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sábado, 8 de junio de 2024

La Bestia Negra

    Alrededor de cuatrocientos millones de ciudadanos de los veintisiete estados miembros del engendro político-económico de la Unión Europea han sido llamados a depositar su voto en una urna fúnebre o cineraria -dado que las papeletas se convertirán después de los recuentos en cenizas- del 6 al 9 de junio y conformar así la composición del Parlamento Europeo subordinado a la Comisión Europea que regenta santa Úrsula, que aparece coronada por las estrellas en muchas imágenes devocionales, como si hubiese ascendido a los cielos y, empoderada tras haber roto el techo de cristal impuesto a las mujeres, su ascenso se hubiera convertido en la Ascensión de la Virgen o más propiamente en la Asunción. 
 
 
    En esta coyuntura, unos supervivientes de los campos de exterminio nazis han instado a los jóvenes europeos a acudir a las urnas y a votar contra la bête noire de la extrema derecha o ultraderecha a fin de que no alcance el poder el nacional-socialismo alemán como hizo democráticametne Hitler, ni el fascismo italiano, ni el nacional-catolicismo español como hicieron en la primera mitad del siglo XX. 
 
    Una superviviente de Auschwitz ha declarado: El número que marcaron en mi brazo es un recordatorio constante, una advertencia de otra época, que nunca debe regresar. Pero para eso necesitamos la participación activa de los jóvenes en el proceso de toma de decisiones para garantizar que el odio y la propaganda de los que fuimos víctimas en aquel entonces no se repita
 
    La Bestia Negra es, entre otros grupúsculos, el partido AfD Alternative für Deutschland ('Alternativa para Alemania'), del que dice: “Si nos fijamos en el programa del AfD, cómo se oponen a las mujeres, a los extranjeros, a los judíos, y cómo participaron en una llamada conferencia de remigración para deshacerse de los extranjeros de Alemania, cómo sus partidarios pregonan el eslogan nazi: 'Alemania para los alemanes', hay claros paralelismos con el pasado.” 
 

 
    Les preocupa a muchos que este partido y otros similares sean muy activos en las redes sociales atrayendo el descontento de los jóvenes, como lo hicieron Hitler y su ministro de propaganda, Joseph Goebbels, de manera efectiva con muchos menos medios y mucho más rudimentarios. 
 
    Que no alcance, en efecto, el poder AfD se consigue no votándoles, por supuesto. No vamos a discutirlo porque no hacía falta ni decirlo. Pero para no darles el voto a ese partido no hace falta otorgárselo a otros que simplemente se definen negativamente como que no son la ultraderecha o extremaderecha, no son la Bestia Negra, pero que defienden otras políticas igualmente inaceptables como, por ejemplo, la financiación de la guerra de Ucrania y el incremento de los gastos de defensa en beneficio de la industria armamentística como antes lo hicieran en beneficio de la  farmacéutica con el caso de las vacunas que compró Santa Úrsula para todos sus súbditos. La UE, en efecto, inició su estrategia de adquisición de vacunas en junio de 2020. Al final de 2021, había firmado contratos por valor de setenta y un mil (71.000) millones de euros que garantizaban hasta cuatro mil seiscientas (4.600) millones de dosis. Si somos apenas cuatrocientos millones de europeos y se garantizan 4.600 millones de dosis, nos tocaba a once dosis per cápita de una vacuna presuntamente “segura y eficiente como solución para poner fin a la crisis sanitaria.” No me invento el dato. Está sacado de la página del informe especial del Tribunal de Cuentas Europeo.
 

    Otro de los supervivientes formula el siguiente discurso: Las similitudes entre entonces y ahora están ahí, mientras vemos partidos políticos reuniendo a los insatisfechos y avivando la insatisfacción, tal como lo hizo Hitler... No es bueno que los jóvenes digan: 'No sé por quién votar, prefiero no votar'. Por muy buena o mala que sea una democracia, siempre es mejor que una dictadura
 
    El error conceptual del mensaje de estos supervivientes es que dicen que votar -siempre que no sea a la Bestia Negra- es una forma de luchar por la libertad. El problema es que la Bestia Negra tiene muchos otros nombres, no solo AfD en Alemania o Vox y de paso el PP que coquetea con él en España, tiene los nombres de cualesquiera de las formaciones que concurren, que son treinta y cuatro en nuestras Españas, por lo que se deduce que votar no es ninguna forma de luchar por la libertad, sino más bien todo lo contrario,  de legitimar el régimen democrático vigente, un régimen que nos permite cambiar de conductor pero no de dirección.
 

 
    Publica Diego Fusaro en sus redes sociales que el estribillo elegido por todos los que concurren a la feria de la democracia europea "Si no votas, otros deciden por ti", bastante simple y bobo, puede desmontarse en cuatro pasos:
    1º.- Una vez que hemos votado, nuestros elegidos toman decisiones opuestas al sentido de nuestro voto.
        2º.- Los parlamentarios que hemos votado no nos responden a nosotros, sino a la clase capitalista trasnacional cuyas órdenes siguen atentamente (energías renovables, agenda 2030, etcétera).
        3º.- El sistema electoral actual, fundado sobre el Partido Único del capital, presupone la existencia exclusiva de partidos liberales y atlantistas, sean de derecha, de centro o de izquierda, por lo que gane quien gane, da igual, siempre gana el mismo: orden liberal atlantista que está detrás de ellos.
        y 4º.- En el caso europeo, el Parlamento Europeo no decide nada, siendo solo un órgano coreográfico que representa un orden democrático que no es tal. Los candidatos que os dicen que una vez elegidos van a cambiar Europa, mienten por ignorancia o por mala fe.   

Ilustración de Marilena Nardi.

    La UE, en la ilustración de arriba de Nardi, se presenta mateniendo un pulso intenso sobre una urna con el símbolo del nazismo, la cruz gamada. Eso es lo que quiere representar, la lucha contra el monstruo, cuando el monstruo actual es la propia UE, la auténtica Bestia Negra. La democracia es lo que hay, la dictadura es un fantasma del pasado con el que nos amenazan para defender el precioso don de lo que hay, diciéndonos que es mejor que lo que había antes y que lo que podría volver a haber si no lo evitamos. Mejor dicho, la democracia es la dictadura más perfecta porque no parece que lo sea. Estamos encerrados en una prisión tanto más efectiva cuanto menos visible, de la que no se nos permite salir, y en la que sólo se nos consiente elegir cada cierto tiempo los carceleros que deben vigilarnos. Quizá habría que decir, sin minimizar la realidad histórica del holocausto, que no viene al caso, que el auténtico holocausto y el fascismo es la realidad que estamos ahora todos padeciendo. 

viernes, 7 de junio de 2024

Ante la impostura de los comicios europeos

Publicamos el comunicado remitido por el Partido In-Existente ante la convocatoria de elecciones europeas que se celebrarán en España, si Dios no lo remedia, que probablemente no lo remediará, el próximo domingo 9 de junio de 2024. 
 

     Votar en estas elecciones, como por otra parte en cualesquiera otros comicios, por alguna de las fuerzas concurrentes, sean del signo que sean, tanto de las llamadas izquierdas como de las derechas, tanto extremas como más afines al centro donde unas y otras se encuentran y dan la mano, no tiene ningún sentido político si lo que se pretendía ingenuamente con el depósito del voto en la urna fúnebre de la democracia era que cambiasen las cosas, si lo que se pretendía era contestar el orden establecido del imperialismo neo-liberal y del capitalismo progresado, ya que todas las fuerzas que concurren, incluidas las que se declaran de oposición, no ponen mínimamente en cuestión el funcionamiento del sistema que gira en torno a esos dos polos que probablemente son uno solo y el mismo en el fondo del asunto. 
 
 
    Otro gallo cantaría si se presentase alguna fuerza política antagonista que pusiera en tela de juicio al menos uno de los dos -ismos, bien sea el capitalismo progresado, o bien sea el imperialismo neo-liberal imperante, o, mejor aún, entrambos dos. Podría tener algún sentido el voto en este supuesto si no fuera porque el mero hecho de participar en una impostura lo convierte a uno en impostor.
 
    Votar en estas elecciones, y en todas las demás, equivale a elegir un naipe de una baraja en la que todas las cartas sin excepción son la misma y están marcadas, por lo que la elección resulta trivial e indiferente. Recordamos, en este punto, lo que escribiera certeramente Theodor W. Adorno: Freiheit wäre, nicht zwischen schwarz und weiß zu wählen, sondern aus solcher vorgeschriebenen Wahl herauszutreten. (Minima moralia 85)."La libertad consiste no en elegir entre blanco y negro, sino en escapar de toda alternativa preestablecida." 
 
 
    No votar, por el contrario, significa eximirse de la vulgar rechifla y tomadura de pelo que suponen estos comicios. Votar pensando en que así se pueden modificar las cosas significa no haber comprendido la tomadura de pelo y prestarse por lo tanto a dejar que se rían de nosotros a la puta cara, como suele decirse, aunque sea con las mejores y más respetables intenciones. 
 
    Escribía Giorgio Agamben recientemente a propósito del engendro de la Unión Europea en Europa o la impostura: dal punto di vista del diritto costituzionale, l’Europa non esiste: quella che chiamiamo «Unione europea» è tecnicamente un patto fra stati, che concerne esclusivamente il diritto internazionale. El hecho de que Europa, desde el punto de vista constitucional, no exista, como dice Agamben, podría animar al Partido In-Existente a votar por ella, si no fuera porque con nuestro voto precisamente estamos contribuyendo a dar existencia y consistencia a la impostura que denuncia el filósofo italiano. 
 
El rapto de Europa, Francisco de Goya (1772)
 
     Y más adelante añade: È allora perfettamente comprensibile che una entità politica senza una costituzione legittima non possa esprimere una politica propria. La sola parvenza di unità si raggiunge quando l’Europa agisce come vassallo degli Stati Uniti, partecipando a guerre che non corrispondono in alcun modo ad interessi comuni e ancor meno alla volontà popolare. L’Unione europea agisce oggi come una succursale della NATO (la quale NATO è a sua volta un accordo militare fra stati). En ese sentido, el Partido In-Existente y que no tiene ninguna pretensión de existir en el futuro ni de participar en su diseño, quiere denunciar estos comicios y la propia Unión Europea, que sólo existe gracias al cheque en blanco de nuestro voto, que sea el que sea, le otorga, aun sin pretenderlo, legitimidad. 
 
    Gane quien gane, es indiferente, porque nosotros, los habitantes de la vieja Europa raptada por el toro del Zeus norteamericano y atlantista,  siempre perderemos.  

sábado, 13 de enero de 2024

'Europa' quiere fichar a una cantante norteamericana para animar a los jóvenes a votar

    Un comunicado del Partido Inexistente denuncia la intención de la Comisión Europea de fomentar y manipular el voto juvenil ante la convocatoria de elecciones al parlamento europeo que se celebrarán, si nada ni nadie lo impide, cosa poco probable, Dios mediante, en junio del año en curso recién inaugurado. 
 
Taylor Swift como reclamo electoral
 
    La Comisión Europea quiere que los jóvenes voten, pero como muchos de ellos no saben qué votar y algunos optan razonablemente en consecuencia por no hacerlo, a un cráneo privilegiado se le ha ocurrido hacer un llamamiento a la la bellísima cantante norteamericana Taylor Swift, persona influyente del año según una conocida revista, como reclamo electoral a fin de que, aprovechando que en primavera andará por estos pagos del viejo continente dentro de su gira de promoción, haga un llamamiento a sus numerosos seguidores, los suiftis, para convencerlos de la importancia de depositar religiosamente su voto en una urna, porque la participación de la juventud es crucial para el sostenimiento del sistema democrático de dominio vigente, votando en los comicios comunitarios, y, last but not least, haciéndolo correctamente como Dios manda, es decir, votando a las opciones democráticas, ya sean neoliberales o sean ya socialdemócratas, da igual.
 
 
    Son conscientes en las altas instancias de dicha Comisión de que esta cita es especialmente delicada por el ascenso de la extrema derecha en varios países europeos, y podría salir el tiro por la culata, como suele decirse, si esos jóvenes desencantados de la política democrática de que disfrutan acudieran a votar y, seducidos por los cánticos de sirenas, votaran a la bicha. 
 
    La susodicha y atractiva cantante ya lo hizo en su propio país y su llamamiento fue un éxito relativamente rotundo -porque todo es relativo en la tierra del Señor. En septiembre pasado, en efecto, Taylor pidió a los seguidores de su generación que se registraran para votar en los comicios presidenciales de los Estados Unidos, y de golpe y sopetón se apuntaron 35.000 personas en el censo, y también les pidió, no menos importante, que no votaran a Donald Trump, que no salió. Allí es imprescindible solicitar la inscripción en el censo para poder votar, no como aquí que incluyen a toda la ciudadanía mayor de edad salvo error u omisión. 
 
 
    Para echar a Trump, les dijo, de la Casa Blanca, había que alojar a otro inquilino, en concreto, a Joe Biden, solución que al fin y a la postre ha resultado igual o peor que el mal que se pretendía remediar. Ya hemos visto cómo nos ha ido y cómo nos va, y cómo se ha hecho verdad aquello que dice la gente de que “otro vendrá que bueno me hará”, con el demócrata Joe Biden fomentando el belicismo democrático y echando leña al fuego en Ucrania, en Israel y por doquier.