"El sueño de la razón produce monstruos" de Goya no alude al sueño onírico, óneiros, sino al hipnótico, hýpnos: los endriagos surgen cuando dormita la razón.
Nitimur in uetitum semper cupimusque negata: Siempre a prohibido tendemos y ansiamos lo que se niega, como dejó escrito el poeta Ovidio en verso en sus Amores.
Todos
aciertan en sus críticas demoledoras y yerran al hacer propuestas
constructivas, pues no puede edificarse nada nuevo en solar que no ha
sido despejado.
Yo
no tengo fe, que perdí hace no recuerdo cuánto tiempo, en que pueda
haber un cambio dentro de la sociedad como resultado de unas elecciones
democráticas.
Votar,
apuntó Élisée Reclus, es abdicar o renunciar a la propia soberanía; de
ahí que sea, digo yo, el sufragio universal un derecho y un deber,
claudicación.
Sumergido
en las olvidadizas aguas del Leteo, ignoro las reencarnaciones que tuve
de mis antepasadas y, si he de proseguir el ciclo, las futuras que
tendré.
Sólo
se gana lo que se pierde y sólo se pierde lo que se gana, ni hay mal
que para bien no venga ni pérdida que no sea al fin y a la postre
opípara ganancia.
En
el pasado no pasa nada porque ya pasó, en el futuro tampoco porque no
ha pasado aún, de modo que ahora por lo uno o por lo otro no pasa nada
desde luego.
Dios,
sugiere el poeta Ovidio, es una "palabra sin cosa" que en vano inspira
temor y es temida, pero capaz de mover a la gente con su estúpida fe y
credulidad.
Fallecieron (y no murieron) noventa y tres españoles en la misión internacional (y no guerra) de Afganistán. ¡Cómo informando de la realidad nos la camuflan!
El
diablo preguntó al carbonero: "¿En qué crees?" Y éste le contestó: “En
lo que manda la Santa Madre Iglesia”. -"Y ¿qué manda?". -"Creer en lo
que creo yo".
No
preguntes por quién están doblando las campanas de la ermita que están
tocando a muerto: todos morimos un poco a cada momento en cada uno de
nosotros.
Hay
ateos que creen en la Naturaleza, convirtiendo la ecología en nueva
religión que promete la salvación planetaria y la suya propia, con fe de
carbonero.
El fideísmo, palabro que deriva del latín fides, fe, es la actitud acrítica que consiste en creer en lo que manda la Madre Iglesia, sin necesidad de raciocinio.
¿No menospreció, acaso,
Jesucristo el trabajo en el Sermón de la Montaña alabando a las
aves de los cielos "que no siembran ni siegan ni amontonan en
graneros"?
Ni siquiera el sabio rey
Salomón se revistió nunca con toda su inmensa gloria como los
humildes lirios de los campos, quienes jamás se afanaron por su
atuendo.
Las elecciones con más
de un pretendiente son siempre un quebradero de cabeza porque los
electores no se ponen nunca de acuerdo en elegir a un solo candidato.
Mientras que Marta
desempeñaba el trabajo doméstico de las tareas del hogar, María
eligió la mejor parte: sentada a los pies del Señor, escuchaba sus
palabras.
"Ni se compra ni se
vende / el cariño verdadero; / no hay en el mundo dinero / para
comprar los quereres", según letra del viejo pasodoble del
maestro Monreal.
Contra el trabajo
asalariado: La mejor actividad es la gratuita, la que se hace gratis
por la gratificación de sus propias gracias y no por codicia del
dinero.
Nobilísima la pretensión
de Lucrecio de liberarnos a los hombres de la preocupación y del
miedo, condenada como estaba al fracaso a la vuelta de los siglos.
Éxtasis místico:
Salirse uno de uno mismo, dejando de girar en torno al hediente pozo
del ego y de la personalidad propia, esa etimológica máscara o
mascarilla.
...orquestada por la
élite satánica con el beneplácito de la chusma de la casta
política para poner en venta a precio de saldo a la gente en pública
subasta.
Propagan un virus por el
ancho mundo para que las empresas farmacéuticas obtengan, a río
revuelto, copiosas ganancias por la venta de medicamentos y vacunas.
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