Con motivo de aquel incidente, Nino Montana hizo una parodia satírica titulada “Vacúname otra vez”, que era una versión de la canción “Ven, devórame otra vez” del portorriqueño Lalo Rodríguez, con letra del dominicano Palmer Hernández, que se oía mucho por aquel entonces en la versión sobre todo de Azúcar Moreno entre nosotros. La letra original de la canción aportaba a la salsa un componente erótico muy acentuado. Una de las gracias de la parodia es el simbolismo fálico de la jeringuilla.
domingo, 20 de junio de 2021
"Vacúname otra vez"
Con motivo de aquel incidente, Nino Montana hizo una parodia satírica titulada “Vacúname otra vez”, que era una versión de la canción “Ven, devórame otra vez” del portorriqueño Lalo Rodríguez, con letra del dominicano Palmer Hernández, que se oía mucho por aquel entonces en la versión sobre todo de Azúcar Moreno entre nosotros. La letra original de la canción aportaba a la salsa un componente erótico muy acentuado. Una de las gracias de la parodia es el simbolismo fálico de la jeringuilla.
sábado, 19 de junio de 2021
De la metamorfosis
ὅτε ἤμην νήπιος, ἐλάλουν ὡς νήπιος, ἐφρόνουν ὡς νήπιος, ἐλογιζόμην ὡς νήπιος· ὅτε γέγονα ἀνήρ, κατήργηκα τὰ τοῦ νηπίου.
cum essem paruolus, loquebar ut paruolus, sapiebam ut paruolus, cogitabam ut paruolus. quando autem factus sum uir, euacuaui quae erant paruoli.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser hombre, me despojé de las niñerías. (Epístola primera a los corintios, san Pablo, 13, 11)
Es decir he sufrido una metamorfosis. Entré por el aro de la sociedad
adulta. Enterré a mi niño muerto. Vivir es sobrevivir a un niño muerto, como escribió Jean Genet en alguna parte. Esa fue mi trans-formación: he cambiado de oruga a mariposa, y sin embargo soy el mismo. O eso dice mi carné de identidad, que me asigna un número y un nombre y apellidos. Y me confiere una nacionalidad. Esa es la realidad. Ahora bien, se impone la pregunta crucial: ¿Será verdad que soy el mismo? ¿Será verdad la realidad?
viernes, 18 de junio de 2021
Del amor al prójimo, o la parábola del buen samaritano
De las tres virtudes teologales (πίστις, ἐλπίς, ἀγάπη, pístis, elpís, agápe; que se tradujeron al latín como fides, spes, caritas respectivamente, esto es fe, esperanza y caridad respectivamente), el apóstol Pablo sentenciaba en su carta primera a los corintios que la más importante era la caridad (ἀγάπη, o sea, caritas). La traducción de Nácar-Colunga que manejo dice: Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza, la caridad; pero la más excelente de ellas es la caridad. Pero me atrevo a proponer una traducción altenativa, y no soy el único en hacerlo: (...) la fe, la esperanza y el amor; pero la más excelente de ellas es el amor. La palabra latina caritas, en efecto, puede traducirse sin ningún problema por “amor”.
Llama la atención que por encima de la fe, que es a primera vista el sostén del Régimen, y de la esperanza, que suele ser el alimento espiritual de la primera, sitúe el apóstol el amor al prójimo como la principal de las tres virtudes teológicas cristianas.
En este punto deberíamos preguntarnos en primer lugar si el mandamiento nuevo de “amáos los unos a los otros”, el mandamiento del amor cristiano, es exclusivo del cristianismo o estaba ya inserto en el judaísmo, y en segundo lugar si es tan universal como pretende.
La respuesta nos la da Antonio Piñero en su libro “Ciudadano Jesús” (pág. 156): “Bien entendido, el mandamiento del amor al prójimo no es nada nuevo ni en Jesús ni en el judaísmo de su tiempo, ya que era una norma de vida que se proclamaba desde antiguo en el libro del Levítico 19:18: “No te vengarás ni guardarás rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Yahvé.” Sin embargo, era usual que los judíos entendieran este precepto como restringido a los connacionales, a los hijos de Israel.” Es decir, el amor al prójimo no es un mandamiento nuevo, ya que está recogido en el Antiguo Testamento, y, en segundo lugar, no es universal, sino que se entiende como amor desinteresado al compatriota, dentro de la creencia de que Israel es el pueblo elegido y favorecido por Dios. Es, por decirlo de algún modo, un sentimiento nacionalista, fundado sobre el orgullo de pertenecer a una misma nación, que es el pueblo del Señor.
Este concepto se amplía en Jesús, y ahí radica su novedad, lo que ha hecho que sea considerado como una de sus aportaciones más trascendentes, porque él predica la necesidad de amar a los enemigos e “incluso a los extranjeros que mostraban hacia los judíos y su ley una actitud benevolente”, como dice Piñero, y como se ve por ejemplo en la parábola del buen samaritano.
La imagen del samaritano como el piadoso salvador del judío apaleado, ante la indiferencia del sacerdote y el levita judíos que pasan a su lado y miran a otra parte, fragua una nueva redefinición de «prójimo». Así la leemos en el evangelio de Lucas 10:30-35 Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en poder de ladrones, que le desnudaron, le cargaron de azotes y se fueron dejándole medio muerto. Por casualidad bajó un sacerdote por el mismo camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, pasando por aquel sitio, le vio también y pasó adelante. Pero un samaritano que iba de camino llegó a él, y viéndole, se movió a compasión; acercóse, le vendó las heridas, derramando en ellas aceite y vino; le hizo montar sobre su propia cabalgadura, le condujo al mesón y cuidó de él. A la mañana, sacando dos denarios, se los dio al mesonero y dijo: Cuida de él, y lo que gastares, a la vuelta te lo pagaré.
Los samaritanos y los judíos constituían rivales irreconciliables; unos a otros se consideraban herejes. Eran, en efecto, los samaritanos unos extranjeros muy cercanos a los judíos, porque creían en el mismo Dios y en la misma ley mosaica que ellos, por lo que había que perdonarles las faltas, no teniéndoselas en cuenta. Sin embargo, el sacerdote y el levita de la parábola eran judíos, igual que la víctima del latrocinio, pero pasaron de largo, sin prestar auxilio a su compatriota, mientras que el samaritano, que era un enemigo político, no lo es para Jesús, hermanado como está en las mismas creencias y en la misma esperanza en la llegada del Reino de Dios.
Si utilizamos los términos latinos inimici y hostes para referirnos en el primer caso a los enemigos personales (*in-amici, no-amigos) y en el segundo a los enemigos públicos, Jesús predica el amor a los primeros, a los enemigos privados entre los compatriotas, que pueden ser ganados para la causa, pero Jesús no amó nunca a los enemigos públicos del Reino de Dios: a los romanos, en primera instancia, que habían sojuzgado al pueblo de Israel, y a los fariseos, escribas, saduceos y sumos sacerdotes, que a la vez eran ricos comerciantes que pertenecían a la casta a la que le favorecía la “pax Romana” para sus negocios.
Pero el inventor del cristianismo no es el Jesús histórico sino su apóstol Pablo, que extiende el concepto de “pueblo elegido” a toda la humanidad, ampliando la exigencia del concepto de circuncisión hasta difuminarla, fundando el catolicismo y modificando el sentido nacionalista restringido del amor al prójimo que Jesús había modificado, ampliándolo considerablemente.
jueves, 17 de junio de 2021
Presuntos delincuentes
Algunos se han rasgado las vestiduras por la promulgación en el BOE de la Ley Orgánica 7/2021, de 26 de mayo de 2021, de “protección de datos personales tratados para fines de prevención, detección, investigación y enjuiciamiento de infracciones penales y de ejecución de sanciones penales”, cuya tramitación, sin embargo, no ha tenido demasiada repercusión en los medios, ocupados como están en otros asuntos de máximo calado.
El escándalo viene porque en el apartado a) del Artículo 9 de la ley se permite haces distinciones -perfiles, dice la ley- sobre “personas respecto de las cuales existan motivos fundados para presumir que hayan cometido, puedan cometer o colaborar en la comisión de una infracción penal”. El Boletín Oficial del Estado presupone, así, que algunos de sus súbditos son presuntos delincuentes que pueden cometer un delito.
Más adelante, en el artículo 15 se dice que la “captación, reproducción y tratamiento de datos personales por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en los términos previstos en esta Ley Orgánica, así como las actividades preparatorias, no se considerarán intromisiones ilegítimas en el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen“. (Los subrayados son míos).
Algunos han señalado que esta ley establece de esta forma el concepto de justicia preventiva de sentencia previa como en la película “Minority Report” de Steven Spielberg (2002), basada en un relato corto del visionario K. S. Dick, donde la unidad de élite de la policía, llamada Precrimen perseguía a los presuntos asesinos antes de que, pasando de la potencia aristotélica al acto, hubieran cometido el crimen. Para ello se basaban en unas "precogniciones" infalibles.
Pero esta Ley Orgánica no implanta un escenario futuroide de ficción científica, sino algo que ya practican las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los tribunales de Justicia. Estos últimos no tienen empacho en adoptar medidas cautelares de decretar prisión preventiva.
La susodicha ley no es más que una transposición de una directiva aprobada por el Parlamento Europeo en 2016, que España no había aplicado todavía, por lo que se ha tramitado ahora y acatado democráticamente con carácter de urgencia. Quizá esto sea tan escandaloso como el contenido de dicha Ley Orgánica que proclama nuestro Boletín Oficial del Estado.
No se trata de legislar algo que no suceda ya: la policía trata nuestros datos. No va a condenar a nadie por la mera sospecha de que vaya a cometer un delito, pero sí, como ya hace, a investigar a los sospechosos sobre los que tienen motivos más o menos fundados de que puedan cometer un delito. De hecho, el trabajo policial no sólo consiste en investigar y perseguir los delitos ya cometidos, por ejemplo atentados terroristas, sino también en prevenir y evitar que se cometan otros.
miércoles, 16 de junio de 2021
Mensajes antifascistas
martes, 15 de junio de 2021
Del coraje de decir que no
lunes, 14 de junio de 2021
De la covidiotez como covidiotismo
domingo, 13 de junio de 2021
Iglesia Sanitaria de la Salvación
Como cualquier culto, el sanitario tiene su liturgia: abluciones rituales, interposición de distancia física y la mascarilla que delata a sus fieles feligreses.
Cuando no sean obligatorias las mascarillas en las Españas, si alguna vez llega el momento, habrá quienes seguirán llevándolas sin embargo por propia voluntad,
porque se han acostumbrado tanto a ellas después de un año y pico que se sentirían como bichos raros si no las llevan, como si anduviesen desnudos por la calle,
porque se sienten más seguros, porque están convencidos de que se respira mejor, porque en boca cerrada, como dice el refrán, no entran las moscas ni los virus,
infinitamente diminutos, muchísimo más que mosquitos, tanto que son invisibles y hace falta microscopio electrónico y fe macroscópica de carbonero para verlos,
porque son prenda imprescindible ya de nuestro armario ropero que, lejos de despersonalizarnos, personifica la idiosincrasia, idiocia e idiotez de sus usuarios.
sábado, 12 de junio de 2021
Cosas del doctor Escardó
De ¡Oh! La escuela: Cuando chico me dijeron que la escuela era el templo del saber. Después me enseñaron que en un templo no hay nada que saber. Porque todo está sabido. Y que eso se llama dogma de la fe. De modo que todos saben lo mismo. Lo que es democratiquísimo... Lo mejor de la escuela son las vacaciones...
De ¡Oh! La TV: La TV es el opio de los pueblos. Con reparto a domicilio. De ahí que los directores de televisión se conduzcan como traficantes de drogas. Produciendo primero la adicción... El rating es la sustitución de la calidad por la cantidad. Y el último refugio de la democracia... Las autoridades han instituido el horario de protección del menor. Que sirve para que la ñoñez se llame moral. Lo que urge es establecer el horario de protección del adulto. Que cubra las 24 horas del día.
El aforismo de Florencio Escardó contra la medicina profiláctica: “La única medicina es la que cura, provenga de académicos, santones, curanderos o abuelitas.”
oOo
Yo
estoy escribiendo un artículo para La Nación, aparece
mañana y la mitad de los lectores no lo leen, a la mitad de los que
lo leen, no les importa, y de los que quedan, la mitad no lo
entiende.
oOo
Si hay algo que me repugna son los dogmas. Creo que los dogmas han hecho mucho mal a la humanidad, porque han impedido al hombre pensar libremente.
oOo
¿Usted quiere algo más horrible que las computadoras?, ¿o más espantoso que la televisión? Yo a las madres les pregunto cuántas horas ve su hijo de televisión por día, y el promedio es de cinco horas. Es decir que a esos chicos no les queda tiempo para jugar, para revolcarse, para ser un niño. Pero frente a la televisión hay un peligro mucho mayor, que es la computadora: el chico ha dejado de pensar, ha perdido el poder creativo porque obtiene todas las respuestas apretando unos botones. Así estamos creando una generación de idiotas.
oOo
Sí (soy vegetariano) y no creo que sea una virtud especial. Dígame: si usted
tuviera que matar al pollo que se va a comer, ¿lo comería? No. No
se lo comería. Si usted tuviera que ir al matadero y ver cómo a la
vaca le pegan un mazazo en la cabeza, ¿se comería el bife? No,
seguramente no.