domingo, 20 de octubre de 2024
La vieja que burló al diablo
sábado, 19 de octubre de 2024
Romance del Judío Errante
Romance del Judío Errante
I
(Inspirado libremente en la Ballade Brabantine d'Isaac Laquedem y en un pliego de cordel castellano)
Llevaba un más que raído polvoriento capisayo, / morral al hombro, bastón y faltriquera al costado.
-“Buenos días”, le dijeron, -“Buenos”, les ha contestado. / -“Hacednos merced, buen hombre, de platicarnos un rato,
que a juzgar por vuestras trazas, sois nuevo por estos pagos”. / -“Vengo, en verdad, de muy lejos, de un tiempo y país lejanos”.
-“Entrad en esta taberna, y os convidamos a un trago, / que el vino espanta las penas que suelen acongojarnos”.
-“Si pudiera detenerme, aceptara de buen grado / pero no puedo sentarme ni siquiera hacer un alto.
Una maldición recae sobre mí y mi sino aciago; / de pie debo mantenerme siempre, sin ningún descanso”.
-“Parecéis sin duda ser, diríase, centenario. / Cuál es vuestra edad, decidnos, paseando más despacio”.
-“He perdido la noción de los muchos que tengo años, / que son, señores, tantísimos que ya no puedo contarlos.
Dando tumbos por el mundo llevo, por decirles algo, / cientos de duros inviernos y cientos de estíos largos.
Ya no sé cuál es mi idioma ni en qué lengua estoy hablando, / extranjero en todas partes y en todas partes extraño”.
-“Decidnos quién sois, amigo, cuál es vuestro nombre y caso, / mientras en compaña un trecho vamos al par caminando”.
II
-“En verdad no sé quién soy ni si soy el que era antes. / Mas si no falla el recuerdo, vaya esto por delante:
Nací en ciudad de Judea, muchísimos siglos hace, / Jerusalén renombrada, de oro puro deslumbrante,
donde yo era zapatero, como lo fuera mi padre, / y a la sazón un muchacho arisco de agrios modales,
y ahora soy el fantasma de este extraño personaje / que ronda por este mundo, peregrino itinerante.
Soy Isaac Laquedem, llamado el judío errante, /el eterno vagabundo, el de vida miserable”.
III
-¿Permitirás, buen amigo, que me detenga en tu casa? / Mas yo, desalmado, "No, le dije, sigue tu marcha,
reo indigno, no quiero yo a mi puerta tal infamia. / Eres, sin duda, culpable de esa cruz con la que cargas.
Algo habrás hecho, seguro, para que te condenaran". / Sin querer le hube juzgado, juez que sentencia dictaba.
Y el galileo me dijo: Ponte tú en camino, y anda, / vete a recorrer el mundo, sin rumbo, en eterna errancia,
hasta la fin de los tiempos, si es que algún día se acaban, / cuando el Gran Juicio Final ponga fin a toda causa.
Afligido y consternado, emprendí sin más la marcha. / No he parado desde entonces, en mi peregrina diáspora.
Voy huyendo de mí mismo, desarraigado y sin patria, / y viendo cómo los tiempos para ser los mismos cambian.
IV
He atravesado desiertos, surcado todos los mares, / he cruzado cordilleras, barrancos, ríos y valles.
En todas partes idénticos he visto los mismos males; / en todos los continentes crímenes abominables,
múltiples generaciones de hijos que se vuelven padres, / sucediéndose y cayendo como hojas de los árboles.
Y a mí, que bien lo quisiera, no puede nada ni nadie / darme, bendita, la muerte, ni guerras ni enfermedades.
La muerte a mí no me alcanza que Dios no quiso otorgarme. / No tengo esposa ni hijos, amigos ni familiares.
Solo guardo en el bolsillo un denario interminable, / una moneda en desuso pero contante y sonante,
con la que pago la deuda de sed que sacio y el hambre, / que viaja conmigo siempre sin que nunca se desgaste,
que en esta vida el dinero, maldita la falta que hace, / es lo único que cuenta siendo lo que menos vale”.
viernes, 18 de octubre de 2024
Pareceres LX
jueves, 17 de octubre de 2024
De lo que le dijo el primer ministro persa al general griego Temistoclés
Esto fue lo que le dijo el jefe de la guardia del rey de los persas, Artábano, al general griego Temistoclés, según cuenta Plutarco en la biografía del ateniense: “Extranjero, las costumbres de los hombres son diferentes; y unas cosas son hermosas para unos y otras para otros; pero para todos es hermoso celebrar y salvaguardar las propias”.
Lo
que le dice el persa al ateniense es que cada pueblo celebra y
venera sus costumbres y leyes propias, porque son idiomáticas,
específicas, originales, y en ese sentido son muy distintos unos y otros
pueblos
como distintos son sus usos, lenguas, leyes y costumbres, y lo que
para unos es hermoso no lo es para otros. Está enunciando el
relativismo, pero no se limita a afirmar que todo es relativo, hay algo
que no lo es: lo que podríamos llamar el idiotismo patriótico,
entendiendo el término idiotismo en un sentido genérico muy amplio. La
Real Academia lo relaciona con ignorancia e idiocia y lo define como el
"giro o expresión propia de una lengua que no se ajustan a las reglas
generales", y aquí lo entendemos como algo inherente a una tribu y a una
cultura y por lo tanto particular y no común: en
lo que todos los seres humanos
están de acuerdo, sin embargo, es en que lo más hermoso y lo mejor es lo
suyo, sea esto lo que sea, porque les es consustancial y no por otra
razón. Se sobrevalora, pues, lo propio, minusvalorando o despreciando lo
ajeno.
Estamos ante
lo que Rafael Sánchez Ferlosio denominó con su habitual y aguda
socarronería la moral del pedo: a nadie le huele mal el suyo propio, porque siempre apesta más el ajeno que el
propio, pero no por pedo, sino por ajeno. Nuestro refranero recoge esta idea: "A nadie le huelen mal sus peos ni le parecen sus hijos feos".
Pone
Plutarco a continuación en boca del primer ministro persa el siguiente
ejemplo ilustrativo que diferencia a griegos de persas: Así
pues es dicho común que vosotros apreciáis muy mucho la libertad y
la igualdad, pero para nosotros la mejor de nuestras muchas y
hermosas costumbres es la siguiente: venerar al rey y postrarse ante
él como ante la imagen de un dios que lo salvaguarda todo”. (Plutarco,
Vida de Temistoclés 27.2-3).
Esboza aquí Plutarco la radical diferencia entre los griegos, que veneran como propias la libertad y la igualdad, y los persas, que veneran la figura de su soberano, ante el que practican la proscinesis o salutación con postración en actitud de veneración y reverencia, muy parecida a nuestra genuflexión, acto que se interpreta como un gesto de sumisión y humillación respetuosa.
miércoles, 16 de octubre de 2024
La indignidad del trabajo asalariado

martes, 15 de octubre de 2024
Y suma y sigue
lunes, 14 de octubre de 2024
A vacunarse, animales
El nivel de indignidad de la campaña vacunista contra la gripe del Ministerio de Sanidad del Gobierno de las Españas es tan lamentable que solamente se le ha podido ocurrir a una mente enferma sin demasiados principios éticos y con solo dos dedos de frente, a juzgar por este cartel con el eslogan: "Una vacuna para que te sigan dando abrazos... y tápers (sic, en vez de táperes)", es decir: anima a tus viejos a que se la pongan para "que la gripe no les pare", para que te abracen y te sigan manteniendo y alimentando con la sopa boba que antaño se servía en fiambreras o tarteras y ahora en modernos tupperwares -marca, por cierto, registrada- con cierre hermético, dado que tú no puedes valerte sin su pensión.
¿Qué haríamos sin nuestros ministros y nuestras ministras? ¿Qué haríamos sin el panem et circenses del gobierno de las Españas, es decir sin la paguita y la conexión a interné, que son la versión hodierna del viejo circo y pan de los romanos?
Así fríen a diario los cerebros de los jóvenes con esta propaganda infame destinada a crear una generación lobotomizada de mentecatos y de idiotas consumados que probablemente engendrarán, si se reproducen, una prole más envilecida todavía.
El discurso de la menestrala ministerial insiste en el peligro inminente de la gripe estacional que embiste con la metáfora taurina de un toro bravo de lidia y, según ella, satura y colapsa los hospitales, y no la escasez de sanitarios. Recordemos cómo defendía en verano el derecho a las vacaciones de los profesionales sanitarios para justificar las largas listas de espera y el cierre de los centros de salud en época estival...
Quiere que no nos pille "el toro de la gripe como nos ha pillado el año pasado y como nos pillaba antes de la pandemia", quiere que todos y todas (sic) estemos preparados -se le olvida a la memez de su verborrea políticamente correcta la concordancia en femenino "...y preparadas"- ante los nuevos escenarios que se nos abren, ya sea la gripe estacional, mortal de necesidad, ya sea una nueva pandemia, quizá la enfermedad X, que no se conoce todavía...
Y nos mete miedo otra vez con la imposición hospitalaria de las mascarillas, esos amuletos de los que se ríen todos los virus respiratorios habidos y por haber, que se hicieron obligatorias para enriquecer a los sinvergüenzas que nos las impusieron, entre ellos al propio Estado que les adjudicó al principio un Impuesto de Valor Añadido del 21%, y solo lo rebajó al 4% a las denominadas "quirúrgicas".
domingo, 13 de octubre de 2024
La vida de los otros (y la nuestra propia)
La vida de los otros. Estupenda película alemana. Das Leben der Anderen (2006). El largometraje revela magistralmente el control que ejercía la policía secreta sobre determinadas personas, algo que ya es historia, porque hoy los servicios secretos de inteligencia y la policía no necesitan extraer confidencias y obligar a las personas a revelar los detalles íntimos de sus vidas privadas a fin de confesar sus miserias personales. Ni siquiera necesitan pedirnos que nos identifiquemos: ya nos autoidentificamos nosotros mismos sin que nos lo exija ningún agente de policía malencarado. Ya divulgamos todas nuestras intimidades y secretos a diario a diestro y siniestro sin que nadie se haya interesado por ello ni nos lo haya previamente demandado.
sábado, 12 de octubre de 2024
El mensaje de Marjane Satrapi
viernes, 11 de octubre de 2024
¿Dos pinchacitos de nada, uno en cada brazo?