Los organizadores de los Juegos Olímpicos de París 2024 ponen a libre disposición de los participantes 200.000 condones masculinos, 20.000 condones femeninos y 10.000 barreras bucales en la Villa Olímpica, para los 14.500 atletos, atletas y atletes.
¿Qué está pasando en París? ¿Los responsables de la adquisición de poliuretanos y látex saben algo que nosotros no sabemos? ¿Ha habido un resurgimiento mundial de las barreras bucales y los condones femeninos?
Los condones femeninos y las barreras bucales, en particular, están vinculados al placer sexual de la mujer, algo que sigue siendo tabú en muchos lugares del mundo, incluido Occidente. Parece, por lo tanto, que las autoridades sanitarias francesas reconocen implícitamente la importancia de la autonomía del placer sexual de las mujeres y su empoderamiento.
En cuanto a las barreras bucales (mejor que dentales pese a ser la traducción literal de su denominación dental dams en la lengua del Imperio, inspiradas en un artilugio odontológico), que se comercializan principalmente entre lesbianas, su uso es muy reducido debido en parte a suposiciones erróneas de que las Enfermedades de Transmisión Sexual no se pueden contagiar a través del sexo oral con una mujer. Y la verdad es que el sexo oral, aunque no es posible un embarazo, no está exento de riesgos, nos advierten las autoridades sanitarias, al haber intercambio de fluidos. Por eso es importante protegerse, especialmente si la persona no es nuestra pareja sexual habitual, o si tenemos más de una pareja sexual y practicamos el poliamor o polisexo.
Las advertencias son las siguientes: Cuando se le practica sexo oral a "una persona con pene" (sic, en vez de decir a un varón o vulgarmente a un tío), es decir cuando se hace una felación, la protección es obvia: basta el preservativo o condón de toda la vida de Dios. Pero, ¿y si lo practicamos a una "persona con vagina" (sic, en vez de mujer o tía)? Aquí es donde entra en juego el dispositivo ideado para protegerse a la hora de practicar sexo oral a una vulva (cunnilingus) o a un ano (anilingus) o también cuando haya contacto entre dos vulvas, para evitar las infecciones. Se coloca la barrera sobre la vulva o el ano en cuestión a modo de gasa antes de acercar la lengua y los labios, cuidando de no estirarlo para que no se rompa y no reutilizándolo nunca.