martes, 4 de enero de 2022

Algunas paradojas (y II)

 Trabajo precario.- Hoy se habla mucho del trabajo precario, como si hubiera alguno que no lo fuera: el trabajo es siempre precario, por eso lanzamos contra él nuestra imprecación: una limosna que se mendiga para poder comprar un poco de vida en el mercado de la existencia: pero se han agotado las existencias de vida en el mercado. 

El tiempo es oro. - No quiero que mi tiempo se convierta por la alquimia del rey Midas en oro del que cagó el moro, es decir en dinero, o sea en mierda: el tiempo de verdad, no el de los relojes y calendarios, que ese es mentira cronometrada, es el que nos arrastra ahora mismo, en el que nos estamos hundiendo ahora mismo, este tiempo que cuando queremos aprehenderlo y decir “ahora” ya se nos ha ido de las manos, ya no es ahora.

La nave de los locos, Hyeronimus Bosch, el Bosco (1490-1500)
 

Falsa identidad. -Yo no tengo identidad verdadera, lo que se dice una identidad propia o idiosincrasia que me defina y caracterice. O, dicho de otra manera, la identidad que tengo es falsa, pero sí tengo, para mi desgracia, DNI (Documento Nacional de Identidad), y eso es una realidad como la copa de un pino. 

Del nombre propio. -Es verdad que tengo un nombre propio y unos apellidos, fruto de mi bautismo o inclusión en el registro civil, pero ese nombre y apellidos siendo reales como son, y figurando en mi DNI, sin embargo son falsos: todo nombre en última instancia es un pseudónimo.

Imagen. -Es cierto que yo proyecto una imagen si me miro en un espejo, como todo bicho viviente, como todo dios, imagen que es indudablemente mía, pero yo no soy esa imagen que de mí ven los demás o veo yo mismo si me miro en mi reflejo.

¿Cómo se come esto? -Todos los días son exactamente iguales, y, sin embargo, no hay ninguno exactamente igual que otro.

Lo que salta a la vista. -¿Por qué no vemos lo que es tan evidente que salta a la vista? Porque nuestros ojos no ven las cosas que hay sino las ideas inculcadas que tenemos previamente de las cosas que hay y que nosotros somos incapaces de ver con nuestros propios ojos cegados como están por las ideas.

Lógica de los mercados. -¿Por qué dicen los gobiernos que hay que plegarse a la lógica de los mercados? ¿Será porque los mercados llevan la voz cantante y sonante? ¿Qué pintan entonces los gobiernos?

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