(Diálogo entre dos cajeras de un supermercado mientras cobran a los clientes. No intervengo pero transcribo, oído avizor, con la mayor fidelidad que puedo y recuerdo sus palabras. La más joven, vamos a llamarla Marga, que es la que inicia el diálogo, tiene veintitantos años; Loly, la otra, anda por los cuarenta, la franja de edad que está siendo objeto de vacunación en la actualidad en Cantabria).
-¿Qué tal estás, Loly?
-Estoy, que no es poco, hijuca.
-¿Qué te ha pasado que has estado mala, me han dicho, toda la semana?
-¿Que qué me ha pasao? Lo que me ha pasao, Marga, hija, no se lo deseo ni a mi peor enemigo.
-¿Tan malo fue?
-Malo no, peor.
-¿Qué dices?
-Lo que yo te diga. Fue ponerme la dichosa vacuna de Dios, que es peor que el covi, me cago en ella, y me dieron unas jaquecas por la noche que creía que se me rompía la cabeza en dos mitades, me subió la fiebre y me entró una diarrea que me cagaba por las patas abajo...
-¿No te tomaste un paracetamol?
-Me tomé unos cuantos, y me dio igual.
-¡Qué barbaridad! Se te ve mala caruca, pobre, todavía.
-¡No he estao peor en toda mi vida! No, pero ya estoy algo mejor dentro de lo que cabe.
-Se te nota que adelgazaste un montón, chica.
-Mira, eso es lo único bueno que he sacao en limpio de toda esta historia: los quilos que he perdido, así que ya no tengo que preocuparme de la operación biquini del verano.
-Y ¿todo fue por la vacuna, dices?
-A ver, ¿por qué va a ser si no? Yo, ya te digo, antes de pincharme estaba como una rosa.
-Y ¿qué te dijo el médico?
-Pues qué me va a decir, que era normal, que no me preocuparía, que eran efectos adversos o no sé cómo lo llamó.
-Y te firmó la baja...
-Sí, claro. ¡Cómo para no dármela con cuarenta de fiebre que tenía y temblaba toda y no me tenía en pie! ¡Además con la escurribanda de la cagalera como para venir a trabajar! ¡Tendría que haberme puesto pañales además de la mascarilla!
-Hay gente a la que le hace reacción el pinchazo, sí. A algunos les da después de la segunda dosis.
-Pues a mi me hizo reacción después de la primera.
-¿Y qué vas a hacer cuando te toque la segunda?
-¿Que qué voy a hacer? Pues me parece a mí que no me va ta tocar más: una y no más, santo Tomás. A mí no vuelven a pillarme en otra como esta, Marga, que, si llego a saberlo, no hay ni primera vez siquiera.
-Pero no podemos ser tan irresponsables, Loly. Tenemos que hacerlo las unas por las otras. Tienes que completar la vacunación por el bien de todos. No puedes quedarte así, a medias. Dicen que hasta quince días después de la segunda dosis, no estás inmunizada.
-Pues ¿sabes que te digo? Que yo no me inmunizo, que a lo mejor soy una irresponsable, no te lo voy a negar, que no te digo que no lo sea, pero a mí me engañan una vez, pero dos no, porque tonta, desde luego, no soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario