jueves, 6 de febrero de 2025

Corrección política universitaria española

    Cincuenta y cinco universidades españolas tanto públicas como privadas firman un documento que llama a cambiar la gramática de la lengua española contra el "sexismo lingüístico", instando entre otras cosas a sustituir el término genérico "hombre" por "ser humano" o “humanidad” para no incurrir en el pecado gramatical de excluir al sexo femenino, que se vería ninguneado o invisibilizado en el primer caso. Recomiendan al alumnado (que no a los alumnos) y al profesorado (que no a los profesores) hacer un uso adecuado políticamente correcto o cortés, como diría Gracián, del lenguaje para “alcanzar una igualdad efectiva entre hombres y mujeres”. 
 
    El documento ha surgido del Grupo de Trabajo de Políticas de Igualdad de Género de la Conferencia de Rectores y Rectoras de Universidades Españolas (CRUE, aunque quizá deberíamos escribir CRRUE por lo de Rectores y Rectoras). El texto persigue combatir el «modelo androcéntrico», que «considera al hombre como medida de todas las cosas y refleja, transmite y refuerza un modelo no igualitario». Algunas de sus perlas políticamente correctas: «El respeto a las otras personas a través del lenguaje contribuye a la sostenibilidad del planeta». Según ellos el planeta se vendría abajo porque no se sostendría en el caso de seguir hablando en román paladino cual fabla el pueblo a su vecino. 
 
    De esta censura políticamente correcta no se salva el artículo plural masculino “los". Se aconseja prescindir de él para no incurrir en redundancia que nos obligaría a repeticiones innecesarias como en la expresión: la opinión de los profesionales y las profesionales, por lo que aconsejarían: "la opinión de profesionales"). Llegan a plantear «cambiar la redacción» y en lugar de decir cosas como "todos suspendieron" -que para no ser políticamente incorrecto nos obligaría a redundar "todos y todas suspendieron" alargando innecesariamente el mensaje- podríamos decir "nadie aprobó" (o se me ocurre a mí, como se dice a veces, "no aprobó ni Dios". 
 
 
    Para referirse a las personas no binarias y no ofenderlas, proponen «evitar las palabras que evidencien el género masculino o femenino y, en su lugar, modificar la frase de manera que se utilicen palabras neutras o cambios gramaticales». Otra opción es «utilizar el femenino anteponiendo la palabra persona o preguntar directamente con qué pronombres se identifica». 
 
    Algunas propuestas caen en la más pura y descarnada abstracción que roza el ridículo. No es lo mismo, como proponen, sustituir "los niños" como genérico que incluye a niños y niñas de carne y hueso por "la niñez", una idea abstracta y descarnada. "Dejad que los niños se acerquen a mí" no es equiparable a "Dejad que la niñez (o la infancia) se acerque a mí."
 
    Hay quien piensa que estas reglas pretenden invisibilizar lo masculino más que visibilizar lo femenino, pero la cosa no es tan simple: estas reglas pretenden que no se vea que el género gramatical masculino tiene en nuestras lenguas romances un uso no marcado o genérico que incluye también al femenino, lo que no tiene nada que ver con la discriminación sexual de la mujer, sino con la gramática de las lenguas. Supongamos que todos habláramos así, o, cambiemos la redacción, supongamos que nadie hablara como solemos hablar y que hiciéramos caso de las recomendaciones de la Conferencia de Rectores y Rectoras, no por eso mejoraría la condición de la mujer, que quizá de esa manera quedaría invisibilizada.
 
    El masculino genérico, hay que repetirlo una vez más, es una característica de la arquitectura morfológica de las lenguas derivadas del latín y no un mecanismo perverso para anular a las mujeres. Que estas recomendaciones en favor del lenguaje inclusivo o incluyente (en verdad exclusivo y excluyente) nos vienen del mundo anglosajón no debe pasarnos desapercibido. Una de sus propuestas es la utilización del gerundio, que en castellano resulta la mayoría de las veces bastante feo, para evitar el masculino genérico, y en vez de decir cosas como "los que se inscriban en el curso recibirán tres créditos", proponen "Inscribiéndose en el curso se recibirán tres créditos", emulando, que es gerundio, a Fray Gerundio de Campazas, alias Zotes, como si quienes se inscriban fueran a recibir los tres créditos en el mismo momento de la inscripción. 
 
 
    Pero lo que más sorprende de este despropósito es que personas con titulación universitaria como los miembros (y miembras) de ese grupo de trabajo de políticas de igualdad de género asuman con naturalidad la idea de que cambiando la gramática cambiamos la realidad como por arte de magia. Me recuerda, salvando las distancias, a lo que hizo el comunismo soviético con el término "tovarich", o sea, camarada: Si nos dirigimos al CEO, acrónimo de Chief Executive Officer en la lengua del Imperio, por utilizar este anglicismo que se ha introducido últimamente entre nosotros subrepticiamente para disimular el tufo autoritario de jefe, como "camarada", no por eso estamos aboliendo la jerarquía ni la figura carismática del Jefe Ejecutivo ni la Jefatura en sí sino que la estamos camuflando. Las recomendaciones de ese documento  son mandamientos de la iglesia de lo políticamente correcto que pretenden incapacitarnos para hacer un uso libre de lengua y pensamiento. 

miércoles, 5 de febrero de 2025

Democracia totalitaria

    Hace bien Juan Manuel de Prada en su artículo Totalitarismo democrático, publicado en Animales de compañía XLSemanal el 2 de febrero de 2025, cuando añade al sustantivo 'totalitarismo' el adjetivo 'democrático', dado que lo primero, como bien dice, no es lo mismo que tiranía, autocracia o dictadura, y lo segundo, democracia, -alguien debe recordárnoslo- no es lo mismo que libertad, aunque pudiera parecerlo ingenuamente a primera vista. 
 
     La democracia es un sistema totalitario porque pretende imponer a la totalidad de los súbditos o ciudadanos la opinión configurada y conformada -opinión pública- de la mayoría, para lo que es requisito imprescindible configurarla a través del sufragio universal, lo que en rigor es imposible porque no hay todo que valga y la mayoría por muy mayoritaria que sea no es nunca la totalidad, aunque se la quiera hacer pasar por ella.
 
    Y así, frente a un totalitarismo blando en la forma hay un totalitarismo duro en el fondo “según los dictados del reinado plutocrático mundial”. El totalitarismo blando se explica porque no se hace un ejercicio despótico del poder, sino todo lo contrario. No es el pueblo, siempre gobernado, el que gobierna, sino Pluto, el dios de la riqueza, previamente cegado por Zeus como se ve en la comedia homónima de Aristófanes, lo que explica la desigual distribución de la riqueza. La democracia no es sino el disfraz de la plutocracia, lo que equivale a decir a capitalismo, camuflado bajo el embeleco de que es el pueblo, o la gente como prefieren decir ahora, la que manda, definiéndola como "el gobierno de la gente".  
 
    La imposición totalitaria puede servirse (pero no solo puede hacerlo teóricamente, sino que suele de hecho servirse en nuestra actual coyuntura) de formas nada opresivas y, hasta aparentemente liberadoras. De ahí el éxito de su imposición. Pero no hay que olvidar su núcleo duro: Cualquier forma de disidencia con la opinión mayoritaria se ve automáticamente anulada y relegada al ostracismo. El antiguo totalitarismo encarcelaba y hasta ejecutaba a los herejes y disidentes; el actual no necesita cometer tan bárbaros excesos. 
 
    En las democracias actuales, sean de izquierdas o de derechas, lo mismo da, se considera que la opinión pública mayoritaria expresada y conformada democráticamente “declara lo que es bueno y malo, justo e injusto, al modo de una religión antropólatra”. 
 
    Entre los fenómenos que cita destaca el tercero: “la creación mediante la propaganda de una 'opinión pública' que exige posiciones tajantes” ya sean a favor o en contra de diversos asuntos. Nunca denunciaremos suficientemente el engaño de la expresión “opinión pública”. Las opiniones no pueden ser públicas, sino privadas y particulares, individuales. Creer que la suma de opiniones individuales puede confirmar una opinión pública, común, es una ingenuidad, algo imposible. Pero precisamente, porque es imposible, el Poder se empeña en lograrlo. Lo único que podemos considerar “público”, en el sentido de que a todos nos es común, es el uso de razón, pero la razón o sentido común se contrapone directamente a la opinión pública, que es una opinión fabricada con ideas que se empoderan con votos individuales que se imponen como si fuera la verdad. 
 
    La opinión pública trata de hacer “que el pensamiento renuncie a interrogar la realidad de las cosas”. Impecable, a la vez que muy sugerente, el análisis que hace De Prada en su artículo.
 
    El testimonio que aporta en su defensa de Alexis de Tocqueville, el mayor apóstol de la democracia, que reproduzco literalmente por su indudable interés, es muy valioso: Describe una «forma de opresión que amenaza a los pueblos democráticos, que no se parecerá en nada a las que la han precedido en el mundo» con estas palabras: «Por encima de ellos [de los ciudadanos] se eleva un poder inmenso y tutelar, que se encarga él solo de asegurar sus goces y velar por su suerte. Es absoluto, minucioso, regular, previsor y dulce. Se parecería a la potestad paterna si, como ésta, tuviera por objeto preparar a los hombres para la edad viril; pero no procura, por el contrario, más que fijarlos irrevocablemente en la infancia». Interesante el concepto de “papá Estado” que esboza De Tocqueville, el cual lejos de preparar a los hombres para la edad viril -se entienda esto como se quiera- los instala definitivamente en la infancia. 
 
    La conclusión del artículo es también impecable: Los analistas quieren hacernos creer que la deriva autocrática que conlleva toda democracia se soluciona cambiando de gobierno: nada más lejos de la realidad y la verdad.

    Juan Manuel de Prada nos remite, sin hacerlo expresamente, a otro artículo publicado anteriormente el 16 de enero de 2017 titulado Democracia y totalitarismo.

martes, 4 de febrero de 2025

Breviloquios

Cuando decimos de algo que es gozoso, ¿dónde está el gozo?, ¿en la cosa?, ¿en nosotros?, o ¿a medio camino sin una división tajante entre el objeto y el sujeto?
 
Síntoma infalible de la impostada enfermedad del virus coronado fue la anosmia o pérdida total del olfato que impidió percibir, fétida, la pestilente situación.
 
El trueque, como primera forma de mercado, conllevaba ya la idea de propiedad, que se aplicó a todas las mercancías, incluidas las personas, esclavos y mujeres.
 
El pasado del futuro: "Te concedo que salgas a la calle sin mascarilla a cambio de la vida de tu abuelo. El virus provoca la muerte. No juegues con el virus."
  Una máxima de Demóstenes: No hay ninguna desgracia mayor para los hombres libres que la pérdida de la parresía o libertad de poder decirlo todo con franqueza.
 
 Desciende el número de sanitarios que se vacunan contra la gripe, que no llega al cuarenta y dos por ciento. En casa del herrero, cuchillo de palo, que se dice.
 
La monogamia es el modelo hegemónico de unión entre dos personas que se basa en un pacto de exclusividad sexual hasta que la muerte (o el divorcio) las separe.
 
Contra la monogamia, no es solución la poligamia; habría que buscar otro horizonte fuera del marco asfixiante del matrimonio: agamia, ni endogamia ni exogamia.
 
 ¿Sustancias -cosas- ilegales? ¿Personas ilegales? ¿No deberían, pregunto yo, esas leyes, justamente, y no las personas ni las cosas declararse fuera de la ley?
 
El Ente Público RTVE confirma un agujero de pérdidas de casi 30 millones de euros durante el ejercicio del año 2024 y anuncia que pedirá al Estado su rescate.
 
Un aviso de falsa amenaza de bomba obliga a desalojar a alumnos, profesores y personal no docente de un Instituto de Educación (que no de Enseñanza) Secundaria.
 
Bajo la coartada de protección, el Estado desposee a sus súbditos de su cuerpo en nombre de una salud ideal que no deja de ser una peligrosísima abstracción.
 
Hay un filántropo misántropo, valga el oximoro, que ama tanto a la humanidad que la odia, y pretende configurar el mundo real a imagen y semejanza del virtual.
 
Nos engañan con que nosotros decidimos y mandamos en este régimen tecno-democrático cuando lo único que nos dejan elegir es quién va a gobernarnos a nosotros.
 
Google Maps cambiará el nombre del Golfo de México por Golfo de América, plegándose al designio del Tio Sam, pero mantiene para México lindo el nombre original.
 Ningún político puede arrogarse la representación de una multitud, que, ontológicamente, es irrepresentable: la multitud podrá presentarse, jamás representarse.
 
Los medios occidentales insisten en llamar "rehenes" a los israelíes liberados y "presos" a los palestinos, legitimando la brutalidad del sionismo y su relato.

 "El éxito es lograr que un alumno crea en sí mismo y pelee por su futuro". Declara el aspirante español al Global Teacher Prize, definiendo el éxito educativo.
 
Aunque remite el temporal y se desactiva la preemergencia, se mantiene por seguridad el dispositivo preventivo hasta la finalización de los fenómenos adversos.
 Buscando hospitalidad solo hallamos hospitalización en inhóspitos centros hospitalarios, insanos sanatorios, focos de propagación vírica e infección nosocomial.
 
El amor es vínculo que nos hace esclavos del dinero, del poder, del afecto de los seres queridos, de la patria, del terruño, de la luz del sol... y de la vida.
 
Los datos de la realidad son, paradójicamente, el mayor impedimento que se nos presenta para comprender la realidad de verdad, impidiéndonos ver su falsedad.
 

lunes, 3 de febrero de 2025

'Pobre', un poemario muy rico.

    El poemario Pobre de Jeremías Asensio (Editorial Cuadernos del Laberinto, Anaquel de Poesía, Madrid, 2023), que es su ópera prima, es, contradiciendo lo que indica su título, “rico”, muy rico, en rimas y versos, empezando por el ingenioso prólogo, que es una Carta de amor a la antigua usanza, que le escribe Don Pretérito a Doña Usanza, y que es toda una declaración de principios e intenciones: “Odio estos tiempos modernos / que han matado la poesía”, y siguiendo, por ejemplo, por la graciosa letrilla Para el desgraciado se hizo la horca, tan quevedesca o quevediana, como gustemos decir. 
 
     Hay que destacar también el epigrama, conciso pero contundente, Amor imposible, todo un clásico, siguiendo la estela de Marcial, vía Quevedo, en forma de redondilla: “Ha pedido don Precario / la mano de Plusvalía, / la respuesta fue algo fría: / de tus bienes inventario”. 
 
    También hay que destacar Rural antes que urbano, un poema compuesto por ocho décimas que es un canto a la libertad y a la vida alejada del mundanal ruido
    
     Se agradece en general a lo largo de los veintiocho poemas que componen el libro el tono, la bonhomía del autor y el gusto por la rima y por el silabeo, cosa rara en estos tiempos de tanto verso libre que, libre de ser verso, se ve condenado a ser prosaica prosa que se disimula y camufla escribiéndose entrecortada. 
 
    Es un poemario popular, más clásico, en el buen sentido de la palabra, que moderno, donde abunda el verso más nuestro, que es el octosílabo, pero también el hendecasílabo (lo escribo adrede así con hache inicial etimológica) en algunos sonetos. Se trata de un poemario en definitiva que puede gustarle a todo el mundo, incluso a quien no lee habitualmente poesía, que es un género literario, por otra parte, que ya casi nadie lee hoy en día salvo los propios poetas que lo escriben. 
 
    El autor se muestra a veces pesimista y crítico, pero sin desdeñar nunca el fino humor y la leve ironía, como cuando se describe a sí mismo en Lloviendo sopa: “En mí el fracaso galopa, / soy tan solo un perdedor / que va con el tenedor / cuando está lloviendo sopa”. 
 
    Especialmente entrañable el homenaje de Infancia en Vera de Bidasoa. Cuando Jeremías era un chiquillo se cruzaba siempre con un anciano, “un sabio de aquella aldea”, que en su pasear diario se tropezaba con el niño, le  acariciaba la cabeza y le preguntaba con su media sonrisa que adónde iba con tanta prisa. Se trataba de don Julio Caro Baroja, sobrino de don Pío Baroja. 
 
    Hay muchos y notables hallazgos en este poemario de Jeremías Asensio, como esta cuarteta: “Y yo mirándote sé / lo mucho que te amo, pero / yo nunca me atreveré / a decirte que te quiero”.

domingo, 2 de febrero de 2025

Si la Candelaria plora...

El refrán más cacareado de los muchos que hay en torno al día 2 de febrero, festividad de la Candelaria, es: "Si la Candelaria llora (o sus formas antiguas, chora o plora), el invierno es fora", que quiere decir que si llueve el día de la Candelaria se acabó el invierno.

Coincide este día de la Candelaria con el día de la Marmota, el Groundhog day, que celebran allende el Atlántico los granjeros norteamericanos para predecir el fin del invierno, basándose en el comportamiento del roedor esciuromorfo, que despierta de su letargo precisamente el día 2 de febrero. 

Marmota, fuente Getty images

Según la creencia popular, si al salir de su madriguera la marmota no puede ver su sombra por estar el cielo encapotado, dejará la guarida, porque significa que el invierno concluirá pronto. Por el contrario, si la marmota puede contemplar su sombra porque es un día soleado y resplandece el astro rey en los cielos, se meterá de nuevo en su agujero a dormir como una marmota, o, si se prefiere cambiar de animal, como un lirón, porque el invierno durará por lo menos seis semanas más.​  

El día de la Marmota delimita la mitad del periodo que va del solsticio de invierno al equinoccio de primavera. Recojo un refrán en lengua catalana que se hace eco de una tradición parecida  del siguiente repertorio sobre el tema, en el que figura el oso porque era creencia popular que el 2 de febrero el plantígrado comenzaba a despertar también de su letargo invernal: "Per la Candelera l'ós surt de l’ossera, i, si troba que fa bo, se'n torna a fer un gaitó": Por la Candelaria el oso sale de la guarida, y, si cree que hace buen tiempo, vuelve a echar una cabezada. 

Es decir, que ni el oso ni la marmota norteamericana se fían del buen tiempo que pueda hacer el 2 de febrero, cuando despiertan de su letargo, porque precisamente, si hace bueno, vuelven a amodorrarse, y sólo se desesperezan de su larga hibernación cuando el cielo está nublado y llueve. 

Pero también recojo en el mismo sitio  otro refrán como contrarréplica del canónico citado al principio,  que le contradice: A Candelera ha plorau, pero l’ivierno no s’h’acabau.  

¿En qué quedamos? ¿Se acaba el invierno el día de la Candelaria dependiendo del estado del cielo o el invierno sigue adelante? Se ha dicho muchas veces que los refranes son la expresión del sentir popular por su carácter anónimo y sapiencial, pero precisamente por esa misma presunción de saber (lo que no se sabe) no puede fiarse la razón mucho de ellos pues los hay además para todos los gustos: Al que madruga Dios lo ayuda, pero No por mucho madrugar amanece más temprano
 
 
La película norteamericana El día de la marmota ('Groundhog Day', 1993) nos presenta a un personaje, nosotros mismos, el espectador, atrapado en un bucle temporal. Se despierta siempre el mismo día: el 2 de febrero, condenado a repetir sin fin, como Sísifo, una tarea absurda: la propia existencia. 
 
Sísifo, según la mitología griega, había sido condenado por los dioses a empujar una roca hasta la cima de una montaña para una vez allí verla rodar monte abajo.

El mito de Sísifo y la película El día de la marmota, más conocida en España como Atrapado en el tiempo, comparten una idea central: la repetición infinita de una tarea aparentemente absurda. Sin embargo, cada uno aborda esta repetición desde una perspectiva filosófica diferente. La película, que es una comedia, hace que el protagonista rompa finalmente el ciclo del bucle, mientras que Sísifo en el mito griego no puede cambiar su destino. Albert Camus sugirió que debíamos imaginar a Sísifo feliz, aceptando su destino y abrazando su absurdo.

Mientras que el mito de Sísifo es una metáfora de la lucha sin sentido de la vida, y por lo tanto un reflejo de nuestra realidad, la película en cuestión nos ofrece una visión más amable: aunque la repetición puede parecer absurda, porque lo es, el individuo puede darle sentido a través de su crecimiento y mejora personal y de su relación o conexión con los demás.

sábado, 1 de febrero de 2025

Pareceres LXVII

326.- Tiempo libre. En la era digital en la que nos desenvolvemos, los teléfonos inteligentes nos mantienen constantemente conectados, es decir, amarrados al duro banco de una galera turquesca, que diría Góngora. Los correos electrónicos nos persiguen día y noche, y la línea divisoria entre la vida personal y la laboral, máxime con el advenimiento del teletrabajo, se ve cada vez más difuminada. El tiempo libre que se contrapone al tiempo de trabajo no es lo que su nombre indica, un tiempo libre del cómputo, sino un tiempo muerto en realidad. El capital ha encontrado dentro de la tercera y cuarta revolución industriales, con la digitalización y las inteligencias artificiales, nuevas formas de incrementar la servidumbre laboral. La diferencia que hay con épocas pasadas  es que hoy muchos trabajadores abrazan voluntariamente estas cadenas digitales, autoexplotándose a sí mismos, considerándose falsamente autónomos porque son sus propios jefes, olvidando que también son sus propios empleados, su amo y su esclavo. Por tanto, el verdadero desafío de nuestro tiempo es reconocer estas nuevas formas de explotación y restaurar el valor del tiempo libre y la liberación del tiempo. No se trata como predican los sindicatos apesebrados y verticales del Régimen de reducir la jornada laboral, sino de eliminarla definitivamente y acabar con el trabajo asalariado. George Gurdjieff solía comentar a sus alumnos, según cuenta Ouspensky, su discípulo más conspicuo, que el hombre no podrá escapar nunca de la prisión en la que vive si no se da cuenta de que está recluido en una prisión penitenciaria. Mientras no comprenda esto y crea que es libre, y que lleva viviendo en España, por ejemplo, si es el caso , cincuenta años de libertad, no podrá nunca liberarse. 

 
327.- Damos paso a la publicidad. A primera vista, parece que no hay nada malo en la publicidad, a juzgar por lo que sugiere la palabra. Parece que todo es positivo porque supone lo contrario de privacidad:, hacer público, o sea del común de la gente, algo que en principio era privado, es decir, reservado a unos pocos (referido a un producto de una empresa destinado a la compraventa y al consumo). Cuando vemos, además, que la publicidad lo invade todo, que ocupa las calles, que se mete contra nuestra voluntad en nuestros hogares por la televisión y la radio antes a todas horas, machaconamente, día y noche, y que se incrusta en nuestra vida privada por la Red ahora, ya vemos su auténtica y poco positiva cara. Recibimos al día cientos de miles de mensajes publicitarios no deseados, flechazos que nos dejan malheridos. Incluso en la Red, en cualquier página, se infiltra cada vez que entramos en ella la publicidad omnipresente. No se puede ver en la televisión una película sin cortes publicitarios. Se diría que interrumpen la publicidad para emitir unos instantes de programación y no al revés, porque lo que realmente estaba programado no era otra cosa que los espacios publicitarios que subvencionan el programa. Sobran los espacios publicitarios que cada vez acaparan más el ámbito de lo público y sólo dejan expresarse al dinero que los mueve, y faltan los espacios públicos. Pero ¿cómo sabríamos lo que nos gusta si no nos lo dictara la publicidad? 
 
328.- Indulto preventivo (preemptive pardon). El indulto es una figura jurídica que dispensa o conmuta la pena a una persona condenada por el sistema de justicia: es un oximoro, pues, utilizar el adjetivo preventivo para calificar al sustantivo indulto, porque se trata de una medida de gracia que se otorga antes de que se realice o concluya un proceso penal con una sentencia firme, por lo que se anticipa a la condena. En muchos sistemas jurídicos, el indulto o amnistía solo se concede a personas ya condenadas, por lo que se trata de una interferencia del poder ejecutivo en el judicial que atenta contra la separación de poderes, por lo que se hace un uso político para proteger a funcionarios o aliados del gobierno antes de que se enfrenten a posibles consecuencias penales. El caso que ha saltado a la actualidad es que el expresidente del gobierno americano ha otorgado, por ejemplo, el indulto preventivo a allegados y familiares para evitar que sean condenados si se les juzga y prueba su culpabilidad en el futuro. Es pues una medida política de gracia y un abuso de poder que pone de relieve que no todos somos iguales ante la ley, como se pretende, y que hay impunidad. Puede relacionarse este concepto con el de crimen preventivo, que castiga a alguien antes de que cometa un crimen, catalogándolo como criminal en potencia aristotélica, basándose en la presunción de que va a cometer un crimen en el futuro. Ambos conceptos, igual que el de guerra preventiva, plantean dilemas éticos, en un caso porque se perdona sin juicio y en el otro se castiga sin comisión efectiva del delito. 
 
 
 329.- “No tengo oxígeno”. El 28 de febrero de 2023 se produjo en el valle de Tempe, cerca de Larisa, en el norte de Grecia, un choque frontal de trenes en el que murieron 57 personas y decenas resultaron heridas, en su mayoría jóvenes estudiantes que viajaban de Atenas a Tesalónica después de la cuaresma de la iglesia ortodoxa griega. El tren de pasajeros en el que viajaban 350 personas chocó con un tren de carga que venía por la misma vía. El trágico accidente se achacó a un lamentable error humano, y los políticos decidieron pasar página rápidamente dejando el asunto en manos de la justicia. El accidente provocó numerosas protestas y una huelga general. Pero los familiares de las víctimas han sabido ahora que treinta de los muertos no fallecieron a causa de la colisión, sino carbonizados por el líquido inflamable que trasportaba el tren comercial. Δεν έχω οξυγόνο: "No tengo oxígeno" Esta es la dramática frase que quedó grabada la fatídica noche del accidente durante la transcripción de las llamadas realizadas por las víctimas al teléfono de urgencia. El audio muestra que la mitad de las víctimas mortales murieron no por la colisión de los trenes sino por la explosión que siguió, cuya causa sigue bajo investigación. 
 
"No tengo oxígeno" 
 
330.- Leyes draconianas. Plutarco nos cuenta que una de las primeras cosas que hizo Solón en Atenas fue derogar todas las leyes de Dracón por la dureza y magnitud desproporcionada de sus penas. Pues para casi todos los delitos había Dracón fijado una sola pena: la de muerte. Y así, cualquier delincuente, ya fuera reo de holgazanería o ladrón de poca monta sufría el mismo castigo que un asesino: pena capital. Por eso llegó a decirse que las leyes draconianas habían sido escritas con sangre y no con tinta. Cuando le preguntaron a Dracón,  por qué había decretado la pena de muerte para la mayoría de los delitos, respondió que consideraba los pequeños dignos de ella, y que para los más graves no conocía otra pena mayor, así que para todos: pena capital. Todas las leyes, sin embargo, tienen algo de draconianas en el sentido de crueles y desproporcionadas, dado que pretenden reparar castigando al culpable algo de por sí irreparable porque lo que ha sucedido no puede, ni siquiera Dios todopoderoso, deshacerlo. Es el problema de la justicia punitiva: castiga dando por sentado que puede repetirse el hecho para que el delincuente no vuelva a delinquir: por un perro que maté me llamaron mataperros. Por no recurrir a la paremia vasca, mucho más cruda y antropófaga: Haur bat jan nezan, haur jale deitha nentzan: 'Comí un niño, me llamaron comeniños'. Un hecho aislado se generaliza creando una reputación: qui semel est malus semper praesumitur malus: 'al que es malo una vez se le presume ya siempre malo'.

viernes, 31 de enero de 2025

Del valor y el precio

    Decíamos en la  Lección de economía Dinero y Artes, a propósito de la frase de don Antonio Machado: Todo necio confunde valor y precio lo siguiente: “Las artes, como todas las cosas en este mundo, no se libran del proceso comercial que las convierte en mercancías y en propiedades privadas, por lo que sus obras tienen un precio, y a menudo muy alto, tan alto que muchas veces resulta incalculable, hasta el punto de que suele estar en razón inversamente proporcional al del valor y utilidad que tienen para la gente, por lo que cuanto menos valen para el común de los mortales, más caras se pagan, y viceversa”. 

    Diógenes de Sinope, apodado el Perro, era consciente ya de que todas las cosas (incluidas las personas en su mayoría) tenían un precio en el mercado,  y de que el amor al dinero era la patria de todos los males, la metrópolis, dice literalmente él en griego: el fundamento, la fuente, la madre que los parió a todos ellos,  τὴν φιλαργυρίαν εἶπε μητρόπολιν πάντων τῶν κακῶν: el amor al dinero, dijo, es la madre patria de todos los males.
 


    Y era también consciente de la arbitrariedad de todos los precios que hacía que cosas de gran valor se vendieran muy baratas y que las más valiosas no tuvieran precio alguno, y, al revés, que las que no valían absolutamente para nada, como la mayoría de las llamadas obras de arte, costaran carísimas en el mercado, como señalábamos arriba; cuanto más inútiles e inservibles de hecho fueran,  más caras e inasequibles resultaban. Y ponía a título de ejemplo él una pieza escultórica, una estatua humana, verbigracia. Afirmaba que podía llegar a alcanzar en su época la astronómica cifra de tres mil dracmas en la subasta del mercado. Se ha estimado, según leo en la Güiquipedia inevitable, que una dracma del siglo V antes de Cristo, es decir, de la época de Periclés podía equivaler a 36 dólares norteamericanos del año 2006, por lo que las tres mil dracmas del precio que atribuye Diógenes a la efigie equivaldrían, grosso modo,  a 108.000 dólares de ese año, que no es poco.

    Otro ejemplo de esto puede constituir el perro de Alcibíades, por el que su dueño llegó a pagar la elevadísima cantidad de setenta minas, o sea un talento, que eran 60 minas,  y diez dracmas más, lo que, teniendo en cuenta que una mina eran cien dracmas, vendría a ser siete mil dracmas lo que costó el chucho que Alcibíades, sobrado de talentos, nunca mejor dicho, paseaba orgulloso por Atenas, y que le sirvió para distraer la atención de sus conciudadanos y hacer que no repararan en su persona y sí en su perro.  
    Frente a estos precios elevadísimos de una obra de arte y de una mascota con pedigrí, como contrapartida, el precio de un cuartillo de harina de cebada, del que podía depender solucionar el problema del hambre de una persona, resultaba muy barato en el mercado. No se habían tenido muy en cuenta los costes de producción: el trabajo que había detrás de preparar y arar la tierra de cultivo, sembrar y cosechar el cereal, y lo importante del producto para la elaboración del pan, que contiene mayor cantidad de proteína que el elaborado con harina de trigo,  y la alimentación del organismo, dado su beneficioso valor nutritivo.

    Diógenes no quería decir, obviamente, que hubiera que encarecer un producto fundamental como era la harina y subir su precio, pues no era partidario él de ninguna economía de mercado, sino que quería denunciar que no era lógico que un capricho escultórico fuera tan caro y un artículo de primera necesidad, como suele decirse, tan barato; se trata simplemente de constatar la falta de correlación entre el valor de las cosas y el precio con el que se las tasa y se les asigna, y la arbitrariedad por lo tanto de todas las tasaciones y precios comerciales sujetos como están a los numerosos vaivenes y caprichos de las leyes de la oferta y la demanda del mercado.

jueves, 30 de enero de 2025

Lo falso se torna verdadero

    Una sentencia de Publilio Siro, la núm. 228 de la edición de la Loeb Classical Library a cargo de J. Wight Duff y Arnold M. Duff (Minor Latin poets, vol. I, pág. 225), reza en versión original: Falsum etiam est uerum quod constituit superior, que traduce J. Wight al inglés como: Even false becomes true when a superior so decides, lo que viene a ser en román paladino: "Hasta lo falso se vuelve verdadero cuando un superior así lo decide".  Me llama la atención cómo traduce la oración subordinada, como una adverbial temporal introducida por "when" (cuando). 
 
    Otras traducciones inglesas consultadas, ya que la sentencia de Siro parece haber tenido cierta repercusión en esa lengua más que en la nuestra, traducen la segunda parte de la paremia como una condicional: Hasta lo falso se vuelve verdadero, si un superior así lo decide. Echo de menos la traducción de la subordinada como adverbial causal, que es uno de los valores del nexo "quod": Hasta lo falso se vuelve verdadero por (el hecho de) que un superior así lo decide. Y también echo de menos la interpretación más sencilla, una subordinada adjetiva relativa: Hasta lo falso que decide un superior se vuelve verdadero. Todas esas traducciones son posibles y abundan sobre lo mismo: la mentira se vuelve verdad cuando lo ordenan las instancias superiores... 
 

 
    Frente a esta constatación solo cabe la denuncia de que las verdades así establecidas por los que mandan son falsas. Joaquín Huertas, el autor de la ilustración que acompaña esta reflexión, relaciona el aforismo de Publilio Siro con Órgüel y su novela 1984: "LA GUERRA ES LA PAZ, LA LIBERTAD ES LA ESCLAVITUD, LA IGNORANCIA ES LA FUERZA". Y, siguiendo con la retahíla, podríamos añadir nosotros: LO MALO ES BUENO, y LA MENTIRA ES VERDAD, trafulcando el significado de las palabras con sus contrarios. 
 
    Si seguimos buscando alguna relación dentro de la moderna literatura inglesa, es inevitable también el paralelismo con A través del espejo de Lewis Carroll, cuando Humpty Dumpty, con forma de huevo y cara humana, le dice a Alicia que las palabras significan “lo que yo quiero que digan”, y cuando Alicia le replica que cómo pueden querer decir tantas cosas tan diferentes (y a veces contrapuestas), Humpty Dumpty zanja la cuestión sentenciando que el significado depende de quién manda, porque quien manda manda y decide lo que quiere que signifiquen las palabras, influyendo en el vocabulario semántico de las lenguas y, a través de él, en la realidad que configuran, falsa pero real. 
 
 
    Si bien es verdad que la lengua no es de nadie y nadie por lo tanto manda sobre ella, no puede decirse lo mismo del vocabulario y de la cultura, o sea de las ideas, que son de los que mandan.

miércoles, 29 de enero de 2025

Torres más altas han caído

    La Torre del Califa (en árabe برج خليفة, Burj Khalifa), la estructura más alta y babélica del mundo construida por los hombres, se alza en medio del desierto, en la ciudad de Dubai.

    Según mis noticias, que pueden no ser muy fiables porque a estas alturas la estupidez humana progresa como la ciencia que es una barbaridad y puede que se haya levantado otro más alto todavía, el rascacielos más elevado del mundo se halla en la capital de los Emiratos Árabes, enorme símbolo itifálico donde los haya, posmoderna y estrambótica catedral gótica a modo de Torre de Babel que aspira vanamente a llegar hasta un Dios inalcanzable, última aberración arquitectónica -por ahora- del ingenio del género humano.

 La torre de Babel, Peter Brueghel el Viejo (1563).

    Parece que estamos compitiendo a ver quién tiene la verga más larga y le mide más el aparato masculino del Poder en estado priápico de erección permanente.

    Y, claro, la torre del Califa de Dubai, que así se llama en honor del jeque Jalifa o Califa ben Sayed al Nahyan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos,  se lleva por ahora la palma con sus 828 metros de altura, si no son 829, y sus 163 pisos desde su inauguración en el año del Señor de 2010 –a ver quién se sube allá arriba a medirlos-, casi tres veces la torre Eiffel parisina, casi un quilómetro de soberbia hybris en un alarde de prepotencia tan machista como infantil.
    

    En segundo lugar se levanta el rascacielos neofuturista Merdeka 118, también conocido como  PNB 118 o KL118, en Kuala Lumpur, la capital de Malasia, con 679 metros y 118 pisos, acabada en 2023. La tercera posición la ocupa la Torre de Changhái, el rascacielos más alto de China, que alcanza los 632 metros y cuenta con 128 pisos, estructura completada en 2015 compuesta por nueve edificios cilíndricos apilados unos sobre otros y cubiertos por una fachada de vidrio. 


La torre del Califa de Dubai, la más alta del mundo.

    No les ha echado para atrás a sus arquitectos, promotores y constructores lo sucedido con el derrumbamiento de los Rascacielos Iguales de Nueva York víctimas de un ataque terrorista, a juzgar por la inauguración en medio de fastuosos fuegos artificiales de este neoengendro monumental y disparatado, babélica torre que se convierte en el edificio más alto del planeta a considerable distancia de sus más inmediatos seguidores, un despropósito más que se alza en medio del desierto hacia la nada del cielo azul y vacío de Dubai y que proyecta su alargada y siniestra sombra sobre nosotros.

    En el libro bíblico del Génesis, capítulo 11, se habla de cómo Dios decidió crear la confusión de las lenguas, y, consiguientemente, las naciones, de modo que los hombres dejaran de formar un solo pueblo y de entenderse los unos a los otros al hablar distintos idiomas. Merece la pena leerlo. La traducción es de Nácar-Colunga: "Era la tierra toda de una sola lengua y de unas mismas palabras. En su marcha desde Oriente hallaron una llanura en la tierra de Senaar, y se establecieron allí. Dijéronse unos a otros: "Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego." Y se sirvieron de los ladrillos como de piedra, y el betún les sirvió de cemento; y dijeron: "Vamos a edificarnos una ciudad y una torre, cuya cúspide toque a los cielos y nos haga famosos, por si tenemos que dividirnos por la haz de la tierra". Bajó Yavé a ver la ciudad y la torre que estaban haciendo los hijos de los hombres, y se dijo: "He aquí un pueblo uno, pues tienen todos una lengua sola. Se han propuesto esto y nada les impedirá llevarlo a cabo. Bajemos, pues, y confundamos su lengua, de modo que no se entiendan unos a otros". Y los dispersó de allí Yavé por toda la haz de la tierra, y así cesaron de edificar la ciudad. Por eso se llamó Babel, porque allí confundió Yavé la lengua de la tierra toda, y de allí los dispersó por la haz de toda la tierra".
 
El Faro de Alejandría, una de las siete maravillas del mundo antiguo.
 

    Como escribía Félix de Azúa en una columna de El Periódico Global, alias El País, del 26 de septiembre de 2017 titulada "Un amigo":  (...) los idiomas no son el lenguaje, sino un modo de estar en el mundo que manipulan los tiranos para arrodillarnos ante una identidad".  
  
    Pallida Mors aequo pulsat pede pauperum tabernas / regumque turris, cantaba el poeta Horacio en aquel arquiloquio seguido de senario yámbico cataléctico, donde proclamaba la igualdad que la democrática muerte dispensaba a todos y cada uno y a todo: “Pálida muerte golpea de idéntico pie chabolas pobres / y regias torres”.

martes, 28 de enero de 2025

La partícula de Dios

    Publicaba Alberto Montt una simpática viñeta sobre el bosón de Higgs, la llamada partícula de Dios, en su página electrónica, una viñeta que quiere hacernos reflexionar provocándonos a la vez una escéptica sonrisa, como es costumbre en el dibujante chileno. Se puede ver al demonio a la izquierda preguntando a unos cuantos dioses a la derecha con un significativo y gracioso juego de palabras, de quién de ellos, particularmente, es la susodicha partícula.

 

    Vemos, empezando por la izquierda, a Dios, el dios cristiano con el triángulo en la cabeza que representa la sagrada trinidad, el dios por antonomasia, cuyo nombre propio es el nombre común "dios" escrito con mayúscula "Dios",  seguido de Mercurio (Hermes para los griegos), que es el mensajero de los dioses olímpicos;  detrás de él distinguimos a Ganesha, el dios de cabeza de elefante, maestro de la inteligencia y patrón de los artistas y escritores del panteón hindú, seguido de Anubis, el dios con cabeza de chacal o de perro, el conductor de las almas, el intermediario y el mensajero entre el mundo de los vivos y el más allá dentro de la religión del antiguo Egipto, y finalmente al dios nórdico Odín a la derecha, maestro de la sabiduría y las ciencias ocultas, si no es su propio hijo Thor. 

    Nos bombardearon durante aquellos ya lejanos días con noticias de divulgación científica acerca del bosón de Higgs, la partícula divina, y de cómo la Ciencia, esa nueva religión, estaba a punto de descubrir el origen del universo y la verdad definitiva. Pues bien, estamos como estábamos después del costosísimo experimento en términos económicos del acelerador de partículas que tanto ha dado que hablar a los medios de masificación: al fin y a la postre, sólo sabemos, more Socratico, que no sabemos nada.

    El dibujante El Roto caricaturizaba la "partícula divina" como si fuera una hostia consagrada para la comunión de los fieles de esa nueva religión que es la ciencia -que si no nos exige fe, como la vieja religión,  lo que sonaría muy arcaico, precisa, sin embargo,  y mucho, de nuestra "credibilidad"- , con la aureola de santidad de lo divino,   en esta impagable viñeta titulada "La consagración",  que el diario independiente de la mañana  publicaba el 23 de julio de 2012.


    Seamos "de letras" o "de ciencias" -distingo bastante inepto que nos colgamos a veces como si de un sambenito se tratara para clasificarnos-, esto es algo que nos concierne a todos, que afecta a todo el mundo, de vital importancia, algo que todos nos hemos cuestionado alguna vez: estamos hablando del origen del universo y de la falsedad de la realidad del mundo. Si no nos preocupa esto, ¿qué nos preocupa?

    A este propósito merece la pena reproducir aquí el artículo, cuyo recorte conservo, de Agustín García Calvo,  publicaba en El Periódico Global, alias El País,  el 14 de julio de 2012, que quiere hacernos pensar sobre todo ello en contra de la communis doctrina, mainstream o pensamiento único  dominante, que se titulaba: Tampoco el bosón de Higgs era verdad.  

Tampoco el bosón de Higgs era verdad.

   Y sin embargo las mayorías de los fieles se lo han creído, que la Ciencia venía por fin a darles la solución del problema del Universo que tanto los angustiaba, o por lo menos han estado a punto de creérselo.

   No es nada del otro mundo: la necesidad de fe y de diversión es siempre mucha; pero es cada vez más notable que, después de tantos desengaños, algo tan simple y consabido como esta noticia pueda servir para el caso: porque ello es que el problema sigue tan vivo como nunca, y basta con que algunos ignorantes nos asomemos a la Red (mejor que a los libros y desde luego a las aulas) para darnos cuenta de lo vivas que siguen las discusiones entre físicos y matemáticos más o menos en ciernes o jubilados acerca de las cuestiones y los términos fundamentales de la teoría y cálculos físicos (esto es, lógicos acerca de universos o realidades), y sorprende así que tenga todavía ese relativo éxito la presentación de ideas como ‘corpúsculo’, ‘masa’ y demás que llevan ya unos cuantos siglos de desmentimiento: es como si se contara cada vez más con una infantilidad en la gente que se ha sometido a la Enseñanza y los Medios del Progreso.

   No han faltado tampoco a lo largo de estos siglos algunos sabios, y, lo que más importa, honrados, que, liberados ya de temores por su promoción, se han atrevido a declarar para la gente la verdad de las mentiras de la Ciencia; así habréis leído más de una vez cómo el propio Einstein declaraba una vez que las ideas o teorías que se refieren a la realidad no son ciertas (sicher), y, si son ciertas, no se refieren a la realidad. Claro que para decir cosas cono ésas, si uno está todavía preparando su Tesis Doctoral o su subida a las Cátedras del mundo…

   Pero era inevitable: hacía ya muchos años que se había montado el acelerador más largo y más caro del mundo para que, tras tantas incertidumbres y falta de noticias, no se nos ofreciera al fin una información de luz y de esperanza correspondiente a los enormes gastos y trabajos de miles de empleados del que había de ser acelerador, si no de partículas, de informaciones; y así se ha sacado de entre los restos de especulación física algo que pudiera servir para entretener un rato la espera del personal.

   Pues bien, amables lectores, dejaos oír (no hace falta que creáis a cambio nada) lo que los restos de sentido común de los menos creyentes os dicen bien claro: no era tampoco verdad, no ha habido tal cosa como un acercamiento a la solución definitiva: el problema está tan vivo y floreciente como desde que se inventaron las teorías sobre el Mundo. No puede ser que se descubra una solución, teoría, filosofía o ciencia dentro de la realidad, que, valiéndose de términos del vocabulario real, trate de dar con la esplicación de todo; porque,  entonces, la esplicación misma entraría a formar parte de la realidad y no podría decir nada nuevo y desmentidor acerca de ella. 

   He ahí lo más sencillo que tendríamos que haber descubierto: que la realidad no es todo lo que hay; que es una guerra o contradicción entre la pretensión de imposición de ideales o de un lenguaje matemático cerrado, y la resistencia siempre viva contra esa imposición; la de las cosas nunca del todo terminadas contra los números y el fin: por ejemplo ‘masa’, cuando más, sería esa resistencia, siempre espesa, que, no habiendo ‘todo’, no puede ser 4% de nada.

   Pero eso al Poder no le importa: Él tiene que ofrecer soluciones, es decir, evitar descubrimientos que puedan entorpecer la marcha del Capital, y así, entre otras mil historias, os ofrecen un bosón para calmar la impaciencia, matar el Tiempo.

    Claro que  no os dirán que ahí ha terminado todo, que eso es la solución definitiva: quedan siempre algunos pormenores que aclarar, algunos cálculos que mejorar; porque eso, si no, sería justamente libraros del Futuro, que es arma esencial del Poder, y que ya no tenéis nada que hacer, ni trabajar, ni buscaros un título en las universidades; y, sin Futuro, os encontraríais en un mundo vacío y muerto.

   Sería como si a algún financiero malaconsejado se le ocurriera montar sus teorías proclamando que con ellas se va a terminar con la Crisis Económica de una vez y para siempre.

Agustín García Calvo es catedrático emérito de Filología Clásica de la Universidad Complutense de Madrid.