viernes, 14 de mayo de 2021

Jacques Attali, teórico de la conspiración

    Jacques Attali, que fuera asesor de Mitterand y ayudó a Macron a llegar al poder en el país vecino, escribió el 3 de mayo de 2009 un artículo titulado “Cambiar, por precaución”, publicado en L'Express, que comienza diciendo: “La Historia nos enseña que la humanidad sólo evoluciona significativamente cuando tiene verdaderamente miedo”. Resulta curioso que comience mencionando el miedo como motor significativo que hace que la humanidad evolucione, como fuerza motriz de la Historia, que él escribe con inicial mayúscula. 


     Un poco más adelante leemos: “La pandemia que comienza -se refería a la gripe H1N1 de 2009-, podría desencadenar uno de estos miedos estructurantes”. Era un poco aventurado pero se sugería que la finalmente fallida pandemia porcina podría desencadenar un miedo que califica con el sorprendente adjetivo de “estructurante” es decir que estructura, estructurador. La incipiente pandemia podría hacer que cundiera un miedo edificante que hiciera evolucionar a la humanidad significativamente, como no habían logrado las dos pandemias anteriores que cita: la crisis de las vacas locas de 2001 en Gran Bretaña y la de la gripe aviar de 2003 en China.

    Attali no podía saber entonces si aquella incipiente pandemia iba a ser más grave que las anteriores o iba a quedarse en agua de borrajas, como al final se quedó, pero si fuera más grave, lo que era posible, traería consecuencias planetarias tanto económicas como políticas; y si no era más grave que las anteriores, como cabía esperar, no había que desaprovechar las lecciones que había que sacar de ella “antes de la próxima, inevitable” (“avant la prochaine, inévitable”.) Se refería a la próxima pandemia, claro está, que él, autor de un libro titulado “Una breve historia del futuro”, publicado tres años antes en 2006, ya estaba vaticinando.

    Y hacia el final del artículo decía: “Entonces se llegará, mucho más rápidamente de lo que hubiera permitido la sola razón económica, a sentar las bases de un verdadero gobierno mundial.”

    Leído ahora, doce años después, este texto resulta visionario y apocalíptico, en el sentido etimológico del término, esto es: revelador. Pero sobre todo profético: Ante la incipiente pandemia fallida de entonces, vaticinaba con un sorprendente oximoro a modo de traca final: “Una pandemia mayor hará entonces surgir, mejor que ningún discurso humanitario o ecológico, la toma de conciencia de la necesidad de un altruismo, por lo menos interesado”.

    Constata Attali, como buen historiador del pasado, que en el siglo XVII comenzó en Francia gracias al “hospital” (sic) la “mise en place”, expresión que le es especialmente grata y repite hasta cinco veces en el texto y que podríamos traducir como el “establecimiento”, de un verdadero Estado. ¿No estaremos ahora, a comienzos del siglo XXI, invirtiendo las tornas y haciendo que el Estado se convierta en un verdadero hospital donde todos los ciudadanos somos tratados como pacientes objetos de vigilancia intensiva y de control? ¿No es, pregunto yo, Jacques Attali un teórico de la conspiración? Desde luego, si lo hubiera dicho otro habría sido tildado enseguida de conspiranoico o, como dicen los franceses, de “complotiste”.

2 comentarios:

  1. Que bien haces trayendo a ese personaje que profetiza performativamente, de ahí que tenga tan buena consideración entre las altas instancias del Dinero que con profetas como ese se enorgullecen heroicamente de sus hazañas, disponiendo del mundo a sus anchas:


    «Miles de millones de hombres se enfurecen al ver los estragos que la prosperidad de algunos causa a su propia supervivencia y al medio ambiente de todos. Ahora bien, la ley del mercado no reabsorberá estos desórdenes. Por el contrario, los acentuará en favor de los más fuertes».


    «Del mismo modo que la mecánica inspiró el liberalismo, y la termodinámica inspiró el marxismo, es en la teoría de la información en todas sus formas —biología, informática, lingüística, antropología— en lo que debe basarse actualmente un análisis social. Esta teoría enseña que ninguna forma, social o física, puede existir si sus miembros no se comunican entre sí y con el exterior; demuestra que el tiempo puede convertirse en reversible allí donde el orden —es decir, información que tiene sentido para un observador— puede ser creado. Dicho de otro modo, que pueden existir formas locales provisionalmente en orden en un océano de desorden. Y que una forma puede durar allí donde la comunicación permita la negociación, allí donde la violencia esté controlada por un sentido. Dicho también de otro modo, (una forma social exige, para instalarse y perdurar, la ordenación de la violencia; del mismo modo que los mensajes exigen, para ser comprendidos y transmitidos, la ordenación de los ruidos».
    (Jacques Attali, Breve historia del futuro)

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  2. Gracias por el comentario y las dos citas de ese personaje. Me llama la atención el título del libro: Breve historia del futuro. Se permite hablar del futuro como si estuviera escrito en alguna parte, como si ya hubiera pasado y fuera historia, algo muy propio de profetas y de conspiradores.

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