Durante una reciente conferencia de prensa, la directora de los CDC (Centros para la Prevención del Control de Enfermedades), la doctora Rochelle P. Walensky, alentó a los estadounidenses a usar mascarillas para reducir la propagación de la triplandemia o triple pandemia de enfermedades respiratorias durante las fiestas navideñas, así como a revacunarse y a alejarse de los demás.
Euristeo se mete en una tinaja muerto de miedo ante el can Cérbero que le trae Heraclés.
Asustaba así a los norteamericanos como asustó Heraclés a su primo Euristeo cuando en el último y más difícil de sus doce hercúleos trabajos le presentó, recién traído de los infiernos, al monstruo de las tres cabezas, el tricefálico can Cérbero, el guardián de la mansión de Hades. Las tres cabezas del monstruo tricefálico con que nos amenazaba la doctora son la vieja Gripe de toda la vida -que había desaparecido ilusoriamente de la faz del mundo gracias a las mascarillas, dicen sus defensores, ya que no gracias a las fraudulentas vacunas-, el Covid-19 y el VSR o VRS (RSV en la lengua del Imperio), que es el Virus Sincitial Respiratorio o Virus Respiratorio Sincitial, si se prefiere, en nuestra lengua, que afecta sobre todo a los niños, pero también a los adultos, para el que todavía no han encontrado la panacea de la vacuna.
Para limitar el daño de esta triple circulación de virus, la directora de los susodichos CDC estadounidenses alentó a todos los estadounidenses elegibles a recibir los refuerzos de las vacunas el covid, y, de paso, la de la gripe, que no está de más.
Si a principios de septiembre, el presidente gagá de los United States of America había declarado durante una entrevista que, colorín colorado, la pandemia había terminado en el Nuevo Mundo, resulta que no, que el viejo estaba chocho y por lo tanto chocheaba. No sólo no ha terminado la pandemia, sino que se ha triplicado porque a fecha de hoy, además del virus coronado, tenemos epidemia de gripe que también golpea a los Estados Unidos, reaparecida misteriosamente, y virus sincitiales varios.
La Señora Walensky predicando con el ejemplo.
Actualmente, las hospitalizaciones están en su punto más alto, ante lo cual la señora Walensky, que ha predicado con el ejemplo vacunándose y enmascarándose, recomienda usar mascarilla para reducir el riesgo de contagiarse y de propagar virus respiratorios durante las entrañables fiestas navideñas.
La doctora Walensky dijo que Estados Unidos se enfrenta actualmente a una nueva ola de enfermedades, una nueva sobrecarga de su capacidad hospitalaria y al riesgo de una muerte trágica que es totalmente prevenible si se utilizan las vacunas y las mascarillas.
También se recomienda la adopción de gestos de barrera y medidas sanitarias como lavarse las manos, aislarse cuando se está enfermo o aumentar la ventilación durante la temporada de virus respiratorios. Nada nuevo.
Los Estados Unidos se encontrarían, según las autoridades sanitarias, en medio de una tormenta con la circulación simultánea de estos tres virus respiratorios: una triplandemia, por si no teníamos bastante con la de los dos años pasados.
Dicen que la gripe desapareció en el 2020 y el 2021 gracias a las mascarillas, que nos protegieron. No había gripe porque todo era covid. Te hacían una PCR y al menor síntoma de catarro, trancazo, resfriado o nada porque podías ser asintomático eras "positivo" y ya tenías “covid”. Pero en realidad le habían cambiado el nombre a la cosa: lo que antes era la gripe de siempre pasó a llamarse covid, “covidizaron” la gripe y por eso enseguida “gripalizaron” el covid. Pero ni las mascarillas ni las vacunas nos protegieron.
ResponderEliminarSupongo que han dicho algo por la tele porque se ven más mascarillas que de costumbre por la calle, y siguen siendo obligatorias en el autobús. Cualquier día salimos todos con casco para protegernos, no vaya a ser que se nos caiga una televisión que tiren por la ventana en la cabeza y nos mate, que todo puede ser... ¡Qué locura! (Marifé de Triana).
ResponderEliminarGracias, Raúl y Marifé, por los comentarios. Ni las mascarillas, desde luego, ni las vacunas protegieron a los ancianos que murieron de la desatención médica y del abandono social causado por el pánico general. No hay que vivir con miedo porque entonces la vida no es vida, es muerte en vida.
ResponderEliminarEl casco puede ser muy útil en una construcción y en una obra de demolición, pero desde luego no para andar por la calle, aunque creo que te multan si vas en bicicleta y no lo llevas.