sábado, 20 de enero de 2024

¿Es verdad la realidad?

    Me sorprendió el otro día el hondo calado filosófico de la declaración de nuestro presidente del gobierno, que en una entrevista concedida al Periódico Global -El País, para los lerdos-, respondía a la pregunta de la entrevistadora: “Lo más relevante es saber que en la vida como en la política la verdad es la realidad”. 
 
    Algunos fans (abreviatura anglosajona probable de 'fanatic' -fanáticos- tomada del inglés americano para los hinchas entusiastas del béisbol y que aquí empleo yo con el sentido de devotos que le han entregado sus votos, nunca mejor dicho, y su devoción a Pedro) recurrieron enseguida a buscar la fuente arcana de tanta sabiduría de la que había bebido el presidente, y se remontaron al mismísimo Aristóteles. 
 
    Pero hay una cosa clara, por mucho que investiguemos en los textos del estagirita, Aristóteles nunca dijo que la verdad fuera la realidad, por la sencilla razón de que la realidad no estaba inventada todavía. 
 
    No es una broma lo que digo, dado que se trata de un término y un concepto neolatino moderno ajeno a la antigüedad clásica, que remonta a la palabra res 'cosa', a través del adjetivo  realis 'relativo a la cosa'de donde se obtuvo el sustantivo abstracto y, por lo tanto la idea, de realitas, que el diccionario de Blánquez Fraile define como “physica rei existentia”, para lo que ha tenido que recurrir a un helenismo como “physis” y al latín tardío 'ex(s)istentia', de modo que signifique algo así como “surgimiento natural o físico, si se prefiere mantener el helenismo, de una cosa: vamos que tiene existencia efectiva, para lo que tiene que tener un nombre y, secundariamente, un número. 
 
 
    Una formulación como “La verdad es la realidad” así, en abstracto, no deja de sembrarme muchas dudas, por lo que decido consultar al oráculo de la Inteligencia Artificial a través de la Sibila de Cumas que es el Chat GPT. Preguntado si la verdad es la realidad como dice Pedro, esto es lo que me contesta el susodicho Chat, ni sí ni no, sino todo lo contrario: 
 
    La verdad y la realidad son conceptos relacionados pero distintos. La realidad se refiere a lo que existe de manera objetiva, independientemente de nuestra percepción o interpretación. Es lo que es, independientemente de nuestras creencias o conocimientos sobre ello. 
 
    Por otro lado, la verdad se refiere a la correspondencia entre nuestras creencias o afirmaciones y la realidad. En otras palabras, algo es verdadero si se ajusta a la realidad. Sin embargo, a veces nuestras percepciones pueden estar equivocadas, y lo que creemos que es verdad puede no coincidir con la realidad objetiva. 
 
    En resumen, la verdad aspira a reflejar fielmente la realidad, pero no siempre coincide debido a nuestras limitaciones en la percepción y comprensión. La realidad es independiente de nuestras percepciones y creencias, mientras que la verdad es la representación precisa de esa realidad en nuestras mentes. 
 
 
    La respuesta no me saca de mis dudas ni me deja satisfecho. El primer párrafo me siembra muchas más dudas aún de las que yo albergo, porque si la realidad es lo que existe objetivamente pero depende de mi percepción subjetiva, está claro que mi percepción distorsiona la realidad, por lo que esta no puede ser verdad... y lo que creo que es verdad puede no coincidir con la realidad objetiva... 
 
    Ante mi perplejidad, pues no me ha sacado de la duda, decido formularle al oráculo la pregunta al revés, por aquello de que si A es igual a B, B es igual a A, y le pregunto: ¿La realidad es la verdad? Me responde lo mismo con otras palabras: 
 
    La realidad y la verdad son conceptos complejos que han sido objeto de reflexión y debate a lo largo de la historia filosófica y epistemológica. En términos generales, la realidad se refiere a la existencia objetiva de cosas y eventos, independientemente de si son percibidos o comprendidos por alguien. Por otro lado, la verdad se relaciona con la correspondencia entre nuestras creencias o afirmaciones y los hechos objetivos. 
 
    En muchos casos, se asume que la realidad y la verdad están estrechamente vinculadas, ya que se espera que nuestras percepciones y comprensiones se alineen con lo que realmente existe en el mundo. Sin embargo, existen perspectivas filosóficas que cuestionan la posibilidad de conocer una verdad absoluta o la realidad en sí misma, argumentando que nuestras percepciones están siempre mediadas por nuestras experiencias y limitaciones cognitivas. 
 
    En resumen, aunque la realidad y la verdad están relacionadas, no son necesariamente idénticas. La verdad se refiere a la correspondencia entre nuestras creencias y los hechos, mientras que la realidad es la existencia objetiva de cosas y eventos, independientemente de nuestras percepciones. La comprensión completa de estos conceptos puede variar según la perspectiva filosófica o epistemológica que se adopte. 
 
    Al final, lo que viene a decirme el oráculo con su farragosa palabrería, literatura barata, es que la comprensión de ambos conceptos depende de la perspectiva que se adopte. Para ese viaje no necesitábamos tantas alforjas filosóficas ni epistemológicas porque lo que sí está claro es que hace falta que alguien diga, como nuestro presidente, no Aristóteles, que la verdad es la realidad para que luego venga otro como yo, por ejemplo, que soy cualquiera, y lo desmienta diciendo que no, que eso es mentira, que la realidad es una cosa y la verdad es otra muy distinta.  

viernes, 19 de enero de 2024

Crónicas pospandémicas (II)

    Capitalismo, comunismo, socialismo, democracia, socialdemocracia, neoliberalismo, globalismo, dictadura, monarquía, república… son palabras que van diluyendo progresivamente su significado, pero que nunca van a ser abandonadas por el sistema, útiles que son todavía para ocultar el dominio sobre la gente y el hecho de que por debajo de ellas no hay nada sustancial que las haga diferentes. 

    Lo que el llamado globalismo nos trae es una colección nominal e histórica de Estados-nación, con sistemas de gobierno superficialmente diferentes, todos construidos sobre los mismos parámetros subyacentes y todos respondiendo al mismo patrón de una autoridad superior y supranacional no elegida ni declarada. Si esto nos resulta de algún modo familiar y no extraño es porque ya lo estamos padeciendo. 


    Ni siquiera hace falta que se apruebe el tratado de pandemias que quiere imponer la Organización Mundial de la Salud (en realidad Organización de la Mala Salud) porque en la práctica ya ha probado su vigencia desde que se declaró la pandemia universal del virus coronado el 30 de enero de 2020 hasta el fin de la emergencia (pero no del virus coronado) el 5 de mayo del 2023.

    ¿Qué pruebas tenemos de la existencia del así llamado Estado Profundo, que es el eje en torno al que gira el globalismo? Tenemos, por ejemplo, el hecho de que la mayoría de las naciones están introduciendo una nueva moneda digital emitida por su banco central habida cuenta de que el dinero totalmente digital permite un control absoluto de cada transacción. No existe una diferencia práctica entre 195 monedas digitales diferentes que son intercambiables y que revelan la existencia de una única moneda global que podíamos decir que es el Dinero que abandona la liquidez de su estado sólido y efectivo para convertirse en una entelequia numérica y crediticia (por no hablar de la desaparición efectiva que hemos padecido en la Unión Europea de las viejas monedas nacionales: el franco, la peseta, el marco alemán, la lira italiana..., en provecho del euro). 

    Podemos decir, en resumidas cuentas, que los viejos estados nacionales han perdido efectivamente el control de su moneda, pero el capital, que no conoce fronteras, sin embargo, no ha perdido el control de ningún estado nacional. 

        Pero ¿qué pasa con la política?¿Cómo se las arregla ese Estado Profundo para camuflar su existencia? ¿Cómo transmite ese gobierno global políticas y leyes? Dando un enfoque pedagógico a través de la educación y adoctrinamiento de los sistemas educativos y medios de formación de la opinión pública a fin de que los propios ciudadanos deseen esas políticas y leyes sin necesidad de coerción. Si alguien, haciendo uso de su libertad de expresión, se atreve a denunciar el globalismo es tachado enseguida como fuente de desinformación (disinformation) o de mala información (misinformation), y pronto será censurado efectivamente dado que, como han declarado en Davos justificando así la censura, la mayor amenaza mundial consiste en que alguien no informe de lo que tiene que informar, es decir, de lo que está sutilmente mandado. 

     Hay una línea que divide a los buenos y malos ciudadanos. Probos son los afirmacionistas, ímprobos los negacionistas (del virus, del cambio climático, de la descarbonización...), calificados además tanto por la derecha política -vamos a decir con más precisión 'por los neoliberales'- como por la izquierda -llamémoslos 'socialdemócratas'- de 'radicales de extrema derecha' o 'neonazis'. 

 

    En realidad ya no hay ni derecha ni izquierda desde hace tiempo entre los partidos parlamentarios de gobierno, pero todos ellos esgrimen el fantasma de la extrema derecha. 

     La estrategia del Estado Profundo es plantear un problema a escala mundial, como es en la actualidad el cambio climático presentándolo como crisis sanitaria que nos afecta personalmente porque puede derivar en crisis política y económica. La solución de este problema general no puede ser particular. Si es un problema global, la solución no puede ser local, tiene que ser a escala planetaria. De nada nos sirve purificar nuestro aire de emisiones de dióxido de carbono, es un decir, si los vecinos no lo hacen también, porque el aire que respiramos no tiene fronteras...

jueves, 18 de enero de 2024

Alocución de Damon Imani

    La alocución de Damon Imani en el Foro Económico de Davos es un montaje creado obviamente con inteligencia artificial y por lo tanto falso, pero si no es real, merecería serlo sin embargo.
 
    Las palabras del invitado, que comienza agradeciendo educadamente la oportunidad de participar en el evento del Foro Económico -ahora llaman economía a la política-  Mundial, y que aprovecha para mandar a que le den (lo que se merece) al presidente y a su Nuevo Orden Mundial, irritan al presidente que se levanta de su asiento y se va indignado, mientras el locutor razona que el pueblo es libre y quiere seguir siéndolo, y vuelve finalmente a desear a todos los presentes que les den (lo que merecen).
 
    He aquí sus palabras en la lengua del Imperio en que son pronunciadas, con el pitido correspondiente cuando se oye el término malsonante: "And I appreciate the World Economic Forum providing me the opportunity to be on this stage, and say ‘fuck you, Klaus Schwab, and fuck your New World Order’. We the people were born free and will stay free. And you and all of your globalists friends including everyone in this room can go fuck yourselves". 

 


    Y esta su traducción: "Y agradezco al Foro Económico Mundial que me brinde la oportunidad de estar en este escenario y decirle que le jodan, Klaus Schwab, a usted y a su Nuevo Orden Mundial. Nosotros, el pueblo, nacimos libres y seguiremos siendo libres. Y usted y todos sus amigos globalistas incluidos todos los presentes en esta sala pueden irse a la mierda".

   

      Durante esta semana políticos y empresarios -emprendedores todos, incluido nuestro presidente- de todo el mundo se reúnen en el Foro Económico Mundial que se celebra en la localidad helvética de Davos, un congreso organizado por el señor Klaus Schwab, autor de la frase que le retrató: "La pandemia representa una rara pero pequeña ventana de oportunidad de repensar, reimaginar y resetear nuestro mundo". El FEM reúne a las grandes élites globalistas que pretenden aplicar políticas mundiales con las mejores intenciones del mundo -ecología, feminismo, igualdad de oportunidades...- para engañar y dominar a la población, más aún de lo que ya está, a través de sus propios gobiernos democráticos. 
 
    Ha sido este gran rechazo lo que ha causado la polémica del brevísimo vídeo elaborado con IA por Damon Imani, un creador danés de contenidos críticos y satíricos, que se ha hecho viral en todas las redes sociales y que ha sido censurado y denunciado enseguida como “fake” por los verificadores, falso sí, pero que expresa lo que millones de personas en todo el mundo quisiéramos poder decir si tuviéramos la oportunidad de hacerlo en Davos.

    No sé si alguien habrá pensado en medir la huella de carbono de los plutócratas hipócritas del Foro Económico Mundial de Davos,  que van de ecologistas y acuden en sus jets privados desde todos los rincones del planeta, que toman lujosas limusinas para ir desde el aeropuerto a la localidad suiza y que tienen calefacción y suelos radiantes hasta en los balcones desde los que se asoman a la nieve, a parte de todo el equipo de seguridad motorizado. Algunos llevan hasta sus propios mayordomos, y se preocupan por la desigualdad económica existente en el mundo, que dicen querer remediar, responsables como son ellos y el sistema que defienden, que es el capitalismo neoliberal y socialdemócrata de dicha desigualdad. 

La Confederación Helvética moviliza más de 5000 militares para velar por la seguridad de esta 54 edición del Foro de Davos.
 

    Dicen también preocuparse por la brecha de género y los derechos de los homosexuales, y recurren a los servicios de lujosas putas y putos, por no hablar de su preocupación por el excesivo consumo de carne, que nada tiene que ver con el bienestar de los animales. Quieren que disminuya el consumo de carne en el mundo, pero que sea de más calidad -a ellos no les falta en sus selectos menús-, no de granjas donde se hacinan en condiciones deplorables por millares reses que no pastan libres en los campos, y promueven en cambio el consumo sin prejuicios de grillos, cucarachas y otros insectos para el resto... 

miércoles, 17 de enero de 2024

Crónicas pospandémicas (I)

    Si algo hemos aprendido durante la pandemia (2020-2023), poca cosa que no supiéramos o intuyéramos ya desde mucho antes a decir verdad, es que ha servido para evidenciar la existencia efectiva de un gobierno mundial en la sombra que controla a todos y cada uno de los gobiernos y habitantes del planeta un poco más y mejor de lo que estábamos sin que nos demos cuenta demasiado. Lo grave no fue la epidemia en sí, sino las consecuencias que se derivaron de ella. 

    Ya dijeron algunos que no había mal que para bien no viniera y que la crisis sanitaria, dentro de lo mala que era, no dejaba de ser una oportunidad pintiparada para resetear el sistema. Atención al anglicismo que pone en relación, por algo será, el virus informativo, es decir, la información que se viraliza, nunca mejor dicho, dando carta de naturaleza a la existencia de un peligroso patógeno, y el virus informático. 

     Claro está que los perpetradores del reseteo no van a reconocer abierta- y expresamente que han creado la crisis a propósito, pero lo que sí podemos ver es que, a río revuelto, aprovechan la ganancia. No van a ponerle un nombre a su coup d' État -¡qué bien suena en francés!- global, o sea, mundial, porque eso sería reconocer el fenómeno, lo que facilitaría su visibilidad y, por lo tanto, podría fomentar la oposición de los nacionalismos. 

    El éxito de la empresa radica, precisamente, en que es tan evidente que no se ve, y si alguien lo ve se dice que está viendo visiones, y si lo denuncia es porque es un hater -ojo a este otro anglicismo, que es lo contrario de lover. Téngase en cuenta, además, el hecho de que el odio está tipificado como delito, y el amor es una medalla condecorativa que se ponen en el pecho como broche de oro los filántropos.

    Quieren establecer una gobernanza planetaria -gobierno es término ya obsoleto y pasado de moda-,  pero para ello no pretenden abolir las nacionalidades ni sus respectivos gobiernos y sistemas democráticos ni las diversas lenguas nacionales, aunque la lengua del Imperio, el inglés, sea la lengua franca impuesta en todas las instituciones, incluida la Unión Europea, después incluso de la salida del Reino Unido de la Gran Bretaña, donde solo queda como anglófona la república de Irlanda. El inglés es la segunda lengua y por lo tanto la única internacional de todos los demás estados. 

La leyenda de los siglos, René Magritte (1950)
 

    Nunca van a salir Bill Gates o Klaus Schwab, no son tan bobalicones, a decirnos en versión original subtitulada por la tele que ya no existen los estados nacionales ni sus lenguas oficiales y cooficiales. Nada más lejos de sus intenciones. Sería una torpeza imperdonable por su parte y además algo contraproducente. El nacionalismo sigue siendo muy útil para crear y manipular la opinión pública, que en realidad, contra lo que dice su nombre siempre es una opinión privada, nunca del pueblo o del común.

    Nunca se nos dirá que estamos unidos bajo un nuevo modelo, que es el Nuevo Orden Mundial; en cambio, la ilusión de regionalidad y variación superficial camuflará una falta de opciones reales en todo el panorama político. 

    

    Ursula von der Leyen decía en inglés ayer mismo en el Foro Económico Mundial de Davos, a donde vuelan mil quinientos (1500) aviones privados para decirnos que nos estamos cargando el planeta con nuestros humos, donde se reúnen los prohombres y las promujeres de las élites,  que su principal preocupación no es el conflicto ni el clima -conflict or climate- sino la desinformación -disinformation and misinformation-, dicho en inglés con dos palabras para atropellar la información alternativa, la denuncia de la manipulación informativa a la que nos someten para que no veamos sus turbias intenciones.  ¡Cómo evitaba ella finamente la palabra 'guerra' -war en la lengua del Imperio que utiliza- que sugiere "sangre, sudor y lágrimas" y que patrocinan y subvencionan ella, el Tío Sam y sus aliados en Ucrania y Palestina, mencionando el "conflicto" -conflict, una palabra culta y latina y para la mayoría de la gente incomprensible, pero que suena mucho mejor y más pacífico- y equiparando sutilmente los cambios atmosféricos con los 'cambios geopolíticos' y las operaciones militares!  

    Los muchos y plurales estados superficiales -hay 195 países en el mundo según la ONU- no ocultan la existencia de un único estado profundo, sino que son sus diversos avatares, sus manifestaciones peculiares, como si fueran revestimientos o collares del mismo monstruo, Leviatán.

martes, 16 de enero de 2024

Contra los Estados Unidos de América

    Una bestia ciega y sorda, en expresión del historiador francés Christophe Lemardelé, intenta mantener con todas sus fuerzas una hegemonía sobre el mundo que ve peligrar: los Estados Unidos de América. 


     El Imperio del Tío Sam, gobernado a la sazón por un decrépito y senil presidente demócrata al que todo el mundo occidental saludó como la mejor alternativa al impresentable presidente republicano anterior, no menos senil y decrépito, impuso durante la crisis del virus coronado su dictadura sanitaria a las democracias occidentales impulsando una vacunación aventurera y precipitada, y la censura a los científicos disidentes. 


     No contento con eso, ha hecho, además, de la guerra de Ucrania una guerra indirecta internacional contra Rusia, avivando los peores fantasmas de la Guerra Fría, arrastrando a la Unión Europea a sancionar a Rusia y a defender a toda costa a Ucrania, destinando a tal fin dineros, soldados y armas, convirtiendo a Putin en el malvado enemigo de Occidente y a Zelensky en un héroe y beato, cuando las cosas no son tan sencillas como quieren hacernos ver.

    Y ha convertido finalmente la masacre perpetrada por el ejército israelí en Gaza en un acto de legítima defensa, porque, según el tío Sam, que se ha autoerigido en el gendarme universal defensor de la democracia, Israel tiene derecho a defenderse incluso si eso significa cometer los peores crímenes y tropelías que puedan imaginarse contra la humanidad bombardeando sin piedad a una población atrapada compuesta principalmente por jóvenes y niños...

 

lunes, 15 de enero de 2024

Mensajería política de urgencia

El mayor peligro entre otros de la llamada Inteligencia Artificial de las tecnologías digitales es hacernos autómatas más necios y tontos aún de lo que somos. 

El verbo “gestionar” se adueña de nosotros convirtiéndonos en gestores hasta de nuestras emociones, lo gestionamos todo a fin de no cuestionar nada en absoluto. 

 Transforman la estación invernal en una emergencia sanitaria, como ya hicieron antes con la estival, y justifican la imposición de la mascarilla hospitalaria. 

 

El ministerio de sanidad impone el bozal obligatorio en los inhóspitos hospitales y le pone puertas al campo tratando de demostrar así su eficiencia y eficacia. 

 La divulgación científica de la teoría de los virus, gérmenes o bacterias es lo mismo que la práctica propagación efectiva de dichos virus, gérmenes, bacterias. 

 España ha adiestrado, confiesa doña Margarita Robles, regenta del Departamento de Guerra, a cientos de militares y civiles ucranianos como perversa institutriz. 

 

Las naciones y pueblos (en plural) son una invención perversa de los gobiernos para poder gobernar a la gente con su consentimiento expresado democráticamente. 

 Los antifascistas enarbolan un fantasma inexistente declarándose en su contra, y aceptan de paso el sistema de dominación vigente del capitalismo democrático. 

El pedigrí antifascista de las clases dominantes en una época en que ya no hay fascismo hegemónico legitima la hegemonía del capitalismo liberal y democrático. 

 

 ¿Progresista? No: regresista. Mejor volver al paraíso del que hemos sido expulsados que avanzar sin sentido en la noche de los tiempos y el reloj cronometrado. 

Del calentamiento global hemos pasado al estado de ebullición, y de este a la estupidez general de las ranas que se cuecen en su propio caldo de inconsciencia. 

 El conflicto entre la estructura superficial y la profunda del Estado no es ningún secreto: los gobiernos nacionales no son los mandatarios, sino los títeres. 

 

La publicidad, so pretexto de querer vendernos bienes concretos y tangibles, nos vende en realidad valores, que son las ideas platónicas que así los fagocitan. 

  La prensa oficial, temerosa de verificar la validez de sus informaciones, se dedica a perseguir, como la caza de brujas de antaño, bulos con saña inquisitorial.

  Matan al mensajero que denuncia que hay una conspiración o conjura porque si no se habla de ello no tiene visos de realidad, y carece -parece- de existencia.

domingo, 14 de enero de 2024

Soy nadie

    Soy nadie es uno de los poemas breves más conocidos de la norteamericana Emily Dickinson (1830-1886), en el que exalta la gloria de ser un don Nadie, del que hay dos versiones, la manuscrita y la publicada inicialmente en 1891, que traduzco aproximadamente conservando ritmo yámbico y rimas:


¡Soy nadie yo! Y tú ¿quién?
¿Eres nadie también?
¡Entonces somos dos! Silencio.
Nos echarían, sabes.

 ¡Qué horror ser alguien! ¡Qué vulgar
croar como una rana
el propio nombre todo el día
a charca que se ufana!

 

     El manuscrito de la autora presenta algunas variantes, como puede comprobarse en el Emily Dickinson Archive, que no alteran sin embargo el sentido de un poema que viene a decirnos que el anonimato es preferible al renombre de la fama, y que invita al lector a sumergirse en  un nosotros común que se opone a un ellos, los que son alguien.

Emily Dickinson (1830-1886)
 
¡Soy nadie! ¿Quién eres tú?
¿Eres -Nadie- también?
¡Entonces somos dos! 
¡No lo digas! lo divulgarían, ¡ya sabes!
 
¡Qué deprimente ser Alguien!
¡Qué vulgar, como una rana,
pasar todo el verano repitiéndole tu nombre
a un charco admirado! 
 
(Traducción de María Negroni)
 
 

sábado, 13 de enero de 2024

'Europa' quiere fichar a una cantante norteamericana para animar a los jóvenes a votar

    Un comunicado del Partido Inexistente denuncia la intención de la Comisión Europea de fomentar y manipular el voto juvenil ante la convocatoria de elecciones al parlamento europeo que se celebrarán, si nada ni nadie lo impide, cosa poco probable, Dios mediante, en junio del año en curso recién inaugurado. 
 
Taylor Swift como reclamo electoral
 
    La Comisión Europea quiere que los jóvenes voten, pero como muchos de ellos no saben qué votar y algunos optan razonablemente en consecuencia por no hacerlo, a un cráneo privilegiado se le ha ocurrido hacer un llamamiento a la la bellísima cantante norteamericana Taylor Swift, persona influyente del año según una conocida revista, como reclamo electoral a fin de que, aprovechando que en primavera andará por estos pagos del viejo continente dentro de su gira de promoción, haga un llamamiento a sus numerosos seguidores, los suiftis, para convencerlos de la importancia de depositar religiosamente su voto en una urna, porque la participación de la juventud es crucial para el sostenimiento del sistema democrático de dominio vigente, votando en los comicios comunitarios, y, last but not least, haciéndolo correctamente como Dios manda, es decir, votando a las opciones democráticas, ya sean neoliberales o sean ya socialdemócratas, da igual.
 
 
    Son conscientes en las altas instancias de dicha Comisión de que esta cita es especialmente delicada por el ascenso de la extrema derecha en varios países europeos, y podría salir el tiro por la culata, como suele decirse, si esos jóvenes desencantados de la política democrática de que disfrutan acudieran a votar y, seducidos por los cánticos de sirenas, votaran a la bicha. 
 
    La susodicha y atractiva cantante ya lo hizo en su propio país y su llamamiento fue un éxito relativamente rotundo -porque todo es relativo en la tierra del Señor. En septiembre pasado, en efecto, Taylor pidió a los seguidores de su generación que se registraran para votar en los comicios presidenciales de los Estados Unidos, y de golpe y sopetón se apuntaron 35.000 personas en el censo, y también les pidió, no menos importante, que no votaran a Donald Trump, que no salió. Allí es imprescindible solicitar la inscripción en el censo para poder votar, no como aquí que incluyen a toda la ciudadanía mayor de edad salvo error u omisión. 
 
 
    Para echar a Trump, les dijo, de la Casa Blanca, había que alojar a otro inquilino, en concreto, a Joe Biden, solución que al fin y a la postre ha resultado igual o peor que el mal que se pretendía remediar. Ya hemos visto cómo nos ha ido y cómo nos va, y cómo se ha hecho verdad aquello que dice la gente de que “otro vendrá que bueno me hará”, con el demócrata Joe Biden fomentando el belicismo democrático y echando leña al fuego en Ucrania, en Israel y por doquier.

viernes, 12 de enero de 2024

El otro Napoleón

    En La Debacle (1892) de Émile Zola, novela histórica ambientada durante la guerra franco-prusiana, cuyo tema principal es la brutalidad de la guerra vivida por el soldado común y corriente, un personaje le dice a otro quejándose de los Jefes de Estado que arrastran a la muerte a sus ejércitos: -"Si Badinguet y Bismarck tienen una discusión, que la resuelvan entre ellos, a puñetazos, sin molestar a cientos de miles de hombres que ni siquiera se conocen y que no quieren luchar".
 
  El bien conocido Otto von Bismarck conseguirá, con su victoria en la guerra franco-prusiana, crear el Imperio alemán, y Badinguet, que es el sobrenombre de Luis Napoleón, más conocido como Napoleón III, alias Napoleón el Chico, en contraposición a su presunto tío Napoleón el Grande,  será derrotado por el ejército prusiano de Bismarck en la batalla de Sedán, poniendo fin al Segundo Imperio y proclamándose la III República francesa, cuyo primer presidente será el mariscal Mac-Mahon, vencido en dicha batalla, que hizo, entre otras muchas declaraciones, el siguiente reconocimiento de su idiocia personal: la fiebre tifoidea es terrible: o te mata o te idiotiza: lo sé bien por experiencia.
 

 

    A Luis Napoleón, coronado como Napoleón III, el Emperador de los franceses, casado con la española Eugenia de Montijo en 1853 en la catedral de Notre-Dame de París, se le denominaba Badinguet porque cuando estuvo preso en 1846 en la fortaleza de Ham en el Somme por haber conspirado para derrocar a Luis Felipe, logró escapar tomando la ropa y los papeles de un pintor así llamado, por el que se hizo pasar.La emperatriz Eugenia sería apodada La Badinguette.
 

 
    Una caricatura de la época titulada "¡Los gozos de Badinguet!" muestra a Napoleón III sentado en un orinal y haciendo sus necesidades, con una jeringa enorme en la mano, diciendo: “Mi hermano Guillermo creía que iba a destronarme, pero ya ven que sigo en el trono”. 
 
    Otra caricatura muestra como fue a la guerra contra Bismarck y como volvió de ella, solo hay que darle la vuelta al dibujo para que revele su regreso:
 

 
    En el diálogo entre La Muerte y Badinguet, esta le dice: -Oye Badinguet, ya te he dado una prórroga dos o tres veces, pero esta vez se acabó: hay que partir. A lo que Badinguet le ruega a la Señora de la Guadaña que le dé un día más para poder instalar en el trono a Napoleón IV, que nunca llegó a reinar: -Espera un día más, el tiempo de llegar a París, de colocar allí a mi hijo y soy todo tuyo.
 
Badinguet y La Muerte, Paul Klenck (1870)
 

jueves, 11 de enero de 2024

Dos noticias 'insignificantes' entre muchas otras

Analizaba Giorgio Agamben, con su habitual finura no exenta de profundidad, en su página de Una voce el pasado 30 de diciembre dos noticias aparentemente inconexas, cuya lectura nos invita a nosotros, sus lectores, a relacionarlas también para explicarnos lo que está sucediendo ahora mismo a nuestro alrededor. 

Los dibujos de Roland Topor (1939-1997) de su libro Les masochistes (1960) nos sirven para ilustrar a la perfección las palabras del filósofo italiano, y para retratarnos a nosotros, que somos los masoquistas que nos complacemos en ser dominados y sentirnos humillados o maltratados por las altas instancias, dignos discípulos de Leopold von Sacher-Masoch.


Los masoquistas, Roland Topor (1960)


    La prestigiosa revista "Nature" ha publicado los resultados de una investigación realizada por un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge, dirigidos por Anne Willis, que demuestra que las vacunas de ARNm, como las utilizadas en la reciente pandemia, producen proteínas no deseadas cuyos efectos en el organismo pueden ser nocivos. Aunque la casuística de enfermedades a menudo graves e incluso mortales sufridas por personas vacunadas ya era prueba suficiente para nosotros, la investigación ofrece por primera vez una demostración científica de ello.

    La segunda noticia es que ha aumentado considerablemente con respecto a años anteriores el número de personas que enferman de síndromes gripales y Covid (unas 2.552.000 desde el inicio de la temporada). No parece ilegítimo sugerir que este aumento podría estar relacionado con los resultados de la investigación que acabamos de mencionar.

    Es poco probable que los médicos, políticos y expertos que han obligado imprudentemente a la mayoría de la población a vacunarse cuestionen estos dos hechos, a pesar de que deberían hacerlo.

Los masoquistas, Roland Topor (1960)
 

     Su lúcida actitud crítica desde el primer momento contra las medidas político-sanitarias que conllevó la declaración de la pandemia le llevó a escribir lo siguiente: "Ya no puedo, ante un médico o cualquier persona que denuncie la forma perversa en que se ha utilizado la medicina estos dos últimos años, no cuestionar en primer lugar la propia medicina. Si no nos replanteamos en qué se ha convertido progresivamente la medicina, y quizás toda la ciencia de la que pretende formar parte, no habrá esperanza de detener su curso letal."

 

Los masoquistas, Roland Topor (1960)