Don Dinero, / lo primero, / que es Divina Majestad: / tan contante, / tan sonante / y en olor de santidad.
miércoles, 20 de abril de 2022
Coplas goliardescas (y II)
Don Dinero, / lo primero, / que es Divina Majestad: / tan contante, / tan sonante / y en olor de santidad.
martes, 19 de abril de 2022
Teletipos (5)
lunes, 18 de abril de 2022
Zelenski, o 'il dolce stil novo' de liderazgo
Aparte de la guerra que tiene lugar en el campo de batalla y de la que nos informan más que cumplidamente a todas las horas del día y de la noche, hay otra guerra mediática más sutil que se desarrolla en las redes sociales, una guerra en la que priman más las emociones que los razonamientos, que ya ha ganado Zelenski, una guerra decisiva para la suerte del país, Ucrania, que regenta.
Zelenski era un actor de una comedia televisiva que ha logrado captar al electorado, retrasmitiendo la guerra en vivo y en directo, en streaming, por decirlo en la lengua del Imperio. Su rival, el zar del kremlin moscovita, comparado con él, resulta distante y frío. El actor ucraniano, sin embargo, llega enseguida, aunque sólo fuera por su torpe aliño indumentario, como decía Machado, vestido muchas veces de faena y a veces sin afeitar, con cara de sueño atrasado, lo que provoca una respuesta emotiva de simpatía hacia alguien tan cercano que interpreta muy bien su papel de víctima, lo que hace que aumente la corriente de empatía hacia su causa, la causa de un David que se enfrenta a un gigantesco Goliath.
Mientras los ucranianos se visten como Zelenski, los rusos, herederos del imperio zarista y de su heredero sucesor el soviético, parecen unos burócratas desalmados. Zelenski, además, ejerce un liderazgo de nuevo cuño, a diferencia del zar del Kremlin moscovita. No parece un presidente de un gobierno al uso. No parece un político, un jefe de Estado, sino un civil, un hombre del pueblo, alguien muy cercano. Apenas se le ve con traje y corbata en las muchas imágenes que de él proliferan por la red, sino vestido como cualquiera de nosotros, muy cercano, pero eso no quiere decir que no cuide, como actor que es, no sé si bueno o malo, su imagen propia, no poco estudiada. A fin de cuentas, buen o mal actor, no deja de ser un actor muy consciente del papel que desempeña en el teatro del mundo.
Una guerra tan devastadora y brual como la que se libra en el suelo ucraniano contra el invasor ruso no le impide a Zelenski, por ejemplo, organizar visitas guiadas, mirando sonriente a la cámara, a políticos que saludan a los medios, como el primer ministro británico.
domingo, 17 de abril de 2022
Elogio de la deserción y el antipatriotismo
Una canción con letra de Boris Vian compuesta en 1954, todo un clásico antimilitarista: Le déserteur. La canción es una carta dirigida al señor presidente de la república francesa de un hombre que ha recibido la orden de movilización para ir a la guerra, en la que le dice que no va a ir al frente, que va a desertar y decir a la gente que desobedezca.
Y un fragmento de la espléndida película antimilitarista de Stanley Kubrick "Senderos de Gloria" (1957), donde se establece el siguiente diálogo entre el General Mireau, que ordena la toma suicida de la Colina de las Hormigas y el coronel Dax, papel que interpreta el recientemente fallecido actor Kirk Douglas. El general afirma: "Quizá esté anticuada la idea de patriotismo, pero donde hay un patriota hay un hombre honrado", a lo que el coronel Dax le responde: "No todos opinan así, el doctor Johnson decía algo muy distinto sobre el patriotismo". El general le pregunta: "Y ¿se puede saber lo que decía?", a lo que le responde el coronel:
-Nada en realidad.
-¿Qué significa 'nada en realidad'?
-Nada importante, señor.
-Coronel, cuando pregunto algo siempre es importante. ¿Quién era ese hombre?
-Samuel Johnson, señor.
-Muy bien, ¿qué tenía que decir ese tipo sobre el patriotismo?
-Dijo que era el último refugio de los canallas. (*)
La cita en su versión original era: 'Patriotism is the last refuge of the scoundrel', y aunque el doctor Johson no se refería al patriotismo en general, sino al que él consideraba falso patriotismo en el uso particular del término que hacían algunas personas, la frase se ha generalizado, revelándose como una verdad en cualquier caso válida para todas las patrias, patriotismos y nacionalismos, incluido el humanista y el que está ahora más de moda, que llaman, transhumanista: bajo la farisaica apelación al ser humano se justifica la explotación del hombre, de los animales y de las cosas por el hombre, el llamado Rey de la Creación.
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Fotograma de Paths of Glory (1957) Stanley Kubrick |
sábado, 16 de abril de 2022
Wake up, Spain! (¡Arriba España!)
En el II Foro Económico Español, la pretendida versión nacional del WEF, acrónimo del World Economic Forum, o sea del Foro Económico Mundial de Davos, se congregaron “más de 200 líderes del mundo de la política, la empresa, la ciencia y la sociedad civil”. El Foro se llamaba Wake Up, Spain! en la lengua del Imperio, es decir, ¡Despierta, España!, como si los organizadores quisieran sacar de su siesta modorra y zarandear a ese vejestorio de señora llamada España para que espabile. Wake Up, Spain! podría también traducirse libremente muy a gusto por ¡Arriba España!, expresión que a los mayores nos trae recuerdos de otros tiempos que, por lo que se ve, no son tan otros en el fondo.
La crisis, se nos dice subrepticiamente, se debe a “esta terrible guerra que estamos sufriendo a las puertas de Europa”, de la que nos enteramos por la televisión y la prensa, aunque no veamos la caja tonta ni leamos la prensa, que miente, como se sabe, más que la Gaceta, que era el diario oficial del Gobierno, o sea, el BOE, porque la inmensa mayoría de la gente, que ve la tele y lee los papeles, habla siempre de lo mismo, de la pobre Ucrania, la dama ultrajada y vejada, y del hijoputa de Putin que la ha invadido y la está masacrando, lo que redunda en el alza de nuestros precios y la insuficienica de nuestros salarios para la vida cotidiana.
En cuanto a la pandemia hay que decir que ha propiciado, y no tanto ella como la gestión que de ella han hecho nuestros gestores, que España sea el país más consumidor de
benzodiazepinas, es decir, ansiolíticos, tranquilizantes y pastillas para dormir del mundo por segundo año consecutivo.
Uno de esos más de doscientos CEOS, otro acrónimo anglosajón, este de 'Chief Executive Officer', como llaman ahora con neologismo flagrante a los nuevos Jefes, era el Presidente del Gobierno de las Españas, que en su alocución cacareaba: “España no va a perder la carrera de la tecnología más avanzada. Muy al contrario. El Gobierno de España quiere que nuestro país definitivamente sea y se sitúe a la vanguardia del progreso industrial y también del progreso tecnológico.”
Anunciaba así el Jefe del Ejecutivo un nuevo PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) el pasado 4 de abril sobre microchips y semiconductores que iba a conllevar una inversión pública de una cifra astronómica para mí y para la mayoría de la gente, supongo, tanto que me cuesta imaginarla: 11.000 millones de euros, que no de las antiguas pesetas en las que solemos contar los viejos, cantidad que también sería una barbaridad.
“La
guerra como la pandemia exige de todos nosotros unidad.” Unidad, peroraba,
para proteger a Ucrania y pararle los pies a Putin, y establecía la equiparación de Europa y Democracia. Al mismo tiempo, afirmaba que Europa no era inmune ni a
las pandemias ni a las guerras, como se había demostrado, dándoles una buena coartada a los
fabricantes de vacunas y a los traficantes de armas, que así reactivarían
nuestra maltrecha economía. Apoyaba así, de hecho, la política belicista de la Unión Europea de suministrar ayuda humanitaria, es decir armamento, a Ucrania, a pesar de que dicho país no forma parte de la Unión ni de la OTAN. Dicha política es una clara subordinación a los dictados de Londres y de Guásinton, dos países que no forman parte efectiva tampoco de la Unión.
Escena de guerra de Sopa de Ganso (1933), hermanos Marx.
El presidente justificaba el desembolso de una suma tan elevada para su nuevo proyecto económico, pese a la crisis actual, adobando las razones con huera
palabrería. Hago notar la jerga grandilocuente que emplea para no
decir nada a la hora de definir la importancia de la inversión en
los susodichos microchips y semiconductores: “Creo -dice
textualmente- que las razones son bien conocidas. Podemos todas
intuirlos, intuirlas mejor dicho (creo que aquí se ha liado el
presidente queriendo decir “podemos todos -nosotros- y todas
-nosotras- intuirlas (sc. las razones), que seguramente es lo que
tenía preparado), incluso también corroborarlo y es que los
semiconductores son un elemento básico de todos los sectores
energéticos, y, por tanto, adquieren una importancia que yo
calificaría de geoestratégica mundial en un contexto de
transformación digital tan profundo de nuestras economías”. El discurso no tiene desperdicio. La charlatanería campanuda con la que envuelve a los microchips y a los semiconductores es de traca.
viernes, 15 de abril de 2022
Coplas goliardescas (I)
A imitación de las cántigas de los goliardos medievales (escritas por los clerici uagantes, clérigos vagabundos de vida irregular y golfa, desertores de los estudios eclesiásticos, que escribían y cantaban canciones populares y poesías mundanas en las que aparecía por primera vez la rima que no había conocido la poesía clásica creando así sorprendentes asociaciones de palabras), van estas coplas goliardescas compuestas en el latín degenerado que seguimos hablando todavía.
En la Tierra, / sólo hay guerra / trabucada en son de paz; / camuflada, / disfrazada, / no se quita el antifaz.
No se nace / sino se hace / hombre un hombre... y la mujer; / mala cosa / espantosa / es llegar tal mostruo a ser.
Democracia, / triste gracia, / de una mano de barniz: / dictadura / pura y dura, / subyugada la cerviz.
Sólo creo / lo que veo / que echan por televisión, / caja tonta / que me atonta, / llena de estupefacción.
La vacuna, / ovejuna / medicina sin virtud, / es el medio / sin remedio, / que me arruina la salud.

La rapera / se sincera: / "Proxeneta soy de mí; / mercancía, / mi alcancía; / mi cuerpo es mi potosí."
Mete y saca, / toma y daca, / te la incrustan hasta atrás; / por la diestra, / por siniestra, / por delante y por detrás.
Una vida / no vivida / de realidad virtual, / que es comparsa / de una farsa / dentro de una Red Social.
¡Gloria a Ucrania! / ¡Viva España! / Patrias son de armas tomar: / fes divinas / y asesinas / en continuo batallar.
jueves, 14 de abril de 2022
Giorgio Agamben: 'Estado de excepción y guerra civil'.
En un libro publicado hace unos años, Stasis(1). La guerra civil como paradigma político (2017), intenté demostrar que en la Grecia clásica la posibilidad -recalco la palabra "posibilidad"- de la guerra civil funcionaba como un umbral de politización entre el oikos(2) y la polis(3), sin el cual la vida política sería inconcebible. Sin la stasis, el levantamiento de los ciudadanos en la forma extrema de la disidencia, la polis ya no es una polis. Este vínculo constitutivo entre la stasis y la política era tan inextricable que incluso en el pensador que parecía haber fundado su concepción de la política en la exclusión de la guerra civil, a saber, Hobbes, sigue siendo virtualmente posible hasta el final.
La
hipótesis que quiero proponer es que si hemos llegado a la situación
de despolitización absoluta en la que nos encontramos, es
precisamente porque la posibilidad misma de la stasis
ha sido progresiva- e integralmente excluida de la reflexión
política en las últimas décadas, también a través de su
identificación subrepticia con el terrorismo. Una sociedad en la que
se excluye la posibilidad de la guerra civil, es decir, la forma
extrema de disidencia, es una sociedad que sólo puede deslizarse
hacia el totalitarismo. Llamo totalitario a un pensamiento que no
contempla la posibilidad de enfrentarse a la forma extrema de la
disidencia, un pensamiento, es decir, que sólo admite la posibilidad
del consenso. Y no es casualidad que sea precisamente por el
establecimiento del consenso como único criterio de la política por
lo que las democracias, como nos enseña la historia, han caído en
el totalitarismo.
Como suele ocurrir, lo que se ha alejado de
la conciencia resurge en formas patológicas, y lo que ocurre hoy en
día es que el olvido y la falta de atención a la stasis
van de la mano, como observó Roman Schnur en uno de los pocos
estudios serios sobre el tema, con la progresión de una especie de
guerra civil mundial. No se trata sólo del hecho, que tampoco debe
pasarse por alto, de que las guerras, como ya habían señalado hace
tiempo juristas y politólogos, hayan dejado de ser formalmente
declaradas, y, transformadas en operaciones policiales, adquieran las
características que habitualmente se asignaban a las guerras
civiles. Lo decisivo hoy es que la guerra civil, al formar un sistema
con el estado de excepción, se transforma como éste en un
instrumento de gobierno.
Si se analizan los decretos y las medidas aplicadas por los gobiernos en los dos últimos años, queda claro que están dirigidos a dividir a los hombres en dos grupos opuestos, entre los que se establece una especie de conflicto irresoluble. Infectados y sanos, vacunados y no vacunados, pasaportados y no pasaportados, integrados en la vida social o excluidos de ella: en cada caso, la unidad entre los ciudadanos, como ocurre en una guerra civil, se ha roto. Lo que ha sucedido ante nuestros ojos sin que nos demos cuenta es que las dos formas-límite del derecho y la política han sido utilizadas sin escrúpulos como formas normales de gobierno. Y mientras en la Grecia clásica la stasis, en la medida en que marcaba una interrupción de la vida política, no podía en ningún caso ocultarse y transformarse en norma, ahora se ha convertido, como el estado de excepción, en el paradigma por excelencia del gobierno de los hombres.
(1) stasis: En griego tiene un significado general de acto de alzarse, levantamiento y uno particular, que es el que adopta Agamben, de contestación, desacuerdo; división política, rivalidad; sedición, sublevación, y en definitiva guerra civil.
(2) oikos: la casa, el ámbito privado, paralelo al concepto de zoé o vida física.
(3) polis: el Estado u organización ciudadana, paralelo al concepto de bios o vida social y política.
oOOo
(Publicado originalmente en italiano en quodlibet el 9 de abril de 2022, recoge la intervención de Giorgio Agamben en la Commissione Du-Pre, Dubbio e Precauzione (Duda y Precaución) el 2 de abril en Roma, celebrada bajo el lema "La verdad es la primera víctima de la guerra. Del toque de queda pandémico al toque de queda de la razón". La Comisión Du-Pre nació en diciembre de 2021 y su manifiesto contra el pasaporte sanitario y la obligación de las vacuans fue firmado por ocho filósofos, entre ellos Agamben, ocho científicos y seis juristas).
miércoles, 13 de abril de 2022
¿Bailarinas rusas o ucranianas?
La National Gallery de Londres, muy políticamente corregida y correcta ella, ha cambiado en el colmo de la corrección política el título del cuadro "Bailarinas rusas" de Edgar Degas (1834-1917) por el de "Bailarinas ucranianas", porque, al parecer, los colores nacionales de Ucrania que están ahora tan de moda por doquier (el amarillo que recuerda el color dorado de los campos de trigo y el azul cristalino del cielo despejado) adornan el pelo da las bailarinas en forma de cintas.

No es extraño que alguien se haya fijado en ese detalle, habida cuenta de que los colores de esa bandera nos bombardean por todas partes en la actualidad, siendo los más publicitados por todos los poderes públicos.
Tres bailarinas rusas, Edgar Degas (1899)
Al parecer, la actuación de un grupo de ballet ruso en el Folies Bergère de París en 1895 inspiró a Degas a la hora de pintar esta escena, en la que podemos contemplar a tres bailarinas del este de Europa -no vamos a discutir sobre su nacionalidad- en un paisaje imaginario. La obsesión del pintor, solterón impenitente, era captar el movimiento femenino y plasmarlo congelado en un lienzo como si fuera una fotografía.
Varios grupos de danzas de Europa del Este visitaron París a finales de la década de 1890, actuando en los cabarés de la ciudad de la luz, en el Moulin Rouge, en el Folies-Bergère, en el Casino de París y hasta en un tugurio de Montmartre, cerca de la casa del pintor. Este pastel que ha renombrado la National Gallery en particular, puede haber sido uno de los tres que muestran ‘bailarinas con trajes rusos’ que Degas mostró a un visitante de su estudio en 1899.
Discusión bizantina como ella sola, la de la nacionalidad o bandera de estas bailarinas, sobre todo en una época en que las naciones no estaban tan delimitadas como pretenden estar ahora, ya que nos estamos remontando a una época en que Rusia tenía un significado mucho más amplio que en la actualidad: era la Madre Rusia, la Rusia del Imperio de los zares, anterior a la Rusia Soviética y a la URSS, ese otro Imperio que acabó derrumbándose también, una Rusia que no coincide con la actual. En todo caso esta polémica -palabra que procede del griego πόλεμος (pólemos), que significa 'guerra'- recuerda a aquella disputa trivial de los dos conejos sobre si sus perseguidores eran galgos o podencos. No resultan, además, estos tiempos revueltos en los que vivimos buenos para escudriñar en las esencias nacionales y patrióticas de otros tiempos.
En todo caso, estas bailarinas rusas o ucranianas, si no era lo mismo entonces lo uno que lo otro en las postrimerías del siglo XIX, mientras siguen levantando las piernas bajo sus faldones y bailando y dejando que pensemos lo que nos venga en gana, parecen reírse un poco de nosotros y de nuestra controversia.
martes, 12 de abril de 2022
Teletipos (4)
(Pseudo)Pégaso alado.
Frente a la seriedad maniquea de los defensores del orden establecido, hay que contraponer la irreverencia del humor popular que no respeta ninguna jerarquía.
Hago mía la sentencia del autor inglés del siglo XVIII Samuel Johnson de que el patriotismo (incluyendo aquí yo el humanista) es el último refugio del canalla.
Sí, estamos en guerra, pero es una guerra librada en nuestro propio campo de batalla, entre arriba y abajo: nosotros somos el objetivo verdadero de la guerra.
Algunas socialdemocracias neoliberales se han quitado la careta que las enmascaraba y han mostrado su verdadera cara dura subyacente de regímenes autoritarios.
Fuga no hay de prisión que no se vea.
lunes, 11 de abril de 2022
La locura de Changái
Mientras tanto, el presidente de la República Popular de China brinda satisfecho alzando una copa de vino. El gobierno chino que él representa es la envidia de todos los ejecutivos occidentales por el control cuasi absoluto que ejerce sobre sus ciudadanos.