martes, 3 de agosto de 2021

"Vacúnate, idiota"

    Una cadena privada de televisión insulta a los telespectadores que no se han sometido al pinchazo anticovídico llamándolos idiotas a la cara en un programa donde se debatía la obligatoriedad de las vacunas.

   La Sexta, que ese es el nombre de la cadena a la que algunos denominan la Secta, en un debate sobre la obligatoriedad de la "vacuna" sacó un letrero gigante que decía:  "vacúnate idiota"

      Sin duda alguna, un titular agresivo como este capta enseguida la atención del espectador aburrido que hace zapping a ver qué le echan en la caja tonta para distraerle. Un titular como ese retiene, sin duda, a la audiencia que no tiene mejor cosa que hacer que embobarse delante del electrodoméstico. Los índices de audiencia, a fin de cuentas, es lo único que les importa, no la calidad del debate.

    No voy a caer yo en la tentación de recomendar a mis escasos lectores que no vean esa cadena en particular, porque lo que les aconsejo encarecidamente es que no vean ninguna cadena del espectro televisual, ni pública ni privada, ya que no hay ninguna diferencia. Todas están del mismo lado. Ya se ve cuál es el código deontológico que tienen los periodistas -vamos a llamarlos así-: ninguno. Simplemente sirven a los intereses del gran capital y la industria farmacéutica, por lo que en lugar de propiciar un debate en condiciones, con calidad científica y contraposición de opiniones, optan por el insulto fácil y la descalificación del adversario.

    Ya dijeron algunos cuando salió Victoria Abril despotricando contra la falsa pandemia y las medidas restrictivas adoptadas por la mayoría de los gobiernos: “A ver si va a saber ésa -pronunciado con énfasis despectivo- más que la Ciencia”. Hablan de la Ciencia como si fuese una señora muy sabionda y muy enseñorada, llena de certezas y sin ningún atisbo de dudas. 


     Insultar al que tiene sus dudas, sus serias dudas, y que opta por esperar a que acabe el experimento y se aprueben las "vacunas" haciéndose dignas de ese nombre que ahora usurpan sin razón, además de generar confrontación, es propio del que tiene la fe de carbonero a prueba de bombas, es decir, del que no razona.

    Al parecer, por lo que me cuentan, durante el debate los contertulios se mostraron contrarios a la obligatoriedad del pinchazo en las Españas pero no porque alguno estuviera en contra del producto, sino porque no había necesidad de hacerlo al no haber prácticamente rechazo en la población: la inmensa mayoría se ha pinchado o piensa hacerlo cuando se lo manden. No es necesario obligar a los pocos recalcitrantes, a los que se tacha, sin más de idiotas negacionistas.

    Lo que no habrán explicado en ese programa ni en ningún otro es que eso a lo que llaman “vacunas” no inmuniza, por mucho que repitan cacareando que los “vacunados” están inmunizados, ni tampoco evita los contagios, algo que estamos viendo más cada día que pasa. Sin ir más lejos, las dos únicas muertes de coronavirus que se produjeron en Cantabria el viernes 30 de julio pasado eran dos mujeres que estaban “vacunadas” con la pauta completa de las dos dosis hacía bastante tiempo, por lo que se deduce de su avanzada edad, ya que en enero comenzaron a inyectar a los ancianos. El año pasado, por estas mismas fechas, sin "vacunas" y sin mascarillas, no murió nadie del virus coronado.


     Y eso que llaman  “vacunas”  no evita la transmisión de la enfermedad a otras personas. Pero de eso no hablaron. Hablaron de que en España, habida cuenta de la sumisión voluntaria de los españoles, no hacía falta plantear el debate de la obligación como se estaba haciendo en otros países, pero no entraron en la cuestión de fondo: ¿Por qué hay que obligar a la gente a vacunarse? ¿Quién lo manda?

    ¿Por qué los "no-vacunados" son idiotas? No voy a decir que los idiotas son los "vacunados" porque sería caer en su mismo juego y en la provocación de la confrontación, pero sí que han sido engañados si ignoran que pueden contagiarse y pueden contagiar a los demás, como si no estuvieran “vacunados”. ¿Qué diferencia hay entonces? Ninguna. Simplemente que unos han obedecido y otros no. En cualquier caso, todos hemos sido engañados desde hace un año y medio por lo menos.  

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