Nada mejor que una canción para celebrar el acontecimiento que hoy se conmemora. Agustín García Calvo es el autor de la letra de "Atrás, a contratiempo", que compuso basándose en una ocurrencia de su amigo Rafael Sánchez Ferlosio, que le ofreció los dos primeros versos (Carabelas de Colón, / todavía estáis a tiempo) y que canta con gracia y desgarro Chicho Sánchez Ferlosio, hermano del escritor, que compuso la música, animando a las carabelas de Cristóbal Colón a que como monjitas arrepentidas den marcha atrás y vuelvan al puerto del que partieron sin descubrir América, un alegato contra la Historia, y contra lo que se pretende celebrar el día 12 de octubre, que se convirtió entre nosotros en el Día de la Hispanidad, de la españolidad o de la españolez, como decía don Rafael, y en nuestra Fiesta Nacional en el año del Señor de 1987 "con la intención de recordar de forma solemne momentos de la historia colectiva que forman parte del patrimonio histórico, cultural y social común, asumido como tal por la mayoría de los ciudadanos".
He aquí la letra de la canción que interpretaba Chicho: Carabelas de Colón, / todavía estáis a tiempo. / Antes que el día os coja, / virad en redondo presto, / presto. / Tirad de escotas y velas, / pegadle al timón un vuelco, / y de cara a la mañana / desandad el derrotero. / Atrás, ¡a contratiempo! / Mirad que ya os lo aviso, / mirad que os lo prevengo: / que vais a dar con un mundo / que se llama el Mundo Nuevo, / nuevo; / que va a hacer redondo el mundo, / como manda Tolomeo, / para que girando siga / desde lo mismo a lo mesmo. / Atrás, ¡a contratiempo! / Por delante de la costa / cuelga un muro de silencio; / si lo rompéis, chocaréis / con terremotos de hierro, / hierro. / Agua irisada de grasas / y rompeolas de huesos, / de fruta, de cabecitas / veréis los árboles llenos. / Atrás, ¡a contratiempo! / ¡A orza, a orza, palomas!, / huid a vela y a remo. / El mundo que vais a hacer, / más os valiera no verlo, / verlo. / Hay montes de cartón-piedra, / ríos calientes de sebo, / arañas de veinte codos, / sierpes que vomitan fuego. / Atrás, ¡a contratiempo! / Llueve azufre y llueve tinta, / sobre selvas de cemento, / chillan colgadas en jaulas / crías de monos sin pelo, / pelo.
Los indios pata-de-goma, / acorazados de acero, / por caminos de betún / ruedan rápidos y serios. / Atrás, ¡a contratiempo! / Por las calles trepidantes / ruge el león del desierto. / Por bóvedas de luz blanca / revuelan pájaros ciegos, / ciegos. / Hay un plátano gigante / en medio del cementerio / que echa por hojas papeles / marcados de cifra y sello. / Atrás, ¡a contratiempo! / Sobre pirámides rotas / alzan altares de hielo / y adoran a un dios de plomo / con dientes de oro negros, / negros. / Con sacrificios humanos / aplacan al dios del miedo, / corazoncitos azules / sacan vivos de los pechos. / Atrás, ¡a contratiempo! / Trazan a tiros los barrios, / a escuadra parten los pueblos. / Se juntan para estar solos, / se mueven para estar quietos, / quietos. / Al avanzar a la muerte / allí lo llaman progreso. / Por túneles y cañones / sopla enloquecido el Tiempo. / Atrás, ¡a contratiempo!
Por eso, carabelitas, / oíd, si podéis, consejo: / No hagáis historia, que sólo / lo que está escrito está hecho, / hecho. / Con rumbo al sol que os nace, / id el mapa recogiendo, / por el Mar de los Sargazos / tornad a Palos, el puerto. / Atrás, ¡a contratiempo! / Monjitas arrepentidas, / entrad en el astillero. / Os desguacen armadores, / os coman salitre y muergos, / muergos. / Dormid de velas caídas / al son de los salineros / y un día de peregrinas, / id a la sierra subiendo. / Atrás, ¡a contratiempo! / Volved en Sierra de Gata / a crecer pinos y abetos, / criar hojas y resina / y hacerles burla a los vientos, vientos. / Allí el aire huele a vida, / se siente rodar el cielo, / y en las noches de verano / cantan grillos y jilgueros. / Atrás, ¡a contratiempo!
Pero no sólo es el día de la Fiesta Nacional, la Iglesia celebra el día de la Virgen del Pilar, en el que la virgen María se le apareció supuestamente al apóstol Santiago a la orilluca del Ebro a su paso por Zaragoza.
Y es también el día de las Fuerzas Armadas, "un día de orgullo, de satisfacción, de sentirnos más unidos que nunca, teniendo en cuenta que somos miembros de un gran país como es España", según declaraba hace unos años la actual ministra de la Guerra con motivo de esta efeméride o acontecimiento notable que se recuerda en su aniversario, que en su alocución enviaba un recuerdo cariñoso "a las familias que han perdido a sus familiares este año. Siempre estarán en nuestros corazones. Su acto de servicio no lo olvidaremos nunca". Consideraba significativamente la señora ministra que la muerte es un acto de servicio. Y, más adelante, en su breve y atropellada alocución afirmaba que "es un día muy importante para España y es un día importante para las fuerzas armadas, esas fuerzas armadas generosas, esas fuerzas armadas que están siempre en todos los lugares más difíciles y más complicados en el extranjero y en España; (...) los hombres y mujeres de las fuerzas armadas están siempre presentes con voluntad de servicio y de amor a España".
![]() |
| "Su acto de servicio no lo olvidaremos nunca" |



El descubrimiento fue una heroicidad realizada entre otros por aguerridos extremeños. Cómo ha degenerado la estirpe.
ResponderEliminarAguerridos y guerreros, que allá donde fueron llevaron la cruz y la espada.
EliminarAyudados por los tlaxcaltecas, los totonacas, los cholultecas..., con los que los aztecas hacían sacrificios humanos y después se los comían.
ResponderEliminarCortés con 400 españoles conquistó un Imperio de 6 millones, gracias a su valor, astucia y a los pactos con los indígenas subyugados por los aztecas, de lo contrario no hubiese podido hacer nada. ¿Que hubo muchas víctimas? Menos que en cualquier otra conquista que en el mundo haya sido. Isabel la Católica en su testamento obligó a dar un trato igual a todo indio bautizado y así se hizo, con excepciones, claro. Los españoles se casaron incluso con indias cosa inaudita hasta el momento y después también. Sólo ir hasta América arriesgando la vida frente a una inmensidad desconocida ya es un hito histórico sin parangón y conquistar un continente con un puñado de hombres es una epopeya jamás igualada en Historia. Y lo hicieron los españoles, sí, y a mucha honra.
Perdona, soy yo, se me olvidó firmar. Sin actitud, sólo por el gusto de intercambiar puntos de vista.
ResponderEliminarSin acritud y por seguir intercambiando puntos de vista. ¿Qué me dices de los negros llevados como esclavos a América por los españoles para suplir el trabajo que no realizaban los indígenas? ¿Y qué del padre Bartolomé de las Casas, que, testigo ocultar y encomendero él mismo, denunció y criticó los abusos y la violencia de los conquistadores españoles contra los pueblos indígenas, especialmente la explotación económica a través de la encomienda y la esclavitud, y la deshumanización y el trato degradante de los indígenas por parte de los españoles, argumentando que eran seres humanos con inteligencia y civilización que debían ser tratados con respeto y no con la fuerza bruta con que eran a menudo por su condición de "infieles"? Su obra más famosa, la 'Brevísima relación de la destrucción de las Indias', detalla las atrocidades cometidas por los españoles y aboga por una evangelización pacífica por la cruz y no por la espada y la conquista violenta como de hecho fue.
EliminarNada puedo oponer a la esclavitud de los negros para suplir el trabajo de los indígenas porque es cierto; también lo es el hecho de la esclavitud de los africanos llega hasta casi el siglo XX, bueno, y hoy en día persiste pues hay muchas formas de esclavitud, y así los españoles aprovecharon esta circunstancia para su beneficio.
ResponderEliminarEn 1504 el citado testamento de la reina vela por los indios, en 1512 las leyes de Burgos reconocen por primera vez derechos naturales a los vencidos y en 1542 se aprueban las Leyes Nuevas que limitan el poder de los conquistadores. Es verdad que Antonio de Mendoza, virrey de Nueva España, acata la ley pero no la cumple a rajatabla pues hubo sublevación de los encomenderos, que después de arriesgar vida y hacienda se ven limitados en una conquista que sólo ellos han conseguido, algo comprensible si lo piensas bien.
Hay que verlo con la mentalidad de hace cinco siglos y no con la de ahora.
Que hubo barbaridad y desmanes es algo que no puede negarse pero no fue una masacre para eliminar por siempre a los indígenas pues incluso nos mezclamos con ellos teniendo hijos en común lo cual puede verse hoy en los rasgos de chilenos, bolivianos, peruanos...
Una voz del otro lado del charco, la de Eduardo Galeano que dice que no hay nada bueno que celebrar: "En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja".
ResponderEliminarQué bonito, qué bucólico. Los indios vivían felices y comían perdices. No conocían la rueda pero sacrificaban niños al sol, a la luna, al viento Ventoso, a la tierra y a la lluvia que la moja.
ResponderEliminarSi tu argumento es un parrafito que puede ser injerido como saludable papilla para niños, fácil de digerir, y que tú también te tragas, de un escritor mediocre y estereotipado, pues tú mismo. Yo prefiero leer y tener un criterio propio. Ahora, tú ganas, contra la memez no hay argumentos que valgan.
Retiro mi comentario. Siento especial inquina por Galeano. No puedo evitarlo.
ResponderEliminarSólo añadir a lo que dices: "aboga por una evangelización pacífica por la cruz y no por la espada y la conquista violenta como de hecho fue."
ResponderEliminarTambién se intentó. Fray Antonio de Montesino, el líder de la llamada rebelión de los frailes, instaló en Cumaná una colonia sin armas ni traficantes, sólo la palabra y la Cruz. La utopía misionera acabó trágicamente pues los indios cumanagotos destruyeron la colonia y mataron a todos los religiosos en 1520.El trujillano Gonzalo de Ocampo entró a sangre y fuego, reconstruyó el lugar y lo llamó Nueva Córdoba.
Poco hay que festejar, la verdad sea dicha, en una fecha tan aciaga como esta para el mundo en la que Colón puso su desafortunado pie en unas Indias equivocadas, llámese “descubrimiento” como se hacía antes o “encuentro entre dos mundos”, con el eufemismo con el que lo bautizó el oprobioso Quinto Centenario y la Exposición Universal de Sevilla de 1992, una fecha en la que quedó marcada a fuego y sangre la entrada de América en la Historia de la Humanidad, no un encuentro sino un encontronazo. Lo de Fray Antonio de Montesino me parece muy noble (“¿Con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿No son hombres? ¿No tienen ánimas racionales?”), y lo del trujillano de entrar "a sangre y fuego" lo dice todo de la conquista. Si Montesino denunció los abusos del sistema colonial, Ocampo representa, por el contrario, la encarnación de dichos abusos, mediante el brazo coercitivo de ese poder colonial encargado de mantener el orden, expoliar los recursos económicos y acallar las voces disidentes.
EliminarY ¿dónde habrá quedado en la discusión la pobre canción de las carabelitas!! Esa lo dice mejor.
ResponderEliminarY por cierto, el ultimo verso lo cambió Chicho quizás. En el librito de canciones y soliloquios termina con “se oyen suspiros y besos”.
ResponderEliminarQué buen abogado defensor han perdido los delincuentes contigo. Reitero mis disculpas a Luis Ventoso, que debe de ser amigo tuyo, pero es que por motivos íntimos no soporto a Galeano, me recuerda todo lo peor que hay en mí.
ResponderEliminarPERO TIJERETAS HAN DE SER.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/BAmGZimT0mY?si=c7HzzblCrpwF0Xuk
Y NO ME BAJO DE LA BURRA. VOSOTROS CON MILÁ Y YO CON MARGALLO.
AHÍ QUEDA ESO.
https://youtube.com/shorts/jUUUc76Q4gE?si=Ui88s659uQ9lxp7T
ResponderEliminarhttps://youtube.com/shorts/0UEirNDowMQ?si=zpu-nulET6RjkVZd
ResponderEliminar