sábado, 9 de enero de 2021

Imágenes que adoctrinan

Leo en la edición digital de El Faro de Vigo que la festividad de San Xulián, patrón de A Illa de Arousa, que se celebra el 7 de enero, ha sido este año muy diferente de lo esperado. No hubo gente vestida con sus mejores galas callejeando día y noche por el municipio arousano, sino calles vacías y la mayoría de los bares cerrados a cal y canto debido a la supuesta pandemia declarada por la OMS y refrendada por las autoridades sanitarias autonómicas y centrales.

En la primera fotografía vemos a la Guardia Civil realizando controles. Los hubo a la entrada del puente de A Illa y también en el interior del casco urbano, según informa dicho periódico gallego. El año pasado por estas mismas fechas, el mismo diario sacaba este titular con motivo del evento que rescato de la hemeroteca de la Red: A Illa celebra su fiesta más anárquica y callejera. Cientos de isleños salen de casa temprano para festejar el día de San Julián, y no regresan hasta el amanecer siguiente... Nada que ver con lo de este año.

 

Los únicos actos que se celebraron de esta festividad más lúdica que religiosa fueron, sin embargo, dos misas con aforo limitado en las que, como muestra la segunda fotografía, los escasos fieles, el sacerdote y hasta el santo lucieron la mascarilla obligatoria, enmascarados todos en plena celebración de la eucaristía. Nada de romería ni verbena ni jolgorio.


¡Buena forma de instruir y aleccionar con el ejemplo desde el altar del templo! Las imágenes, que han sido tradicionalmente un método de adoctrinamiento del vulgo, colocadas en las iglesias para inculcar la conciencia religiosa a las masas analfabetas incapaces de leer los libros sagrados, siguen desempeñando igual función hoy en día a juzgar por lo que vemos en esta parroquia gallega, que ha hecho lucir al mismísimo san Xulián una mascarilla. Hasta tal punto puede llegar la estulticia del sacerdote que oficia la misa, si es él el responsable del embozamiento del santo y no le llegó la orden de más elevada jerarquía, que también pudo suceder.

Lo que está claro es que el Vaticano bendice, quizá con la mejor intención del mundo pero ya se sabe de cuántas óptimas intenciones está pavimentado el infierno, el uso de las mascarillas y la inyección de la vacuna anticovidiana, que el Papa reclamó en su sermón de Navidad que se dispense a todo el mundo, sobre todo a los más vulnerables: En este tiempo de oscuridad y de incertezas por la pandemia, surgen luces de esperanza como el descubrimiento de las vacunas... dijo el pontífice. 

Los dos papas, a falta de uno que tenemos, ya se han vacunado dando ejemplo a toda la cristiandad por lo visto. No me cabe mucha duda de que son capaces, de taparles la boca y aun de darles la vacuna a las imágenes de nuestro mismísimo Señor Jesucristo, de María Santísima y hasta de Dios padre si se tercia. Y si no es así, que baje el Señor y lo vea.

El vergonzoso amordazamiento que padece el santo de la parroquia gallega tiene una repercusión psicológica enorme e inmediata en los fieles que así se acostumbran a ver como natural algo que no lo es: la imposición social de la llamada Nueva Normalidad. 

Lo mismo sucede con los juguetes para los niños. Ahí están esas horribles muñecas enmascarilladas que lucen atrevidos diseños a la moda, y estos ositos de peluche enmascarados para los más pequeños que vemos en la última fotografía. Dando ejemplo aleccionador. Un pésimo ejemplo. El peor de los ejemplos.


viernes, 8 de enero de 2021

Cinco buñuelos de viento (para don Luis Buñuel)

-Meten a algunos delincuentes en chirona para que los que estamos casualmente fuera de los muros de las prisiones creamos que gozamos de libertad individual. La libertad es la sombra de un espectro nebuloso que siempre huye de nuestras manos vacías cuando queremos alcanzarlo. Después de nuestra persecución en vano, sólo queda el rastro diluido y difuminado de la niebla entre los dedos: el fantasma de la libertad. Lo mismo sucede con la cordura: encerrando a los locos en los manicomios, los que estamos casualmente fuera de los hospitales psiquiátricos podemos hacernos la ilusión de que estamos cuerdos.

-Un reloj que se ha parado porque no tiene cuerda da la hora correcta, sin embargo, dos veces al día en veinticuatro horas.

-La retransmisión televisada de un partido de balompié provoca la desbandada de Sus Señorías en el Congreso de las Españas. Sin duda alguna, se trataba de un suceso de interés nacional que requería la presencia de los señores diputados fuera del hemiciclo, que es donde se desarrollan las cosas verdaderamente dignas de interés.

 

Magdalena penitente, Francesco Hayez (1833)
 
-Contemplando un cuadro en una pinacoteca de María Magdalena después de haber recibido la gracia divina, no se sabe si estamos ante una doncella (María) o ante una prostituta (Magdalena), o, lo más probable, ante ambas cosas a la vez, una virgen puta o una puta virgen, tanto monta, como las novias adolescentes de antaño. En este último caso, no se sabe qué es lo que nos cautiva más en ellas: lo mucho que son una u otra cosa o lo mucho que son ambas cosas a la vez, sin dejar de ser una cosa lo contrario de la otra.
 

 
-Cada cuatro años, muchos electores se dejan embaucar por los cantos fementidos de sirena de las promesas electorales de los candidatos a poderosos y gobernantes. Los ciudadanos de a pie o peones, parias de la tierra, famélica legión, claman al cielo cansados de la dura realidad (o “puta” realidad, dicho más cruda, pero no menos falsamente, como a veces dice la gente). Gritan: - ¡Basta ya de realidades! ¡Queremos promesas electorales!  

jueves, 7 de enero de 2021

Breve mensajería variada

En las estaciones del metro madrileño: “Si vas de fiesta, la próxima estación puede ser el tanatorio”. Próxima parada: Tanatorio. No olviden sus pertenencias. 
 
 
 
Los que tienen fe, fieles feligreses, no contentos con su credo, se obstinan además con que esa fe que tienen y los tiene es, el colmo de los colmos, la razón.
 
Hay jóvenes preocupados por fraguarse su identidad virtual en las redes sociales, adictos contumaces compulsivos a una religión tecnocrática, idiotas redomados. 
 
Hablamos una lengua franca que es el inglés comercial básico que nos enseñan ahora para andar por un mundo y mercado de moneda universal, la lengua del Imperio.
 
El orden social clasifica a los individuos en identidades conceptuales categóricas tratando de definirlos. Lo peor de la definición, su pretensión definitiva. 
 
Cada uno ve la realidad a su manera, por eso no nos ponemos de acuerdo en ver cómo son las cosas, aunque todos coincidimos unánimes en que no son como debieran. 
 
La Historia, como ciencia social, se fundamenta en la creencia falsa como todos los credos en el tiempo: en la existencia del pasado y, por tanto, del futuro.
 
Sean del signo que sean, los políticos son nacionalistas: tanto el nacionalismo emergente como el establecido, que pasa más desapercibido, resultan deleznables.
 
Los medios informan puntualmente de la violencia sexual, invisibilizando otras que ni siquiera conceptualizan, como la ejercida contra los animales o los niños. 
 
Se ha expandido una red global de comunicación que hace que estemos siempre conectados, pero a la vez cada vez más desligados de nosotros mismos y de los demás. 
 
 
Desengáñate de todo, y sobre todo de ti mismo. El fetiche de tu identidad que te persigue como si fuera tu sombra, es el más peligroso de todos los fetiches. 
 
La vida cotidiana se asienta en cómodas y cobardes seguridades cuya posesión pretende dar algún sentido a una existencia como la nuestra que carece de sentido. 
 
Unus uir nullus uir: Uno no es ninguno, para que haya uno tiene que haber por lo menos dos; y un matemático pitagórico, a más, que haga el cómputo y los cuente. 
 
El dinero, que es racional, lo conceptualiza todo convirtiendo las cosas en ideas de sí mismas y, al ponerles un precio en el mercado, les quita todo su valor. 
 
Ante esta sociedad funcional, eficiente, desalmada, hay que reivindicar el derecho humano irrenunciable a la tristeza, una tristeza existencial sin paliativos. 
 

Si no existe violencia ni brutalidad policial, no entiendo por qué se prohíbe filmar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, a los policías, en acción. 

Los gobiernos crean a menudo problemas donde no los hay para que los gobernados les reclamen la milagrosa solución prevista con anterioridad que los resuelva.

 
Aviso de cierre: Ahí queda eso, valga para lo que valga, si vale para algo. Y si no, que lo borre el viento. Se cierra, valga la paradoja, aquí, sin conclusión.

miércoles, 6 de enero de 2021

Los virus en el río (villancico negacionista)


   
    No se canten villancicos, / manda el alcalde en un bando. / ¡Dadle a la zambomba, chicos; / que huyan los males cantando! 
   Pero mira cómo brotan / los virus en el río, / pero mira cómo brotan / mil casos positivos. / Brotan, rebrotan y vuelven a brotar; / los virus en el río / se van a propagar. (Estribillo)
   A todos han confinado / en el portal de Belén, / el Niño está enmascarado, / la mula y el buey también.
   Han dado el toque de queda / y hay cierre perimetral. / Rueda la bola que rueda, / se hace el engaño viral.


   La Virgen está lavando / pañales y mascarillas; / los pajaritos, cagando, / la sacan de sus casillas.
   Herodes, con la vacuna, / al Niño lo anda buscando. / Y el Niño, que está en la cuna, / rompe a llorar sollozando.
   No pueden ir los pastores / sin cita previa al pesebre / ni pueden ser portadores / de una décima de fiebre.
   Hay que lavarse las manos / con alcohol e hidrogel / hasta que ampollas y granos / ajen y agrieten la piel.
   Ni cenona en Nochebuena / ni pitanza en Navidad: / Noche Vieja, en cuarentena; / y Año Nuevo en soledad. 
   Por el reconfinamiento / no vienen los Reyes Magos. / Con tanto distanciamiento / nos están haciendo estragos.
 

 
   Los Reyes Magos de Oriente / hacen su teletrabajo / y envían como presente / televisión a destajo.
   Ya a San José le han pinchado / la jeringa contra el bicho / y anda el pobre acojonado / porque aún no ha comprado el nicho.
   Viendo la tele, tenía / el hombre miedo a palmar: / ¡Saca la bota, María, / vámonos a emborrachar! 
   Pero mira cómo brotan / los virus en el río, / pero mira cómo brotan / mil casos positivos. / Brotan, rebrotan y vuelven a brotar; / los virus en el río / se van a propagar.  (Estribillo)

martes, 5 de enero de 2021

Pan y güifi

"Pan y wifi" es la actualización adecuada como anillo al dedo a estos tiempos pandémicos del viejo tópico de Juvenal "panem et circenses" (pan y circo). 
 
 

Veamos un poco el contexto del literario latinajo. Se trata de unos hexámetros (78-81) de la sátira X de Juvenal, en la que por cierto también aparece otro de los célebres tópicos del poeta (el mens sana in corpore sano) junto con la clásica mención de los dos filósofos presocráticos que se harían proverbiales del pesimismo y el optimismo: Heraclito, llorando y Demócrito, riendo respectivamente. 

...effudit curas; nam qui dabat olim / imperium fasces legiones omnia, nunc se / continet atque duas tantum res anxius optat, / panem et circenses:  ... (el pueblo) perdió su interés. Pues si antaño otorgaba / mando y poder, las fasces, legiones, todo, ahora / se desentiende y sólo desea ansioso dos cosas: / pan y circo. 

¿Quién es el sujeto elíptico u omitido de ambas frases? ¿Quién es, como diría un gramático, esa tercera persona del singular, que en la Roma republicana otorgaba con sus votos el poder, y aun en el principado de Augusto, hasta que el emperador Tiberio suprimió todos los comicios, de forma que los ciudadanos ya no tenían a quién venderle su voto? ¿Quién es ese sujeto, nunca mejor dicho lo de subiectus (=sometido), que ahora sólo se conforma con dos cosas, el pan y el circo? No hay que imaginar mucho. El propio Juvenal lo menciona un poco antes. El sujeto es un singular colectivo: populus: el pueblo, al que más arriba se ha referido como turba Remi, que podríamos glosar con dos términos despectivos como "la chusma o el populacho de Rómulo y Remo", es decir, el pueblo romano, fundado por los gemelos amamantados por la loba.  
 


Ha habido a lo largo de nuestra historia otras actualizaciones como la cañí "pan y toros", la franquista "pan y fúzbol", y ahora la democrática, neotecnológica y progresista "pan y güifi", que así deberíamos escribirlo  en la lengua de Cervantes, como lo pronunciamos, y que en la de Shakespeare y del Imperio, por cierto, no se dice así, sino /waifai/, o sea, guaifai. 
 
Pan y güifi gratuito, pues, como el pan y las carreras de cuadrigas y combates de gladiadores que costeaban y regalaban los emperadores al pueblo para que estuviera contento con un mendrugo que llevarse a la boca y con espectáculos públicos que lo redujeran al pasivo papel de espectador -hoy hay que anteponer el prefijo tele, que indica alejamiento social, al espectáculo y al espectador: telespectáculo y telespectador, a diferencia de la antigüedad, donde el evento se vivía en vivo y en directo.

"Cebados de pan y güifi" es una buena pincelada descriptiva de los españoles acorralados -cada gallo en su corral, reza el refrán- en sus propios y dulceamargos hogares durante el año 2020 de la era cristiana: hartos de ir a buscar comida a la fresquera y atragantados hasta el aburrimiento de tanto entretenimiento serial televisivo y de tanto exceso de información tóxica para que no nos demos cuenta de lo que pasa y no nos revolucionemos. Por cierto ¿qué es lo que está pasando sin que nos demos ni cuenta? 

domingo, 3 de enero de 2021

Memento mori

Al punto traen dos ánforas de vidrio cuidadosamente selladas, en cuyo cuello habíase puesto un marbete con esta nota: “FALERNO DE OPIMIO, DE CIEN AÑOS”. Mientras leemos el letrero, palmeó Trimalción y, -¡Vaya! pues resulta –dijo- que vive más un vino que los pobres humanos. Por tanto, mojemos el gaznate. El vino es vida.  Os estoy ofreciendo legítima cosecha de Opimio (1). Ayer no lo puse tan bueno, y cenaban conmigo personas mucho más distinguidas.

Mientras bebíamos, pues, y considerábamos atentamente estas exquisiteces, trajo un esclavo un esqueleto de plata, articulado de modo que coyunturas y vértebras movibles se doblaban en todas direcciones (2). Una y otra vez lo arrojó sobre la mesa; de esta suerte sus charnelas movedizas ofrecieron diversas figuras. Continuó entonces Trimalción:
-¡Ay, pobres de nosotros! que todo hombrezuelo es nada! Así seremos todos, luego que nos lleve el Orco. Vivamos, pues, en tanto que podemos ir tirando (3).
 (Petronio, Satiricón 34, tr. Manuel C. Díaz y Díaz):

(1) Falernum opinianum. Vino Falerno centenario. La elección del número “cien” y la mención de un cónsul romano, Opimio, que lo fue en el año 121 antes de Cristo, al parecer un año de extraordinaria cosecha, hace que este vino Falerno de la Campania tenga mucho más de cien años de solera. La excentricidad de Trimalción consiste en servir un vino que se usaba sólo para dar cuerpo a otro más joven, como un vino de mesa de reciente añada.

 Copa de Boscoreale, Museo del Louvre.

(2) Laruam argenteam: En latín clásico la palabra larua era bisílaba lar-ua, pero en latín arcaico trisílaba la-ru-a. En principio se denominaba así a las almas de los difuntos convertidas en seres malignos que regresaban a la vida y atormentaban a los vivos para vengarse de ellos en forma de fantasmas, en los que podríamos tal vez encontrar un lejano antecedente de nuestros zombies o biothánatoi. De ahí que laruatus signifique enloquecido como si estuviera poseído por las furias o por las larvas. El significado es, por lo tanto, fantasma, espectro. Se los ha emparentado etimológicamente con los Lares o dioses del hogar, que habrían sido en su origen divinidades infernales convertidas en genios protectores. Atestiguado desde Plauto. El sentido derivado es "espantajo" y "máscara" (en tanto que representación de los vivos).

Como estos fantasmas en las creencias populares no tenían más cuerpo que el esqueleto, larua designó también un muñeco en forma de esqueleto, como en este texto. En castellano actual, larva es la forma primaria que adopta un animal sujeto a transformación o metamorfosis. Aquí, sin embargo, calificado como “de plata” se refiere a un esqueleto de plata, como el que se conserva en Nápoles, procedente de Pompeya, articulado además como el que se describe aquí. Al parecer, no era raro que en los banquetes romanos sacaran a relucir un esqueleto (larua conuiuialis) o algo parecido para recordar a los comensales la fragilidad de la vida humana amenazada por la muerte siempre futura. Los autores griegos Heródoto y Plutarco describen esta costumbre a la que atribuyen un origen egipcio. Trimalción adopta aquí esta moda egipcia. Una copa en el tesoro de Boscoreale de Pompeya muestra varios esqueletos en ella, con la inscripción griega de una máxima de carácter epicúreo y hedonista ζῶν μετάλαβε· τὸ γὰρ αὔριον ἄδηλον ἐστι, esto es “disfruta mientras vivas, pues el mañana es incierto”. 
 
(3) Los versos que recita Trimalción son dos hexámetros y un pentámetro dactílico, que es una combinación no rara en epitafios griegos y latinos de gente inculta, en el sentido de que lo culto es el dístico elegíaco, no el trístico. Así podría sonar en castellano el epitafio:
Pobres, ay, de nosotros ¡qué poca nada es el hombre!
Todos seremos así, una vez que el Orco nos lleve. 
Conque vivamos, bien mientras se pueda seguir. 
 

Este mosaico romano, que representa una “larua” o esqueleto con la inscripción griega de la máxima délfica “conócete a ti mismo”, ha de interpretarse no como una invitación al autonoconocimiento, cosa más que difícil cuando el conocedor es el objeto de su conocimiento, ya que si es harto complicado conocer bien a los demás, mucho más problemático parece que uno llegue a conocerse a sí mismo, sino como “reconócete a ti mismo” en la imagen de este esqueleto que ves, y que representa la forma primaria o básica que adoptarás tras la metamorfosis que sufrirás cuando mueras, es decir, cuando tu esqueleto se haya desangrado y descarnado, lo que significa: acepta tu mortalidad.

El tópico del memento mori o recuerdo de la muerte es una costumbre muy arraigada y un tópico frecuente en los banquetes romanos y en la historia de la literatura y el arte universales: la certeza de la muerte siempre futura es la que anima a los invitados a festejar la vida y a banquetearse aprovechándola al máximo, como si quisieran conjurar así la amenaza pendiente.
En este sentido, abunda también el epigrama de Marcial (V, 64), donde cuenta que al ver desde la ventana de su casa el mausoleo vecino de Augusto, pide que le sirvan unas copas de buen vino Falerno, le pongan hielo para enfriarlo y combatir el calor veraniego, a la vez que perfuma sus cabellos y se ciñe una guirnalda de rosas: el mausoleo tan cerca de Augusto a vivir nos anima, / al mostrar que morir pueden los dioses también.
Pero en realidad el recuerdo de la muerte invita más que a vivir a beber para olvidar la inevitabilidad de la muerte.
 
 
Statim allatae sunt amphorae uitreae diligenter gypsatae, quarum in ceruicibus pittacia erant affixa cum hoc titulo: FALERNVM OPIMIANVM ANNORVM CENTVM. Dum titulos perlegimus, complosit Trimalchio manus et: "Eheu", inquit, "ergo diutius uiuit uinum quam homuncio. Quare tangomenas faciamus. Vita uinum est. Verum Opimianum praesto. Heri non tam bonum posui, et multo honestiores cenabant."
Potantibus ergo nobis et accuratissime lautitias mirantibus laruam argenteam attulit seruus sic aptatam, ut articuli eius uertebraeque luxatae in omnem partem flecterentur. Hanc cum super mensam semel iterumque abiecisset, et catenatio mobilis aliquot figuras exprimeret, Trimalchio adiecit:
"Eheu nos miseros, quam totus homuncio nil est.
Sic erimus cuncti, postquam nos auferet Orcus.
Ergo uiuamus, dum licet esse bene."

sábado, 2 de enero de 2021

Mensajería breve para el año "nuevo"

“Dios nos libre del dinero”, canta la pavisosa cantante choni de moda, y añade “teniéndolo”; mejor mil veces el folclórico "maldito parné" de María de la O.

 
Un nuevo credo secular, doctrinal e intolerante como las rancias religiones monoteístas de antaño, impone mantras y dogmas de fe políticamente corregidos. 
 
Neocoronavirus, o la invención artimañosa de la Organización para amedrentar y someter a la humanidad, alimentando de paso una insaciable voracidad informativa.

¿Evitará el proceso de vacunación iniciado la tercera oleada epidémica, que se espera que nos traigan los Reyes Magos sobrepasando y solapando a la segunda?

Ni la gimnasia espolvoreada de filosofía oriental que es el yoga ni la meditación trascendental anulan el ego o átomo personal; al contrario, lo acrecientan.

¿Cómo juzga Sanidad la epidemia? ¿Dependiendo del aumento del número de enfermos ingresados en hospitales o fallecidos? No: Según informes de los laboratorios.

Un año acaba y otro, que no es otro sino el mismo, vuelve a empezar. Se repite el mismo fenómeno de rotación: ave Fénix que renace una vez más de sus cenizas. 

Reconoce el galardonado virólogo que ha perdido la confianza de la gente (él dice del público, que ha dejado de creer en el virus, porque no hay enfermedad).

Cuanto más erraron en su disparatadamente exagerada profecía inicial, tanto más se jactan de la utilidad del confinamiento; vanagloriándose, se desenmascaran.

Poniéndonos la mascarilla, yo te protejo a ti y tú me proteges a mí si es que estamos contagiados. Si no lo estamos, ni tú ni yo necesitamos esa protección.


España es un invento del Gobierno para engañar al pueblo, no por nada en particular sino porque lo son todas las naciones, los nacionalismos y sus patrias.

El virus desaparecerá de la faz de la tierra cuando se vea la burda superchería de unos análisis que detectan la existencia de algo que es de lo que no hay.

Hacernos creer en la epidemia será cada vez más difícil, aunque nos la impongan como nos la están imponiendo por todos los medios habidos e incluso por haber.

Ni desempeñar el papel de víctima ni el de verdugo, ni súbdito de su majestad el Rey ni soberano monarca tampoco, ni impotente ni prepotente potentado poderoso.

Las declaraciones de un presunto experto: “La vacuna tendrá efectos secundarios, pero todo en la vida tiene sus riesgos. Vacunarse es un deber cívico", vomita.

El éxito de la psicosis de la pandemia se debe al deslumbramiento contradictorio del concepto de “enfermo imaginario” y al triunfo de la potencia aristotélica.

El imperialismo norteamericano no conoce limite en su deseo arrollador de dominar, cueste los milmillones de dólares que sea, el último rincón de la galaxia.

Nos han hecho desconfiar de los demás y de nosotros mismos contra el sentido común y la lógica, y ha logrado imponerse porque es algo totalamente irracional.

No existe ningún nacionalismo que no esté respaldado por una historia inventada: Detrás de "España", la asignatura Historia de España en el sistema educativo.

Si la politiké téchne consiste en gobernar con la carismática unción del voto, la antipolitiké huye del poder como de la peste en pos del bendito desgobierno.

Si había locos que creían que eran Napoleón, ¿quién se creía Napoleón Bonaparte que era? Seguro que también él creyó que era el que era, y se soñó Napoleón. 

 Retrato de Napoleón Bonaparte, Robert Lefèvre (1812)


Un director de escena no debe pedirle a un actor que sea él mismo: el actor tiene que quitarse de en medio para encarnar al personaje y hacer mutis por el foro.

Que la religión desaparezca del debate electoral no significa que la Iglesia haya perdido relevancia, sino que ya nadie a diestra y siniestra discute su papel

La conferencia episcopal española ha logrado lo que sin duda pretendía: volverse invisible para que pase desapercibida su presencia sin ningún cuestionamiento.

La argucia que utiliza el ego (aham, atman) para no desaparecer es esconderse, llegando a fingir su propia negación (an-aham, an-atman) con ínfulas de víctima.



Si criticas un nacionalismo, inmediatamente te catalogan de nacionalista de otro signo, según la falacia del tu quoque; no toleran que seas antinacionalista.

No es fácil distinguir los personajes de la ficción de los de la realidad y viceversa, habida cuenta del carácter ficticio de la realidad y real de la ficción.

Carece de relevancia política la dicotomía entre izquierdas y derechas según unos señores ocuparon los escaños de un ala u otra de una asamblea parlamentaria.

Ni las gotículas respiratorias, ni los aerosoles, ni las superficies, ni el contacto humano son las vías de transmisión de la terrible enfermedad, sino la tele.

Cuando se anuncia por megafonía que se ha perdido un niño, pienso, igual que Gómez de la Serna, que ese niño soy yo (cuando soy el adulto que lo ha extraviado).


Cocteau se burló del lema de Victor Hugo “Ego Hugo” así: Victor Hugo es un loco que se cree Victor Hugo*, válido para mofa de todos y cada uno de nosotros.

*Victor Hugo était un fou qui se prenait pour Victor Hugo (Jean Cocteau).

 

viernes, 1 de enero de 2021

¿Llega ahora el futuro o ha estado siempre aquí?

Una viñeta de Máximo publicada en El País el 30 de diciembre de 2006 sigue, pese al tiempo transcurrido, estando de rabiosa actualidad, como suele decirse. Trata sobre el futuro que siempre estamos empezando y que nos planteamos como si fuera una pista espacial que tenemos que recorrer para llegar a una meta u objetivo trazados previamente, y que por su parte nunca acaba de empezar. Descubro, al traducir el texto al latín, que no existe el sustantivo "futuro" como tal en la lengua de Virgilio. 



Si quisiera decir la frase del llorado Máximo en latín ("Siempre estamos comenzando el futuro y el futuro no acaba de comenzar"), me enfrentaría a un pequeño problema. Nuestra lengua madre no dispone de un sustantivo correspondiente a nuestro futuro. Había un adverbio "cras" y se creó un verbo "procrastinare" con el sentido de dejar un asunto para el día siguiente, procrastinar, que la Real Academia define como "diferir, aplazar". 
 
El poeta Marcial en un epigrama sustantivó este adverbio, tomándolo como metalingüístico: Es el célebre V, 58, en traducción de José Guillén:  ¿Vivirás mañana? Dices que empezarás a vivir mañana, “mañana” dices, Póstumo, siempre. Dime, ese “mañana”, Póstumo, ¿cuándo llega? ¡Qué lejos está ese mañana! ¿Dónde está? ¿Adónde hay que ir a buscarlo? ¿Se oculta quizás entre los partos y los armenios? Ese “mañana” tiene ya los años de Príamo o de Néstor. Ese “mañana”, ¿por cuánto, dime, se puede comprar? ¿Vivirás mañana? Vivir hoy es ya ir con retraso. Persona sensata es, Póstumo, quien vivió ayer.
 



Para hacer retroversión de nuestro futuro al latín debo recurrir a una forma adjetiva del verbo sum con género neutro, y usarla probablemente en plural para referirse no a una sola cosa sino a todas: futura: las cosas que van a ser, y de ahí el singular abstracto: lo que va a pasar. Es un participio de futuro avant la lettre que indica que algo que no es puede ser, y que revela el triunfo de la potencia aristotélica: como morituri, en aquel morituri te salutant (los que van a morir, los "morideros" te saludan, que le decían los gladiadores al César antes del combate) o nasciturus (el que va a nacer, como se llama entre nosotros al que todavía no ha nacido). Es un participio que sólo revela nuestro temor y nuestro deseo, pero no un hecho empírico y constatable porque no hay, propiamente hablando,  hechos futuros: lo hecho hecho está y por eso mismo es pasado y no puede ser futuro ya ni puede hacerse ni tampoco deshacerse. 
 
Y es que el futuro no existe, o mejor dicho, no hay futuro, porque existir sí que existe y está, desgraciadamente muy presente en la agenda de nuestras vidas. Por eso lo llamamos porvenir, porque está siempre por venir, como el adviento que celebran año tras año los cristianos, pero por definición no llega nunca, como rezaba aquella copla flamenca: "Sentaíto en la escalera, / esperando el porvenir/, y el porvenir que no llega." Ya lo decían también a su manera nuestros clásicos: Quevedo en "Ah de la vida": Ayer se fue; mañana no ha llegado; / hoy se está yendo sin parar un punto... Y nuestro Lope de Vega en su "Siempre mañana, y nunca mañanamos".



Esta otra viñeta recogida en la Red, cuya autoría desconozco, es una reflexión apropiada para el día de Año Nuevo, que es, por cierto, más viejo todavía que Matusalén. De nuevo no tiene nada más que la pretensión de serlo que le otorga sumar un dígito más en la cifra del cómputo de los años de la era cristiana. Todos los años por estas mismas fechas empezamos un año presuntamente nuevo, y no es ninguna novedad, prisioneros como vivimos en la dictadura del reloj y el calendario y de la ilusión, falsa pero real, del tiempo. 
 
Este apotegma, que se hace eco de un dicho popular, lo denuncia:  2020 se disfraza de 2021: el mismo viejo perro con un collar nuevo que hace que parezca diferente; imposible pasar página por más que se empeñe el calendario.
 
La felicidad que nos deseamos a nosotros y a nuestros seres queridos consistiría precisamente en el olvido de las campanadas del tiempo cronometrado y en el descubrimiento de la falsedad de su precisión matemática, porque un minuto bien contado, igual que un siglo y un año, no hace falta decirlo, nunca se acaba de contar.

jueves, 31 de diciembre de 2020

Tres citas en la casa de citas

Primera cita: Del escritor libanés Gibrán Jalil Gibrán (1883-1931), entresacada de su relato autobiográfico novelado Alas rotas (publicado originalmente en árabe en 1912, y traducido al inglés y republicado en 1957). Como no leo árabe, tomo la frase de una de sus versiones inglesas: The nightingale does not make his nest in a cage lest slavery be the lot of its chicks.... Lo que traducido de la lengua del Imperio a la nuestra podría ser: El ruiseñor no anida en una jaula, para que la esclavitud no sea el destino de sus crías.



Segunda cita: "Pies para qué los quiero si tengo alas pa' volar” es una célebre frase de la pintora mexicana Frida Kahlo, escrita en 1953, tras la amputación de su pierna derecha, un año antes de su muerte, según leo por ahí. La cita está extraída de su diario personal. Figura al pie de una acuarela, en la que se representa un pie cercenado que pisa a otro pie y que a la altura de la pantorrilla se convierte en una especie de jarrón de donde sobresale lo que podrían ser las ramitas mustias a modo de venas rotas de una planta marchita. La frase, que se hizo enseguida muy popular, revela el espíritu rebelde de la artista que consigue sobreponerse a la dura realidad gracias a la imaginación.


Tercera cita: "No fueron los que inventaron la mentira (pues la mentira nunca fue inventada sino que nació por reflejo necesario de la invención de la verdad), sino los que inventaron la verdad quienes hicieron falaz a la palabra. La palabra, que había nacido sólo para ser ficción -ilustración imaginaria con la que los hombres podían repetirse en simulacro sus acciones, sentados junto al fuego-, se hizo madre de engaños cuando se la erigió en decidora de verdades." (Del imprescindible Rafael Sánchez Ferlosio). 

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Telegramas antisistema (y III)

No es lo mismo en castellano un pez que un pescado; el último, como su nombre indica, es un pez privado de su natural elemento, el agua, por arte de la pesca.
 
En la expresión “como pez fuera del agua”, el pez ya no es pez sino pescado, es decir, pez moribundo o muerto tras morder el anzuelo o caer en la almadraba. 
 
Aunque el ruedo ibérico haya dejado de ser mayoritariamente católico practicante, dada la secularización, los españoles no han perdido el viejo vicio de la fe. 
 
La revolución francesa instauró en lugar de la semana laboral actual un ciclo de díez días, que Napoleón abolió volviendo a imponer los siete que Dios manda. 
 
Dos grandes revoluciones, la francesa y la rusa, llegaron a derogar durante algún tiempo la semana judeocristiana, pero fue en vano: al fin se impuso Jehová. 
 
Desde el momento en que la industria del automóvil se recicla para que sigamos dependiendo de ella en nuestros traslados, el coche eléctrico no es una solución. 
 
 
 
El desafecto que hay entre los gobernantes/representantes y los gobernados/representados revela, a fin de cuentas, que nos gobiernan pero “no nos representan”.
 
Los políticos profesionales forman una casta de predicadores a modo de guías espirituales con una jerga propia o jerigonza de vendedores de humo y charlatanes. 
 
La poesía no es literatura, sino y ante todo, pura música, que, antes de ser entendida, tiene que ser sentida; no necesita ser leída, sino oída y escuchada. 
 
No importa tanto lo que quiere decir un poema, sino cómo lo dice: sus palabras, al margen de su significado, son fórmulas mágicas, ensalmos rítmicos, alados. 
 
Venus de la poesía, Julio Romero de Torres (1913)
 
La esperanza, esa vieja virtud teologal, nos coloca siempre "a la espera", en expectativa, en posición de stand by; si éramos rebeldes, nos torna conformistas. 
 
Homero, víctima de la corrección política. En una escuela de Massachusetts se jactan de no enseñar la Odisea a sus alumnos por sexista, machista y muy violenta. 
 
Como el neocoronavirus no era tan letal como lo pintaban, eliminaron "letal" de las notas definitorias de "pandemia" a fin de activar el protocolo consiguiente. 
 
Sacaron a relucir en el imaginario colectivo el viejo fantasma del azote de la peste para que cundiera el pánico y la gente reclamara soluciones al gobierno. 
 
Los medios, ávidos de noticias que demuestren que pasan cosas en el mundo cuando en verdad no pasa nada, alimentaron el monstruo que justificase su existencia. 
 
El gobierno impuso un encierro a la gente privándola del sol, aire libre y la relación con los demás so pretexto de poner a salvo su pellejo y el del prójimo. 
 
Foto de Elvis exhumado recibiendo la vacuna en 1956, y un titular al canto: la polio dejó de aterrorizar al mundo y la ciencia venció a la muerte: terrorífico. 
 

 
Sospechoso cambio semántico de "inmunidad colectiva": desaparece la natural por exposición al virus, sólo queda la artificial merced a imposición de la vacuna.
 
Cuando se dice que algo interesa o deja de interesar, hay que entender el término en todos sus sentidos, pero sobre todo en el económico de interés del capital. 
 
Cuando un griego ortodoxo saluda el domingo de pascua a otro diciendo "Cristo ha resucitado", éste responde "En verdad (pero no "en realidad") ha resucitado". 
 
Los gobiernos democráticos, queriendo salvar su mayoría electoral feligresa, se pliegan al designio de la Iglesia de la Ciencia. ¡Que Dios nos coja confesados! 
 
La denominada "inteligencia artificial" también ha llegado a las armas de fuego, disparan automáticamente y sin contemplaciones cuando detectan su objetivo. 
 
Una ametralladora dotada de "inteligencia artificial" y más precisión que cualquier francotirador ha matado a un hombre, demostrando ser tan letal como eficaz.

martes, 29 de diciembre de 2020

Telegramas antisistema (II)

Predijeron: Habrá un millón de muertos. Encierran a la población para evitarlo. Hay cien mil muertos. Dicen: Se han salvado novecientos mil gracias al  encierro.

Si no se cumple la profecía, en vez de reconocer honradamente su error de planteamiento, se ponen medallas por salvarnos de la anunciada catastrófica hecatombe.

Se predijo: Habrá un millón de muertos. Se decretó el encierro. Hubo cien mil. Se dice: Podían haberse evitado de habernos encerrado más y muchísimo mejor.

Poco importa que la profecía se revelara totalmente errónea, y el remedio del confinamiento provocase más muertes resultando peor que afrontar la enfermedad.

 ...Desvistieron a un santo para revestir a otro, dejando de atender a unos pacientes reales para atender a otros que resultaron virtualmente potenciales.

Fotografía de madre e hija enmascaradas que se abrazan mediante sábana de plástico en una residencia de ancianos; besos perdidos que se dan, plastificados.

 
Dice un adagio japonés: "Cuando la espada (o, más propiamente, la catana del samurai forjada con acero damasceno) se desenvaina, tiene a la fuerza que matar". 

La cimitarra, una vez desenfundada tras haber sido despertada de su letargo, no puede guardarse impunemente sin haberse cobrado al menos una víctima mortal.
 

El joven que mató a sangre fría a sus padres y hermana con un sable japonés declaró: “No fui yo. El arma y no yo blandió mi mano y cometió sola el parricidio". 

El objetivo de cualquier pistola no es otro más que el óbito, porque es el fin inmediato para el que Samuel Colt la inventó y el  diablo luciferino la cargó. 

La historia impartida en los centros educativos no es enseñanza sino mero adoctrinamiento que persigue la adhesión irracional al espurio concepto del Estado.

La dictadura más eficaz y difícil de denunciar es la democracia actual donde la mayoría de sus súbditos ni siquiera es consciente de la sumisión en la que vive. 

El avión no sirve para viajar sino para desplazarse. Viajar es recorrer la vía a pie, gastando la suela de los zapatos, o a caballo, como hacían los antiguos. 

Analfabetos funcionales: leemos y escribimos porque nos han enseñado a leer lo que nos mandan y a escribir lo que nos dictan: lecturas obligatorias y dictados. 
 
El verdadero viajero, el viajero de verdad, no sabe a dónde va, a diferencia del turista, que, de vuelta sin haber ido aún a ningún lugar, conoce su destino.

En el siglo II de nuestra era comenzó a sustituirse la mano de obra esclava por la "libre"; así que los esclavos pasaron a ser lo que somos hoy: asalariados.

En busca de las señas de una identidad propia que huye de nosotros inasequible dándose siempre a la fuga; esencialmente huidiza, no podrá ser nunca aprehendida.



Dijo Antístenes: Es peligroso dar a un loco una daga y a un malvado el poder. Corríjase: Es peligroso dar a cualquiera una daga o lo que es lo mismo el poder. 

El Foro Económico Mundial pretende dotarnos de identidad digital, como si no tuviéramos ya una identidad en el dígito asignado a nuestro Documento Nacional.

El filántropo multimillonario yanqui se ha convertido en el único profeta verdadero por arte de magia; formula una profecía y ordena después su cumplimiento.

Sócrates, viejo topo que nos enseñó a razonar sin restricción, no agachó la cabeza ante la Parca, desafiando el miedo a la muerte que nos alimenta y atenaza. 

Orgullosos de lo nuestro, dicen, pero ¿qué es lo nuestro? Y ¿por qué orgullosos de palabros aborrecibles como mío, tuyo, suyo etcétera que no deberían existir? 

No son las cosas las que se nos meten por los ojos cuando las miramos, sino las ideas previas que tenemos, que nos impiden cual tapujos ver las cosas como son.

La función de la Red, RIU (Red Informática Universal) o WWW (World Wide Web, que es lo mismo en la lengua del Imperio) es atraparnos en su malla y enredarnos.

La Red nos embrolla y enmaraña como enredadera que trepa caprichosa metiéndonos en el redil cual el pastor que encierra en el aprisco al ganado por la noche.