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sábado, 17 de mayo de 2025

Teleseries y telediarios

    
Publica Anónimo García en Letras libres un artículo de obligada lectura: El sesgo de telenovela de la prensa en el que analiza el fenómeno del amarillismo sensacionalista de los medios de comunicación creadores de bulos y falsas noticias. Comienza analizando el caso de Alvise Pérez, un influencer que consiguió con casi un millón de votos tres escaños en los comicios al Parlamento Europeo de junio de 2024 con su engendro SALF, siglas de Se Acabó La Fiesta, un movimiento con el que pretendía combatir la corrupción esencial del Estado Profundo. Este influencer fue calificado enseguida por periodistas y políticos de “difusor de bulos”, lo que resulta gracioso porque eso mismo es lo que hacen los medios de comunicación y los partidos políticos, máquinas que son de generar y de difundir bulos, o como dice también Anónimo: La única ética, la única ideología, el único mensaje de la prensa (es decir: de los medios en general de ahormación) es el ruido. 
 
    Distingue Anónimo entre los bulos del sistema (propaganda gubernamental o de partidos políticos, documentos oficiales, prensa, publicidad…)  y los de un individuo influyente, más fáciles de detectar y de combatir. Los primeros pasan más desapercibidos porque quienes controlan los 'medios de producción narrativa', feliz hallazgo terminológico,  crean fácilmente la hiperrealidad que se nos impone. Pero distingue García entre los bulos sistémicos comunes a toda la población y los que solo afectan a una parte de ella, que son fáciles de detectar porque suelen ser ideológicos y los descubrimos fácilmente cuando no los compartimos porque nos resultan ajenos, mientras que los primeros nos rodean y estamos inmersos en ellos como el pez en el agua.
 
 
 
    Analicemos, por ejemplo, la protesta por el genocidio palestino. ¿Nos indignaríamos como hacemos y saldríamos a la calle a manifestarnos si la prensa no informara de ello? No evalúa Anónimo García la gravedad de la situación del pueblo palestino, sino que sugiere que prestamos atención a los temas que pasan, como ese, el filtro de los medios y desconocemos los que no lo superan, como por ejemplo el drama del pueblo saharaui. 
 
    “Para prosperar en el debate público, escribe García, un tema ha de tener los ingredientes propios de una telenovela: emocionalidad, maniqueísmo, superficialidad e intrascendencia, además de estar acompañados de buenas imágenes. Si a la audiencia le gusta y lo hace suyo, habrá más temporadas”. 
 
    La idea del filtro de telenovela de la prensa no es ninguna novedad. Comparte la esencia de los conocidos “culebrones del verano”, historias alargadas en época estival para rellenar espacios informativos que acaban convirtiéndose en espacios publicitarios que tienen una excelente acogida entre el público. No hay muchas diferencias entre las teleseries de las plataformas televisuales alargadas interminablemente hasta la extenuación y los informativos de los medios. Los sucesos se alargan porque dan audiencia y esta da dinero a patrocinadores y anunciantes. Viendo los telediarios u oyendo los partes radiofónicos, por ejemplo, da la sensación de que hay más violaciones y más asesinatos de mujeres que nunca, y no es verdad si se analizan fríamente los datos, pero al poner el énfasis narrativo en ellos da la sensación contraria.
 
     
    Lo que hay detrás del sesgo de telenovela de los medios de comunicación es el viejo arquetipo del dragón que ataca a la princesa y un caballero acude a salvarla. Los medios aplauden al caballero y denuestan al dragón.  Los políticos rápidamente se montan en el corcel y prometen salvar a la princesa. La princesa puede ser cualquier cosa que sirva para encandilar al público, y permite bulos globales cuando se trata de casos en los que hay consenso social, como el rechazo a la violencia, las agresiones sexuales o la protección a las personas vulnerables. En otros la princesa se identifica con corrientes ideológicas, como la unidad de España (o la de Ucrania), la clase obrera o nuestras tradiciones. Una tercera categoría híbrida conforma elementos sobre los que existe consenso pero que son apropiados por corrientes ideológicas, como las mujeres, la privatización de la sanidad o la libertad de expresión. 
 
    Para salir del sesgo de telenovela de la prensa que determinan los algoritmos ('por un perro que maté, me llaman mataperros'), habría que prestar interés a los temas que no pasan el filtro, y abordar con recelo los que sí, y en todo caso, dudar de nuestras propias convicciones y adoptar imaginariamente posturas contrarias a las inicialmente nuestras. Y muy buen consejo, que recuerda a mí un poco a Gorgias que aconsejaba combatir la seriedad con la risa y la risa con la seriedad: "Tratar con pasión los temas sosegados y con sosiego los temas apasionados. Y no darle demasiada importancia a nada".
 

jueves, 15 de mayo de 2025

El caso de Anónimo García

Anónimo García es su nombre artístico: Anónimo -sin nombre- como nombre de pila, y García porque es el apellido nacional más común y corriente, Ano para los amigos. Ha sufrido durante cinco años y pico una condena judicial injusta, unos años que han sido para él un infierno de incomprensión y de injusticia. Pero no se pierda de vista que esa injusticia ha sido obra precisa y paradójicamente de la Justicia, que deshace ahora lo que ella misma hizo hace cinco años condenando a este hombre a dieciocho meses de prisión, que afortunadamente no llegó a cumplir porque no tenía antecedentes penales. 
 
 Un tribunal superior anula ahora la sentencia que otro tribunal dictó sobre él por algo que un lustro después se ha comprobado que no era un delito, lo que supuso la pérdida de su trabajo en la organización no gubernamental Paz Verde (Greenpeace), y el desembolso de mucho dinero en pago de recursos e indemnizaciones, padeciendo durante estos años la cancelación social y lo suyo que no es poco hasta el martes 13 de los corrientes. 

El Periódico Global(ista), alias El País, da así la noticia: "El Constitucional anula la condena al autor del ‘Tour de La Manada’ por ampararle la libertad de expresión El tribunal estima por unanimidad que el creador no quiso humillar a la víctima, sino formular una crítica a las malas prácticas de algunos medios de comunicación". Resulta innecesario decirlo, pero hay que hacerlo para no inducir a error: uno entre muchos otros de esos medios de comunicación acusado de malas prácticas es el propio Periódico Global(ista). También hay que decir que este caso ha sido un error judicial pero no porque lo ampare la libertad de expresión, como sentencia ahora el alto tribunal, sino porque simplemente no había delito.
 
El periodista Juan Soto Ivars, que ha publicado un libro sobre el caso del que no puedo hablar porque no lo he leído, escribe sobre Anónimo García  en El Confidencial que la influencia de Luis Buñuel hizo que se decantara pronto por el surrealismo crítico. Durante el famoso 15-M descubrió, por ejemplo, que faltaba el humor en aquella izquierda nueva que entonces se perfilaba como alternativa de poder, y creó el grupo Homo Velamine (hombre con atuendo, en latín), que pretendía intervenir en la realidad absurda para poner de manifiesto precisamente lo absurda que es la realidad, decantándose por lo que se ha denominado ultrarracionalismo. 
 
Entre algunos de sus actos ultrarracionales, pueden citarse apariciones disfrazados de curas y monjas en un cónclave cismático de Podemos diciendo que eran los “cleroflautas” y exhibir una pancarta que decía “Pablo, amigo, Dios está contigo”, o ir a una corrida de toros en Las Ventas afirmando que eran “taurinos veganos”, o presentarse en un acto de firma de libros de Esperanza Aguirre con camisetas con su rostro y la leyenda FEA, explicándole a la exlideresa madrileña que eran la asociación Feministas con Esperanza Aguirre. Lanzaron octavillas con la bandera rojigualda y una vaca en lugar de un toro. Llegaron a descolgar una enorme bandera de España con el lema: “Viva España Feminista”. 
 
 
Muchas de sus provocadoras y satíricas intervenciones están recogidas en Actos ultrarracionalistas. Resulta interesante su uso de la ironía que afirma una cosa negando su contraria, por ejemplo, frente a la crítica que hacía el 15-M de la representación parlamentaria y del régimen democrático vigente con su "No nos representan",  enarbola Homo Velámine en una de sus actuaciones el "Sí nos representan", que hace que esbocemos una sonrisa cáustica y sarcástica.
 
Pero la condena que recayó sobre Anónimo García fue por haber utilizado la información que los medios publicaron de la violación de La Manada para pergeñar el “Tour de la Manada”, una falsa oferta de recorrido turístico por las calles de Pamplona en las que se produjo la agresión. Los propios medios que habían informado del caso se escandalizaron de esta parodia que retrataba su amarillismo sensacionalista. ¿No hay un turismo a los campos de concentración y exterminio nazis? En pequeña escala eso mismo era el recorrido turístico que no pretendía celebrar la violación, sino el ensañamiento de los medios de ahormación de masas. 
 
Contrapublicidad: Vendo humo, grasa y droga.
 
Al parecer, la noticia falsa de que un desalmado quería forrarse con un tour llegó a la víctima de la Manada, cuya abogada decidió ir a por él. No captaron la ironía, y condenaron a Anónimo García por trato degradante de la víctima de la violación grupal y por haberla denigrado a dieciocho meses de prisión y a una indemnización de 15.000 euros...
 
El propio Anónimo García sacaba el año pasado por estas fechas Cinco conclusiones sobre el Tour de La Manada en Letras Libres cuya lectura es sin duda de gran interés y provecho, y cuya conclusión copio y pego: "Mucha gente se ha alegrado por la condena porque consideran que supone un avance en los derechos de las mujeres. Creo que el beneficio que puedan tener, si es alguno, es pírrico en comparación con el retroceso que supone en materia de expresión y seguridad jurídica –también para las mujeres". 
 
Falta en este puñetero y puto país mucho, muchísimo sentido del humor.