¡GOCE USTED DE SALUD PERFECTA!.- No tiene desperdicio la siguiente leyenda, que leí una vez al dorso de una estampita.
Era
una forma de publicidad arcaica, un tanto ingenua todavía, no tan
agresiva como las posmodernas actuales, basada fundamentalmente en el
uso del lenguaje escrito y destinada a dar a conocer las “píldoras de
vida del Doctor X” (Dr. X´ life pills en la lengua del Imperio).
Dice
así: "Si está usted (repárese en el tratamiento ya anticuado del usted,
frente al tuteo irrespetuoso generalizado hoy en día) medio
enfermo (sic) o medio incapacitado (sic) por existir en su organismo
algún mal que mina su vitalidad, de ningún modo podrá usted experimentar
plenamente el gozo de vivir. Jamás podrá proporcionarse, bajo esta
circunstancia, el completo disfrute de la salud rebosante y la energía
briosa que hacen aun del trabajo más duro un placer. Es, pues, el deber
de usted mejorar su condición". (Note el lector cómo se nos inculca
imperativa- y capciosamente que la salud "es nuestro deber y salvación", como se decía creo recordar en la oración del prefacio litúrgico de la misa católica, aunque sólo
sea para rendir más en el trabajo)".
"Una
buena digestión, un sano apetito y una salud envidiable siguen al uso
regular de las píldoras de vida del Doctor X. Una píldora tomada a la
hora de acostarse le conservará en estado excelente de salud. Este
remedio alivia prontamente la Biliosidad, el Estreñimiento -curiosas
mayúsculas- y las irregularidades de las vías intestinales."
Al final se
demuestra que todo era un problema de obstrucción de las tripas, que nos hacían sentir medio enfermos o medio incapacitados, cuya solución consistiría en unas píldoras que permitan
disolver las heces y defecar a continuación bien a gusto.
Estas formas antiguas de publicidad no tienen nada que ver con la agresividad actual de la propaganda de las autoridades sanitarias. Resultan hasta cierto punto por eso mismo conmovedoras.
Cuando los grandes medios
de información masiva y de propaganda actuales, que vienen a ser los mismos, reflexionan
abiertamente sobre la virtud de la prisión permanente, el arresto
domiciliario y la distancia social,
cuando los presuntos 'expertos' nos
inculcan subrepticiamente que la vida no es más que el miedo
persistente a la enfermedad siempre latente y nunca patente,
cuando so pretexto de 'salvar vidas' minan nuestra vitalidad de forma que no podamos experimentar de ningún modo el gozo de vivir,
cuando
los publicistas insisten en que nuestro deber más sagrado es
sacrificarnos en beneficio de la industria farmacéutica y la comunidad,
cuando nos cambian la mucha o poca salud que teníamos por la Sanidad, ese asqueroso invento del Gobierno que dice velar por nosotros y que nos da el cambiazo de lo malo -la Sanidad- por lo bueno -la salud, que todavía es palabra popular y nombre común,
cuando las
personas que rechazan un medicamento experimental disfrazado de
“vacuna” negándose a ser conejillos de Indias que ofrecen
gratuita- y amorosamente su cuerpo a la Ciencia, experimento
sufragado y pagado con dinero de los sufridos contribuyentes y
votantes, son alegremente calificadas como
riesgos potenciales para la salud pública y puestas en la picota
mediática como chivos expiatorios,
...ya pueden hacer lo que quieran con todos y cada uno de
nosotros, que no vamos a decir ni pío.
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