sábado, 1 de marzo de 2025

La desgracia de ser uno... lo que sea

“La desgracia de ser griego” es el título de un librillo que lo dice todo sobre la temática que aborda. Su autor es el escritor griego contemporáneo Nicos Dimu (mejor que la transcripción Nikos Dimou de la portada), y ha sido traducido con gran éxito al castellano, francés, inglés, alemán, italiano, chino y búlgaro. El libro se compone de 196 aforismos o máximas breves como los trinos de los pájaros, a modo de modernos tuits, que se leen en poco tiempo pero que nos hacen cavilar mucho más de lo que podría parecer a primera vista. Fue publicado en 1975, traducido en 2012 al castellano por Vicente Fernández González y publicado por Anagrama; escrito hace cincuenta años, está sin embargo de plena actualidad por aquello, tal vez, de Machado de que "hoy es siempre todavía". 

A Nicos Dimu le duele Grecia, y reflexiona sobre las causas de ese dolor. He aquí algunos de sus pensamientos: 

Si el ser humano, en cuanto humano, lleva dentro de sí la desgracia, ciertas categorías de seres humanos tienen mayor propensión a ella. E incluso ciertas naciones. Entre ellas, sin duda alguna, los griegos. Los griegos de hoy... Es decir que si ser humano implica ya la certeza de cierta cantidad de desgracia, ser griego augura una cuota mayor. 

Los griegos siguen considerando a su Estado un vilayato otomano. Tienen razón. 

Un mito: “El cuello del griego no soporta yugo”. Busco y busco otro pueblo cuyo cuello haya soportado tantos yugos como el nuestro. 

Se plantean a menudo estos aforismos el problema de la identidad nacional griega, y descubren en esta búsqueda la contradicción esencial: Los griegos siempre buscarán su patria en otras patrias; y las otras patrias en la suya. ¿Encontrará alguna vez esta gente su rostro? O acaso sea la contradicción su verdadero rostro. 

Se agradece por otra parte algún aforismo de alcance más general como el siguiente: El peor capitalismo no es el personal (paternalista, familiar), sino el impersonal. 

Reflexiona finalmente el autor en el epílogo de su libro sobre las contradicciones que minan la identidad nacional de los griegos, que los vuelve inseguros e inestables. Y escribe: Están escindidos entre su glorioso pasado y su precario presente, entre su mentalidad oriental y su aspiración europea, desgarrados entre las fuerzas de la tradición (como la Iglesia ortodoxa) y la modernidad. Su destino no es un destino fácil. 

 

Aunque habla de Grecia, lo que dice no trata sólo de Grecia, es perfectamente exportable y extrapolable al resto del universo mundo, y cómo no, también al rabo de toro de Europa que es esta España nuestra. Los aforismos -agudos como dardos- «Dondequiera que vaya, Grecia me duele», que es un verso de Seferis, o «Todos cuantos amaron esta tierra murieron jóvenes, suicidas o locos. Grecia es una amante cruel», podría haberlos suscrito, cambiando sólo un topónimo, nuestro don Miguel de Unamuno, al que le dolía -y mucho- España.

viernes, 28 de febrero de 2025

Poder de vida y muerte (y II)

"Necropolítica" de Achille Mbembe es un ensayo publicado originalmente en francés en 2006, traducción española en 2011, en el que el autor acuña el término y desarrolla el concepto de necropolítica y la hipótesis de que la expresión última de la soberanía reside ampliamente en el poder y la capacidad de decidir quién puede vivir y quién debe morir. 
 
Según Foucault, el Estado nazi habría sido el ejemplo más logrado de Estado que ejerce su derecho a matar, que ha gestionado, protegido y cultivado la vida de forma coextensiva con el derecho soberano de matar. Por una extrapolación biológica del tema del enemigo político, al organizar la guerra contra sus adversarios y exponer también a sus propios ciudadanos a la guerra, el Estado nazi se conceptúa como aquel que abrió la vía a una tremenda consolidación del derecho de matar, que culminó en el proyecto de la «solución final». 
 
De esta forma, se convirtió en el arquetipo de una formación de poder que combinaba las características del Estado racista, el Estado mortífero y el el Estado suicida. 
 

La vida del esclavo es en ciertos aspectos, dice Mbembe, una forma de muerte-en-la-vida. Este poder sobre la vida ajena toma la forma de comercio: la humanidad de una persona se disuelve hasta tal punto que se hace posible afirmar que la vida de un esclavo es propiedad de su amo. Dado que la vida del esclavo es una “cosa” poseída por otra persona, la existencia del esclavo es la sombra personificada.
 
En el derecho de guerra una de las funciones del Estado es matar o acordar la paz. Ningún Estado puede pretender ejercer este derecho fuera de sus fronteras, por lo que ninguno reconoce una autoridad superior a él dentro de sus fronteras. La identidad nacional se concibe como identidad contra el Otro, contra otras deidades. 
 
La Muerte liderando al ejército de los muertos, Gustave Doré (1789)
 
En la figura del mártir que se inmola matando al enemigo, homicidio y suicidio se llevan a cabo en una misma y única acción. En la lógica del mártir la voluntad de morir se funde con la de llevarse al enemigo por delante, eliminando toda posibilidad de vida. En el kamikaze el sacrificio consiste en la espectacular ejecución de sí mismo, convirtiéndose en su propia víctima. 
 
En la actualidad, escribía Nbembe en 2006, «la forma más redonda del necropoder es la ocupación colonial de Palestina. En la guerra Israel-Palestina: Los elementos determinantes en estas técnicas para dejar fuera de combate al enemigo son: utilizar el bulldozer, destruir casas y ciudades, arrancar los olivos, acribillar las cisternas a tiros, bombardear e interferir en las comunicaciones electrónicas, destrozar las carreteras, destruir los transformadores eléctricos, asolar las pistas de aeropuertos, dejar inutilizables las emisoras de televisión y radio, destruir los ordenadores, saquear los símbolos culturales y político-burocráticos del proto-Estado palestino, saquear el equipo médico. En otras palabras llevar a cabo una guerra de infraestructuras. Mientras el helicóptero de combate Apache es utilizado para patrullar los aires y matar desde el cielo, el bulldozer blindado (Caterpillar D-9) se utiliza en tierra como arma de guerra e intimidación. Estas dos armas establecen la superioridad de los instrumentos high-tech de la era contemporánea». 

Gaza arrasada

Casi veinte años después, hemos asistido a una superación del horror que describe Mbembe con la práctica destrucción de la franja de Gaza a manos del ejército sionista israelí, que ahora se quiere reconstruir desplazando a los supervivientes. 

En Genealogía del racismo (1996), Michel Foucault se preguntaba «¿cómo es posible que un poder político mate, reivindique la muerte, exija la muerte, haga matar, dé orden de matar, exponga a la muerte no solo a sus enemigos, sino a sus ciudadanos?». Casi 30 años más tarde, la interrogante sigue siendo terriblemente pertinente. Mbembe argumenta que en el mundo contemporáneo el poder soberano ya no se limita solo a gobernar la vida (biopolítica, en términos de Foucault), sino que se ejerce también a través de la muerte, el abandono y la violencia extrema. Los Estados, las fuerzas coloniales y los sistemas neoliberales crean "zonas de muerte" donde ciertas poblaciones son desechables. 
 
Mbembe explica que la necropolítica tiene sus raíces en la dominación colonial, donde ciertos grupos fueron tratados como "subhumanos" y condenados a la muerte social y física. En conflictos modernos (Palestina, África, Guantánamo), la guerra no solo busca someter al enemigo, sino hacer inhabitable su existencia, lo que genera espacios de "muerte en vida". 
 
Pero no solo el Estado que declara la guerra a otro Estado y de rechazo a sus propios ciudadanos, sino también el Capital -no hace falta decir, como hace Mbembe "el capitalismo extremo"-  deja morir a ciertos sectores de la sociedad mediante la exclusión y la precarización. La necropolítica muestra cómo el poder se ejerce hoy en día a través del control de la muerte, más allá de los Estados-nación, mediante la imposición del capital globalizado que es el combustible del terrorismo, las crisis migratorias, las guerras perpetuas y la pobreza estructural. 

jueves, 27 de febrero de 2025

En la plaza Tahrir

 
Plaza Tahrir, El Cairo (2011)
 
En la plaza Tahrir, allá en El Cairo, ha triunfado
 la revolución. El pueblo egipcio ha logrado
 que huya el tirano, y el ejército se ha hecho cargo,
 acto seguido, de la situación, tomando
 las riendas del Estado y el timón, a fin
 de así poder garantizar la transición
 a un régimen político democrático,
 en el que todo cambiará de nombre y todo
 podrá seguir, al fin y al cabo, igual que siempre,
 lo que revela ya el fracaso estrepitoso
 al que se ve condenada la revolución,
 sofocada desde su nacimiento, fuego fatuo.
 
oOo
 
Friedrich Engels (1820-1895) en su obra Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1886) escribe:

"La revolución [...] en la práctica, es completamente distinta de lo que los revolucionarios soñaban; en esto consiste la ironía de la historia universal, que todo aquello que los hombres persiguen se realiza, pero de un modo distinto del que esperan, y en condiciones distintas de las que ellos habían previsto".

 

miércoles, 26 de febrero de 2025

Poder de vida y muerte (I)

El paterfamilias romano tenía una autoridad que le permitía decidir sobre la vida y la muerte de sus hijos. Es lo que se dio en llamar en las fuentes clásicas uitae necisque potestas (mejor que ius uitae ac necis, porque no era un derecho, ius, sino un poder o potestad).  El Estado moderno, ese Padre Nuestro que está en los Cielos, ha heredado esa potestad que tenía el cabeza de familia romano en la institución de la pena de muerte.
 
El historiador y filósofo camerunés Achille Mbembe (1957-...) ha acuñado el término 'necropolítica', como contraposición a la biopolítica de Foucault, y como expresión última de que la soberanía reside ampliamente en el poder y la capacidad de decidir quién puede vivir y quién debe morir. Para él, que define la soberanía como el derecho de matar, la política es un trabajo de muerte.  
 
La potestad del paterfamilias romano estaba en realidad muy restringida y prácticamente reservada, como veremos a razones de Estado, y fue restringiéndose aún más con el paso del tiempo, porque estaba mal visto y considerado de una crueldad insuperable si no había alguna poderosa razón que la avalara que un padre diera muerte a su propio hijo, como sucede con la pena de muerte en muchas modernas legislaciones, lo que no impide, sin embargo, que esta labor de administración de muerte (García Calvo) pueda llevarse a cabo de muchas otras formas y maneras. 
 
 
En el mundo romano, la crueldad de los padres, que le confería la patria potestad, cuando está atestiguada, es condenada sin paliativos. Esto explica la rareza de los casos en que se aplicó y la reprobación social. Que un padre mate a un hijo era algo sacrílego, salvo cuando el padre encarna al Estado, el imperium de la res publica
 
Uno de los pocos y más célebres ejemplos que conocemos es el de Tito Manlio Torcuato, cónsul en el 340 a. C., cuyo hijo, Manlio, desobedeció una orden estricta de su padre al entrar en combate individual con un enemigo y vencerlo. A pesar de la victoria, su acto era una desobediencia grave de la disciplina militar, por lo que Tito Manlio ordenó la ejecución de su propio hijo para dar un ejemplo de obediencia absoluta a las órdenes del general. Este episodio consolidó la idea del imperium y el sacrificio personal en favor de la República. 
 
Reproduzco a propósito el capítulo séptimo del libro octavo de la Historia de Roma desde su fundación de Tito Livio, en la traducción de José Antonio Villar Vidal que publicó Gredos en 1990: «Para que todos, padre, dijo, me reconozcan de verdad nacido de tu sangre, yo te traigo estos despojos ecuestres quitados a un enemigo al que di muerte después de ser desafiado». Al oír estas palabras el cónsul inmediatamente dio la espalda a su hijo e hizo tocar la trompeta para convocar la asamblea de soldados. Cuando éstos se reunieron en buen número, dijo: «Puesto que tú, Tito Manlio, sin respetar la autoridad consular ni la majestad paterna, contraviniendo nuestra orden expresa, luchaste fuera de las filas contra un enemigo y quebrantaste, en cuanto de ti dependió, la disciplina militar, sostén, hasta la fecha, del Estado romano, y me has puesto en el brete de tener que olvidarme del Estado o de mí y de los míos, sufriremos nosotros el castigo de nuestro delito en vez de que tenga que sufrir tan graves daños el Estado para pagar nuestras culpas; seremos un ejemplo triste pero saludable para la juventud en el futuro. 
 
El cónsul Tito Manlio Torcuato ordena la ejecución de su hijo, Ferdinand Bol (1661-1664)
 
A mí de verdad me conmueve, por un lado, el cariño innato hacia los hijos y, por otro, esa prueba de valor que has dado seducido por una vana apariencia de gloria; pero es necesario o bien sancionar con tu muerte la autoridad de los cónsules, o bien abolirla para siempre dejándote impune, y no creo que tú, la verdad, si hay en ti algo de mi sangre, te niegues a restablecer con tu castigo la disciplina militar degradada por tu culpa. Anda, lictor, átalo al poste». Quedaron todos sin aliento ante una orden tan cruel, y como si cada uno de ellos viera el hacha levantada sobre sí, se quedaron quietos más por miedo que por disciplina. Por eso se mantuvieron silenciosos e inmóviles como si el estupor hubiese anegado sus ánimos, y de repente, cuando al cortar la cabeza saltó la sangre, se alzaron gritos dando a las quejas tan libre curso que no se ahorraron lamentos ni imprecaciones, y el cuerpo del joven, cubierto con los despojos, fue quemado sobre una pira funeraria levantada fuera del vallado, con toda la aplicada atención que los soldados pueden poner en la celebración de un funeral, y las órdenes manlianas no sólo fueron horrendas entonces, sino que además constituyeron un duro ejemplo para el futuro».
 
Tras oír las palabras de su hijo, el cónsul le da la espalda -hemos de imaginarlo apesadumbrado como buen padre que era- y convoca a toque de trompeta a los soldados a asamblea. El cónsul le reprocha entonces públicamente a su hijo que no ha respetado la autoridad consular ni la majestad paterna, es decir, que ha quebrantado la disciplina militar, apostrofada como “sostén del Estado Romano”, por lo que el cónsul, que no deja de conmoverse y sentirse orgulloso en su fuero interno por el valor de su hijo, se ve obligado a dar “un ejemplo triste pero saludable para la juventud en el futuro” ordenando la ejecución sumaria de su hijo, cuya prueba de valor no deja de ser una muestra de que fue “seducido por una vana apariencia de gloria”. 
 
 
Espera el padre que el hijo acepte con su castigo la restitución de la disciplina militar que él ha degradado. Concluye el historiador afirmando que no obstante la atrocidad del castigo, la tropa se volvió más obediente a su general prestando más atención en el desempeño de sus labores. 
 
El Estado moderno, como buen padre que es, ha heredado esa patria potestad del romano paterfamilias que le confiere el poder de vida y muerte sobre todos y cada uno de sus súbditos.

martes, 25 de febrero de 2025

La Voz de su Putísimo Amo

El editorial de El Periódico Global(ista),  alias la Voz de su Putísimo Amo, del 22 de febrero se titulaba: “Una Defensa europea es posible”. No vamos a hablar del del día siguiente, que llevaba por título: El futuro de Ucrania es el de la UE, que afirmaba grandilocuentemente que "si se deja caer a Kiev ante Rusia, el autoritarismo reaccionario habrá ganado un pulso geopolítico contra Occidente que marcará el siglo XXI". Venía el primero acompañado de una fotografía que ilustra más de lo que parece a simple vista en la que se ve a un fabricante de obuses de 155 milímetros de precisión en una factoría alemana y por lo tanto europea. ¿Esos obuses, se supone, son para defendernos de los obuses enemigos?
 
 
Y llevaba el siguiente subtítulo retumbante a modo de resumen: Con audacia y ambición histórica, la UE tiene bases sólidas para alcanzar la autonomía militar que necesita para garantizar su futuro. De lo que se trataba era, claro está, de garantizar el futuro, ese bien inexistente que, sin embargo, existe y mucho en detrimento, como siempre, del presente, que es, si acaso, lo único que tenemos. Y de garantizarlo mediante nuestra autonomía militar. 
 
Equiparando Europa con el engendro político de la Unión Europea, escribía el editorialista autor del despropósito que la UE “es capaz de sacrificios propios, en ahorro energético o soportando una inflación desbocada, para mantener su apoyo al país violentado por Rusia”. Rusia, por lo que se ve, no es Europa ni siquiera en parte, y el país violentado por Rusia, que es Ucrania, no forma parte de la Unión Europea, pero para el autor del artículo: El sostenimiento de Ucrania y la construcción de una auténtica Defensa común europea son dos caras de una misma moneda. Muy acertada la comparación monetaria. Hay que construir una Defensa, la mayúscula no es mía, común para sostener a Ucrania. 
 
 
  
En los tres años que llevamos de guerra, el apoyo financiero -una expresión muy acertada que dice más de lo que parece- “a la resistencia ucrania -el Periódico Global(ista) está empeñado en utilizar el gentilicio “ucranio” en lugar de “ucraniano”, mucho más común- se acerca a los 50.000 millones de euros anuales en estos tres años de guerra: 132.000 millones en total, cifra superior a los 114.000 millones de EEUU, entre ayuda civil y militar”, si cabe hacer un distingo tan inepto hablando de una guerra donde se borra la diferencia entre lo uno y lo otro en favor de lo segundo. Por si esto fuera poco, hay que mantener este esfuerzo y aumentarlo, aunque el tío Sam de las Américas se desmarque ahora. 
 
El problema de la Defensa, con mayúscula, es que hay que aunar las 27 defensas minúsculas, dispersas y nacionales, para hacer Una, Grande y Libre,  aumentando el presupuesto común y el endeudamiento “mediante eurobonos” (?), y la inclusión de Reino Unido, Noruega o Suiza, que son aliados fidedignos, que ajenos al engendro político de la UE, “comparten la ansiedad de la UE ante un posible colapso de Ucrania”. 
 
La urgencia es doble, escribe el editorialista: paliar el abandono yanqui del tablero europeo y (literal): “evitar que el frente ucranio se desmorone”. El canguelo le entra a uno cuando lee en un periódico como ese el siguiente ardor guerrero que haría el deleite de nuestra ministra de la Guerra, que se rechupetearía los dedos de gustillo: En el corto plazo se necesitan más misiles tácticos, aviones de combate y satélites de doble uso, y centrar ese gasto en los mejores modelos para evitar la dispersión
 
 
Pero, claro está, reconoce el vocero del Periódico Global(ista), “el reto es mayúsculo y requiere de pedagogía”. Miedo me da este término por aquello de que el mejor y primer pedagogo que hubo fue Herodes, cuando estamos hablando de aumentar el gasto militar para financiar una guerra, sin perjudicar el gasto social y el Estado de bienestar que produce malestar, no porque quedaría bastante mermado, lo cual es grave, sino porque “incentivaría el caldo de cultivo de los movimientos ultras”. Finaliza el artículo con una frase misteriosa: “Ese es justamente el modo de vida que estamos defendiendo frente a los intentos de destruirlo”. 
 
Al poco de publicado este artículo pastoral de El Periódico Global(ista) nos enteramos de que nuestro invicto y resiliente Caudillo, democráticamente electo, no faltaba más, destina mil millones de euros de nuestras arcas públicas a la financiación de la guerra de Ucrania en concepto de "ayuda militar", prometiendo un apoyo sostenido al país en el tercer aniversario del inicio de la guerra a gran escala.

lunes, 24 de febrero de 2025

Chascarrillos políticos y mensajes breves

Quieren aumentar el presupuesto de Defensa del Ministerio de la Guerra, siempre y cuando no sea para fines, dicen, “belicistas”. ¿Querrán las armas para juguetes infantiles? 
 
 El pueblo ruso no es el enemigo nuestro en modo alguno; nuestro enemigo es el Estado y no precisamente el ruso, sino el nuestro, que es el español y que a nosotros nos incumbe. 
 
 ¿Por qué será que el cáncer nos ataca ahora cada vez más jóvenes? ¿Qué ha pasado en estos años que nos ha pasado inadvertido? Un misterio que deja perplejos a los médicos del mundo. 
 
 
 
Escribe Engels que quienes se han vanagloriado de una revolución llevada a cabo han visto al día siguiente, que no sabían lo que hacían, y lo hecho no se parecía a lo soñado. 
 
Si no existiese Dios, escribió Voltaire, habría que inventarlo. Si Dios existiese, le da la vuelta y dice Bakunin, habría que hacer que desapareciera. 
 
El Ser Supremo no puede ser un dios que sea material ni nacional tampoco, debe ser la negación de las naciones, globalista, espíritu puro y metafísico dinero.
 
 
 oOo
 
Europa no descarta enviar a Ucrania, dice la prensa del régimen, tropas de paz, curioso oximoro con el que camuflan las fuerzas armadas de todos los ejércitos.
 
¿La guerra comercial que hace del mercado su casus belli es un nuevo tipo de guerra o es, más bien, la raíz de todas las guerras habidas hasta hoy y por haber?
 

Al tener dinero se le decía a veces “tener posibles” en plural, porque era y es lo que propicia la realización de los deseos y sueños, es decir, de las ideas.


La cajetilla te advierte de la nocividad del tabaco, que mata (Fumar puede matar al hijo que espera) al tiempo que te invita a saborear el “último” pitillo.
 
 La emergencia permanente (ya sea sanitaria, económica, climática, bélica, o de la índole que sea) es la nueva normalidad del orden político y social establecido.
 
Antes no había Red Informática Universal ni redes sociales, pero ahora, lo que no está en internet no existe -ese es el verdadero problema- y carece de valor.
 
 Los astrofísicos piden calma sobre el asteroide 2024 YR24 ante la probabilidad de impacto sobre la Tierra en 2032: “Esto no es Armagedón, no seamos alarmistas”. 
 
Muchos posponen su vida supeditándola a su 'proyecto vital', que es una proyección de la vida a futuro, un término que a mí, personalmente, me produce cagalera. 
 
El Estado es nuestra nueva divinidad: sus poderes ejecutivo, legislativo y judicial son su Santísima Trinidad: tres poderes distintos y un Dios solo verdadero.

domingo, 23 de febrero de 2025

Ominosa OMS

El discurso del Jefe del Ejecutivo Progresista critica a aquellos otros jefes que no hacen como él, sino que abandonan la Organización Mundial de la Salud. Por lo que yo sé, se refiere en primer lugar a Estados Unidos de América, a Argentina y a Italia en el viejo continente. No sé si llega a decirlo pero se desprende de su afásico discurso: son gobiernos de Extrema Derecha, contra los que arremete, y, por lo tanto, no son gobiernos progresistas como el que él regenta. Su actitud no está lejos del fariseísmo de “nosotros no somos como ellos”. 
 

Según su discurso, gracias a la OMS y a la solidaridad internacional (?) “pudimos entre todos salir adelante, gracias a la ciencia, a la vacunación, y creer en el servicio público que representa la sanidad”. La Organización Mundial de la Salud sería la que nos ha salvado de una pandemia que ella mismo inventó para poder salvarnos de ella con la milagrosa pócima de la vacunación, de cuyos efectos secundarios no se responsabiliza nadie, ni los gobiernos que la compraron ni los laboratorios que la fabricaron, porque, según nuestro ministerio  sanitario, nadie nos obligó a vacunarnos. Y estábamos, además, informados (?) de los riesgos que corríamos... 
 
A la OMS no debemos agradecerle nada, sino todo lo contrario. Es ella la que debería agradecer a España los sesenta millones de euros que le ha inyectado, al servicio como está de la industria farmacéutica esa que hace sentir enfermas a personas sanas, declarándolas enfermas asintomáticas, o potencialmente enfermas, a cambio de colocar en su Consejo Ejecutivo a nuestra impresentable ministra sanitaria, que se autodefine como Médica y Madre, formando parte así del consejo de gobernanza en representación de Europa, con el objeto de favorecer la implantación del tratado internacional de pandemias. Una ministra que, incorporada a la OMS, el 30 de octubre pasado, declaró que pretendía impulsar a nivel global lo que ya estaba haciendo en su ministerio: “la atención primaria como corazón de los sistemas de salud, cuidar a los profesionales, señalar la importancia del cambio climático para la salud (?), promover la equidad de género en salud (?) y trabajar contra la obesidad infantil a través del deporte, la alimentación saludable y los determinantes sociales de la salud”. Algunas de estas intenciones parecen razonables, otras demenciales. 
 
 
En cuanto a “cuidar a los profesionales”, no parece que estén muy contentos con la falta de personal que hay en los hospitales tanto de médicos como de enfermeros en nuestro país, con las guardias de veinticuatro horas y demás condiciones laborales que tienen que afrontar. Sobre el Tratado Internacional de Pandemias, es a eso a donde “tenemos que ir”, para empoderar a la Organización al servicio de la Gran Farmacopea, una organización privada bastante lucrativa. 
 
Los secuaces del Puto Amo aplauden. No lo hacen con mucho entusiasmo. Algunos, de hecho, no aplauden. Según él, España es un país que en 2020 sufrió la pandemia, como si hubiera sido el único, cuando lo que sufrió fue una gestión deplorable y un estado de alarma que fue declarado inconstitucional, pero que se llevó a cabo con toda impunidad con encierros, toques de queda, pasaportes covid y demás medidas draconianas, cuyas mayores víctimas, como denuncia Mónica Lalanda en este impagable vídeo, fueron los niños, nuestras tiernas criaturitas.
 
 
Y sobre todo dice que pudimos salir adelante “gracias a la ciencia, a la vacunación”, estableciendo una ecuación que no se la cree ni él ni sus secuaces. Lo que él denomina vacunación no era ciencia, era un experimento tóxico al que nos obligaron a prestarnos sin obligarnos, engañándonos diciéndonos que era segura y eficaz, que suponía nuestra libertad... Y sobre todo, dice que gracias a la OMS pudimos “creer en el servicio público que representa la sanidad”. Su claque aplaude sin mucho convencimiento, como con desgana, su huera retórica. Lo más lamentable de todo es que, como escribe Lalanda, todo el daño que causó no la pandemia, sino la gestión gubernamental de la pandemia, que consideró a niños y ancianos ciudadanos de ínfima categoría, que en otros países está conllevando críticas e incluso juicios, aquí, en esta España de María santísima, no se tiene en cuenta ni contempla: pasó sin más, y nadie quiere acordarse de ello.

viernes, 21 de febrero de 2025

El agua de Portland (Oregón)

    Todo ocurrió cuando las cámaras de seguridad, malditos sean los ojos panópticos y ciegos a través de los que nos controla el Gran Hermano, o sea, Dios o el Estado, que viene a ser lo mismo. Esos ojos ciegos que todo lo quieren ver captaron el momento en el que un niño, al que le apretaban las ganas de mear y creía que nadie lo veía, se sacaba el pitilín y se ponía a orinar tan rica- y descuidadamente, como el Manneken Piss* u hombrecito meón bruselense,  sobre una de las represas de agua destinada al consumo humano que hay en la ciudad de Portland (Oregón, Estados Unidos de América).

Mount Hood, Portland (Oregón) 

    Las imágenes, filtradas ipsofacto a la opinión pública, ese engendro del Poder que son las masas manipuladas por los medios de (in)comunicación, esto es, mediatizadas  y desprovistas así del sentido común de la razón, causaron  un sentimiento general de “repulsa” al pensar que esa agua acabaría directamente en los grifos de sus casas y, al menor descuido, en sus estómagos. De poco sirvió que las autoridades sanitarias afirmaran por activa y por pasiva que una cantidad tan insignificante de ácido úrico diluida en una cantidad tan ingente de líquido elemento compuesto de dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno, no entrañaba riesgo ni peligro alguno para la salud. 

     El rechazo de la opinión pública fue tal que las autoridades decidieron finalmente vaciar esa presa: estamos hablando de treinta millones de litros de agua potable, que se dice pronto y no es moco de pavo, cuando en el mundo tantos y tantos millares de personas no tienen agua corriente en sus casas. Esta medida, totalmente exagerada, como algunos vecinos, a la sazón muy pocos, han reconocido, no tiene en cuenta que son muchos los animales que hacen sus necesidades en esa presa, tanto aguas menores como mayores, o que incluso mueren en ellas, por no hablar de todos los que antes y después han hecho lo mismo que ese niño, ponerse a orinar de pie o bien agachándose, con la diferencia de que no han sido captados por el Ojo de Dios que casi todo lo ve, la cámara de videovigilancia. ¡Necios!

     Ellos se han perdido la ricura del sabor del agua de Portland (Oregón), que ya incolora, inodora e insípida no sabe a nada. Si la hubieran probado, habrían comprobado que sabía un poco a zarzaparrilla,  y era porque un niño, bendito de Dios,  había derramado el largo chorro de la lluvia de oro de su meada en ella. 

     *El Manneken Pis es una estatuilla de bronce de Jérôme  Duquesnoy el Viejo (1570-1641) de poco más de medio metro de estatura emplazada en el centro histórico de Bruselas a comienzos del siglo XVII que representa a un niño pequeño desnudo orinando dentro del cuenco de la fuente, que se ha convertido en uno de los símbolos emblemáticos de esa ciudad, que, según la inevitable Güiquipedia simboliza "el espíritu independiente de sus habitantes".

jueves, 20 de febrero de 2025

Qualsevol nit pot sortir el sol

    El catalán es una  de las lenguas neolatinas, romances, románicas,  o degeneradas de la que fue lengua de Roma, que es el latín, la lengua del Latium o Lacio, hablada en Cataluña y en las islas Baleares, con sus variantes dialectales mallorquina y menorquina. El valenciano, que es la lengua oficial de la Comunidad Valenciana, según su estatuto de autonomía, es también, según muchos lingüistas, una variante dialectal del catalán, aunque muchos valencianos hacen de esta cuestión lingüística una cuestión política, y afirman que el valenciano es una lengua independiente del catalán, no admitiendo que sea un dialecto de esta, sino, en todo caso, del latín, hermanada por lo tanto con el castellano y el catalán.  Fuera de España el catalán se habla en el Principado de Andorra, donde es lengua cooficial, y en algunos lugares del Rosellón francés, así como en la ciudad de Alguer, en la isla de Cerdeña.

    "Qualsevol nit pot sortir el sol" es una de las canciones más bellas que conozco, tanto por su letra como por su música.  Con aire de nana, es una invitación -pero no a dormir, sino a despertar y a soñar despiertos- cantada y compuesta hace cincuenta años, en 1975, en catalán por Jaume Sisa, el cantante galáctico,  que narra desde el comienzo una fiesta a la que van llegando todos los invitados: se mezclan en ella fundiéndose y confundiéndose los personajes de ficción de la infancia tanto del folclore popular como de la cultura de masas. Por aquí desfilan el hombre del saco, Caperucita Roja, Popeye, los tres cerditos, los Reyes Magos, Charlot…  Y cuando ya han llegado todos los invitados la canción se cierra con una apelación al oyente: sólo faltas tú.

Oh, bienvenidos, pasad, pasad,
ahora ya no falta nadie,
o quizás sí, ya me doy cuenta
de que sólo faltas tú.
También puedes venir, si quieres,
te esperamos, hay sitio para todos;
el tiempo no cuenta, ni el espacio,
cualquier noche puede salir el sol.
 
    La interpretación de Sisa, con acompañamiento de piano y de violín arrullante y coros femeninos desafinados,  es delicadamente teatral, acercándose en muchos momentos al recitado y la declamación, modulando la voz hasta chillar en algún verso. Se recrea en la canción  el ruido ambiental de las voces del gentío en una fiesta con descorche de champán incluido.

Fa una nit clara i tranquil.la, / 
hi ha la lluna que fa llum, /els convidats van arribant /i van omplint tota la casa / de colors i de perfums. / Heus aquí a Blancaneus, / en Pulgarcito, els tres porquets, / el gos Snoopy i el seu secretari /Emili, i en Simbad, / l'Ali-baba i en Gullivert.

Oh, benvinguts, passeu passeu, /de les tristors en farem fum. /A casa meva és casa vostra / si que hi ha cases d'algú.

Hola Jaimito, i doña Urraca, /i en Carpanta, i Barba-azul, / i Frankenstein, i l'home-llop, / i el comte Dràcula, i Tarzan, / la mona Chita i Peter Pan. / La senyoreta Marieta /de l'ull viu ve amb un soldat, / els Reis d'Orient, Papa Noël, /el pato Donald i en Pasqual, / la Pepa maca i Superman.
 
Bona nit,  senyor King Kong, /  senyor Asterix i en Taxi-Key, / Roberto Alcazar i Pedrín, / l'home del sac, i en Patufet, / senyor Charlot, senyor Obelix. / En Pinotxo ve amb la Monyos /agafada del bracet, / hi ha la dona que ven globus, /la família Ulises, / i el Capitán Trueno en patinet.

A les dotze han arribat /la fada bona i ventafocs, / en Tom i Jerry, la bruixa Calixta, / Bambi i Moby Dick,/ i l'emperadriu Sissí. / I Mortadelo, i Filemón, /i Guillem Brown, i Guillem Tell, / la caputxeta vermelleta, /el llop ferotge, i el caganer, / en Cocoliso i en Popeye.

Oh, benvinguts, passeu passeu, /ara ja no hi falta ningú, / o potser sí, ja me n'adono /que tan sols hi faltes tu. /També pots venir si vols, / t'esperem, hi ha lloc per tots. / El temps no compta, ni l'espai, / 
qualsevol nit pot sortir el sol.

Atención al vídeo, que no tiene desperdicio, con las siluetas de sus sombras chinescas: