Publicamos el comunicado remitido por el Partido In-Existente ante la convocatoria de elecciones europeas que se celebrarán en España, si Dios no lo remedia, que probablemente no lo remediará, el próximo domingo 9 de junio de 2024.
Votar en estas elecciones, como por otra parte en cualesquiera otros comicios, por alguna de las fuerzas concurrentes, sean del signo que sean, tanto de las llamadas izquierdas como de las derechas, tanto extremas como más afines al centro donde unas y otras se encuentran y dan la mano, no tiene ningún sentido político si lo que se pretendía ingenuamente con el depósito del voto en la urna fúnebre de la democracia era que cambiasen las cosas, si lo que se pretendía era contestar el orden establecido del imperialismo neo-liberal y del capitalismo progresado, ya que todas las fuerzas que concurren, incluidas las que se declaran de oposición, no ponen mínimamente en cuestión el funcionamiento del sistema que gira en torno a esos dos polos que probablemente son uno solo y el mismo en el fondo del asunto.
Otro gallo cantaría si se presentase alguna fuerza política antagonista que pusiera en tela de juicio al menos uno de los dos -ismos, bien sea el capitalismo progresado, o bien sea el imperialismo neo-liberal imperante, o, mejor aún, entrambos dos. Podría tener algún sentido el voto en este supuesto si no fuera porque el mero hecho de participar en una impostura lo convierte a uno en impostor.
Votar en estas elecciones, y en todas las demás, equivale a elegir un naipe de una baraja en la que todas las cartas sin excepción son la misma y están marcadas, por lo que la elección resulta trivial e indiferente.
Recordamos, en este punto, lo que escribiera certeramente Theodor W. Adorno: Freiheit wäre, nicht zwischen schwarz und weiß zu wählen, sondern aus solcher vorgeschriebenen Wahl herauszutreten. (Minima moralia 85)."La libertad consiste no en elegir entre blanco y negro, sino en escapar de toda alternativa preestablecida."
No votar, por el contrario, significa eximirse de la vulgar rechifla y tomadura de pelo que suponen estos comicios. Votar pensando en que así se pueden modificar las cosas significa no haber comprendido la tomadura de pelo y prestarse por lo tanto a dejar que se rían de nosotros a la puta cara, como suele decirse, aunque sea con las mejores y más respetables intenciones.
Escribía Giorgio Agamben recientemente a propósito del engendro de la Unión Europea en Europa o la impostura: dal punto di vista del diritto costituzionale, l’Europa non esiste: quella che chiamiamo «Unione europea» è tecnicamente un patto fra stati, che concerne esclusivamente il diritto internazionale.
El hecho de que Europa, desde el punto de vista constitucional, no exista, como dice Agamben, podría animar al Partido In-Existente a votar por ella, si no fuera porque con nuestro voto precisamente estamos contribuyendo a dar existencia y consistencia a la impostura que denuncia el filósofo italiano.
Y más adelante añade: È allora perfettamente comprensibile che una entità politica senza una costituzione legittima non possa esprimere una politica propria. La sola parvenza di unità si raggiunge quando l’Europa agisce come vassallo degli Stati Uniti, partecipando a guerre che non corrispondono in alcun modo ad interessi comuni e ancor meno alla volontà popolare. L’Unione europea agisce oggi come una succursale della NATO (la quale NATO è a sua volta un accordo militare fra stati).
En ese sentido, el Partido In-Existente y que no tiene ninguna pretensión de existir en el futuro ni de participar en su diseño, quiere denunciar estos comicios y la propia Unión Europea, que sólo existe gracias al cheque en blanco de nuestro voto, que sea el que sea, le otorga, aun sin pretenderlo, legitimidad.
Gane quien gane, es indiferente, porque nosotros, los habitantes de la vieja Europa raptada por el toro del Zeus norteamericano y atlantista, siempre perderemos.
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