martes, 15 de junio de 2021
Del coraje de decir que no
lunes, 14 de junio de 2021
De la covidiotez como covidiotismo
domingo, 13 de junio de 2021
Iglesia Sanitaria de la Salvación
Como cualquier culto, el sanitario tiene su liturgia: abluciones rituales, interposición de distancia física y la mascarilla que delata a sus fieles feligreses.
Cuando no sean obligatorias las mascarillas en las Españas, si alguna vez llega el momento, habrá quienes seguirán llevándolas sin embargo por propia voluntad,
porque se han acostumbrado tanto a ellas después de un año y pico que se sentirían como bichos raros si no las llevan, como si anduviesen desnudos por la calle,
porque se sienten más seguros, porque están convencidos de que se respira mejor, porque en boca cerrada, como dice el refrán, no entran las moscas ni los virus,
infinitamente diminutos, muchísimo más que mosquitos, tanto que son invisibles y hace falta microscopio electrónico y fe macroscópica de carbonero para verlos,
porque son prenda imprescindible ya de nuestro armario ropero que, lejos de despersonalizarnos, personifica la idiosincrasia, idiocia e idiotez de sus usuarios.
sábado, 12 de junio de 2021
Cosas del doctor Escardó
De ¡Oh! La escuela: Cuando chico me dijeron que la escuela era el templo del saber. Después me enseñaron que en un templo no hay nada que saber. Porque todo está sabido. Y que eso se llama dogma de la fe. De modo que todos saben lo mismo. Lo que es democratiquísimo... Lo mejor de la escuela son las vacaciones...
De ¡Oh! La TV: La TV es el opio de los pueblos. Con reparto a domicilio. De ahí que los directores de televisión se conduzcan como traficantes de drogas. Produciendo primero la adicción... El rating es la sustitución de la calidad por la cantidad. Y el último refugio de la democracia... Las autoridades han instituido el horario de protección del menor. Que sirve para que la ñoñez se llame moral. Lo que urge es establecer el horario de protección del adulto. Que cubra las 24 horas del día.
El aforismo de Florencio Escardó contra la medicina profiláctica: “La única medicina es la que cura, provenga de académicos, santones, curanderos o abuelitas.”
oOo
Yo
estoy escribiendo un artículo para La Nación, aparece
mañana y la mitad de los lectores no lo leen, a la mitad de los que
lo leen, no les importa, y de los que quedan, la mitad no lo
entiende.
oOo
Si hay algo que me repugna son los dogmas. Creo que los dogmas han hecho mucho mal a la humanidad, porque han impedido al hombre pensar libremente.
oOo
¿Usted quiere algo más horrible que las computadoras?, ¿o más espantoso que la televisión? Yo a las madres les pregunto cuántas horas ve su hijo de televisión por día, y el promedio es de cinco horas. Es decir que a esos chicos no les queda tiempo para jugar, para revolcarse, para ser un niño. Pero frente a la televisión hay un peligro mucho mayor, que es la computadora: el chico ha dejado de pensar, ha perdido el poder creativo porque obtiene todas las respuestas apretando unos botones. Así estamos creando una generación de idiotas.
oOo
Sí (soy vegetariano) y no creo que sea una virtud especial. Dígame: si usted
tuviera que matar al pollo que se va a comer, ¿lo comería? No. No
se lo comería. Si usted tuviera que ir al matadero y ver cómo a la
vaca le pegan un mazazo en la cabeza, ¿se comería el bife? No,
seguramente no.
viernes, 11 de junio de 2021
"Nisi video non credo"
jueves, 10 de junio de 2021
De los médicos, según el doctor Escardó
*Lo primero que nos pregunta el médico es qué nos pasa. Si lo supiéramos no iríamos a preguntárselo a él... En el fondo todo paciente es un médico. Como lo demuestra el hecho de que el galeno le pregunta qué le pasa. A ver si el paciente lo ayuda. Como colega.
*La medicina es una carrera muy dura. Comienza poniendo en contacto con un cadáver a un hombre destinado a preservar la vida. Para que aprenda adónde irá a parar. Luego de largos y penosos estudios hace lo que le indican los folletos de los traficantes de drogas. Que son el curso de postgrado de la mayoría de los médicos. Gran parte del saber médico consiste en negar lo que dicen los otros médicos.
*El médico es el chamán de la era de la técnica.
*Lo grave de los médicos son los enfermos. Que sólo van a verlo cuando se sienten mal. Ignorando que la salud es un estado patológico. Contra el cual hay que vacunarse. Fumando para tener cáncer. O trabajando para tener infartos. Tampoco saben que la felicidad es un estado agudo. Que no deja inmunidad. El resultado es que el médico está convencido de que la humanidad está compuesta por enfermos. A punto que no cree en la salud. Sino como un momento entre dos afecciones...
*Lo terrible de los médicos es su lenguaje. “Hablan como gendarmes que supiesen griego” (Bezançon). Cuando a la infección la llaman sepsis. Al ahogo anoxia. A la calvicie falacrosis. Y a los recuerdos de la infancia complejos. Uno no se da cuenta de que es un arte antiguo. Que no se moderniza. Porque gran parte del progreso científico consiste en dar nombres nuevos a fenómenos viejos.*Los médicos son profesionales mal empleados. Se les pide que curen enfermedades. Que es lo que no pueden hacer. Porque o se curan solas. Y entonces no hay que curarlas. O no se curan. Y entonces tampoco hay que curarlas. La misión del médico es enseñar al paciente a convivir con la enfermedad. Los médicos solo pueden ser útiles evitando que los enfermos se contagien. No de la enfermedad que padecen. Sino de la que no saben que padecen...
(De ¡Oh! Los médicos I y II, Florencio Escardó)
El médico de hoy no puede hacer nada sin pedir exámenes, radiografías, ecografías… Ha perdido el hábito de estar al lado de su paciente, de tocarlo, de mirarlo y escucharlo. Y eso no significa una pérdida de tiempo ni una tortura para el paciente. Al contrario.
(De la entrevista con Mónica Sabbatiello a sus ochenta y cinco años).
miércoles, 9 de junio de 2021
Mitridatismo
martes, 8 de junio de 2021
Del sacrificio de Isaac

lunes, 7 de junio de 2021
Se la meten y exclama: ¡Qué maravilla!
Una conocidísima presentadora de la televisión española se presta sin ningún pudor por su parte a que lo que debería ser un acto privado perteneciente a su intimidad como es la inoculación en directo de una supuesta vacuna contra la enfermedad del virus coronado se convierta en un espectáculo público y mediático al hacerlo ante las cámaras de la tele para dar ejemplo animando a la ciudadanía a que, como ella, se la deje meter.
Como se trata de un "momento histórico", será retransmitido en vivo y en directo por la cadena para la que trabaja, y al día siguiente aparecerá en todos los periódicos y redes sociales. La presentadora tenía cita para las 11,30 horas en el Hospital Zendal de los madriles. Ha llegado diez minutos antes y, como no hay cola, no tiene que esperar. La locutriz que presenta el glorioso evento desde el estudio comenta que ha sido "llegar y besar el santo". Después de identificarse y de confirmar que "ella es la persona que tiene que ser", le dan a elegir el brazo que prefiere, que se aconseja que sea aquel "sobre el que no se apoya", para recibir el jeringuillazo.
La presentadora, embozada con la mascarilla de rigor, no mira a la aguja que le inyecta la enfermera porque le da algo de impresión. Tiene, confiesa, cierta tirria a las agujas por lo que no puede mirar el pinchazo. Mira, claro está, a la cámara. Cuando le dicen que "eso -nunca mejor dicho porque no se sabe lo que es- ya está dentro", ella exclama: ¡Qué maravilla! ¡No me he enterado de nada! Y entonces se oye el Aleluya de Haendel como glorioso colofón del acto.
Aleluya es un término que, según la docta Academia, procede del latín tardío halleluia y este, a su vez, del hebrero hallĕlū yăh y significa nada más y nada menos que 'alabad a Dios'.
Una puesta en escena religiosa de predicación con el ejemplo y de utilización de la imagen como adoctrinamiento la de esta presentadora, que nos recuerda, salvando las insalvables distancias, claro está, a aquella otra lamentable puesta en escena del Rey del Rock, Elvis Presley, prestándose a la misma manipulación cuando se dejó vacunar de la polio ante las cámaras en los años cincuenta del pasado siglo.
domingo, 6 de junio de 2021
Del suicidio
El ejemplo clásico digno de muerte voluntaria sería Sócrates que, condenado a morir mediante ingesta de cicuta, tal como la presenta Platón en el Fedón, fue visto como un suicidio por algunos de sus seguidores, ya que pudiendo huir de la prisión no quiso hacerlo. Este modelo socrático de aceptación voluntaria de la muerte fue el que siguieron en Roma estoicamente Marco Porcio Catón, que no quiso el perdón de César, y Lucio Anneo Séneca, al que Nerón le ordenó que se diera muerte, y se abrió las venas en el baño.























