Cuando echo la vista atrás y trato de recordar de lo mucho o poco que yo haya leído qué es lo que me ha dejado una huella más profunda y persistente a lo largo del tiempo, tengo que remontarme al adolescente que yo era de dieciséis años, estudiante a la sazón del bachillerato de letras en el instituto. En clase de griego traducíamos y leíamos en español la Apología o Discurso de defensa de Sócrates, escrito por el joven Platón. Es este, sin duda, el libro más importante y fundamental que yo he leído, el que más me ha marcado.
Si tuviera que elegir algún fragmento, podrían servir estas palabras pronunciadas por el sabio que sólo sabía que no sabía nada ante el jurado que había de condenarlo a muerte, por ejemplo.
He aquí el texto en primer lugar en versión original: τὸ γάρ τοι θάνατον δεδιέναι, ὦ ἄνδρες, οὐδὲν ἄλλο ἐστὶν ἢ δοκεῖν σοφὸν εἶναι μὴ ὄντα˙ δοκεῖν γὰρ εἰδέναι ἐστὶν ἃ οὐκ οἶδεν. οἶδε μὲν γὰρ οὐδεὶς τὸν θάνατον οὐδ᾽ εἰ τυγχάνει τῷ ἀνθρώπῳ πάντων μέγιστον ὂν τῶν ἀγαθῶν, δεδίασι δ᾽ ὡς εὖ εἰδότες ὅτι μέγιστον τῶν κακῶν ἐστι. (Platón, Apología 29ab)
Y he aquí tres traducciones o aproximaciones en nuestra lengua a esas palabras que Platón nos ha transmitido de su maestro:
-Pues por cierto que el tener miedo de la muerte, ciudadanos, no es otra cosa sino creerse inteligente y sabio sin serlo uno: porque es creer que sabe lo que no sabe. Pues saber nadie sabe de la muerte ni aun siquiera si no será por ventura el mayor de los bienes todos para el hombre, pero le tienen, en cambio, miedo como si supieran bien que es el más grande de los males (Traducción de Agustín García Calvo, Diálogos socráticos, Platón, edit. Salvat, 1972).
-En efecto, atenienses, temer la muerte no es otra cosa que creer ser sabio sin serlo, pues es creer que uno sabe lo que no sabe. Pues nadie conoce la muerte, ni siquiera si es, precisamente, el mayor de todos los bienes para el hombre, pero la temen como si supieran con certeza que es el mayor de los males. (Traducción de J. Calonge Ruiz, Diálogos, Platón, Edit. Gredos, 2000)
-Que temer a la muerte, Varones, no es otra cosa sino tenerse por sabio, pues es pensar saber lo que uno no sabe. Que nadie de cierto sabe ni siquiera si es para el hombre la muerte el mayor de los bienes; y, con todo, la temen como si supieran de buen saber que es el mayor de los males. (Traducción de Juan David García Bacca, Caracas 1980)
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