lunes, 31 de agosto de 2020

Al menos treintamil negacionistas en Berlín

Se ha hecho viral, como suele decirse ahora, en las redes sociales de la Red Informática Universal una fotografía de la multitudinaria protesta -no vamos a entrar aquí en la guerra cuantitativa de cifras que va desde los treinta mil manifestantes del Periódico Global del Régimen, léase El País, a los varios cientos de miles según otras fuentes, ya que la razón no se cuantifica numéricamente ni depende del mayor o menor número de votos-   que tuvo lugar en Berlín el pasado sábado 29 de agosto de 2020, sin que los participantes portaran  bozal ni guardaran las distancias interpersonales,  contra las imposiciones gubernamentales precisamente de distanciamiento social y uso de mascarillas decretadas contra el virus por las desautorizadas científicamente autoridades sanitarias de casi todo el universo mundo. 
 
 
La imagen que se ha hecho viral representa, según la prensa del Régimen, a un joven negacionista del virus y de extrema derecha, probablemente neonazi, cosa que no cuadra mucho con su aspecto un tanto jipi y pacifista desaliñado que va a pecho descubierto por la vida, pero ya se sabe que no hay que fiarse de las apariencias pues a veces el lobo se disfraza con la piel del cordero para engañarnos, además de teórico paranoico de la conspiración y terraplanista, al que se le inculcó en la escuela que la tierra no era exactamente redonda sino achatada por los polos, de donde dedujo alegremente que era plana,  y contrario a las vacunas que según sus defensores a ultranza van a salvar a la humanidad del virus coronado, que ofrece un ramillete de flores a los fornidos y acorazados policías parapetados frente a él para impedirle el paso.
 

 

Robert Kennedy Jr. se subió en Berlín al escenario para pronunciar este memorable discurso en la lengua del Imperio, traducido simultáneamente al alemán por un intérprete, y que podemos leer subtitulado en español mientras no se censure el vídeo en la Red, cosa no improbable. En el discurso dice cosas razonables como ésta: "Los gobiernos adoran las pandemias. Y adoran las pandemias por el mismo motivo por el que adoran las guerras: porque les da la posibilidad de imponer un control sobre las poblaciones que de otra manera las poblaciones no aceptarían". O esta otra: "Lo único que necesita el gobierno para convertir en esclavos a la gente es EL MIEDO".
 

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