miércoles, 19 de febrero de 2025

¡Urdaibai no se vende!

Dicen los amigos ecologistas de la Paz Verde que el dinero no puede comprar la biodiversidad -valiente palabro grecolatino- de Urdaibai, la única Reserva de la Biosfera del País Vasco, lo cual no es una constatación de la realidad, porque el dinero de hecho puede comprar y compra todo lo que se le ponga por delante, eso y más, sino la expresión de un deseo de que no sean así las cosas. 
 
Marismas de Urdaibai
 
Por eso nos piden que alcemos la voz y que firmemos una petición en línea.... Se oponen, por ello, a que se instale una nueva sede de Guggenheim en la reserva de Urdaibai, que es una joya natural irrepetible en la que el Gobierno vasco planea instalar la ampliación del museo Guggenheim, urbanizando más de sesenta mil metros cuadrados “en una zona que goza de innumerables figuras de protección internacional”.
 
Plano de la marisma de Urdaibai
 
Las administraciones, lejos de proteger los recursos naturales, aplican sus políticas basadas en la urbanización de cemento y hormigón. Como la normativa actual no lo permite, el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico hace lo posible para dar luz verde a este proyecto, reduciendo la zona de protección de la ley de costas en esta área de cien metros a solamente veinte. 
 
Y conscientes del peligro en que ponen a esta reserva, la Diputación Foral de Bizkaia está troceando y destripando este proyecto, como Jack el Destripador hacía con sus víctimas, para presentarlo por partes con el fin de evitar que se realice una Evaluación Ambiental Estratégica que podría -y debería- ser negativa. No quiere saltarse los procedimientos establecidos, lo que hacen es modificarlos y establecer otros nuevos que permitan realizar su fechoría. 
 
 
Además, como siempre, pretenden cometer esta atrocidad medioambiental, o dicho con palabras más sencillas, esta destrucción de la naturaleza, con dinero público, un dinero que va a usarse para el lucro de una empresa privada, en este caso de la Fundación Guggenheim, dado que las autoridades están poniendo el beneficio económico por encima de la “sostenibilidad y las necesidades” de la población local”. Se ve, en este caso, como la construcción futura se basa en la destrucción presente a cambio de pingües beneficios económicos. 
 
 

martes, 18 de febrero de 2025

La moza que tenía miel en el culo

Érase una vez... Melibea, una moza que tenía dos pretendientes que le hacían la corte. Jóvenes ambos, no muy mal parecidos: el uno era rico pero bastante corto de entendederas, mientras que el otro galán era pobre pero más espabilado. 

Un día este último, al que no le faltaba el ingenio, le dijo a su rival: “Se dice por ahí que Melibea tiene un panal de miel en el ojete del culo. ¿No te has fijado en cómo se rasca entre las piernas por delante y por detrás?  Yo, en tu lugar, no me acercaría mucho a ella... por si acaso”.

El imbécil al que le sobraba el dinero corrió enseguida a preguntar a la moza si aquello que se decía era verdad, pues había visto con sus propios ojos, efectivamente, que a veces se refregaba la entrepierna, lo que daba lugar a las habladurías de la gente. 

-Corre el rumor, le dijo, de que tienes un avispero entre las piernas, mi amor. Antes de ir más lejos y llegar a algo más contigo, me gustaría saber si eso es cierto”.

-Lo tienes muy fácil, dijo ella riéndose del miedo de su pretendiente, no tienes más que meter la nariz ahí adentro tú mismo y comprobarlo, pero teniendo mucho cuidado de que no te piquen.... las avispas”.

Acto seguido, la moza se levantó el refajo sin ningún remilgo y sin mucho miramiento, y dejó ver un indiscreto lamparón en su camisa, que no se hallaba precisamente muy limpia por detrás. 

-¡Vade retro, Satanás! No hace falta que me enseñes nada más, dijo el lerdo al ver la zurrapa de la camisa de su novia. Cuando se ve el pastel, añadió, la colmena no puede andar muy lejos”. 
 
 
 
 oOOo
    El cuento es un relato folclórico, popular y anónimo de la tradición oral de la región del Quercy, en la región francesa de la Aquitania,  que pone de manifiesto, por un lado, el pavor del varón ante lo desconocido, ante el misterio que guardaba entre las piernas la moza aquejada de pruritos anales y vaginales, miedo que se ha dado en llamar colpofobia. El cuento asocia el sexo femenino, confundiendo lo de delante con lo de atrás, con la dulzura de la miel por un lado, pero por otro se figura como si fuera una rabiosa colmena de abejas o quizá más propiamente un avispero, cuyas inquilinas van a picar sin misericordia a quien intente arrebatarles su preciado y melifluo producto. 
 
     Es muy antigua en la literatura la metáfora del amor “melle dulcior”, más dulce que la miel, que decían los romanos. Ya la poetisa griega Safó declaró a Eros, el dios del Amor, dulce y amargo a la vez, mas no lo dijo en dos palabras, sino con una sola que inventó: dulciamargo (γλυκύπικρον), en aquellos dos versos que Ferraté tradujo: “Otra vez Eros, el que afloja / los miembros, me atolondra, dulce/ y amargo, irresistible bicho”; y García Calvo: “Héme aquí que me aguija atormentador,/ dulceamarga insufrible alimaña amor”.
 
 
    La expresión castellana “luna de miel”, que es un préstamo del inglés “honeymoon”, donde está atestiguada desde 1546, relaciona entre nosotros la miel con los placeres del amor. “Luna” es sinónimo de mes lunar o lunación, es decir, del tiempo comprendido entre dos conjunciones consecutivas de la Luna con el Sol, que suele ser 29 días y pico. La miel hace referencia a la dulzura de ese período en que los recién casados se aíslan del mundo y emprenden un viaje para consagrarse a los deleites afrodisiacos. 
 
    En francés el término “lune de miel” aparece en 1747 en el Zadig o El Destino de Voltaire: “Zadig experimentó que el primer mes del matrimonio es la luna de miel y que el segundo es la luna de ajenjo”. Entre nosotros, Ramón Pérez de Ayala publica en 1923, cuando ya estaba la expresión bastante generalizada, su Luna de miel, luna de hiel.


    El cuento de la moza y la miel, además de reflejar la colpofobia o “metus cunni”, el miedo a lo desconocido, en suma, del varón, se burla del rico, que tiene dinero -y por lo tanto "posibles"- pero carece de inteligencia, por ser bastante simple de espíritu, mientras que pone de manifiesto la astucia del pobre, que sobrado de ella, conseguirá apartar a su rival y obtener el trofeo de la dama y el botín del tesoro que oculta entre sus piernas.

    El momento crucial del relato es cuando el atolondrado pretendiente decide comprobar si es verdad lo que se dice de la moza, y esta se quita el refajo y deja ver la mancha en la camisa de una zurrapa que el adinerado amante no ve como tal, como lo que es, sino como lo que temía, y es que cuando se mira una cosa con un prejuicio, no se ve esa cosa, sino la idea preconcebida que de ella se tenía. Ve la miel que corrobora la temida presencia de la colmena o del avispero y no el escatológico palomino...
  

lunes, 17 de febrero de 2025

Chascarros y chascarrillos

La rana hervida ha gastado su energía resiliente adaptándose a las nuevas circunstancias, por lo que, al darse cuenta y verse ya cocida, no puede hacer para evitarlo cosa alguna.
 
La identidad digital es, como toda forma de identidad, mortífera y fatal desgracia. De identidades personales y de penas están las tumbas y sepulturas todas llenas.  

Sacrifican padres y maestros a los niños al dios in-sostenible del futuro, que hay que sostener a toda costa en detrimento del presente que huye y por lo cual se nos escapa.
  
Sacrificio de Isaac, Caravaggio (1603)

La Gran Farmacopea Universal fabrica afanosamente nuevos fármacos a fin de combatir enfermedades que hoy se encuentran en fase aún de formación y lanzamiento. 

Cada cuatro años se celebran elecciones, la noria gira y giran así sus cangilones, las órdenes cumpliéndose y las instrucciones, subiendo a los escaños nuevos cagajones. 
 
Las tres potencias del Estado: Ejecutivo, / Legislativo y Judicial, las tres personas / de la Santísima Trinidad de Dios: el Padre, / el Hijo y el Espíritu Santo: tres en uno.
 
 Refranes, adagios, apotegmas: 
 

Con militares, frailes y gatos, pocos tratos. 
 
Para vivir asín, más vale ya morirse. 
 
El mulo, quiera o no lo quiera, va a la feria. 
 
 Coplas populares: 
Vale más un marinero sin rango ni ringorrango que cincuenta señoritos por el muelle paseando. 
 
Vale más un campesino con barro en las alpargatas que todos los militronchos con charreteras de plata. 
 
 En el cielo manda Dios, Satanás en el infierno, y en este mundo traidor,  el dinero pordiosero. 
 
(La Santísima Trinidad)
Político, periodista y banquero financiero son tres personas distintas y ninguno verdadero (y un solo Dios: Dondinero).

domingo, 16 de febrero de 2025

Amerika

La banda alemana de música metalera y resonancias wagnerianas Ramstein le dedica esta canción a los Estados Unidos de América, cuyos habitantes se refieren a su país como "América", usando la sinécdoque del todo por la parte para referirse con el nombre que designa a todo el continente a un solo país, el suyo, dentro de él, lo que resulta ofensivo para el resto de los americanos tanto del norte como del centro y del sur, y cuyo estribillo en la lengua del Imperio es "We're all living in Amerika" (Vivimos todos en América; o mejor, en Estados Unidos), a lo que añaden en su lengua germánica no sin ironía: "Amerika ist wunderbar!" (América, o sea USA, es maravillosa). 

Este tema satírico, que como dice la propia letra no es una canción de amor, fue publicado por la banda en 2004, pero sigue veintiún años después plenamente vigente, tras las elecciones norteamericanas, cuyo ganador ha prometido "make America great again", volver a hacer a los Estados Unidos de América grandes otra vez en todo el universo mundo.

He aquí la letra en traducción española:

 

 Todos vivimos en Estados Unidos. / Estados Unidos es maravilloso. / Estados Unidos, Estados Unidos.

Cuando hay baile, yo quiero dirigirlo, / aunque tú gires solo. / Déjame controlarte un poco, / te enseñaré cómo hacerlo bien. / Formamos una comparsa encantadora, / La libertad suena en todos los violines. / La música viene de la Casa Blanca / y delante de París está Mickey Mouse.

Todos vivimos en Estados Unidos. / Estados Unidos es maravilloso. / Estados Unidos, Estados Unidos.

Conozco pasos que son muy útiles / y te protegerán de los pasos en falso. / Y el que al final no quiera bailar, / aún no sabe que tiene que bailar. / Formamos una comparsa encantadora, / Te mostraré el rumbo. / Papá Noel viene a África / y frente a París está Mickey Mouse.

Todos vivimos en Estados Unidos. / Estados Unidos es maravilloso./ Estados Unidos, Estados Unidos.

Coca-Cola, Wonderbra.
Todos vivimos en Estados Unidos,/ Estados Unidos, Estados Unidos./ Esta no es una canción de amor. / Esta no es una canción de amor. / No canto en mi lengua materna. / No, esta no es una canción de amor.

Todos vivimos en Estados Unidos. / Estados Unidos es maravilloso. / Coca-Cola, a veces guerra.
Todos vivimos en Estados Unidos, / Estados Unidos, Estados Unidos.

sábado, 15 de febrero de 2025

¿Dónde está el infierno?

    El infierno etimológicamente es lo de abajo y está abajo, en el centro de la tierra, pero antes de entrar en el infierno cristiano propiamente dicho y dantesco, conviene que visitemos el pagano, tal como nos lo pintó Lucrecio, que, en realidad, se dedicó a despintárnoslo, como vimos en Una vida infernal (Acherusia uita)
 
    Célebres son sus versos que lo desmitifican: Todo aquello sin duda que en el Aqueronte profundo / han contado que hay, lo tenemos en vida nosotros. Los demonios que pueblan ese "Aqueronte profundo", ese infierno, que cita Lucrecio son Tántalo, Ticio, Sísifo, las Danaides, así como Cérbero, las Furias y el Tártaro: prolongaciones todas de nuestras miserias cotidianas, proyecciones que situamos en el Más Allá, queriendo alejarlas tal vez así de nosotros cuando las tenemos delante de nuestras propias narices todos los días y no queremos verlas. La vida es el infierno de los necios, según tradujo en un hendecasílabo el abate Marchena a Lucrecio. 
 
Las Danaides, J. W. Waterhouse (1903-4)
 
     El Catecismo del padre Astete, nacido en 1537 y muerto en 1601, tuvo tanta difusión que se contabilizan de él más de mil ediciones desde su primera publicación. A la pregunta de qué es el infierno, responde que hay cuatro clases de infierno, sitos todos ellos en el centro de la tierra, que son, a saber: El infierno de los condenados, el Purgatorio, el limbo de los niños y el libro de los Justos o Seno de Abraham. Y en concreto, sobre el infierno de los condenados dice que “es el lugar adonde van los que mueren en pecado mortal para ser en él eternamente atormentados”. A la pregunta, relacionada de quién es el Demonio, responde: Es un Ángel que, habiéndolo criado Dios en el Cielo, por haberse rebelado contra su Majestad, con otros muchos, le precipitó en los Infiernos con los compañeros de su maldad, que llamamos Demonios
 
El Infierno, Giovanni da Modena (1410)
 
     El poeta John Milton sitúa el infierno, relativizado, en el primer libro de su Paraíso perdido, versos 254-255, en nuestra mente: The mind is its own place, and in it self / can make a Heav’n of Hell, a Hell of Heav’n, sugiriendo que no está en el centro de la tierra, ni abajo, en el inframundo, sino en nuestra mente, que puede hacer un cielo del infierno y un infierno del cielo. 
 
    Cada uno tiene su propia idea del infierno. Para Sartre (l'enfer c'est les autres) el infierno son "los demás", aunque podía muy bien haber dicho que el infierno soy yo (l'enfer c'est moi même), dado que no parece que haya tanta diferencia entre uno y los demás, ya que uno es uno más del montón. 
 
    Un general del ejército estadounidense William Tecumseh Sherman sentenció, por su parte, war is hell: "La guerra es el infierno", diciendo media verdad, pues le hubiera faltado la segunda parte: peace is hell, en honor a la verdad.
 
     Matt Groening, el creador de Los Simpson y Futurama, ha hecho varias referencias al infierno en su obra, generalmente con un tono satírico y humorístico. En sus primeras tiras cómicas de Life in Hell (1977-2012), el "infierno" se representaba como la rutina de la vida cotidiana, el trabajo aburrido y la opresión del sistema. Publicó numerosos títulos: Work Is Hell, School Is Hell, Love is hell, childhood is Hell... en los que equiparaba el trabajo, la escuela, el amor, la infancia al infierno, que para él era, como para Lucrecio, no un lugar del inframundo, sino la vida cotidiana que impone una existencia absurda y sin sentido. En resumen, el "infierno" en lugar de un castigo divino situado en el más allá, se localiza en el más acá, en el estado en el que todos ya nos debatimos...
 

viernes, 14 de febrero de 2025

El dinero que mueve el Amor (por San Valentín)

    Conviene saber para entender un poco mejor el mundo en el que (sobre)vivimos que las Lupercales (Lupercalia), una fiesta pagana y obscena de la antigua Roma que se celebraba el 15 de febrero, fueron prohibidas y sustituidas progresivamente por la conmemoración del martirio y la muerte de San Valentín, que habría acaecido el 14 de febrero del año 270 de la era cristiana, y que hoy se conmemora.
 
    Las Lupercales eran unas fiestas que se celebraban a mediados de febrero en la antigua Roma en honor del dios Fauno Luperco. Fauno parece haber sido un antiguo dios romano, que fue identificado enseguida con el griego Pan. Se llegó a creer que Fauno había sido un rey legendario del Lacio, un personaje histórico anterior a la llegada de los troyanos. En época clásica su nombre propio,  de número exclusivamente singular, se convierte en nombre común y adopta el plural. Se diría que el dios se multiplica, y de ser único pasa a ser varios, y aun muchos: los faunos, unos genios silvestres y campesinos, compañeros de los pastores, y equivalentes de los sátiros griegos, con los que se identifican enseguida. Igual que estos, su naturaleza era híbrida: mitad hombre y mitad macho cabrío; tienen cuernos y con frecuencia pezuñas de cabra.
 

  Lupercalia de Conrad Dressler (1856-1940)
 
    En dichas fiestas, los lupercos o amigos del lobo, como revela su nombre, derivado de lupus,  cofradía romana formada por jóvenes, sacrificaban una cabra  en el Lupercal –la cueva donde la loba habría amamantado según la leyenda a Rómulo y Remo al pie del Palatino- y cortaban su piel en tiras llamadas februa (origen del nombre del mes de febrero). Acto seguido se desnudaban y comenzaban a dar vueltas en torno al monte Palatino flagelando a todas las mujeres que encontraban a su paso con correas de cuero fresco. Se creía que esta flagelación atraía la fecundidad sobre las víctimas, constituyendo un rito de purificación y fertilidad que se relaciona de alguna manera con la fundación de Roma.

    Fue precisamente en las Lupercales del año 44 a. de C. cuando Marco Antonio, a la sazón cónsul y luperco, le ofreció una diadema a Julio César, que este rechazó para guardar las apariencias, aunque lo que más deseaba era el poder absoluto que aquella corona real simbolizaba. Cicerón ha inmortalizado el episodio, una anécdota que William Shakespeare recogerá después  en su tragedia Julio César, al comienzo de su tercera filípica o discurso contra Marco Antonio, en donde nos describe al joven luperco con tres pinceladas: nudus, unctus y ebrius: desnudo, ungido de aceite y borracho.

    
    El papa Gelasio I condenó y prohibió esta fiesta pagana en el año 494. La iglesia la sustituyó por San Valentín, que se celebra, como bien se sabe,  el 14 de febrero, fecha en la que habría muerto martirizado el sacerdote cristiano. Valentín, en efecto,  unía en cristiano matrimonio a los jóvenes soldados contra las órdenes del emperador Claudio II el Gótico, que prefería que sus hombres no adquirieran vínculos familiares que les impidieran dedicarse más de lleno al oficio de las armas.
 
    Según la leyenda, forjada en la Edad Media, este Valentín habría desafiado la prohibición del matrimonio que afectaba a los legionarios romanos, enfrentándose así al emperador. Celebró, pues, bodas y por eso fue encarcelado y condenado a muerte. Dicen que en la tumba del santo casamentero una tal Julia, la hija de un oficial romano al que había devuelto milagrosamente la vista el santo, plantó un almendro de flores rosadas, por lo que el almendro, según algunos, se habría convertido en un símbolo de amor y amistad duraderos(?), pero la leyenda contiene pocas trazas (o ninguna) de histórica verdad.
  
    La festividad religiosa cristiana se estuvo celebrando hasta 1969, bien entrado el siglo XX, año en que el papa Pablo VI, según lo acordado en el Concilio Vaticano II, decidió eliminar San Valentín del calendario postconciliar, pasando esta fecha a tener santo pero no celebración, lo que parece que se debió sobre todo a la dificultad para encontrar detalles probables históricamente sobre la vida de este santo.

    Si bien la iglesia católica, apostólica y romana decidió no celebrar san Valentín como festivo, los grandes almacenes y las superficies comerciales todas lo celebran a bombo y platillo con una orgía consumista, declarándolo el Día de los Enamorados, olvidando que el santo casamentero poco tiene que ver con el enamoramiento, si hacemos caso al proverbio de que el matrimonio es la tumba del amor, y que el dios del amor, que hiere con sus flechas a los enamorados atravesándoles el corazón, es propiamente Cupido, o Eros, si usamos su nombre griego.


     Más allá de romanticismo, San Valentín, que este año cae en viernes, eleva la ocupación hotelera y el gasto en comercios y restaurantes, por lo que los hosteleros se frotan las manos esperando hacer negocio. Hay quien dice que San Valentín, al igual que el Día de la Madre, el del Padre, las Navidades, el Día de Todos los Santos etcétera son un invento de los centros comerciales, y no le falta la razón al que lo dice, porque es verdad. 
 
    Este año, además, la onomástica del santo recae en viernes, que es el Veneris Dies, o sea, el día venéreo o de Venus por lo que se dispara la venta de preservativos, por aquello de que hay que hacer el amor. o sea el sexo, seguro, con la debida protección.
 
 
 
     Lo cierto es que este día mueve mucho más dinero que cualquier otro día del año: comidas en restaurantes -algunos reservan mesa y descubren, como si no lo supieran,  que, qué casualidad, el día coincide con el de los enamorados-, entradas de cine u otros espectáculos, cenas, que son más íntimas que las comidas y pueden ir seguidas de una noche inolvidable en un hotel de cuatro o de cinco estrellas, para los que quieren regalarse un lujo, bombones, flores, y cientos de regalos, ofertas y promociones comerciales para aquellos que pese al paso del tiempo que todo lo mata siguen declarándose enamorados. Y es que el amor que se reconoce a sí mismo como “amor”, es decir el amor declarado bajo la fórmula sacramental de “te quiero”, es, como se ve, parece mentira, una de las fuerzas motrices de este mundo y del dinero.

jueves, 13 de febrero de 2025

Como Ulises, la mar, la vela y la estrella.

 “Como Ulises” se titula esta bellísima canción del llorado Javier Krahe del año 2002, que resume a la perfección en los cinco minutos largos que dura el argumento de la Odisea de Homero contado con mucha gracia y buen sentido del humor en impecables octosílabos castellanos y rima consonante. Guarda una sorpresa al final: añade un pequeño detalle que hace que la canción difiera de la homérica epopeya y que nos encontremos ante un final inesperado. Y es que no siempre al final hay un happy end.


Javier Krahe ha sido al decir de muchos el Georges Brassens de la canción española, tales son las similitudes que hay entre uno y otro cantautor. Y hay quien ha llegado a decir incluso, con  exagerado anacronismo pero no sin razón, la verdad sea dicha, que Brassens era el Javier Krahe de la chanson francesa.
 


No sé cual es más bella, si / la mar, la vela o la estrella, y / las tengo al navegar, / las tengo al navegar, / las tengo al navegar: / la estrella, la vela y la mar.

Yo, como Ulises, he sido / de Penélope el marido, / y me alejé de esa joya / por unirme a Agamenón, / que iba a la guerra de Troya; / me pedía el cuerpo acción.

Y tuve acción, tuve guerra, / ríos de sangre por tierra, / y, entre hecatombes y vino, / Aquiles, casi divino,  / Y el mejor de mis engaños: / un caballo de madera. / Y Aquiles que desespera / y muere. Fueron diez años.

Y me volví para casa, / puse de Ítaca el rumbo, / y ya sabéis lo que pasa, / dando un tumbo y otro tumbo. / Y, ¿qué queréis que uno haga / si al primer tumbo me tumbo / en el lecho de una maga?

Baste deciros que tanto / de Calipso fue el encanto / que me acosté en aquel lecho / un par de años, quizá tres, / y siempre estaba deshecho. / Pero el tiempo es como es.

Y rompe el encanto un día. / Y sigues tu travesía, / resistes a duras penas / cánticos de las sirenas, / y visitas el infierno / donde Aquiles y tu madre, / aunque Cerbero les ladre, / tienen frío,  y es eterno.

Y otra vez de vuelta a casa, / otra vez de Ítaca el rumbo, / y ya sabéis lo que pasa: / doy un tumbo y otro tumbo / y, otra vez mi suerte aciaga, / y, esta vez casi sucumbo / en el lecho de otra maga.

Circe de turbio recuerdo / me quería para cerdo. / Lo fueron mis camaradas, / a mí me salvó algún dios. / Y le afeé sus cerdadas: /"¡Que te zurzan, Circe, adiós!".

Y, al mar, me dicta mi instinto, / al mar, que es un laberinto. / Y sopla un viento contrario / y doy con un sanguinario / cíclope vil, Polifemo. / Aunque me tuvo a su antojo, / era un borracho y un memo. / Le clavé un palo en el ojo.

“Nadie”, gritaba, “me ciega; / Nadie”, gritaba acusica. / "Con Poseidón no se juega". / Y naufrago hacia Nausícaa, / linda princesa feacia, / a quién traté en plan colega / con extrema diplomacia.

Y me alojé en el palacio / de su padre, el rey feacio, / y me contaron mi historia / sin saber que yo era yo, / y en un momento de euforia / mi gloria me descubrió:

“Señores, sí, soy Ulises, / vuelvo de muchos países, / debo seguir navegando, / Ítaca me está esperando”. / Me ofrecieron un navío / y remeros, los mejores. / Y zarpé hacia mis amores, / mi Penélope y el crío.

Ítaca al fin. Veinte años... / Ítaca al fin. ... no son nada: / unos cuantos desengaños / y es el mar, agua pasada. / Me disfracé de mendigo: / vi a Penélope casada /con un antiguo enemigo.

Y ahora soy un exmarido / y un expadre, y he sabido / que guardó un tiempo mi ausencia / bordando que era un primor, / que se agotó su paciencia, / que rompió su bastidor

en uno de sus repentes / y a uno de los pretendientes / parece ser que le dijo: / “Padre serás de mi hijo / y tendremos otros varios. / Ulises, si es que regresa, / se llevará una sorpresa. / Me lo dictan mis ovarios”.

Y ahora, perdido mi rumbo, / ahora voy adonde sea, / un tumbo doy y otro tumbo / y prosigo mi odisea / en otras tristes canciones. / Sólo Hermes y Atenea / comparten mis libaciones.

No sé cual es más bella, si / la mar, la vela o la estrella, y / las tengo al navegar, / las tengo al navegar, / las tengo al navegar: / la estrella, la vela y la mar.


miércoles, 12 de febrero de 2025

Amor y odio

Hay que agradecerle a Gabriel Albiac su columna La jerga del odio, publicada en El Debate el 10 de febrero, a la que remito al lector interesado.
 
Comienza citando el celebérrimo epigrama de Catulo de odio y amor hacia Lesbia: «Odio y amo ¿Por qué lo hago?, tal vez te preguntes. / Yo no lo sé, mas así lo siento y ello me crucifica». Traducción impecable que, por mi parte, corrijo rítmicamente, conservando la idea del suplicio de la cruz que aparece al final y recogiendo la sugerencia de la que me hago eco al cabo de los años de una antigua alumna del Bachillerato Internacional que, cuando leímos en clase estos versos como "La odio y la amo...", propuso cambiar el "la" por el "te", como otras veces hace el poeta dirigiéndose a su amada y odiada Lesbia en segunda persona ("Quaeris, Lesbia, quot basia tua sint mihi satis", por ejemplo): "Te odio y te quiero. Quizá me preguntas que cómo lo hago. // No lo sé, pero así / siento que es y es mi cruz". 
 
 
 Así interpreta los dos versos seguramente más célebres de Catulo, que son su declaración de amor y odio simultáneos hacia su amada y odiada Lesbia, Omnia, un grupo holandés de música folk neo pagana, como ellos mismos se definen.
 
 
 
Otra versión es la del músico sueco Johan Johanson en plan tranquilo y relajado.
 
 
El epigrama, en su versión original dice así en latín:
 Odi et amo. Quare id faciam fortasse requiris.
Nescio, sed fieri sentio et excrucior. 

 He aquí otras traducciones, hechas por poetas, dos al castellano y una al inglés, del epigrama: 
 
Odio y amo. Preguntarás, tal vez, por qué lo hago.
No lo sé. Pero lo siento así, y me torturo. (Luis Antonio de Villena)

La odio y la quiero. Que cómo lo hago acaso preguntas.
No lo sé; siento que así pasa, y martirio me da. (Agustín García Calvo).

I hate and love. Why? You may ask but
it beats me. I feel it done to me, and ache. (Ezra Pound)
 

Escribe Albiac: "Las jergas se nutren del lenguaje común. Y lo desplazan a su conveniencia".  Y esas jergas penetran en el habla común y corriente, corroyéndola. Uno de esos usos lingüísticos es el llamado discurso de odio, un “aguachirle verbal, cuya solemnidad camufla casi siempre la aplicación en demonizar a quien a uno le es antipático”. Y el problema viene cuando los juristas desplazan ese término de la lengua común, que es “odio” al ámbito del código penal y del delito. Se tipifica así el delito de odio en la jerga jurídica, con el peligro de que alguien pueda llegar a pensar que odiar es delinquir. 
 
El odio, al igual que el amor, “pertenece en su uso común al ámbito de los afectos y pasiones de cuya combinatoria se tejen los comportamientos morales. Que, como tales, no acota el derecho.” Y añade Albiac: La ley tasa actuaciones o inducción a ellas. En modo alguno sentimientos, afectos o desafectos. El artículo 510 cataloga y pena las «discriminaciones» o «violencias» que puedan ejercerse «contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquel, por motivos racistas, antisemitas, antigitanos u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, aporofobia, enfermedad o discapacidad». Fuera de esa prolija enumeración, el odio carece de entidad penal.
 
Impecable la conclusión de su artículo: Sólo nos faltaría ya que el Estado regulase qué es lo que podemos o no amar u odiar. ¿Qué humano quedaría entonces exento del presidio?

martes, 11 de febrero de 2025

Manojo de goliardescas

Bienhechores: / malhechores: / no se ha visto cosa igual. / ¡Qué sarcasmo! / Me da un pasmo: / a Dios ruegan y obran mal. 
 
Usureros, / los banqueros / de Dios, no tienen perdón. / Siempre el banco, / nunca manco, / gana auténtico pastón. 
 
Sindicatos, / mentecatos, / del mercado laboral, / al servicio, / que es su oficio, / del Estado y patronal.
 
 Un patriota, / un idiota / que padece estrés de rol, / chovinista, narcisista, / yo, que soy muy español. 
 

 Quien la sigue / la consigue, / dice el dicho popular, / cuando ya ella/ no es aquella / que nos hizo suspirar. 
 
Un gobierno / muy moderno, / reza así en su DNI, /progresista, / vanguardista / nunca visto por aquí.
 
 Previa cita / sanitaria / no tenía la mujer. / Pobrecita, / perdularia, / se murió sin atender. 
 
Tentetieso, / patitieso, / aguantando el temporal; / sé comparsa / de la farsa, / que hoy empieza el carnaval.
 
 
 Te casaste, / te enterraste, / bajo el yugo conyugal. / Cometiste, / pichatriste, / disparate garrafal.
 
 ¿Se te antoja, / pichafloja, / que has dejado de vivir? / Eso pasa, / cuando pasa, / porque empiezas a existir.
 
 Pierdo el nombre / y el renombre / y hay dilema existencial: / ¿soy un hombre / o un pronombre / personal individual?
 
 Feminismo / es machismo / que se vuelve del revés. / Son opuestos / contrapuestos / que andan siempre chocho al bies.
 

 Hay pandemia / de epidemia / de enfermiza soledad,/ y paz, guerra / que se emperra, / desdichada humanidad.
 
 Yo no tengo / rey ni roque, / ni de nadie soy señor, / mas sostengo: / ¡Viva yo, que / soy la muestra sin valor!
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(Popular adaptada)
 
Cuando el grajo / vuela bajo, / hace un frío del carajo; / si rasante / va adelante, / una rasca acojonante; / si a empellones / y a trompones, un biruji de cojones.

lunes, 10 de febrero de 2025

De lo que dijo un jerarca nazi

    Según han difundido en varios idiomas las redes sociales de pescar incautos (y de pesca de arrastre, según la viñeta de El Roto), al jerarca  nazi Hermann Göring se le preguntó en el tribunal de Nüremberg: “¿Cómo lograsteis que el pueblo alemán aceptara todo esto?”, a lo que habría respondido: “Si puedes imaginar una forma de asustar a la gente, puedes obligarla a hacer lo que quieras”, lo cual, según los verificadores que tanto pululan de dichos y hechos, por ejemplo los de la Agencia France Presse, es rotundamente falso. La AFP recibió, por cierto, cuatrocientosmil dólares de la USAID, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional. Estos verificadores o fact-checkers, como entre nosotros Maldita.es ('periodismo para que no te la cuelen') o Newtral.es ('periodismo, fact-checking, tecnología y datos'),  son los nuevos tribunales de la inquisición que deciden lo que es verdadero y lo que falso. Lo haya dicho o no lo haya dicho tal cual un jerarca nazi, no deja sin embargo de ser verdad o, por lo menos, no muy falso. Veámoslo.


    Efectivamente, parece que nunca dijo eso en el proceso de Nüremberg. Sin embargo, el dicho no está muy lejos de lo que pensaba (y no carece de sentido, como se demostró durante la pandemia obligando a la gente a encerrarse y amordazarse asustándolas con un virus que no era tan fiero, ni mucho menos, como nos lo pintaban). Hay problemas con la traducción de sus palabras. Efectivamente, si nos ponemos puntillosos, no es lo mismo exactamente esclavizar a las personas que obligarlas a hacer lo que quieran los mandamases, pero tampoco está muy lejos lo uno de lo otro.
 
    En la conversación que sostuvo el psicólogo penitenciario estadounidense Gustave Gilbert, que tenía libre acceso a todos los presos recluidos en la prisión de Nüremberg, y que recoge en su libro "The Nuremberg Journal" (El diario de Nuremberg) publicado en 1947, y que contiene entrevistas con todos los acusados, así como resúmenes de los juicios, Hermann Göring, el jerarca nazi, afirmó literalmente: Naturalmente, la gente común no quiere guerra, ni en Rusia, ni en Inglaterra, ni en América, ni en Alemania. Eso es comprensible. Pero, al fin y al cabo, son los dirigentes del país los que determinan la política y siempre es sencillo arrastrar al pueblo, ya sea en una democracia, en una dictadura fascista, en un sistema parlamentario o en una dictadura comunista
 
 
    Cuando se le replica que el pueblo tiene capacidad de decisión en el régimen democrático, Göring argumenta: “La gente siempre puede ser llevada a defender a sus líderes. Eso es fácil. Todo lo que tienes que hacer es decirles que están siendo atacados y denunciar a los pacifistas por su falta de patriotismo y por exponer al país al peligro. Funciona igual en cualquier país
 
    Sus declaraciones en la entrevista con Gilbert guardan algunos paralelismos con el párrafo difundido en redes. Es verdad que se refiere en concreto al apoyo de la gente a la guerra, no a la posibilidad de obligarla a hacer lo que se quiera en general. Pero es curioso que Göring reconoce que la gente normal, común y corriente, no quiere la guerra en ningún país, es decir, que la guerra es algo que la gente no quiere, y, sin embargo, es posible arrastrarla a ella, basta con engañarla, como en efecto sucedió, por ejemplo con la existencia de armas enemigas de destrucción masiva en Iraq durante la Guerra del Golfo, y sucede de ordinario, en cualquier régimen político, incluido el democrático. 
 
 
    El jerarca nazi se suicidó el 15 de octubre de 1946, horas antes de su ejecución, ingiriendo cianuro de potasio.