miércoles, 2 de marzo de 2022

A vueltas con Sócrates

    Frente al silogismo clásico que dice “Todos los hombres son mortales, Sócrates es un hombre, luego Sócrates es mortal”, que opera como una sentencia efectiva de muerte que condena a Sócrates a morir una y otra vez siempre que se formula, Sexto Empírico nos transmite un razonamiento que libra a Sócrates, como veremos, de morir y deja que de alguna manera siga vivo. Dice así: Por ejemplo, Sócrates muere o cuando es o cuando no es. Son, en efecto, dos momentos distintos: uno en el que es y está vivo, y otro en el que ya no es sino que ha fallecido; por lo que debe morir necesariamente en uno de los dos. Pues bien, cuando es y está vivo, no muere, puesto que vive sin duda; pero cuando ha muerto no muere otra vez, ya que estaría muriendo dos veces, lo cual es absurdo. Por tanto, Sócrates no muere. (*)

    Sexto Empírico desarrolla este razonamiento basándose en el argumento contra el movimiento que atribuye a Diodoro Crono, y que este tomó del presocrático Zenón de Elea, en, donde negándose el movimiento se niega también la muerte, lo que nos libera a también a todos los mortales de morir. Dice así: En efecto, lo que se mueve o bien se mueve en el lugar en que está o bien en el que no está; pero ni lo primero ni lo segundo; por lo tanto nada se mueve. Y si nada se mueve de ello se sigue que nada se destruye. Pues así como nada se mueve, ya que no se mueve en el lugar en que está ni tampoco en el que no está, del mismo modo el ser vivo no muere ni en el momento en que está vivo ni tampoco en el que no lo está, y en consecuencia no muere nunca. Y si esto es así, viviendo siempre según él (sc. Diodoro) «seguiremos viviendo».(**) 


     ¿Cómo podemos resolver esta contradicción de que Sócrates, como dice el silogismo aristotélico perfecto, sea mortal y por lo tanto haya muerto como tal personaje histórico que fue, y sin embargo no muera y siga vivo de alguna manera según el razonamiento que Sexto Empírico le atribuye a Diodoro Crono?

    Pues la manera de resolverla es renunciando a hacerlo y planteándola una y otra vez. Sócrates, como nombre propio de un personaje histórico, fue condenado a muerte en Atenas por un tribunal democrático en el año 339 antes de Cristo y murió bebiendo la cicuta, como sabemos, pero sin embargo “sócrates”, convertido en nombre común, con minúscula, sigue vivo y no puede morir nunca, cada vez que alguien haga como él y haga caso a su demonio interior que le dice que diga que no y se pregunte qué son las cosas, o sea las ideas, poniéndolas siempre en tela de juicio.

Estatua de Sócrates en la Academia de Atenas
 

(*): οἷον ὁ Σωκράτης ἤτοι ὢν θνήσκει ἢ μὴ ὤν. δύο γὰρ οὗτοι χρόνοι, εἷς μὲν ὁ καθ' ὃν ἔστι καὶ ζῇ, ἕτερος δὲ καθ' ὃν οὐκ ἔστιν ἀλλ' ἔφθαρται· διόπερ ἐξ ἀνάγκης ὀφείλει κατὰ τὸν ἕτερον τούτων θνήσκειν. ὅτε μὲν οὖν ἔστι καὶ ζῇ, οὐ θνήσκει· ζῇ γὰρ δήπουθεν· θανὼν δὲ πάλιν οὐ θνήσκει, ἐπεὶ δὶς ἔσται θνήσκων, ὅπερ ἄτοπον. οὐ τοίνυν θνήσκει Σωκράτης. (Sexto Empírico, Aduersus physicos o Contra los dogmáticos I, 269).

(**)τὸ γὰρ κινούμενον ἤτοι ἐν ᾧ ἔστι τόπῳ κινεῖται ἢ ἐν ᾧ μὴ ἔστιν· οὔτε δὲ τὸ πρῶτον οὔτε τὸ δεύτερον· οὐκ ἄρα κινεῖταί τι. τῷ| δὲ μηδὲν κινεῖσθαι τὸ μηδὲν φθείρεσθαι ἀκολουθεῖ. ὡς γὰρ διὰ τὸ μήτε ἐν ᾧ ἔστι τόπῳ κινεῖσθαι τι μήτε ἢ ἐν ᾧ μὴ ἔστιν οὐδὲν κινεῖται, οὕτως ἐπεὶ τὸ ζῶον οὔτε ἐν ᾧ ζῇ χρόνῳ ἀποθνήσκει οὔτε ἐν ᾧ μὴ ζῇ, οὐδέποτε ἄρα ἀποθνήσκει. εἰ δὲ τοῦτο, ἀεὶ ζῶντες κατ' αὐτὸν καὶ αὖθις γενησόμεθα. (Sexto Empírico, Aduersus mathematicos o Contra los profesores I, 311).

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