martes, 29 de septiembre de 2020

Vizcaya se escribe con be

Resulta que ahora Vizcaya debe escribirse con be de burro y no con uve de vaca. Su Majestad el Rey, hoy emérito y huido de España, sancionó con su firma en 2011 una ley que ordenaba y mandaba que los españoles (y supongo que las españolas también, no sé cómo pudo pasárseles este significativo lapsus de corrección política a quienes redactaron el documento) denominaran a las provincias vascongadas oficialmente, no con su denominación tradicional castellana, sino en vascuence, lo que es lógico cuando se escribe en esa lengua, pero no tanto cuando se escribe en la de Cervantes.
 
¿Qué dijo la Real Academia Española de la Lengua? Nada. Calló, entre tanto, guardando un mutismo sepulcral hasta la fecha, habida cuenta, supongo, de que era una medida política y no gramatical, y considerando, por lo tanto, que no tenía mucho que decir. Se trataba de imponer a las administraciones del Estado y a los periodistas y medios afines de manipulación de la opinión pública la norma de escribir los nombres propios de las localidades de las comunidades autónomas con lengua propia su nombre y ortografía en su propia lengua: A Coruña en vez de La Coruña, Lleida en vez de Lérida y ahora Bilbo en vez de Bilbao.

Ya no vale, pues, escribir Guipúzcoa, sino que hay que escribir Gipuzkoa, lo que leído por un castellano parlante sería Jipuzcoa. Y hay que escribir Vizcaya en vascuence, o sea Bizkaia, con ka de kilo, i latina y no griega, y con be de burro oficialmente, lo que no deja de ser una falta de ortografía de grueso calibre para el castellano-escribiente. 

En el caso de Álava, la denominación oficial será Araba/Álava, también en el primer caso con be de burro y sin tilde esdrújula, obligatoria como se sabe en la lengua de Cervantes, donde se acentúan todas las proparoxítonas.

«Mando a todos los españoles, autoridades y particulares, que guarden y hagan guardar esta ley». Yo, desde luego, no pienso hacerlo. Es como si me mandaran escribir oficialmente –o sea, de oficio y de facto- Deutschland en vez de Alemania. Ya sé que en alemán se escribe Deutschland, pero en mi lengua, que es el castellano, más conocido como español a secas fuera de nuestras fronteras, se dice y se escribe Alemania. 

Me permito recordarles a Sus Majestades los Reyes, al emérito y huido, hoy en paradero desconocido, y al que sucedió al emérito y fugado, su hijo y heredero, que en la lengua no puede pretender mandar él, porque en la lengua no manda ni Dios: la lengua es un don gratuito, quizá lo único que se nos da gratis et amore a todos cuando nacemos. Claro está que cuando decimos que en la lengua no manda nadie nos referimos a la lengua hablada, porque la escritura es otro cantar: ahí sí que hay autoridades políticas y académicas que nos dicen cómo hay que escribir, siguiendo unos criterios completamente obsoletos que nos obligan a escribir en castellano "extraño" (y los hay que convenientemente adoctrinados se esfuerzan en pronunciar incluso "ekstraño") en lugar de "estraño" que es lo que nos sale a poco que nos descuidemos.
 
Y ahí, en el tesoro común de la lengua hablada, donde no hay faltas de ortografía, el único soberano no es usted, Majestad, sino el pueblo auténticamente soberano. Ni siquiera la Academia, que siempre se disculpa diciendo que no pretende ser normativa sino descriptiva, aunque acabe convirtiéndose en prescriptiva por la pretensión que tienen los de arriba de imponerse sobre los demás, lo mismo que la lengua escrita sobre la hablada. 

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