El fin del Estado de Alarma no supone el fin del Estado. El virus, o lo que es lo mismo, el Estado, sigue ahí, igual que el dinosaurio de Augusto Monterroso.
Una pancarta de un manifestante en la que se puede leer una verdad despiadada: “Nos están matando”. Era el 4 de mayo de 2021, durante una protesta en Bogotá.
Si uno quiere descubrir al responsable de haber cedido sus datos y dado su consentimiento para procesarlos, sólo tiene que hacer una cosa: mirarse en el espejo.
Hannah Arendt señaló la debilidad política del argumento del mal menor: quien opta por él suele olvidar que, prescindiendo del adjetivo, ha optado por el mal.
Dicen que dijo Napoleón, pero, si no fue él, pudo ser cualquier otro mandamás, que la buena política consiste en hacer creer al pueblo que es libre y soberano.
oOo
“¡Disuélvanse! Esta manifestación no está autorizada”-Vocea la policía por el megáfono. Alguien pregunta: “¿Tengo yo también que disolverme? ¿Cómo me disuelvo?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario