viernes, 4 de abril de 2025

Democidio

R. J. Rummel, politólogo estadounidense reconocido por su investigación sobre la violencia gubernamental y las causas de la guerra, acuñó el término democidio, híbrido grecoaltino que sigue el patrón de 'genocidio', formado sobre “demo” 'pueblo' en griego y el sufijo latino -cidio 'crimen', diferenciándolo de la guerra y mostrando cómo los propios gobiernos han sido responsables de la mayoría de las muertes en el siglo XX. Con este término se refería a los asesinatos perpetrados por el gobierno, como el genocidio de los pueblos indígenas y el colonialismo, la Alemania nazi, las purgas estalinistas, la Revolución Cultural de Mao Zedong y otros regímenes autoritarios, totalitarios o antidemocráticos, llegando a la conclusión demasiado fácil de que los regímenes democráticos son los que menos democidios causan, porque para él las democracias son “inherently nonviolent”, intrínsecamente no-violentas, algo que habría que matizar definiendo lo que entendemos por violencia.
 
 
Su obra fundamental Death by Government (1994) documenta casos históricos de democidio y analiza las condiciones que facilitaron tales crímenes. En este libro, Rummel estimó que, durante el siglo XX, los gobiernos fueron responsables de la muerte de aproximadamente 212 millones de personas, cifra que supera con creces las muertes ocurridas en combates bélicos durante el mismo período.
 
Rummel acuñó el término "democidio" para referirse al asesinato intencional de personas desarmadas por parte de agentes gubernamentales actuando en su capacidad oficial y siguiendo políticas u órdenes gubernamentales. Este concepto abarca una amplia gama de actos, incluyendo genocidios, politicidios, asesinatos en masa y muertes resultantes de políticas gubernamentales negligentes o deliberadamente dañinas, como hambrunas inducidas. Rummel definió el democidio como "el asesinato de cualquier persona o personas por parte de un gobierno, incluyendo genocidio, politicidio y asesinato en masa".
 
 
 
No cabe duda de que la organización que hace posible el democidio es el Estado, pero Rummel distingue los estados totalitarios de los democráticos, como si estos últimos no fueran a su sofisticado modo tan totalitarios o más que los primeros. Según él, los regímenes democráticos tienden a no entrar en guerra entre sí y son menos propensos a la comisión de democidios en comparación con los regímenes autoritarios o totalitarios, que quedan reducidos a fantasmas del pasado.
 
El análisis de Rummel puede sernos útil en líneas generales, pero habría que hacerle algunas salvedades. Se me ocurren estas tres: 
 
-Hablar de datos históricos (el libro de Rummel está plagado de ellos en forma de gráficos y estadísticas) nos distrae de nuestra situación actual de aquí y ahora. Puede reprochársele su excesiva subordinación a la realidad, a la creencia de que hay otras épocas, como el siglo XX, y al olvido de que la única que hay hic et nunc es esta única, en la que caben todas las demás. 
 
-Los regímenes democráticos, que son los más progresados, no causan tantos democidios físicos, vamos a llamarlos así, porque no tienen la necesidad imperiosa de administrarles la muerte a sus propios ciudadanos, ya que ellos mismos se la autoadministran. En ese sentido puede decirse que son la expresión más lograda del democidio porque la democracia es la muerte -el democidio- del pueblo. Todos los ciudadanos son en un sentido amplio funcionarios del Estado, o lo que es lo mismo, funcionarios de sí mismos, y el Estado, a través de la imposición del tiempo cronometrado, es decir, del futuro, que es el dinero, aniquila sus vidas: la condena al futuro es una condena de muerte, la administración de la muerte en vida.
 
 
-El democidio, la muerte del pueblo, es la configuración de este como Estado. Conviene recordar aquí a Nietzsche, que nos advierte de que no son lo mismo, aunque ordinariamente tiendan a confundirse, y sobre todo en los regímenes democráticos, donde supuestamente gobierna el pueblo. Escuchemos lo que nos gritaba el Zaratustra nietzscheano: ¿Estados? ¿Qué es eso? ¡Pues bien, abrid los oídos! ¡Voy a deciros mi palabra sobre la muerte de los pueblos! Estado es el nombre que se da al más frío de todos los monstruos fríos. El Estado miente con toda frialdad y de su boca sale esta mentira: “Yo, el Estado, soy el pueblo”.

jueves, 3 de abril de 2025

Les devuelvo el DNI

José Antonio Labordeta cantaba en 1984 "Les devuelvo el DNI / porque yo no quiero ir / donde me van a mandar / con carné de identidad”. El tema se llamaba Desobediencia Civil, y fue adoptado años más tarde como himno de la Plataforma por la Desobediencia Civil cuando lanzó su campaña: "Di No a las Identificaciones", para hacer frente a las masivas y arbitrarias identificaciones que exigía la Policía sin que hubiera indicios de ninguna infracción, haciendo gala de esta represión burocrática de baja intensidad que obligaba al ciudadano a identificarse. 
 
 
Conviene recordar la letra y escuchar la canción, cuyo estribillo dice: Les devuelvo el DNI / porque yo no quiero ir / donde me van a mandar / con carné de identidad / pues aquí hay que empezar / a decir ya la verdad: / que no nos gusta morir / ni en Varsovia ni en la OTAN"
 
Te aseguran los del dólar / que ellos lo hacen por la paz / y que por eso conviene / estar todos en la OTAN, / pero tú no te lo crees, / te lo pones a dudar, / eres un chico tremendo, / no te crees casi ná.
 
Les devuelvo el DNI...  
 
Luego van los "orientales" / y con ese humor sin par / te pregonan que ellos lo hacen / por la paz y la igualdad. / Tú tampoco te lo crees / viendo tanto militar / armado hasta los dientes / y con cara de mal plan.
 
Les devuelvo el DNI... 
 
Ustedes dicen que blanco, / rosa dicen los de allá, / negro aseguran algunos / que se está poniendo ya / el panorama completo / de todo este personal / del mundo, del universo / y del sistema solar. 
 
Les devuelvo el DNI... 
 
Porque si en serio desean / que aquí funcione la paz / déjense de cachondeos / y pónganse, de verdad / a fabricar con las armas / bicicletas, panecillos, / conciertos al aire libre / y tortas de mazapán.
 
Les devuelvo el DNI / porque yo no quiero ir / donde me van a mandar / con carné de identidad / pues aquí hay que empezar / a decir ya la verdad: / que no nos gusta morir / ni en Varsovia ni en la OTAN"
oOo 
 

El Documento Nacional de Identidad (DNI) español se implantó oficialmente el 2 de marzo de 1944, mediante un decreto firmado por el dictador Francisco Franco. Sin embargo, su expedición no comenzó hasta 1951, en Valencia, cuando se entregaron los primeros documentos a ciudadanos seleccionados, entre ellos el propio generalísimo. 
 
¿Había algo similar antes de la implantación obligatoria del DNI? Sí, aunque no con la misma estructura y obligatoriedad. 
 
Antes del DNI, en España había otros sistemas de identificación, como:
 
-La cédula de vecindad (siglo XIX - 1944): Documento municipal que acreditaba la residencia de una persona en una localidad. 
-La cédula personal (1854 - 1943): Un documento obligatorio para varones mayores de 14 años, que también servía como impuesto de capitación. 
-La cartilla de identidad (siglo XX, antes del DNI): Un documento emitido en algunas provincias, especialmente en tiempos de guerra, para identificar a los ciudadanos.
-Los pasaportes internos: Durante ciertos períodos (como el absolutismo y la Guerra Civil), se usaron salvoconductos y documentos de identidad provisionales para desplazarse dentro del país. 
 
 
 
Antes del siglo XIX, la identificación dependía mucho de documentos parroquiales y registros eclesiásticos (libros de bautismos, matrimonios y defunciones) y de documentos expedidos para casos específicos (viajes, seguridad, impuestos), pero no existía un documento universal para toda la población.
 
El Consejo de Ministros y Ministras ha defecado el martes pasado un Real Decreto que regula el proceso de expedición, gestión y desarrollo del Documento Nacional de Identidad (DNI) no solo en su formato físico, sino también, y por primera vez en la historia universal desde que hay registros, en su versión digital, con lo que adapta el uso del documento a los nuevos retos digitales (monedero digital, euro digital, certificado sanitario digital...) y ofrece a la ciudadanía la posibilidad de disponer del documento de identidad en formato digital en el teléfono móvil, lo que puede facilitar su sodomización digital. 
 
El DNI digital es un proyecto del Ministerio del Interior desarrollado por la Policía Nacional, en el marco del Plan de Identidad Digital, junto a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre. Gracias a la aplicación instalada en el móvil se podrá acreditar la identidad pública- y privadamente “con la misma validez jurídica que el DNI físico y las máximas garantías de seguridad”. 
 
DNI electrónico de Carmen (la española, que no la de Mérimée) 
 
El móvil ya no es el teléfono individual e inalámbrico que servía para comunicarnos con los que estaban lejos, sino un elemento esencial de nuestra identidad personal, individual e intransferible, de ahí el miedo a perderlo o a que nos lo roben. 
 
La rebeldía por parte de algunas personas contra la digitalización no es una rebeldía contra lo que subyace, que es el matrimonio indisoluble del Estado y el Mercado, sino solo contra su versión electrónica, por lo que no deja de ser una protesta baldía contra la modernización de las formas de control y de dominio, pero no contra el dominio y el control.
 
El DNI, que adquiere ahora su versión electrónica, modernizará y unificará la identificación de los ciudadanos españoles, siguiendo modelos ya implantados en otros países europeos. Pese a que el ciudadano se rebela en su fuero interno contra lo que le reduce a ser un número ("yo no soy un número"), cada vez es más cierta la sensación contraria, como demuestra la imposición del número de teléfono personal e individual que en la práctica sustituye ya al número de nuestro carné. La esencia del dinero y de la identidad personal siguen incólumes tanto en su forma física como electrónica, por eso sigue siendo pertinente la canción de Labordeta con una ligera adaptación final: Les devuelvo el DNI / porque yo no quiero ir / donde me van a mandar / con carné de identidad / pues aquí hay que que empezar / a decir ya la verdad: / no queremos DNI /físico ni digital.

miércoles, 2 de abril de 2025

Revista de variedades

La Inteligencia Artificial ha advertido que nos hemos vuelto ya más tontos que los monos, por lo que los centros comerciales nos venden los plátanos pelados.

Huye, hermano lobo, porque quieren “extraerte”. Frente al dicho “el hombre es un lobo para el hombre”, dígase también: “el hombre es un hombre para el lobo”.

   
La actualización del quijotesco “Con la iglesia hemos dado, Sancho” (o “topado”, como prefiere el vulgo) es hoy, puesta al día: “Con el Estado hemos tropezado”.

No le gusta mucho el término “rearme”, prefiere “seguridad”; tampoco compartía “toque de queda”, sino “restricción de movilidad nocturna”, ridículo eufemismo.


La obra de la artista Angela Palmer “2020 la esfera que cambió el mundo” es una representación tridimensional del virus coronado que hace visible lo invisible.

La multimillonaria banquera predica austeridad con su ejemplo de bajar, dice, el termostato de casa a 17 grados en invierno, para ayudar así a los ucranianos.
 
La exposición Inyectando Esperanza (así llaman al tósigo ARNm) ignora que la cristiana virtud teologal de la esperanza es la última plaga de la caja de Pandora.
 
   
 
Los fallecidos en 2024 tendrán que hacer la declaración de la renta en 2025. Si no, recaerá en sus herederos el pago de la deuda y la sanción correspondiente.  
 
 
Muchos profesionales de la medicina se ponen al servicio de lo que manda la Gran Farmacopea; no hace mucho, promocionaban la cocaína, la heroína o el tabaco. 

martes, 1 de abril de 2025

"Y naufragar me es dulce en este mar"

Rafael Sánchez Ferlosio se despidió, un día como hoy hace ya seis años, en el año del Señor de 2019 del mundo con un verso de Leopardi e'l naufragar m'è dolce in questo mare "y naufragar me es dulce en este mar", dejándonos un poco huérfanos a todos sus lectores.

Nos ha dejado el bachiller Sánchez, el único título académico de una de nuestras mejores plumas de todos los tiempos: Rafael Sánchez Ferlosio, don Rafael. Murió en el hospital en las calendas de abril, solo, a los noventa y dos años, poco después de hablar por teléfono con un amigo y recitarle en italiano,  él que había nacido en Roma, este bellísimo poema de Giacomo Leopardi titulado El infinito.

 
Siempre grato me fue este solitario
cerro y este seto, que por gran parte
me impide ver el último horizonte.
Mas sentado y mirando, interminables
espacios de más allá, y sobrehumanos
silencios y profundísima calma
imagino en mi mente, que por poco
se me estremece el alma. Y como oigo
gemir el viento entre las hojas, ese
infinito silencio a esta voz
voy comparando: y viene a mí lo eterno,
las estaciones muertas, la presente
y viva, y su sonido. Así que entre esta
inmensidad se anega el pensamiento:
y naufragar me es dulce en este mar.

oOo
 
Leopardi nos dejó también esta reflexión sobre la vejez, el sumo mal, y la muerte, que viene a liberarnos de ella: "La muerte no es un mal, porque libera al hombre de todos los males y, al mismo tiempo que los bienes, le quita los deseos. La vejez es el sumo mal, porque priva al hombre de todos los placeres, dejándole el apetito hacia ellos, y porque lleva consigo todos los dolores. Sin embargo, los hombres temen la muerte y desean la vejez"No sé si le agradaría a Ferlosio este pensamiento del poeta romántico, pero casi estoy seguro de que sí.

lunes, 31 de marzo de 2025

¿Qué harías tú... tururú?

    Para los mileniales desprevenidos que caigan por azar aquí, si por descuido cae alguno, la URSS era la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el antepasado de la Federación Rusa actual, o simplemente de Rusia, el país más extenso del mundo. 
 
    Hace más de treinta años, el mundo estaba dividido y polarizado en dos grandes bloques: el pacto de Varsovia, que giraba en torno a la difunta URSS, y el Tratado de la Alianza Atlántica, que giraba alrededor de los Estados Unidos, y ambos sostenían la llamada Guerra Fría (o Paz Caliente), hasta que en 1991 se desmembró la Unión Soviética en naciones separadas. Dos años antes había caído el muro de Berlín.
 
    En 1983, en plena movida madrileña, el grupo Polanski y el Ardor cantaba “Ataque preventivo de la URSS”, cuyo estribillo, repetido machaconamente, preguntaba: "¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?”. Entonces se manejaba mucho el concepto de 'guerra preventiva', perfecto oximoro contradictorio. Y la canción respondía, haciendo un Sócrates: “No sé”. 
 

    Las rimas eran de lo más surrealistas y consonánticamente infantiles, pero la letra daba a entender que no molaban ni el pacto de Varsovia (que rimaba con “no tengo novia”) ni el tratado de la NATO (que rimaba con “ese señor no tiene gato”). NATO, como se sabe, es el acrónimo de la OTAN en la lengua del Imperio, o sea, al revés que en castellano. (También rimaban “loco” y “Orinoco” en aquellos inolvidables versículos: “Y el airbus se ha vuelto loco / y no me quiere llevar al Orinoco”). 
 
    El pacto de Varsovia se disolvió, pero no así la OTAN/NATO, cuyo gerifalte actual advierte a los madrileños (e indirectamente a los españoles todos) del persistente peligro ruso, dado que, según ha declarado recientemente, "un misil ruso tarda solo diez minutos más en llegar a Madrid que a Varsovia", lo que me ha recordado a mí a la pegadiza y susodicha canción, que sigue siendo pertinente cuarenta y dos años después modificando un poco la letra del estribillo: ¿Qué harías tú, si lanza Rusia un misil desde Moscú? 
 
    Y ante estas preguntas el Periódico Oficial del Régimen, el Diario Global(ista), se apresura a vendernos el kit de supervivencia recomendado por la Unión Europea para la supervivencia de sus súbditos (y súbditas): almacenar agua, comida y medicinas para subsistir setenta y dos horas, tres días enteros, sin ayuda externa. Bruselas ha programado un plan para 'casos de guerra, nuevas pandemias, ciberataques masivos o desastres naturales', metiéndolo todo en el mismo saco para prepararnos a los europeos ante una más que posible crisis de la índole que sea, un plan que, haciendo pedagogía, se va a explicar durante este curso académico ya en los colegios para que desde bien pequeñas las tristes y tiernas criaturas estén preparadas ante lo que las espera, que es el futuro que nos están preparando y diseñando. 
 
    La gente -la ciudadanía, que dicen los políticos inclusivos para no tener que desdoblarnos innecesariamente en ciudadanos y ciudadanas-, sin embargo, se pregunta, escéptica por naturaleza, por qué los rusos, que son nuestros enemigos, no nos atacarán ahora sabiendo como sin duda saben que estamos desarmados e inermes en la actualidad y que necesitamos rearmarnos invirtiendo un dineral en la industria bélica, celosa como está de su hermana la farmacéutica. ¿Son tan nobles nuestros enemigos que están esperando a que nos armemos para entablar combate en igualdad de condiciones?  
 
    La nueva estrategia -nunca mejor empleado un término en su sentido etimológico, que deriva del griego estrategós, como se llamaba al general que estaba al frente y al mando de un ejército, podría acompañarse del himno covidiótico y resiliente “Resistiré”. 
 
    Habría que recordar que el mayor peligro que amenaza a Europa no es otro que la propia Unión Europea que quiere rearmarnos desde Bruselas, que es su capital, a cuyo fin nos inyecta miedo con el discurso de que viene el lobo cuando resulta que el lobo es ella misma, disfrazada, eso sí, con la pelleja del cordero. Europa debería liberarse en primer lugar de la idea de Europa y en segunda y no menos importante instancia de la Unión Europea, haciendo mutis por el foro.

domingo, 30 de marzo de 2025

Horario estival

Horario estival:
Hay una hora menos hoy: 
¿Dónde podrá estar?
¿Quién nos la devolverá
si se la comió el reloj?
 

    El horario de verano que adoptará, si Dios no lo remedia, nuestro país entre otros con la intención de mejorar la eficiencia energética y el ahorro habrá entrado en vigor, se quiera o no se quiera, hoy 30 de marzo del año del Señor de 2025, que es el último domingo del mes, cuando a las dos de la madrugada sean por Real Decreto del Boletín Oficial del Estado las tres, robándonos una hora de las veinticuatro que debería tener el día, hora que, dicen, nos devolverán, Dios mediante, el último domingo de octubre, que tendrá veinticinco horas en lugar de las veinticuatro reglamentarias, cuando nos impongan el horario de invierno. 
 
    A la inminente llegada de la primavera, que es un fenómeno natural recurrente aunque difícil de precisar por el cambio climático, le acompaña el ritual artificial del cambio de hora que muchos de nuestros dispositivos electrónicos habrán efectuado automáticamente a estas alturas, aunque nuestros alicaídos ritmos vitales tarden algo más en ajustarse a esta imposición cronometrada. 
 
 
    El cambio de hora coincide con la llegada del florecimiento, una estación en la que muchas personas experimentan la llamada "astenia primaveral", un conjunto de síntomas que incluye cansancio vital, dificultad para concentrarse por obra y gracia de los numerosos medios de distracción masiva, alteraciones del sueño y cambios en el estado de ánimo. 
 
    Hay voces autorizadas que piden la abolición del horario de verano, ya que creen que perder una hora de sueño en primavera puede provocar cansancio en gran parte de la población, lo que podría incrementar los accidentes de tráfico in itinere que podrían llegar a ser mortales. Al mismo tiempo, existe evidencia de un mayor riesgo de eventos cardiovasculares, conductas suicidas y un incremento general de la mortalidad. 
 

    Y hay otras voces no tan autorizadas pero que surgen de lo más hondo que lo que piden es la abolición del tiempo cronometrado, tanto del reloj como del calendario, haciendo especial hincapié en la supresión de la jornada laboral (y del trabajo asalariado que es la moderna forma del viejo ejercicio de la prostitución, el oficio más viejo del mundo), que no basta con reducirla media hora para reforzarla y que siga existiendo como tal aligerándola treinta minutos y cobrando el mismo sueldo que si se hubiera computado como hora integral, como pretenden los sindicatos y el gobierno progresista, y en la supresión de la semana, esa pescadilla de enroscar que se muerde la cola y que nunca termina por mucho que celebremos el fin de la semana que nunca finaliza.

sábado, 29 de marzo de 2025

Chistes en serio

En El chiste y su relación con el inconsciente (1905) Sigmund Freud hace un estudio psicoanalítico sobre el chiste y su conexión con los procesos inconscientes de la mente, argumentando que el chiste, al igual que los sueños y los actos fallidos, es un medio de expresión del inconsciente.  Además, distingue entre el chiste inocente (que es un mero juego de palabras) y el chiste tendencioso (con contenido sexual, agresivo o socialmente transgresor), destacando que este último sirve para liberar tensiones reprimidas. Así, el placer que produce el chiste radica en la descarga de energía psíquica reprimida, que ha transgredido la censura moral del superyó.
 
Un ejemplo de chiste inocente sería el siguiente, por ejemplo: 
 
Un empleo ideal
Juan está más contento que un pez en el agua con el trabajo que ha encontrado. 
-¿Qué hace? 
-Nada. 
(Lo malo de este chiste es su carácter idiomático que hace muy difícil si no imposible su traducción a otras lenguas, porque en castellano la respuesta “nada” es polisémica: por un lado puede significar que practica la natación pero por otro es la negación de que no hace ninguna cosa, con lo cual su empleo ideal sería el trabajo cero).
 
Algunos ejemplos de chistes más tendenciosos
 
Maestra en escuela. 
Una maestra progresista y comprometida con la mejora de la educación le pregunta a un alumno en clase.
-A ver, Jaimito, ¿cómo te imaginas tú la escuela ideal y perfecta? 
-¡Cerrada a cal y canto, señorita! 
 

Una plegaria.
Un creyente se arrodilla y le pide a Dios misericordioso (o a Jehová o a Alá; cada creyente puede poner aquí el nombre propio de su Dios correspondiente, igual da uno que otro) con lágrimas en los ojos y mucho fervor religioso: 
-Señor, ¡haz que desparezca de la faz de la tierra todo lo malo que hay en mí y me hace ser tan desgraciado!
El Señor oyó y escuchó su plegaria desde lo alto, e hizo que el creyente... ¡desapareciera! 
 
El paraíso de las vírgenes.
-Érase una vez una mujer que se muere. Llega a las puertas del Purgatorio y San Pedro la recibe amablemente y le pregunta: 
-¿En qué lugar te gustaría vivir la vida eterna? 
-¡En el Paraíso de las Vírgenes!, -responde la mujer con gran convencimiento. 
-Pero, mujer, si has estado casada cuatro veces... -Protesta San Pedro rezongando. 
-Ya, pero mira: mi primer marido era funcionario, y ya sabes cómo son los funcionarios, que lo dejan todo para mañana. El segundo era ingeniero, y todo eran proyectos. El tercero era policía, y ya te imaginas cómo se las gastaba: me jodía, con perdón, mucho, pero no me follaba nada. Y mi último marido fue un sindicalista. Todo el mundo conoce a algún sindicalista: no hacen nada más que dar por culo a la clase obrera predicando la resignación y la aceptación del trabajo asalariado, así que todavía conservo el virgo intacto como Santa Teresa, por lo que creo que me merezco el Paraíso de las Vírgenes.
 
Movimiento Sísmico.  
En el cuartel de la Guardia Civil de Zarcillos del Montejo -pueblecito de la geografía de la España profunda, no muy alejado de Lepe (1)-, se recibe un telegrama del Centro Sismológico Nacional que dice textualmente: ATENCIÓN. Stop. Posible movimiento sísmico en la zona en dos días. Stop. Muy peligroso, superior Ritchter 7. Stop. Epicentro a 3Km de la población. Stop. Tomen medidas. Stop. Informen resultados con urgencia. Stop. Pasan dos días, una semana, un mes, dos meses... Y, al cabo de tres meses, se recibe el siguiente telegrama en el Centro Sismológico Nacional: Aquí Cuartel Guardia Civil Zarcillos del Montejo. Stop. Movimiento sísmico totalmente desarticulado. Stop. El superior de Ritchter 7 intentó huir y fue abatido a tiros. Stop. Epicentro y tres compinches detenidos. Stop. No hemos contestado antes porque hubo un terremoto que te cagas, con perdón por la expresión. Stop. 
 
(1) NOTA.- Lepe es un pueblo de la provincia de Huelva (Andalucía), no lejos de la frontera portuguesa, muy frecuente en los chistes españoles, cuyos habitantes serían en el imaginario colectivo el prototipo de la idiotez personal más oligofrénica, autista y consumada. La fama, no hace falta decirlo, no está, que yo sepa, justificada en modo alguno. Es simplemente un locus communis, un tópico, un nombre propio que se ha convertido en nombre común que representa a cualquier comunidad de vecinos, no necesariamente rural, española y, por lo tanto, universal. En una de las versiones de este chiste, es el cuartel de Lepe el que recibe el telegrama. Hemos preferido usar otra denominación de origen para el cuartel de la benemérita institución, descargando al de Lepe de su ominosa fama.
 
Dos amigas del instituto. 
Dos amigas que hacía tiempo que no se veían se encuentran un día por la calle, se dan un par de besos al aire de las mejillas y se saludan:
-¡Hola!. 
-¡Hola! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo te va? 
-Bien. 
-¿Cómo va tu romance con aquel chico con el que salías? 
-Bueno, eso se acabó ya hace tiempo. 
-¿Rompísteis? 
-No, nos casamos...
 

La maestra a toda la clase: 
-Hoy vamos a dar clase de Educación Sexual
Una niña alza la mano y pregunta: 
-¿Podemos salir al patio de recreo, señorita, las que ya follamos? 
(Las formas arcaicas de represión sexual prohibían que se hablara de ello: era pecado, tabú, estaba vedado. Las más modernas y vigentes hablan de ello, por el contrario, desvergonzadamente, lo han domesticado y convertido en una disciplina educativa (“educación sexual”). Antes nos prohibían el sexo, que era pecado, ahora nos lo recomiendan con las medidas profilácticas convenientes, por supuesto, de ahí la impertinencia de la niña desmandada “que ya folla” por su cuenta y riesgo, o que tiene más información de esta temática que de conocimiento general como en el siguiente y último chiste). 
 
 Un chiste “verde”. 
Una niña pequeña le cuenta a su íntima amiga: 
-¿Sabes? ...Ayer encontré un preservativo en el bosque
-¿Qué es un bosque? -Le pregunta, curiosísima, la amiga.

viernes, 28 de marzo de 2025

Poeta en Sunio (El canto del cisne)

 


En el cabo de Sunio, a tiro de piedra de Atenas en autobús, se alza todavía el templo de Posidón, construido hace 2500 años sobre un promontorio abierto a la inmensidad del mar. Aún se alzan 18 columnas dóricas de mármol de las 42 originales del santuario.



Al atardecer muchos turistas, cámara fotográfica en ristre, y no pocas parejas de enamorados se sientan a contemplar en silencio la que puede que sea una de las puestas de sol más espectaculares del mundo.


El nombre propio del poeta romántico inglés Lord Byron, tan enamorado de la idea de Grecia que murió luchando por su independencia contra los turcos,  aparece grabado en uno de los mármoles del templo como  recuerdo, aunque no se sepa a ciencia cierta si fue él mismo el autor de la inscripción.


Lo que sí es seguro que escribió el propio Byron, fascinado por el encanto y la magia del lugar, fueron estos versos de su largo y celebrado poema satírico Don Juan

Place me on Sunium's marbled steep,

 Where nothing save the waves and I

May hear our mutual murmurs sweep;

There, swan-like, let me sing and die.
 Lord Byron, Don Juan


Ponedme en  mármol de una grada en Sunio,   
En donde, solos yo y  las olas, pueda 
Oír el son de nuestro mutuo arrullo:
Dejad que allí, cual cisne,  cante y muera.

El último verso evoca el "canto del cisne", expresión incorporada a nuestro acervo cultural, con la que se alude a la última actuación de una persona o, más en concreto, a la  obra postrera de un artista, en la que da lo mejor de sí mismo al haber llegado al punto culminante de su carrera. Desde antiguo se creía sin mucho fundamento que los cisnes tenían la curiosa costumbre de entonar un armonioso y melódico cántico cuando presentían que llegaba el momento de su muerte. Así Cicerón, por ejemplo, nos dice en un pasaje de sus Conversaciones en la villa de Túsculo (Libro I, 30): "...los cisnes que fueron consagrados a Apolo no sin razón sino porque parece que de él reciben el don de la adivinación, en virtud de la cual mueren con un canto placentero al presentir el bien que hay en la muerte...". 

La historia del patito feo que se convierte en un bellísimo cisne resplandeciente al alcanzar la edad adulta, porque aunque había nacido en el corral de los patos había salido del huevo de un cisne,  nos viene a la mente a nosotros, los modernos, siempre que se menciona al cygnus olor, que es su nombre científico, desde que Hans Christian Andersen publicara su cuento en 1843 llamado a alcanzar tanta popularidad.  El patito más torpe, desgarbado, grande y menos agraciado que sus hermanos resultó, al fin y a la postre, que no era un pato tan patoso como parecía, sino un cisne de una belleza majestuosa y deslumbrante. Lo mismo sucedería con su voz, según los antiguos:  el graznido del supuesto pato resultaría un melódico y único canto en la plenitud de la vida.

Pero el cisne, por lo que se sabe de él, no canta nunca, sino que vozna, (del latín bucinare), que es emitir una voz bronca,  es decir,  una especie de gruñido sordo, similar a un ronquido, bastante desagradable, por cierto,  y disonante. Se creía sin embargo que el cisne tenía la habilidad, concedida por Apolo, como cuenta Cicerón, de predecir su propia muerte, y, cuando sentía que había llegado su hora, entonaba el canto más bello que jamás había proferido, porque comprendía que la muerte no era un mal en sí, sino todo lo contrario: un bien, el mejor bien de hecho que podíamos recibir en la vida.

Lord Byron,  a través de su alter ego don Juan, un donjuán que no seduce a las mujeres sino que, víctima del sexo femenino, es seducido por ellas, de ahí el carácter satírico que apuntábamos arriba de su poema, entona su canto de cisne en el cabo de Sunio, frente al mar.

jueves, 27 de marzo de 2025

Economía para los más peques

Recuerdo que cuando era pequeño tuve por lo menos dos huchas: una con forma de casita, que era de plástico y podía vaciarse fácilmente sin romperla y volver a utilizarse, y otra, más típica, que me viene a la cabeza ahora, que era un cerdito de barro con una rendija en el lomo para insertar las monedas y que había que romper para poder disfrutar de la riqueza acumulada. Era el cerdo símbolo de prosperidad, y una garantía de abundancia para el futuro, ya que su sacrificio ofrecía a la familia una fuente de proteína animal de jamones, chorizos, morcillas y embutidos varios que podían durar en la despensa hasta un año después de la matanza. 


Mi padre me daba semanalmente la paga: un duro, o sea, cinco pesetas. Yo sabía que, si en lugar de gastar esa paga en chucherías, la guardaba en su totalidad o en parte en la hucha, ahorraría al cabo de mucho tiempo un dineral -todavía no entendía yo muy bien la palabra "capital"-, y juntando mis ahorros, una vez rota la alcancía, podría comprar algo que ahora deseaba... el día de mañana. La ilusión por ese algo indefinido alimentaba mi deseo de ahorrar, pero enseguida comprendía que ese algo era como la zanahoria que se le pone al burro para que camine hacia delante sin distracción, algo siempre futuro y, por lo tanto, inalcanzable por esencia, condenándome a mí mismo al suplicio de Tántalo: se ve en la imaginación del deseo pero no se toca. Yo lo deseaba  aquí y ahora pero no tenía el dinero para comprarlo todavía. El problema era que cuando hubiera alcanzado la suma necesaria quizá ya no lo desearía... Aprendía así yo el valor del dinero, del futuro y del ahorro o sacrificio a tumba abierta del presente.


Me ha sorprendido ahora, bastante entrado ya en años, al hilo de estos recuerdos, la publicación y la polémica de un libro de economía para niños, escrito por María Jesús Soto Barragán, y titulado “Mi primer libro de economía, ahorro e inversión (Educación Financiera Básica)”, porque es un libro de texto que se imparte en los colegios de primaria de Castilla y León.



En la portada vemos a los jóvenes protagonistas Carol y Nico con un simpático perrito. Nico señala una planta que crece sobremanera y cuyas hojas llevan inscritos los símbolos pecuniarios de la libra, el dólar, el euro, el yen... La planta parece que es abonada con monedas y regada por Carol, que exclama entusiasmada: “Un libro para enseñar a jóvenes y... ¡no tan jóvenes!”· Detrás de ellos un monstruo cornudo, que representa la inflación. Y junto a una hucha el lema: ¡Aprende a ser un inversor responsable, descifrando los enigmas de las finanzas!


La propaganda del libro dice lo siguiente: Con ellos, se refiere a Carol y Nico, aprenderás cómo nacieron los primeros billetes y monedas, pues el dinero no cae del cielo y ganarlo o perderlo tiene sus riesgos y no siempre la misma rentabilidad. Te enseñarán qué es ahorrar e invertir, cómo se elabora un presupuesto y qué profesionales nos ayudan a invertir bien y evitar que el monstruo de la inflación (sic) se coma (resic) nuestros ahorros. Mediante explicaciones sencillas, ejemplos, curiosidades, tiras cómicas y unas magníficas ilustraciones, comprenderás palabras que escuchas a tus padres o en la radio, que lees en prensa, libros e internet, y que ahora no sabes qué significan.


Las últimas líneas del párrafo transcrito tienen un indudable cariz pedagógico: se trata de enseñar a los más pequeños a comprender palabras que oyen a todas horas y cuyo significado desconocen, benditas criaturas: sabia ignorancia la suya, que diría Nicolás de Cusa. Supongo que se refieren a déficit, superávit, inflación, microeconomía... y demás monsergas propias de un adoctrinamiento capitalista bastante perverso. 




La diputada de Podemos en Castilla y León Lorena González Guerrero ha denunciado con gran acierto y valentía desde mi punto de vista la imposición de este libro en los colegios de su Comunidad en un vídeo titulado “Escalofriante”, publicado en el muro de Podemos en Feisbuq, donde lamenta, entre otras cosas, que los libros de texto de primaria fomenten la usura.

Han arreciado las críticas desde los sectores más conservadores y ultramontanos contra las declaraciones de la diputada. Dicen que la formación morada “ha vuelto a hacer muestra de su ideología comunista y anticapitalista: se ha quejado de que un libro explique a los niños cómo ahorrar para el futuro.”

Pero tiene razón Lorena González Guerrero, por mucho que les pese a los conservadores: Que se enseñen en los colegios de primaria conceptos como el ahorro, la inversión, la inflación o el trabajo para ganar dinero y poder pagar una buena universidad (se sobreentiende que con lo de buena se refieren a “privada”) son adoctrinamiento capitalista que prepara a los estudiantes de primaria para que cuando lleguen al instituto de secundaria se decanten por la economía de la empresa, por ejemplo, en detrimento de otros saberes y estudios humanísticos.

Lo paradójico del caso es que la crítica que ha hecho la diputada  ha conseguido despertar el interés por el libro, convirtiéndolo en un superventas. Hay quien considera que es un libro magnífico, muy pedagógico e interesante y muy adaptado a las capacidades limitadas de los niños. Sin duda la mejor educación que se les puede dar a los pequeños para no ser analfabetos... financieros. Así nos luce el pelo.

miércoles, 26 de marzo de 2025

Actualidad del mito de Europa

No sólo los antiguos creían en los mitos. También los modernos creemos en ellos, otros mitos pero mitos al fin y a la postre. El problema es que muchas veces nos pasa desapercibido el carácter mítico de nuestras creencias; tan nuestras que son y tan firmes y arraigadas como las tenemos, no somos capaces de verlas como tales en primer lugar y de cuestionarlas mínimamente con sentido crítico en última y no menos importante instancia.  


Un buen ejemplo puede ser el mito de Europa, de la que tanto se oye hablar últimamente porque se siente amenazada e indefensa. Para los antiguos, Europa era una princesa fenicia de la que se enamoró Zeus o Júpiter, que le decían los romanos,  cuando la vio jugando con sus amigas en la playa de Sidón, o de Tiro, según otras fuentes. El dios, enardecido de amor por la belleza de la muchacha,  se transformó en un toro de resplandeciente blancura y cuernos en forma de luna creciente -"media Luna los cuernos de su frente", que cantó Góngora-; y se tumbó  mansamente a los pies de la doncella. Ella, asustada al principio, cobró ánimo y acabó confiándose, acariciando al toro y sentándose sobre su lomo, momento en el que la bestia aprovechó para lanzarse al mar y llevársela consigo. La travesía, rumbo a Occidente, a través de las olas acabó en la isla de Creta, donde el "mentido robador de Europa",  según el verso gongorino que evoca al falso toro que la raptó, se une carnalmente a la virgen, y, como recompensa, otorga el nombre propio de la princesa a esa parte del mundo donde se había producido la unión de la que nacerá el legendario rey Minos. Había nacido Europa. 

El toro, cuya forma había adoptado Zeus se convirtió, posteriormente, según la leyenda, en una constelación que fue colocada entre los signos del zodíaco y que conserva, como cultismo, su antiguo nombre: tauro.

Europa, fotografía de Madame Yevonde,  (1935)

El simbolismo de esta princesa fenicia, por otra parte, está abierto a toda clase de sugerencias e interpretaciones: "ex Oriente lux" dice el proverbio latino, que significa que de Oriente nos viene la luz del sol, como vienen de Oriente los Reyes Magos, en la tradición cristiana, a adorar al recién nacido... Y de Fenicia, en concreto, tomaron los griegos algo tan importante y crucial para nuestra cultura como el alfabeto, que es el origen del abecedario latino que empleamos hoy casi universalmente.  Así que de Oriente nos vino, al menos, la escritura alfabética, y con ella el comienzo de la historia humana propiamente dicha y de nuestra cultura.

  Europa, Valentin Serov (1910)

Los mitos modernos, tales como el Progreso, Europa, la Democracia, los Mercados... y un larguísimo etcétera son mucho más prosaicos que los antiguos, como podéis comprobar, pero no menos poderosos y más dogmáticos, por lo que no es mal ejercicio desmitificarlos, es decir, analizarlos, disolverlos como si de un análisis químico se tratara. Nos exigen no sólo la fe ciega de que creamos en ellos sin ponerlos nunca en tela de juicio,  sino también  que hagamos algún sacrificio que otro en sus altares.

 Rapto de Europa, Botero (1995)

"Somos conscientes de los sacrificios exigidos para fortalecer Europa", ha dicho recientemente un prohombre del Estado y político de las finanzas elegido democráticamente. Lo ha dicho en pleno siglo XXI de la era moderna. Ha querido decir que hay que fortalecer un dogma de fe, un mito ("Europa"), que hay que darle credibilidad -ahora no dicen "fe", que suena a religión, sino "credibilidad", que es lo mismo pero parece más moderno y distinto porque,  frente a la monosilábica "fe",  la "credibilidad" tiene nada más y nada menos que cinco sílabas, lo que le da mucha más enjundia y empaque a la palabra. Hay que fortalecer a Europa, ha dicho, y rearmarla porque su seguridad está en peligro, aunque exija en sus aras y a tumba abierta  el sacrificio de todos los europeos.


En la moneda griega de dos euros figura hoy, qué paradoja, el rapto de Europa, dando a entender mucho más de lo que parece que representa. ¿No será acaso el toro bravo hoy en día una metamorfosis no ya del obsoleto Júpiter o del no menos rancio Zeus, sino del propio Euro, la "moneda única" que está a punto de digitalizarse y es la última epifanía del poderoso caballero Don Dinero (Quevedo dixit), o Das Kapital, que diría don Carlos Marx, el nuevo, único y moderno dios verdadero que rige los destinos no sólo de la llamada comunidad o unión europea,  que necesita estar constantemente fundándose y refundándose y defendiéndose de los euroescépticos sino también del mundo entero? 

Una muestra del humor genial del llorado Forges abunda sobre el mismo tema, muestra el moderno "rapto" de Europa.