En uno de los dos cementerios cristianos que hay en Chiusi (antigua Clusium de los romanos, en la Toscana), en el más pequeño y más antiguo, que remonta al siglo III de nuestra época, el hipogeo o catacumba de santa Caterina, se han hallado trazas de violación por parte de los paganos, que hicieron allí inscripciones injuriosas como, por ejemplo, la celebérrima:
DVM VIBES, HOMO, VIVE; NAM POST MORTEM NIHIL EST. OMNIA REMANENT ET HOC EST HOMO, QVOD VIDES. (CIL XI 25472a)
(Mientras vivas, hombre, vive; pues después de la muerte no hay nada. Todo se acaba y esto que ves es un hombre).
La inscripción estaba grabada en bellos caracteres en los bordes de un arcosolio o hueco en forma de arco utilizado como sarcófago. El "esto" (hoc en latín), de la frase "esto es un hombre: lo que ves" debía referirse a los huesos contenidos en el nicho.
La inscripción fue hallada a mitad del 800 y fue mandada borrar por orden del canónigo A. Mazzetti. Antes de ser cancelada, el texto fue transcrito por Francesco Liverani, y gracias a eso se nos ha conservado.
Habida cuenta de la homofonía entre los verbos "uiuere" (vivir) y "bibere" (beber), el autor de la inscripción comete una falta de ortografía (uibes, por uiuis) y la inscripción se presta a otra lectura más bien cómica: "mientras vivas, hombre, bebe; pues después de la muerte no hay nada. Todo se acaba y esto que ves es un hombre“.
Era proverbial la frase anónima y medieval: "Beati Hispani (populi, en otra versión) quibus vivere est bibere": Dichosos los hispanos (o los pueblos) para quienes vivir es sinónimo de beber.
No hay comentarios:
Publicar un comentario