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jueves, 3 de septiembre de 2020

Mientras vivas, vive

En uno de los dos cementerios cristianos que hay en Chiusi (antigua Clusium de los romanos, en la Toscana), en el más pequeño y más antiguo, que remonta al siglo III de nuestra época, el hipogeo o catacumba de santa Caterina, se han hallado trazas de violación por parte de los paganos, que hicieron allí inscripciones injuriosas como, por ejemplo, la celebérrima: DVM VIBES, HOMO, VIVE; NAM POST MORTEM NIHIL EST. OMNIA REMANENT ET HOC EST HOMO, QVOD VIDES. (CIL XI 25472a) (Mientras vivas, hombre, vive; pues después de la muerte no hay nada. Todo se acaba y esto que ves es un hombre).
 
 
La inscripción estaba grabada en bellos caracteres en los bordes de un arcosolio o hueco en forma de arco utilizado como sarcófago. El "esto" (hoc en latín), de la frase "esto es un hombre: lo que ves" debía referirse a los huesos contenidos en el nicho. 
 
La inscripción fue hallada a mitad del 800 y fue mandada borrar por orden del canónigo A. Mazzetti. Antes de ser cancelada, el texto fue transcrito por Francesco Liverani, y gracias a eso se nos ha conservado. 
 

 
Habida cuenta de la homofonía entre los verbos "uiuere" (vivir) y "bibere" (beber), el autor de la inscripción comete una falta de ortografía (uibes, por uiuis) y la inscripción se presta a otra lectura más bien cómica: "mientras vivas, hombre, bebe; pues después de la muerte no hay nada. Todo se acaba y esto que ves es un hombre“. 
 
Era proverbial la frase anónima y medieval: "Beati Hispani (populi, en otra versión) quibus vivere est bibere": Dichosos los hispanos (o los pueblos) para quienes vivir es sinónimo de beber.

sábado, 23 de mayo de 2020

Del poder igualitario de la muerte

Tengo noticia gracias al estupendo blog de Michael Gilleland Laudator Temporis Acti de una inscripción griega (XIV.2131), encontrada en Anzio, en la región italiana del Lacio, y conservada actualmente en el Museo Británico de Londres, labrada en el siglo II de nuestra era, compuesta por dos hexámetros, de los que doy cuenta: εἰπεῖν τίς δύναται σκῆνος λιπόσαρκον  ἀθρήσας, // εἴπερ Ὕλας  ἢ Θερσείτης ἦν, ὦ παροδεῖτα; 

La traducción podría ser la siguiente: ¿Quién es capaz de decir viendo un descarnado cadáver, / si Hilas fuera o bien Tersites, eh caminante ? 

ΕΙΠΕΙΝΤΙΣΔΥΝΑΤΑΙ
ΣΚΗΝΟΣΛΙΠΟΣΑΡΚΟΝ
ΑΘΡΗΣΑΣ  ΕΙΠΕΡΥΛΑΣ
ΗΘΕΡΣΕ
ΙΤΗΣΗΝΩ
ΠΑΡΟΔΕΙΤΑ 


Debajo de la inscripción está tallado en relieve un esqueleto. 

Si quisiera en mi versión aclarar el significado de la alusión a los dos nombres propios de Hilas, prototipo de belleza juvenil masculina, y Tersites, colmo de la fealdad, me vería obligado a sustituirlos por otros, como por ejemplo: ¿Quién es capaz de decir viendo un descarnado cadáver, / si era más feo que Picio o si Adonis, eh caminante ?

Hilas, en efecto, fue un hermoso mancebo del que estaba enamorado Heraclés. Participó junto al héroe en la expedición de los argonautas capitaneada por Jasón en pos del vellocino de oro, y cuando desembarcaron en Misia desapareció de improviso al ir a buscar agua a un manantial, donde fue raptado por las ninfas enamoradas de su belleza irresistible. Heraclés lo buscó inútilmente. De todo ello da cuenta entre otros Apolodoro. 

 Hilas y las ninfas, J. W. Waterhouse (1896)

Tersites, por otra parte, era el hombre más feo que participó en la guerra de Troya.  Homero lo describe en la Ilíada, II, verso 216 y siguientes: ...y era el hombre más feo que a Ilio viniera: / bizco era él, y cojo de un pie, y los hombros en chepa / corvos adentro del pecho encogidos, mas la cabeza / de colmo picuda, y de ella brotando rala la greña (en la espléndida traducción en hexámetros castellanos con rima asonante de Agustín García Calvo). 

 Tersites aborda a Aquiles (1886?)

Lo que viene a decirnos el epigrama -calco griego del término latino  inscriptio, inscripción- que nos ocupa es que el poder igualitario de la muerte no sólo equipara al rico y al pobre, como se ha dicho tradicionalmente, sino también al hermoso y al feo, reduciendo la belleza y la fealdad a un esqueleto descarnado, un puro amasijo de huesos.