Sócrates: Sólo sé que no sé nada.
Hoplita: ¡¡Queriendo desprestigiar nuestro sistema educativo, eéeeh?
Según la historieta de Quino, a Sócrates lo mataron por desprestigiar el sistema educativo tras haber pronunciado su famosa frase, “sólo sé que no sé nada”, que nunca pronunció, como veremos enseguida.
Sabemos que su muerte no fue exactamente como la pinta el inconfundible dibujante argentino, aunque en cierto sentido no vaya muy descaminado.
A Sócrates, en efecto, no lo mataron a flechazos los hoplitas, sino que murió condenado a beber una pócima de veneno letal después de un juicio democrático, en el que fue acusado de los cargos de corromper a la juventud y de no creer en los dioses en los que creía la ciudad, o sea, el Estado.
No obstante, decía, Quino no iba muy descaminado: Sócrates corrompe a la juventud haciendo que someta a la crítica de la razón las creencias en las que sus conciudadanos depositaban su fe y que a los jóvenes les habían inculcado, es decir, haciendo que la juventud descrea de la educación o ideas recibidas. En ese sentido se oponía a la pretensión de cualquier sistema educativo de creer que se sabe lo que no se sabe.
Que se sepa, Sócrates nunca dijo “Sólo sé que no sé nada”, según los testimonios de Platón y de Jenofonte, sino que él, a diferencia de la mayoría, que no sabe pero cree saber, no creía saber lo que ignoraba. Fue el oráculo de Delfos, consultado por su amigo Querefonte, el que dijo que Sócrates era el hombre más sabio del mundo, como él mismo nos cuenta en su discurso de defensa ante el jurado ateniense, pero el primer sorprendido fue el propio Sócrates, que nunca había alardeado de su supuesta sabiduría.
οὗτος μὲν οἴεταί τι εἰδέναι οὐκ εἰδώς, ἐγὼ δέ, ὥσπερ οὖν οὐκ οἶδα, οὐδὲ οἴομαι· ese cree saber algo que no sabe, mientras que yo lo que no sé no creo que lo sé.
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