jueves, 14 de abril de 2022

Giorgio Agamben: 'Estado de excepción y guerra civil'.

    En un libro publicado hace unos años, Stasis(1). La guerra civil como paradigma político (2017), intenté demostrar que en la Grecia clásica la posibilidad -recalco la palabra "posibilidad"- de la guerra civil funcionaba como un umbral de politización entre el oikos(2) y la polis(3), sin el cual la vida política sería inconcebible. Sin la stasis, el levantamiento de los ciudadanos en la forma extrema de la disidencia, la polis ya no es una polis. Este vínculo constitutivo entre la stasis y la política era tan inextricable que incluso en el pensador que parecía haber fundado su concepción de la política en la exclusión de la guerra civil, a saber, Hobbes, sigue siendo virtualmente posible hasta el final.

    La hipótesis que quiero proponer es que si hemos llegado a la situación de despolitización absoluta en la que nos encontramos, es precisamente porque la posibilidad misma de la stasis ha sido progresiva- e integralmente excluida de la reflexión política en las últimas décadas, también a través de su identificación subrepticia con el terrorismo. Una sociedad en la que se excluye la posibilidad de la guerra civil, es decir, la forma extrema de disidencia, es una sociedad que sólo puede deslizarse hacia el totalitarismo. Llamo totalitario a un pensamiento que no contempla la posibilidad de enfrentarse a la forma extrema de la disidencia, un pensamiento, es decir, que sólo admite la posibilidad del consenso. Y no es casualidad que sea precisamente por el establecimiento del consenso como único criterio de la política por lo que las democracias, como nos enseña la historia, han caído en el totalitarismo.

    Como suele ocurrir, lo que se ha alejado de la conciencia resurge en formas patológicas, y lo que ocurre hoy en día es que el olvido y la falta de atención a la
stasis van de la mano, como observó Roman Schnur en uno de los pocos estudios serios sobre el tema, con la progresión de una especie de guerra civil mundial. No se trata sólo del hecho, que tampoco debe pasarse por alto, de que las guerras, como ya habían señalado hace tiempo juristas y politólogos, hayan dejado de ser formalmente declaradas, y, transformadas en operaciones policiales, adquieran las características que habitualmente se asignaban a las guerras civiles. Lo decisivo hoy es que la guerra civil, al formar un sistema con el estado de excepción, se transforma como éste en un instrumento de gobierno.

     Si se analizan los decretos y las medidas aplicadas por los gobiernos en los dos últimos años, queda claro que están dirigidos a dividir a los hombres en dos grupos opuestos, entre los que se establece una especie de conflicto irresoluble. Infectados y sanos, vacunados y no vacunados, pasaportados y no pasaportados, integrados en la vida social o excluidos de ella: en cada caso, la unidad entre los ciudadanos, como ocurre en una guerra civil, se ha roto. Lo que ha sucedido ante nuestros ojos sin que nos demos cuenta es que las dos formas-límite del derecho y la política han sido utilizadas sin escrúpulos como formas normales de gobierno. Y mientras en la Grecia clásica la stasis, en la medida en que marcaba una interrupción de la vida política, no podía en ningún caso ocultarse y transformarse en norma, ahora se ha convertido, como el estado de excepción, en el paradigma por excelencia del gobierno de los hombres. 

(1) stasis: En griego tiene un significado general de acto de alzarse, levantamiento y uno particular, que es el que adopta Agamben, de contestación, desacuerdo; división política, rivalidad; sedición, sublevación, y en definitiva guerra civil.

(2) oikos: la casa, el ámbito privado, paralelo al concepto de zoé o vida física.

(3) polis: el Estado u organización ciudadana, paralelo al concepto de bios o vida social y política.

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(Publicado originalmente en italiano en quodlibet el 9 de abril de 2022, recoge la intervención de Giorgio Agamben en la Commissione Du-Pre, Dubbio e Precauzione (Duda y Precaución) el 2 de abril en Roma, celebrada bajo el lema "La verdad es la primera víctima de la guerra. Del toque de queda pandémico al toque de queda de la razón". La Comisión Du-Pre nació en diciembre de 2021 y su manifiesto contra el pasaporte sanitario y la obligación de las vacuans fue firmado por ocho filósofos, entre ellos Agamben, ocho científicos y seis juristas). 

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