curia venal pontificia. Tiene Dinero mandato en cámaras del priorato. Negros priores en masa adoran la plata sin tasa. Se hace juez don Dinero de grandes concilios del clero. Mueve Mammón a la guerra, y, si quiere, hay paz en la tierra. Pica pleitos la pasta si quiere arruinar a la casta. Sube al que es pordiosero del fango al cielo Dinero. Todo lo compra la guita y vende, te da y te lo quita. Puede Mammón adularte, y luego ya amenazarte. Miente Dinero y rara vez muestra verídica cara. Hace Mammón tramposos a pobres y menesterosos. Es el parné de avaricia el dios e ilusión de codicia. Lleva el parné a desvaríos de damas los amoríos. Hacen a las meretrices los cuartos emperatrices. Hace Dinero mangantes a quienes son nobles antes. Tiene el parné más ladrones que el cielo costelaciones.
(...)
Si habla Mammón, el pobre se calla; bien sabe que sobre.
(...)
Lleno el bufé de manjares está de Dinero a millares. Come Dinero pescado bienquisto condimentado. Bebe Dinero vinos franceses y ultramarinos. Viste Dinero famosos ropajes no poco costosos. Da a los monises el paño de espléndido aspecto buen baño.
(...)
Nadie consigue honores y nadie, sin cuartos, amores. Al que su origen difama Dinero buen hombre proclama.
¡Atención a la amenaza de la nueva y por ahora última variante de la variante Ómicron, la subvariante BA-5, del virus pandémico que puede arruinarnos el verano!
Dicen que necesitamos dosis de recuerdos para olvidarnos -oximoro genial- de la pandemia y la pandémica fatiga de soportar las restricciones que hemos padecido.
La visión compulsiva de series y películas sirve para pasar las horas muertas, es decir, para matar las vivas a fin de que no nos enteremos del crimen cometido.
Series y películas sustituyen la realidad por la ficción y no nos dejan ver, absortos en su contemplación pasiva, que la realidad misma es quimérica ficción.
Hacer turismo para engañarse uno a sí mismo, que, vaya a donde vaya, cambiando de paisaje y paisanaje, si abre bien los ojos, verá siempre lo mismo por doquier.
La luz al final del túnel que dicen algunos que ven es la de un tren en marcha que viene hacia nosotros resuelto y decidido a atropellarnos a gran velocidad.
El poder al que vivimos sometidos hoy es el más tóxico que puede haber, un virus incrustado como está en todas y cada una de nuestras más recónditas neuronas.
Hay que ser idiota rematado para soportar la existencia, que no la vida, que llevamos a diario, y a Leviatán, la peor divinidad de la mitología que nos venden.
Uno tiene la necesidad de matar a los demás, es decir, de certificar que los demás se mueren, para sentirse vivo, de ahí el éxito de las esquelas necrológicas.
La
rebelión contra el dinero está mal pagada desde el momento en que el
dinero, huelga decir, es la moneda con que el mundo nos paga, nos
apacigua y nos apaga.
Presento en la página aneja de Lecturas una versión rítmica y rimada de In terra summus (Carmina Burana 11), presentación que acompaño aquí con el temamusical Money de Pink Floyd, que compuso Roger Waters, incluido en su mítico album "The dark side of the Moon", La cara oculta de la luna, de 1973.
La mayor influencia de este poema latino compuesto por cincuenta versos leoninos que conozco en nuestra literatura castellana recae en el «Enxienplo de la propiedat qu'el dinero ha», estrofas 490-514 del "Libro de buen amor" de Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, obra del siglo XIV, cuya lectura se puede acompañar escuchando la versión musicada que hizo Paco Ibáñez de esos versos, que tituló "Lo que puede el dinero".
Preparando la traducción del poema In terra summus... incluido en el cancionero de los Carmina Burana (CB 11) sobre el poder del dinero, me he encontrado con algunos otros versos marginales de los manuscritos. Son versos leoninos como los cincuenta que componen este poema, caracterizados formalmente por su hechura clásica cuantitativa, hexámetros dactílicos como los de Homero o Virgilio, que contienen ya la invención moderna de la rima, desconocida por la poesía griega y latina antiguas, que parte el verso en dos hemistiquios, subrayando la cesura medial. Todos ellos contienen la palabra "nummus", que significa moneda, dinero, de donde a
través de su derivado numisma procede nuestra numismática o estudio de monedas. La etimología, por cierto, de 'moneda' nos retrotrae más de dos mil años al templo de la diosa Iuno Moneta, o Juno Consejera o Monitora (del verbo monere 'aconsejar'), junto al cual templo se acuñaba lo que pasaría a denominarse "moneda", o simplemente "money" en la lengua del Imperio.
El dinero, precisamente, es el tema sobre el que versan estos versos, que pueden
leerse como si fuesen aforismos, dado que cada uno configura por sí solo un micropoema, por así decirlo, monóstico o compuesto de un solo verso que se
parte en dos por la rima interna.
Nummus erit princeps / et erit rex, papa deinceps.
(Príncipe, rey y vicario / de Cristo será don Denario).
Literalmente dice "el dinero será príncipe, y será rey, y finalmente papa". (He recurrido en mi versión a la invención etimológica de don Denario a imagen del Don Dinero de la letrilla satírica quevediana para
traducir el latín 'nummus' en este caso. El término 'dinero', por cierto, es un derivado del 'denarius' que se conserva en castellano como cultismo, 'denario', nombre de la moneda
romana de plata que equivalía a diez ases, y que ha dado origen al mismo tiempo a nuestro término patrimonial
'dinero', que pasó a ser el nombre común del vil metal en general. En realidad
denarius era un adjetivo que significaba 'de diez' y que acompañaba
habitualmente al sustantivo nummus 'moneda': la fórmula denarius nummus acabó simplificándose al desaparecer y sobreentenderse el sustantivo nummus, como sucede
tantas veces en las lenguas, como en los ejemplos castellanos : un
(cigarro) puro, un (vino) blanco en los que el adjetivo ha
acabado sustantivándose y haciendo las veces del nombre.
Stat resupina solo / pro nummo femina solo.
(Podría ser una aproximación la traducción: Sólo la hembra se acuesta / a cambio del precio que cuesta). El latín juega con una 'falsa' rima, dado que el primer sŏlō
(suelo) con o breve no es idéntico al segundo sōlō (solo) con o larga. Revela este hexámetro no tanto la misoginia en general de sus autores, sino la aversión particular a las mujeres que venden sus favores prostituyéndose. La mujer sólo se mete en el lecho, literalmente sólo se tumba de espaldas en el suelo, si media el dinero.
Pro Nummo plorat, / pro Nummo clericus orat. (Por don Dinero llora, / por Él el clérigo ora).
Se hace eco este verso del anticlericalismo de sus autores, aquellos golfos goliardos medievales aficionados al vino de las tabernas y a cantarles las cuarenta, amantes también del juego, a los clérigos que deploran el poder que tiene el dinero sobre los hombres y que a la vez pasan el cepillo o cepo, o sea la caja que servía para recoger las limosnas en la iglesia.
Traduzco aquí Nummus por Mammón, con el nombre bíblico del personaje del demonio de la avaricia y la codicia que encarna el poder costructor y a la vez destructor del dinero.
Cuius bursa sonat, / hunc totus mundus honorat.(Al que le suena la bolsa, / el mundo entero le gloria).
Este hexámetro tiene la peculiaridad de la rima asonante o parcial, reducida solo al eco de las vocales, y presenta la novedad de referirse al dinero con "bursa", la bolsa, faltriquera, cartera o monedero en el que se guardan las monedas. La expresión "bursa sonat" recuerda al dicho catalán que popularizaron los comerciantes italianos Barcelona es bona si la bossa sona.
Dum
mea bursa sonat, / hospes mihi fercula donat.(Si
mi bolsa resuena, / me da el mesonero la cena. Otra versión posible, respetando más la música que la letra, podría ser Mientras la bolsa me suena, no falta en la mesa la cena).
Lex datur a summo / quod nemo bibat sine nummo.
Ley de lo alto no aprueba / que haya sin plata quien beba.
A imagen y semejanza de este verso tabernario, se me ocurría a mí este otro hexámetro dactílico perfectamente clásico y leonino, que indica no sólo como decía el goliardo medieval que sin dinero no se podía beber en la taberna, sino que ahora no se "puede" simplemente vivir ya sin dinero, al menos eso es lo que se nos dice desde las altas esferas para hacer que lo creamos: Lex datur a summo / ne quis uiuat sine nummo: Ley se nos da de arriba / que no haya sin pasta quien viva.