domingo, 29 de enero de 2023

Escalada armamentista

    Sugerir que la escalada de armamento provoca la muerte, como hace la viñeta de Eneko publicada en el diario Público es algo tan evidente que mencionarlo resulta trivial, superficial. En las cuatro viñetas de la izquierda vemos a dos escaladores que trepan por las dos laderas de lo que parece una montaña, pero son algo más que dos meros escaladores más que una montaña, como vemos a continuación en la viñeta más grande de la derecha. Los escaladores serían los países empeñados en incrementar sus presupuestos de "defensa". Y la montaña, como comprobamos enseguida, no era tal montaña, sino la silueta de la mismísima Señora Inmortal de la Guadaña, es decir la Muerte, como se ve por su calavera descarnada, su negro manto y la cuchilla afilada de la guadaña que porta con la que cercena las vidas a su paso. 
 
 
    Cuando se va a cumplir pronto el año de la guerra espectacular de Ucrania, asistimos a una nueva fase del conflicto, como dicen los pedantes: La guerra ya no va a ser meramente defensiva, la defensa de un pequeño país invadido por otro mucho más poderoso. El presidente ucraniano pretende pasar a la ofensiva, y por eso codicia carros de combate y aviones y misiles, que les pidió a los Reyes Magos no para defenderse ya sino para atacar al invasor en su propio territorio. La Unión Europea, y el eje británico-estadounidense de la OTAN van a facilitarle el armamento, con lo cual la guerra alcanzará sin duda mayores dimensiones
 
    El gobierno español, el más progresista de nuestra historia nacional, el gobierno de la Gente, como se autodefine,  no va a ser menos que sus homólogos europeos, por lo que se apresta a participar en esta santa cruzada de Dios enviando también armamento pesado de última generación al frente de combate. 
 
    En lugar de rebajar la tensión y generar situaciones que favorezcan el alto el fuego, los países de la órbita británico-estadounidense y europea han decidido echar más leña a la fogata. 
 
    Pero la guerra, antes que provocar la muerte, que también la provoca, claro está, genera mucha "vida": artículos en la prensa, debates a favor y en contra, informaciones varias, miles de telediarios y programas televisivos de tertulianos, desfile de opiniones, viñetas como estas de Eneko, o la de El Roto, que sacaba el otro día en el Periódico Global...
 
 
    Y esa "vida" que provoca la guerra mueve dinero, mucho dinero, porque, al fin y al cabo, como sentenció lapidariamente Cicerón "el dinero es el nervio de la guerra", y donde él dice "nervio" nosotros podemos entender "móvil" y "motor". 
 
    De la pandemia, igual que de la guerra que vino a sustituir a la primera en los informativos, lo que importa es que dure, que dure mucho, que mueva mucho dinero a la mayor gloria de la industria farmacéutica y armamentista respectivamente, y sobre todo de la industria de la información, que es tan poderosa o más que las mencionadas, y cubre a ambas oportunamente. La pandemia va a cumplir tres años de edad, y la guerra está a punto de cumplir su primer aniversario.
 
    La industria armamentista o armamentística, que de las dos maneras parece que se puede decir, es, no cabe duda, la auténtica gran beneficiada e interesada en esta nueva fase del conflicto, como dicen los pedantes, de Ucrania. Se frota, por ello, las manos este sector industrial que,  según la impresentable ministra del ramo del Gobierno de España “genera muchos puestos de trabajo”. En sus propias palabras: La industria española de Defensa crea muchos puestos de trabajo. Camufla hábilmente con esa frase tan demagógica la mención del armamento denominando a la industria de las armas “industria de Defensa”, y nacionalizándola además como “española” para que veamos que la pasta queda en casa, por así decir. La prostitución también, señora ministra, crea muchos puestos de trabajo sin ningún género de duda, pero eso no la dignifica.

2 comentarios:

  1. La gran parturienta, la que ya enorgullece más a las mujeres y hombres de Estado que a las milicias de antaño, la que a los Estados conforma, esa incansable y mortífera hacedora que a los cainitas agrupa y a los inocentes devora, de sus entrañas expulsa el fruto amargo de la ignominia que el Dinero disemina a lo largo de la Historia. Son tantas las industrias emprendedoras que con ella se desarrollan que se permite aparecer como fuente originaria y razón de ser de todo lo que acontece.

    A un ritmo de guerritas, "acciones humanitarias" e intercalando "grandes conflictos bélicos" danzan los terrícolas sometidos a la dirección de la codicia ininterrumpidamente, para mantener en órbita al Estado y el Capital a los que se entregan con vehemencia y de los que quienes les dirigen se vanaglorian, para ello han ido haciendo acopio de instintos e instituciones, en un movimiento centrífugo y centrípeto que pretende no dejar ningún resquicio fuera del alcance de sus dominios.

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